Hoy es un día más de trabajo.
Un día más en la PSC. Un día más en la sala de the GazettE ensayando hasta el cansancio. Un día más de ver a Aoi, Uruha, Reita y Ruki. Un día más de ver a las otras bandas. Un día más de ver a Miyavi… Y un día más de que mi corazón se llene de felicidad… pero al mismo tiempo de dolor…
Así es. Miyavi es lo que me alegra día a día, pero también es lo que me entristece. Y realmente no entiendo cómo llegué a enamorarme de él. Yo no me considero gay, pues nunca me ha gustado otro hombre aparte de Miyavi. Y debo admitir que cuando me di cuenta enloquecí. Intenté creer que solo estaba confundido. Fui a hablar con Aoi pero él solo logró confundirme de verdad. También busqué salir con diferentes chicas pero eso no me gustó. Ir a buscar todas las noches a una mujer a un bar me hacía sentir como un puto. Probé todo lo que se me ocurrió hasta que me resigné. Miyavi me gustaba. Y pronto eso pasó a ser algo más grande… Desde entonces tengo que soportar que él solo me vea como un amigo.
- Hace más de un año… - Pero bien, no es momento de pensar estas cosas. Se me hará tarde.
Me levanté de la cama pero al instante caí sentado sobre ella nuevamente. Por instinto toqué mi frente con la palma de mi mano. Tenía fiebre.
- No puedo ir a trabajar así… - tomé el teléfono y marqué el número de Ruki
- Moshi moshi
- Hola Ruki, soy Kai
- Qué pasó Kai? Aún es muy temprano
- Lo que pasa es que estoy enfermo y creo que hoy no iré al ensayo
- Ya veo… entonces quédate en tu casa a descansar y no te preocupes por el trabajo ne?
- Gracias Taka
- De nada Kai. Ahora ve a dormir.
- Está bien. Nos vemos luego.
Colgué y me volví a acostar. Aunque yo soy el líder de la banda, tengo la obligación de avisarle a mis compañeros… no como Reita que falta nada más porque se le da la gana no ir.
Pasando a otra cosa, odio enfermarme. Eso significa estar acostado todo el día sin poder hacer nada y solo levantarte para ir al baño, y en mi caso, preparar mi comida. Realmente odio enfermarme.
Estuve acostado un rato viendo el techo hasta que no sé en qué momento me dormí.
Desperté con el sonido del timbre de mi casa. A quién se le ocurre venir cuando estoy enfermo? Me levanté con pesadez y bajé las escaleras hasta la puerta de entrada. La abrí y casi se me caen la cara y el corazón… La cara de vergüenza por estar todo fachoso y el corazón al verlo a él…
- Miyavi…
- Hola Kai! Puedo pasar?
- Claro… - Lo dejé pasar. Estaba a punto de cerrar la puerta cuando alguien la detuvo
- Oye Kai y nosotros qué? – Me asomé y vi a Reita, Ruki, Uruha y Aoi parados afuera de mi casa como idiotas
- Ustedes qué hacen aquí? Y por qué parecen retrasados mentales?
- Kai! No ofendas a Reita, no ves que así es su cara?
- Cállate Aoi! Tú tienes cara de caballo!
- De caballo sexy – Y Aoi se puso a hacer poses graciosas
- Ya pasen – Los dejé pasar también. Al menos estos cuatro me alegrarán el día con sus idioteces.
- Kaaaai!! – Ruki me gritó desde la cocina – No tienes de esas galletitas que me diste la otra vez?
- Lo siento Ruu, se acabaron
- Buu – Ruki hizo un puchero. Se ve como un niño pequeño cuando hace eso. Me da gracia
- Oye Kai vamos a ver una película!
Escuché la voz de Aoi. Me voltee y los vi a todos sentados en mi sofá. Aoi en la orilla, Uruha a su lado, después Reita y Miyavi en la otra orilla.
- Oigan malditos! No me dejaron lugar! Lo siento Reita pero tendré que sentarme sobre ti – Ruki se subió a las piernas de Rei y se sentó. Akira solo se sonrojó un poco y ya.
- Kai tú siéntate sobre Miya
- … Eh, no gracias Uru
- Pero Kai! Si mis piernas son muy cómodas – Me sonrió y se dio palmaditas en las piernas
- Jeje… lo que pasa es que me siento un poco mal… mejor me iré a descansar chicos
- Está bien, ve. Nosotros cuidamos tu casa – La sonrisa que puso Aoi me dio miedo…
- Ok… - me di vuelta para subir a mi habitación cuando recordé algo que sucedió ya hace un tiempo en MI baño… - Por cierto… Aoi, Uruha… Si me entero de que se metieron juntos a mi baño o a cualquier parte de mi casa e hicieron cosas indecentes… me las van a pagar muy caro
Les sonreí. Ellos se asustaron y rápidamente dijeron que no harían nada. Luego de esa pequeña plática subí a mi habitación y me volví a acostar. Estaba un poco mareado y al parecer la fiebre había subido. Me senté en la cama y estaba a punto de levantarme para ir por alguna medicina cuando la puerta de mi habitación se abrió… y de nuevo mi corazón saltó dentro de mí.
- Kai, estás bien?
- S-si Miyavi, por qué?
- Te ves mal
- Enserio? Ahh no, no me veas entonces – me acosté y tapé rápidamente con las sabanas… pero no fue buena idea. Lo hice tan rápido que me maree aún más. – Ay Dios… todo se mueve…
- Kai? – Escuché como él cerraba la puerta y se acercaba a mi cama. Se sentó en un espacio que había a mi lado y lentamente me destapó… otra mala idea.
- Miyavi! No te muevas tanto… o que acaso está temblando? – Miré hacia todas partes. Todo se movía. El mareo había empeorado
- Kai cálmate, cierra los ojos. – Hice lo que me dijo. Después sentí que me arropaba bien en la cama – Espera ya regreso – se levantó y se fue.
Esto no es bueno… me gusta estar con él, pero me duele… me duele saber que jamás me querrá como yo lo quiero.
Escuché nuevamente sus pasos. Entró a la habitación y me puso algo frío en la frente. Abrí los ojos y lo miré.
- Es para la fiebre…. ¿Sabes? Yo en la escuela media tomé un curso de paramédicos durante 3 años. Me gustaba la medicina y todo eso, pero al final la música le gano – Me sonrió
- De verdad? Jamás lo hubiera imaginado…
- Si lo sé es algo extraño… pero no importa. Duerme Kai. Necesitas descansar para mejorarte rápido. Yo me quedaré contigo.
Para ese momento, la fiebre y los mareos ya habían hecho estragos en mi miente y a darme sueño.
- Pero… y la película? – Cada vez tenía más sueño… los ojos se me cerraban solos
- No importa. Esa yo ya la vi. Me quedaré aquí a cuidarte Kai…
Lo último que escuché fue algo parecido a un “te quiero”, antes de quedarme completamente dormido.