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Corazón Indómito por sue

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Notas del capitulo:

 

 

 

 

Konnichi wa!!! ^o^ ya estamos de vuelta con el capi que viene… uy, ya Raoul jugó la carta maestra!!!! (inner: su carta maestra era hacerle… eso a Iason?  Que atrevimiento tiene ese hombre! O.o) je je sabes que esa pareja me agrada, de una u otra forma tenía que satisfacer mi encanto moe x3 ejem!!! ahora si, a leer!!!

 

 

 

 

 

 

 

 

Riki no había podido apartarse aquella escena de la mente, había sido tan erótica que había terminado endureciéndose  de nuevo. Le parecía increíble la idea de que hubiera hallado al cuasi omnipotente – o burla de ello – Iason Mink, en semejante situación; pero pronto, lo contemplado fue convirtiéndose de a poco en algo no tan sorprendente, después de todo, el mismo Riki había ya descubierto al patrón teniendo relaciones con uno de sus sirvientes – léase Katze – por lo que pensar que aquel individuo tan arrogante y excéntrico tenía momentos de debilidad como aquel, lo instaban a quedar más maravillado y convencerse de que ambos, eran seres más semejantes que distantes… 

 

 

 

 

¿Daba a demostrar esto entonces, que los señores Mink y Am, compartían un vínculo muy diferente de la amistad que solían demostrar en público? 

 

 

 

- ¿Será? – Vaciló a la nada.

 

 

 

Aunque debía admitir que también se había sorprendido, sabía que el señor Iason y el señor Raoul eran amigos, pero nunca pensó que esa clase de amigos. El moreno pensó que no tenía de qué extrañarse, después de todo, él mismo tenía una pareja de su mismo sexo con el cual intimaba, discutió en aquel momento consigo mismo si lo presentado era incomparable… si al pertenecer ambos – Iason y Riki propiamente – a clases sociales disímiles o diferentes,  se le privaba a uno la oportunidad de escoger a su compañero, pensando siempre en pro de las jactancias y del “qué dirán” de los demás.

 

 

 

El muchacho bajó la mirada, perdiéndose en algo muy distinto a las hormigas que en fila, formaban un pequeño hilillo al lado de sus botas embarradas.  No se tranquilizó con aquella retahíla de ideas especuladas, Riki por primera vez en lo que llevaba conociéndolo, sintió algo de pena por su señor. Su corazón mantenía a flote ese sentimiento, mientras las imágenes mentales danzaban en su memoria como la tierra y el polvo en el viento; la expresión inusual y sensual que había descubierto en Iason lo tenía entre desconcertado y curioso… ¿Lograría volver a ver semejante esencia destilarse ante sus ojos?    

 

 

 

 

 

Carraspeó un poco. De cualquier forma, las intimidades de su señor no eran cuentas de su rosario.

 

 

 

 

Continuó trabajando en el establo, como de costumbre, tratando de apartar cualquier vestigio de lo ocurrido. En ese momento apareció Raoul, parecía haber sido poseído por el mismísimo demonio, porque sus ojos estaban destellantes y sus cejas tan fruncidas que daba miedo. El pelinegro le dio poca importancia, comprendía que los señores eran de humores frágilmente cambiantes.

 

 

 

 

- Mi caballo ¡Rápido! – Exclamó el ojiverde.

 

 

 

- Ya voy, ya voy… cielos. Nosotros no tenemos la culpa de que lo hayan echado por mala cama – No pudo resistirse a ese comentario – Tenga – Le hizo entrega de las riendas.

 

 

 

Pero lo que Riki recibió no fueron las gracias, Raoul le hubo golpeado con la varilla que traía en la mano. El pelinegro se quedó quieto, a sabiendas que el golpe era merecido. La zona golpeada fue adquiriendo color poco a poco.

 

 

 

- ¡Eres un atrevido!

 

 

 

- ¿La verdad duele no? – Sonrió, obviando el dolor – Si no se desempeñó como se debe, ese es problema suyo… no el mío – Haciendo ahínco en su comentario.

 

 

 

- ¡¿Cómo te atreves?! ¡Te volaré los dientes, cretino!

 

 

 

- ¡A darle pues! – Riki se puso en posición de pelea. Hizo un movimiento con sus manos - ¡Venga! A ver si es tan machito.

 

 

 

El Am se puso como un toro, de no ser porque Katze intervino, Riki hubiera tenido que defenderse con los puños. El rubio había perdido los estribos. Algo debía de haberle ocurrido en la habitación de Iason que lo había llevado a rebajarse a tal extremo, de estar a punto de verse involucrado en una vulgar pelea con un empleado.

 

 

 

 

- ¿En qué estabas pensando Riki? Por casi haces que el señor Raoul te golpee peor – Daryl trataba la herida del muchacho – Te ha dejado un moretón…

 

 

 

- ¡Poco es eso comparado con la expresión de su rostro! – Riki sonreía triunfante – Ese me debía unas cuantas, estaba cansado de su petulancia. Por muy perfumado y bien vestido que se vea, no es más que un fanfarrón.

 

 

 

- No vuelvas a hacer eso. Te podrían despedir de verdad.

 

 

 

- Je, antes me voy… - Dijo, aunque no muy seguro de hacerlo realmente, ante su situación económica - ¿Y eso te importa mucho?

 

 

 

- Eh… pues… - Daryl se sonrojó al instante.

 

 

 

Aquello atrajo de nuevo a su mente la imagen del Mink completamente sonrojado. La escena del hombre explayándose de placer ante la ventana.

 

 

 

- …

 

 

 

Lo desconcertaba, lo atormentaba aquella idea en su cabeza ¿Por qué no había huido al darse cuenta de lo que estaba sucediendo? Riki no era de los que corrían para escapar, luego de haber cachado a Raoul y a Iason teniendo sexo, no vaciló; entrecerró el mirar y seguidamente lo dirigió a su trabajo, en donde se dedicó a lo suyo como si nada hubiese pasado. Pensó por un momento que aquello se había tratado de una de esa clase de caprichos locos o insensatos que se conciben durante el coito, después de todo, el propio Riki había cometido sus propias locuras.

 

 

 

 

Pero ese no era el caso, el porqué de lo que había sucedido no le importaba en lo más mínimo. Sólo sabía que no podía sacarse todo ese embrollo de la cabeza. 

 

 

 

 

- Tsk – Chistó – ¡Como sea! ¡Lo que hagan o no hagan  esos dos, me importa un pimiento! – Vociferó con sumo enfado.

 

 

 

- ¿Esos dos? – Daryl preguntó extrañado - ¿A quienes te refieres Riki?

 

 

 

- Nada. Olvídalo. Son cosas mías.

 

 

 

Riki prefirió mantenerse callado. No pensó que las especulaciones que había tenido, buscaran tan fervientemente de disturbarlo.

 

 

 

Iason por su parte, permanecía sentado en la cama. Acababa de tomar una ducha por lo que frotaba una toalla sobre sus cabellos. Su mirada sin embargo se hallaba perdida, todavía se encontraba inmerso en lo que acababa de suceder entre él y su amigo de la infancia. Nunca esperó semejante comportamiento por parte de Raoul y mucho menos pensó, que el mismo se dejaría arrastrar de aquella manera.

 

 

 

 

***Flash Back***

 

 

 

 

 

En todo momento, el ojiverde había obligado al otro a permanecer allí, apoyado sobre el marco de la ventana abierta, al tiempo que Riki permanecía en su sitio.

 

 

 

 

Cuando se hubo terminado todo, Raoul pensó que con ello, Iason se daría cuenta de lo que sentía y que terminaría aceptándolo, desistiendo así de la idea de poseer a aquel sucio campesino.

 

 

 

 

El Am abrazó al ojiazul, el mismo no hizo movimiento alguno. Raoul aprovechó entonces de perderse su aroma, de apreciar desde esa perspectiva el rostro albino del Mink. El besar su cuello…

 

 

 

- Iason… - Sonrió. Se había sentido el hombre más feliz al poder hacerlo con su amado - Esto ha sido…

 

 

 

- Un error.

 

 

 

- ¿?

 

 

 

- Todo lo que pasó fue un error… - Se llevó una mano a la frente –  Jum… veo que, fue una equivocación contarte todo esto de Riki. Quiero que me disculpes. Te he llevado a esto con mis ideas, mis sentimientos… mis desvaríos…  admito que me dejé llevar y no supe cuando parar – Giró el rostro - Ahora, déjame solo por favor.

 

 

 

- Pero Iason… no es así… yo en verdad hice esto porque lo deseaba.

 

 

 

Raoul se hacía explicar, ya que al parecer Iason creía que había desatado aquellos deseos en su amigo por su obsesión con Riki.

 

 

 

- ¿No lo ves? – Se aproximó hasta quedar frente a frente – Yo te amo Iason. Siempre te he amado.

 

 

 

El Mink lo miraba fijamente.

 

 

 

- Estas fuera de ti. Somos adultos y estoy seguro, que podremos resolver esto racionalmente, y de la manera más provechosa posible… no es bueno desperdiciar una amistad tan bien labrada como la nuestra…. después de todo, a perdurado con los años…

 

 

 

- ¿Es así como respondes a mis sentimientos? ¿Hablándome como si fueras unos de mis asesores financieros? – El Am se sintió ofendido, a lo que respondió agravando el tono de su voz.

 

 

 

- Vete.

 

 

 

Era demasiado. Con algo de dolor decidió dejar de insistir, era demasiado orgulloso como para continuar rogándole. Tomó sus cosas y se aproximó hasta la puerta de la alcoba.

 

 

 

 

-  No me vuelvas a llamar Iason… no si no tienes pensado ser sólo mío.

 

 

 

Acto seguido se marchó de la hacienda.

 

 

 

***Fin del flash back***

 

 

 

 

Estaba más que claro para Iason que las cosas no volverían a ser como antes, después de todo, los humanos tienen la mala costumbre de recordar lo que deben olvidar y viceversa. Para el ojiazul aparentar que nada hubo ocurrido sería difícil, pero no sería un acto imposible, el rubio estaba seguro de que podría tratar a Raoul normalmente, pero por más que intentara no podría evitar que le martillara la sensación de culpa que tenía en aquel momento.

 

 

 

¿Culpa precisamente de qué?

 

 

 

De un instante a otro, la necesidad de saber la opinión de Riki lo abarcó. Conocer que pensaba ahora de su patrón, si lo visto, había cambiado radicalmente su manera de pensar, su modo de describirlo y de conocerlo. Quería borrar de su cerebro cualquier información que hubiera retenido.

 

 

 

¿Podría verle de nuevo a los ojos? ¿Sería capaz de desafiarlo de nuevo con la mirada, como se había vuelto costumbre? ¿El Mink tendría moral para ello? Después de todo, luego de haber confesado su amor por el emprendedor muchacho Iason había terminado teniendo relaciones con su mejor amigo y confidente… Se sintió nefasto, una sensación parecida a la nausea nació en su estómago y un frío inexplicable le heló el cuerpo, todo esto ante la posibilidad de que Riki no fuera capaz de perdonarle aquel desliz; porque en su mente, el moreno sabía lo que sentía por él, sólo que se hacía el difícil, como si estuvieran jugando a las escondidas o al corre y atrapa perpetuo, como una doncella que corre a escabullirse entre los rosales y los arbustos más evidentes, sabiendo que vienen siguiéndole.

 

 

 

Lo que lo hacía sentirse menos culpable, era saber que todo lo ocurrido había sido producto de un momento de debilidad mal manejado, bajo ninguna circunstancia el Mink había actuado inducido por los celos de haber visto a Riki con otro hombre, no… o eso era lo que insistía en creerse.   

 

 

 

El ojiazul se mantuvo pensativo el resto de la tarde. Mandó a Daryl a cambiar las sabanas y a limpiar la habitación completa. Luego pidió que se le sirviera el té de la tarde y que no se le volviera a molestar más bajo ninguno motivo. Debía poner sus pensamientos y su cabeza en orden.

 

 

 

 

 

 

Continuará….

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

 

 

Ajá ¿Será que lo que siente Riki, es amor? xD vaya que Raoul está decidido “si o si!!!!” xp gracias por leer hasta aquí y por cualquier comentario que deseen depositar n_n kisus y abrazos para todos Bye Bye!!

 

 

 

 


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