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Corazón Indómito por sue

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Notas del capitulo:

 

 

Ohayo Gozaimass!! :3 De vuelta con éste fic que me encanta escribir :B quiero agrtadecer los rr dejados en el capi anterior y el que me acompañen hoy una vez más :P espero que sea de su agrado lo que están por leer n_n

 

 

 

 

 

 

 

 

Los hombres se dedicaban a observarse, con las pupilas totalmente dilatadas. Se hallaban totalmente desnudos en aquella cama, mostrando sin pudor sus cuerpos. Una mano fue acercándose lentamente hasta descansar en el rostro del más moreno, Riki se dejó hacer. Sentía como si insectos revolotearan en su vientre cuando hacía eso. De modo que, si se sentía bien, lo permitía.

 

 

- Necesitaré que me posibilites unos días libres. Quiero ir a mi pueblo a revisar unas cuantas cosas – Emitió pausadamente.

 

 

El rubio se permitió unos segundos de silencio, como si estuviera decidiendo sobre el tema. Continuaba acariciando, ésta vez a los cabellos.

 

 

- ¿Es para ir a ver a tu pareja? – Preguntó con suavidad, sin muestras de ataque.

 

 

- … - El pelinegro vaciló sobre lo que iba a contestarle – Eso y otras cosas. Me tiene sumamente preocupado, no ha venido a verme y dice que todo está bien… ¿A qué se refiere con “bien”? ¿Qué debería hacer? – Se preguntó más a sí mismo. Desvió la mirada – Me tiene preocupado… muy preocupado…

 

 

El Mink se perdió en la mirada afligida que había dirigido Riki hacia la nada.

 

 

- Si dice que todo está bien no veo las razones para que des ese viaje. Deberías creerle. Pero si aún no te convences, puedo mandar a alguien a que investigue como están las cosas por allá… ¿Así estarás más tranquilo? – Buscó de besarle.

 

 

- No es tan simple – Mencionó de manera cortante y desviando cualquier contacto con los labios del Mink – Y mejor cambiemos de tema. No me gusta hablar de estos asuntos contigo. No te concierne – Se giró de modo que terminó dándole la espalda al otro.  

 

 

- Ya… - Iason hizo lo mismo y ambos quedaron de espaldas.

 

 

Pasaron unos cuantos minutos así. En completo silencio. Sólo con el ruido de sus respiraciones y del entorno. Observando las cosas que los rodeaban en la habitación: Las ropas y las sabanas tiradas en el suelo, el escritorio, la puerta del baño, el extraño reloj de péndulo, la alfombra que el muchacho tanto detestaba sentir en sus pies descalzos…

 

 

Riki se giró de modo que se mostraba ante él, la amplia y fuerte espalda de su patrón, bañada por los hermosos y lisos cabellos rubios. Bajó un poco la  mirada, y se encontró con las nalgas del hombre.

 

 

- ¿Qué hay del señor Raoul?... Hace tiempo que no viene a la hacienda – Se aproximó lo suficiente para que su pecho se pegara a la húmeda espalda.

 

 

- Tengo negocios con él, por lo que no puedo perder comunicación. Prácticamente lo veo todos los días… - Hacía pausas premeditadas - ¿Por qué? ¿Estás celoso?

 

 

Riki había colocado su barbilla en el declive de hombro del rubio. Aquella sensación era agradable.

 

 

- Mmm… ¿Celoso… ¿Por qué debería de estarlo? Puedes darle éste trasero a quien te dé la gana – Al mencionar esto, el pelinegro hubo colocado sus manos en la retaguardia del mayor.

 

 

El ojiazul no emitió sonido alguno. Sintió una especie de puntada muy fina en el corazón. Es muy discutido el origen de los celos, pero muchos concuerdan en que estos siempre acompañan de la mano al amor, como si fuesen sentimientos hermanos. Si los celos no anidaban en Riki ¿Qué esperanza tenía Iason de que sintiera amor por él?

 

 

- Oye… Iason… - Gimió – Abre las piernas…

 

 

El Mink escuchaba cada una de sus palabras como parte de un hechizo. Poco a poco fue obedeciendo. En el momento en que un dedo intruso se coló por su ano, el rubio se tensó. Reprimió el quejido que había intentado salir austero de su boca.

 

 

Riki se masturbaba y movía compactamente el dedo con furor, tratando de abrirse camino entre las pieles que insistían en apretarle, simulando pequeñas penetraciones. Si hubiera podido verle el rostro, el moreno hubiese logrado admirar cuan excitado se hallaba Iason. El rubio se había relajado por completo, por lo que el dedo invasor se adentraba cada vez con más suavidad en el interior de su cuerpo.

 

 

- Ri… ¡Riki! – No se esperó con que el muchacho palpara la entrada con su pene.

 

 

- Shhh. Sólo un poco y me tendrás dentro – Siseó con fineza, casi como un susurro.   

 

 

Iason apretó los dientes en el momento en que Riki buscó de hacerse camino. Se agarró como pudo de las sabanas.

 

 

- Oh Si… ¿Ves como ya está? – Musitó con extrema dulzura, al tiempo que mostraba una sonrisa sensual.

 

 

Para ellos eran común el intercambiar roles en la cama, así como de variar con bastante continuidad. Estaban abiertos a cualquier método que los llevara a experimentar mayor grado de placer. Eso en sí, era lo que los mantenía juntos, el no restringirse nada, el no prohibirse nada a la hora de mantener relaciones.

 

 

 

***Poco tiempo después, Riki recibió una carta***

 

 

Abandonó todo lo que estaba haciendo. El remitente le daba el derecho a comportarse de aquella manera en lo que se refería a su trabajo. Sólo dejaría la jornada por unos minutos. La alegría lo abarcaba. Rasgó el papel y con los ojos brillosos de la ilusión, comenzó a leer:

 

 

“Mi querido Riki, me alegra en extremo que todo esté marchando tan bien por allá.  Por aquí todo se ha mantenido tal como lo dejaste cuando te fuiste. Los muchachos te mandan saludos e insisten en querer irte a visitar, yo mismo los he hecho desistir de esa idea, sabes como son  de locos los pobres, son capaces de conseguir que te despidan en un dos por tres…”

 

 

Riki sonrió. Los chicos, sus amigos desde la infancia, continuaban siendo tan salvajes como siempre. Siguió con la lectura:

 

 

“No sabes cuánto te extraño mi cama, huele a tu cuerpo por todas las esquinas, ansío el día en que podamos revolcarnos en ella y así poder demostrarte el tamaño de mi deseo…”

 

 

El pelinegro se mordió el labio. En la parte que seguía de la carta, Guy le explicaba cómo pasaba las noches en vela masturbándose y pensando en él. Le confesaba a Riki de “pe” a “pa” todo lo que deseaba hacerle, escrito de la manera más vulgar y cochina, lenguaje usado con frecuencia entre ellos. Riki quedó fascinado, le encantaba cuando Guy se ponía de aquella forma, deseó más que nada tenerlo al frente, para dar rienda suelta a todas las fantasías y marranadas que se le vinieran a la mente.

 

 

***Riki ocultó la carta. Se acercó Iason***

 

 

- Lo lamento mucho. Pero no puedo dejar que te marches por ahora. Hay inconvenientes con los nuevos empleados y necesito que me los adiestres – Sabiendo de antemano sobre la existencia del escrito.

 

 

- Ya no habrá necesidad.

 

 

En la carta, Guy exponía que lo mejor era que permaneciera en la hacienda, que no podía arriesgarse a perder un empleo como el que tenía ¿Qué acaso Guy no quería verle? Había pensado en llegarle de sorpresa, pero conocía muy bien al pelilargo, se desilusionaría de él si hacía algo así. Guy también le mencionaba que no podía ir personalmente a visitarle, pero no le decía las razones.

 

 

“Sé que si vienes a visitarme no regresarás a esa hacienda, y así no es el Riki que conozco”- Ponía la carta al final.  

 

 

- ¿Qué ocurre? – Trató de tomarle el rostro que había denotado con huellas de pena.

 

 

- No es nada – Con suavidad se apartó.

 

 

Iason seguía viendo a Raoul con regularidad, pero se dedicaba en la medida de sólo hablarle de temas laborales. Ya no podía darse el lujo de contarle sus dolencias y sus secretos. Al menos no por el momento. Se reunían en sitios públicos o en el área que delimitada sus respectivos terrenos. No tenían la suficiente moral de ir a la hacienda del otro.

 

 

- Me parece interesante, pero eso no ayuda en nada con la exportación del producto. Creo que es demasiado arriesgado – Mantenía unos documentos que acababa de revisar entre sus manos.

 

 

El ojiverde le miraba, notaba ciertos cambios en el rubio que lo tenían ensimismado.

 

 

- Raoul ¿En qué piensas? Te veo desconcentrado – Se acercó un poco.

 

 

- ¡Oh! Discúlpame. Estaba pensando en la fiesta del club de éste mes ¿No me digas que lo has olvidado? Bueno, es comprensible, porque ahora parece que estuvieras danzando en otro mundo. Dime ¿Asistirás? – Estimuló esperanzado por compartir algo de tiempo con el Mink.

 

 

- Si… la fiesta. Lo había olvidado – Se rascó la barbilla – Hace tiempo que no asisto a una. Creo que eso me ayudaría con tanto estrés…

 

 

- Así es amigo mío – Se colocó tras él, de modo que pudiera hablarle casi en el oído, como tanto le gustaba – Nada mejor para estos tiempos difíciles que un poco de enfriamiento de la mente.

 

 

- Es buena idea… - Afirmó. Mencionó luego con energía – Hasta podría llevar a Riki…

 

 

- ¡Eso no!

 

 

- ¿?

 

 

- Ejem… - El Am trató de disimular el grado de enojo que le había causado – Comprenderás Iason, que el muchacho no está acostumbrado a ésta clase de eventos. Seguramente se aburrirá y se sentirá fuera de lugar – Llevó una de las manos hasta el hombro del ojiazul – Lo mejor es que te ahorres la vergüenza.

 

 

Iason lo miró fijamente a los ojos. Luego se dedicó a detallar el resto del rostro del rubio. Raoul era un hombre que la sociedad lo catalogaba como muy apuesto…

 

 

- Muy bien, suficiente de tanto descanso – Invitó - Volvamos al trabajo.

 

 

Pero también la sociedad lo había vuelto un hombre muy cruel, sobretodo con aquellos que no estaban en su mismo estatus.

 

 

 

***Katze y Iason y unas de sus habituales conversaciones***

 

 

 

- Creo que le está dando demasiados mimos a ese muchacho. Se ha vuelto más atrevido de lo usual.

 

 

- Je… déjalo que se divierta – Medio sonrió.

 

 

- Al parecer usted también se está divirtiendo – Espetó.

 

 

- Ahora tú eres el que está siendo atrevido Katze – Mencionó con seriedad.

 

 

- No quiero parecer entrometido. Pero al igual que el señor Raoul, siempre he velado por su bien. No es bien visto que un hombre como usted se enrede en amoríos con un muchacho como ese. He sabido apañármelas para mantener callados a todos los que habitan en la hacienda, pero si llegan a enterarse los de fuera, su reputación podría quedar por los suelos.

 

 

- Agradezco tu preocupación. Más no son necesarios tantos aspavientos. Riki y yo somos adultos y somos responsables de nuestros actos.

 

 

El pelirrojo agachó la cabeza, como el que acepta que ha hablado de más.

 

 

- Eres un hombre espléndido Katze. Espero que sepa apreciarlo la persona con quien decidas compartir tu vida.

 

 

Katze asintió, totalmente agradecido por sus palabras.

 

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

ank

 

 

Notas finales:

 

 

 

Nótese que me encanta escribir a Iason de uke (inner: si!!! Lo noté, no esperé que Riki le hiciera… eso… o.o) a pos!!! Si Raoul pudo porqué él no, además que en las relaciones reales a veces se “turnean” ku ku ku xB pero igual, si no les gustó el RikixIason, me dicen para saberlo n_n a mí me gusta como sea, con tal de que estén ellos dos en la cama x,B (inner: pervertida ¬¬) *con la sangre escurriendo de su nariz* siiiiiiii :,p

 

Le había hecho un dibujito al capi, pero como no me dio chance de escanerlo, preferí no subirlo xp quiero avisar que para la próxima semana el capi se tardará un pelín más (tengo parciales el 26 y 28 y debo enfocarme en estudiar) Sue gambarimassu!!!! X3

 

Muchas gracias por llegar hasta aquí n_n todos sus comentarios son bien recibidos :p les envío muchos besos azucarados!! ^3^ <3 <3 <3 Bye Bye!!

 

 

 


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