Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Corazón Indómito por sue

[Reviews - 310]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

 

Feliz navidad!! Próspero año y felicidad!!! ^o^ Cómo están mis queridos y adorados lectores!!! De vuelta por acá n_n gracias a todos por volver a acompañarnos :p (inner: y ese titulo??? o.O) esperemos a ver que pasa! a leer se ha dicho!!!

 

 

 

 

 

 

La tensión era tanta que podía sentirse en el ambiente. A la señora Mink no le gustaba para nada la actitud repentina que había tomado su hijo. Iason ya no quería asistir a ninguna de las siguientes citas impuestas por su madre, y lo que era peor, le exigía que no se metiera en su vida amorosa. También se había vuelto un poco renuente, contestándole de manera frívola y en ocasiones ignorándole. 

 

 

- ¡Oh muchacho! Lo haces muy bien… ¿Tú nombre es…Daryl, cierto? – Cantó – Tus manos son cómo las de los ángeles – Le acarició el rostro – Dime ¿No te gustaría venir conmigo?

 

 

- Señora… - El joven se sentía algo temeroso. Simplemente había llegado a darle el acostumbrado masaje de pies que le gustaba recibir la patrona ¿En qué momento se habría encaprichado tanto con él? Además, el ser tocado de aquella forma en el rostro – Me siento muy honrado por su petición… pero…

 

 

- ¿Pero? – A la peliplatino no le gustaba esa palabra.

 

 

- Su hijo… quiero decir, el señor Mink… - Se sonrojó.

 

 

- Ah… comprendo. Tienes razón, me sentiría en extremo culpable de quitarle un empleado tan eficiente… - Sonrió – Ve a prepararme el agua caliente querido. Quiero tomar mi baño.

 

 

- Enseguida señora.

 

 

La belleza de Daryl era evidente, y para una señora de sus gustos era grata la idea de tener a alguien como él a su diestra. No faltaron las ganas de ordenarle a Iason que le “obsequiara” al chico. Pero prefirió enfocar su atención en sus prioridades, había algo más importante que cumplir aquel capricho con el joven mayordomo. Tenía que procurar que el rubio volviera a comer de su palma. Sentía que de nuevo estaba perdiendo el poder ante él.

 

 

 

***Flash Back***

 

 

- ¿Qué te parece Iason?

 

 

Un pequeño Iason de unos seis años se encontraban totalmente maravillado, ante sus orbes azules, se hallaba un equino de la hermosa estirpe que su padre había domado.

 

 

- ¿Te gusta?

 

 

El rubio asintió.

 

 

- Él es mi orgullo, mi preciado… ¿Sabes qué es lo que lo hace tan magnífico?

 

 

Iason negó.

 

 

- Que a pesar del entrenamiento, de la disciplina y del carácter, aún después de todo, sigue teniendo un espíritu salvaje… y eso es lo que no lo hace enteramente mío.

 

 

El pequeño ojiazul no supo porqué mientras su padre decía esas palabras, despedía un deje de tristeza en ellas.

 

 

- Padre…yo…

 

 

- Cuando crezcas te compraré uno ¿De acuerdo? – El hombre le sonrió. Era increíble cómo los adultos eran capaces de fingir que nada los afligía. El niño asintió.

 

 

 

***Fin del Flash Back***

 

 

 

- Katze, voy a salir en planes de negocios… te encargo a Riki.

 

 

 

- De acuerdo.

 

 

El pelirrojo comprendía a qué se refería. El viaje iba a durar un par de días, por lo que no tenía noción alguna de lo que sucedería tras su partida. Decidió entonces prevenir antes de lamentar.

 

 

- Se ha marchado – Hablaba la señora consigo misma.

 

 

Su hijo había iniciado su viaje desde la mañana. Prefirió esperar a que transcurrieran un par de horas más. Mandó a pedir algo de comida. Luego fue a dar una vuelta por sus dominios.

 

 

- Señora…

 

 

La aludida levantó una ceja.

 

 

- ¿Y tú quien eres?

 

 

- Soy Kirie… mayordomo personal de Riki.

 

 

- ¿Tú?... – Quedó estupefacta - ¿Qué hace ese muchacho con un mayordomo? – Le pareció completamente absurdo.

 

 

- Disculpe que lo mencione, pero al igual que la señora yo estoy sorprendido. No hago más que obedecer las ordenes que se me han dado – Usaba un tono de voz que lo hacia ver como la victima.

 

 

- ¿De donde provienes?

 

 

- He sido enviado desde la mansión de los Am, mi señora.

 

 

- ¿Un Sirviente Blanco? – La mujer abrió desmesuradamente los ojos ¿Qué tenía su hijo en la cabeza al hacer semejante barbaridad con un sirviente tan ilustre?

 

 

- Comprenderá entonces el porqué de mi molestia.

 

 

- ¿? Continúa – Le pidió.

 

 

- Si… comprendo que la presencia del que llaman Riki  le incomoda. Compartimos ese sentimiento… y por eso le pido que por favor interceda en éste asunto. No permita que un impuro mancille el honor de éstas familias.

 

 

 

La mujer lo miró, una sonrisa leve se mostró en su rostro.

 

 

- Dile a tu “señor” que venga a verme de inmediato. Acabaremos con éste problema cuanto antes.    

 

 

- Si señora – Sonrió satisfecho Kirie.

 

 

 

Para Riki fue sumamente extraño el enterarse de que la señora lo estaba solicitando, dudó, como Iason había salido no tardó en deducir en que algo estaba tramando la señora. Pero el no era ningún cobarde, estaba dispuesto a presentarse frente a ella. Se dirigió presto a la casa grande en donde la mujer le esperaba.

 

 

 

- Usted me dirá en que puedo servirle, señora.

 

 

 

La mujer se permitió mantenerse un par de segundos en silencio. Segundos en los que no hizo otra cosa más que mirarlo, criticarlo mentalmente.

 

 

- Dime muchacho ¿Cómo es eso que tienes un mayordomo?

 

 

Riki se sobresaltó.

 

 

- Pues…

 

 

- Habla – Lo apuró.

 

 

- No… no sabría que responderle señora.

 

 

- Ya veo… - Empezó a caminar. Lo iba rodeando. Riki se hallaba en mitad de la habitación – Te estás dando la gran vida ¿No es así?

 

 

- Se equivoca – La miraba con seriedad – Al igual que los demás, yo trabajo arduamente todos los días.

 

 

- Oh… pero todos los demás no tienen mayordomos ¿O si?

 

 

- Eso háblelo con su hijo.

 

 

La respuesta en verdad la molestó.

 

 

- No te hagas el listo…bien Riki… recoge tus cosas. Hasta hoy trabajas en ésta casa.

 

 

Eso no se lo esperó.

 

 

- ¿Disculpe?  

 

 

- Estás despedido. Tus servicios ya no son necesarios. Ten. Por el dinero no te preocupes – Le hacía entrega de un sobre algo grueso, que portaba lo que era su “arreglo”.

 

 

- Pero… Iason…

 

 

- ¡Cuida tu boca! – Le recriminó.

 

 

- Perdone… el señor Mink… él…

 

 

La peliplatino encontró la vía para atacarle.

 

 

- ¿Quién te crees que eres? ¿Acaso piensas que a mi hijo le importará si un empleaducho como tú se marcha? No me hagas perder el tiempo  y termina de irte – Hizo una seña con su mano. 

 

 

El moreno luego de dirigirle una mirada hostil salió de la casa. No iba a perder el tiempo discutiendo con ella. La mujer tenía todo el poder para despedirle ¿Por qué pensar lo contrario? No había recibido el dinero, había considerado aquello como un pago por largarse y prefería hacerlo por propia voluntad ¿Y pensaba en Iason? Después de todo estaba fuera de casa ¿Sabía que su madre le había despedido? ¡Claro que lo sabía! Pensaba Riki, de seguro el muy cobarde no había querido hacerlo él mismo y le hubo pedido a su madre que lo hiciera. La última conversación sostenida con el ojiazul fue la que tuvo lugar luego de la partida de la señora Allo ¿Y si el hombre finalmente había decido sentar cabeza? El pelinegro dedujo que sus encuentros sexuales terminaron ¿Para qué más tenerle en la hacienda si cualquier otro podía atender a los caballos, y hacer sus otros trabajos? El pelinegro escupió, más en señal de desaprobar todo lo que creía que pasaba que por necesidad de hacerlo.

 

 

 

Cuando Daryl le interceptó, trató de hacerle entrar en razón.

 

 

- Pero Riki, no puedes marcharte.

 

 

- ¿Por qué no? La señora, la dueña de ésta casa me despidió ¿Qué mayor motivo que ese? – Lo decía con toda seguridad – Si esa es su decisión, sean cuales sean las razones, no hay nada que yo pueda hacer.

 

 

- Al menos espera hasta que el señor regrese – Lo tomó por el brazo - ¿Te irás así, sin que él lo sepa?

 

 

- ¡¿Qué caso tiene Daryl?!

 

 

 

A Riki una sensación semejante al miedo lo abarcó, como pudo se quitó a Daryl y fue en búsqueda de sus cosas. Él no quería quedarse hasta que llegara Iason, no quería escuchar de su propia boca el que lo despidiera, tenía miedo que todas las especulaciones que había creado en su mente se volvieran realidad, estaba aterrado ante la posibilidad de que Iason realmente lo quisiera fuera de su hacienda, de qué realmente ya no lo necesitara… así que prefería largarse y no escucharle, desaparecerse y no verlo…

 

 

 

- Señor Katze ¡Señor Katze! – Daryl había ido en su búsqueda – ¡Ha ocurrido algo terrible!

 

 

- Más despacio  – Trató de calmarle - ¿Qué ocurre?

 

 

- El señor Riki se va a ir de la hacienda… la señora lo despidió.

 

 

- ¡¿Qué?! – El pelirrojo no pudo creerlo. Se había ausentado por unos minutos y pasaba eso. Daryl se sorprendió de cómo el hombre había tomado la noticia – Eso no puede ser ¿Cómo que lo despidió? Si Iason se entera… - Se llevó la mano a la barbilla, preocupado. El Mink, si descubría lo que había pasado durante su ausencia… - ¿En donde está ese muchacho?

 

 

En la cabaña destinada a Riki, llegaba el pelirrojo con semblante enojado.

 

 

- ¿Qué se supone que haces?

 

 

- Hago mi maleta… - En efecto eso hacía – Oye… ¿Me das un aventón hasta el pueblo? Si llego temprano podré conseguir posada hasta mañana.

 

 

- Hay que ver lo inconsciente que eres – Escupió el mayor con sumo enojo.

 

 

- ¿Ah? – El pelinegro hizo una mueca exagerada - ¿De qué diablos me estás hablando?

 

 

- Decidir irte así como así… después de todo lo que el señor ha hecho por ti… - Lo miró con desagrado.

 

 

- Se lo aplaudo si quieres – Se burló - ¿Me llevas o no? – Ante la falta de respuesta por parte del pelirrojo, el moreno desistió – Olvídalo… - Se dispuso a pasarle por un lado.

 

 

Katze afiló la mirada. Rápidamente lo tomó con brusquedad de la muñeca, antes de que pudiera siquiera salir de la habitación.

 

 

- ¡Oye! ¡Suéltame!

 

 

- Eres un completo insensato – A pesar de los berrinches empezó a arrastrarlo hasta donde se encontraba su camioneta – Si no fuera porque no confío en tu mayordomo, no dudaría en amarrarte en tu cama. 

 

 

- Espera… ¿Tú también dudas de las intenciones de ese bizco?    

 

 

Katze hizo caso omiso a sus palabras, continuó arrastrándolo. Abrió la puerta.

 

 

- Sube.

 

 

- … - Riki se sobó la muñeca enrojecida - ¿Me llevarás hasta el pueblo?

 

 

- ¡Por supuesto que no! No digas idioteces. Sube – Volvió a ordenar.

 

 

- Ya, ya… tampoco me vayas a pegar – Refunfuñó. 

 

 

Mientras el vehículo andaba, la tensión iba en aumento.

 

 

- Entonces… ¿Adónde vamos?

 

 

- A mi casa. Te quedarás allí hasta que el señor Iason regrese.

 

 

El moreno permitió que el silencio volviera por un par de segundos.

 

 

- Esto… no veo la necesidad de que…

 

 

- Escucha - Interrumpió el mayor – Me importa muy poco o nada lo que pienses o no. Se me ha ordenado que vele por ti. Eso es todo.

 

 

De nuevo el silencio.

 

 

- Ahora resulta que también tengo guardaespaldas. La señora quedará muy complacida luego de enterarse de esto – Se burló, aunque estaba más que clara la molestia que sentía ante todo lo que estaba pasando.

 

 

 

Katze no le respondió a ninguno de sus comentarios. En el momento en que llegaron a la casa – Que era bastante amplia, como una quinta – El mayor se dispuso a llevar al mestizo a la que sería su habitación momentánea.

 

 

 

- No quiero molestias ni quejas. Te levantarás temprano y dormirás temprano. Tendrás tus tres comidas respectivas…

 

 

 

- Pero… - Iba a recriminarle el porqué tenía que quedarse allí.

 

 

- Bajo ningún motivo salgas de la casa. Si te ven los otros terminará sabiéndolo la señora Mink. No me obligues a optar por amarrarte y encerrarte bajo llave ¿Está bien?

 

 

Riki asintió.

 

 

- Tranquilo. Ya entendí. Quietecito hasta que venga papito – Mencionó a modo de burla, pero claramente enojado.

 

 

 

El moreno pensaba que el mayor le decía esas cosas por fastidiarle, en nada creía que fuera capaz de hacerle todo lo que le mencionaba… ¡Cuán ingenuo era el mestizo! 

 

 

- ¿Vienes a recriminarme?

 

 

 

- Por su puesto que no señora. Es sólo que Riki ha desempeñado muy bien su trabajo. Un despido injustificado podría traer problemas.

 

 

 

- Por favor, estoy segura de que ese muchacho no sabe nada de leyes laborales – Observó al pelirrojo de arriba abajo – Mi hijo me agradecerá que me deshiciera de esa plaga. Su permanencia en ésta casa no haría más que empeorar su situación… y espero tu cooperación Katze.

 

 

 

El pelirrojo asintió, aunque estuviera en completo desacuerdo con la mujer. Debía mantener a Riki oculto hasta el regreso de su patrón.

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

 

Einnnsss!!!! Gracias a kami que Katze lo detuvo antes de que marchara!!! >/////< (inner: va a arder troya cuando Iason se entere de lo que hizo su madre!!!!! OoO) esperemos a ver que pasa *-^ gracias a todos por leer y por cualquier comentario que deseen dejar… besos y abrazos…. espero que tengan un happy new year!!!! xD Bye Bye!! 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).