Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Corazón Indómito por sue

[Reviews - 310]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Hola Hola mis amores! :D Aquí de nuevo, muy feliz  y contenta porque estén de nuevo con nosotros, agradeciendo a cada personita que se molestó en dejar su rr en el capi pasado, en verdad son muy apreciadas sus palabras n_n Muy bien! Ahora un pequeño reto mental :D El capi se llama “Las tres llaves”, son figurativas, a medida que vayan leyendo, dichas llaves serán expuestas, como representando algo muy importante que resguardan (inner: Y esto lo haces para…? O.o?) Para saber si mi narrativa es bien captada n_n si a la final de leer el capi coincidimos con las llaves y el significado de cada una, me informará que se entendió lo que deseaba transmitir (inner: o.o?) o sea, que el mensaje llegó, hay veces en que no estoy segura de si el modo en que escribo las cosas se entiende ^^ (inner: o.o” que lala, tendré que echarle cabeza para tener mi propia definición de las supuestas llaves al terminar de leer? -____-) Así es! No te parece divertido? *-* (inner: NO o_o ) ja ja ja xD Al que si quiera pensar *Lanza una mirada a la inner ¬___¬ * Espero que logremos coincidir! Nos leemos abajo para ver si es así! :D   

 

Bien mis amores, antes de empezar a deleitarse *.* quiero mostrarles unas manualidades que hice, con el motivo de ank, por supuesto n/////n Seguir los links onegai:

 

http://i540.photobucket.com/albums/gg346/sue_zoe/Suecitos_Ainokusabibandera_bySue_zpsae39b6ea.jpg

(Este es una especie de banderín que guindé en mi habitación, al principio iba a ser la funda de una almohadita xD)

 

http://i540.photobucket.com/albums/gg346/sue_zoe/CIMG0332_zps29b79fa4.jpg

(Y éste un CD viejito y que ya no servía que decoré, lo coloqué arriba de la cabecera de mi cama para verlo antes y después de ir a ella *.*)

 

Espero que con esto se animen a hacer sus propias manualidades n_n con amor las cosas quedan preciosas! <3

 

 

 

 

Los días consiguientes fueron bastante agotadores para Riki, por un lado se sentía aliviado de poder ver a la cara a Iason sin que la culpa le entrara por los ojos, pero por otra parte tener que esquivar a Amado se había vuelto una verdadera tarea de titanes. El hombre era bastante persistente y más porque para hacerlo caer en sus redes, hacía uso de las más impensables de las artimañas.

 

 

Incluso en una oportunidad el Mink se las arregló para que entrara en su habitación, ya dentro, cerró la puerta con llave.

 

 

- Esto… - El sudor frío comenzaba a correrle por la frente.

 

- Ven aquí. No tienes nada que temer.

 

Amado se abalanzó sobre Riki, pero éste fue lo suficientemente rápido para huir de sus brazos.

 

- Eres bastante escurridizo – Mostraba su galante sonrisa.

 

Como  pudo el moreno llegó hasta la puerta y trató de abrir la puerta girando una y otra vez la perilla, pero sin éxito.

 

- Ok. Dame la llave.

 

En el momento en que se giró para extender su mano, pudo contemplar la llave plateada entre los dedos del rubio.

 

- ¿La quieres? Quítamela – Desafió.

 

Riki afiló la mirada y reculó un poco como tomando impulso, ya luego se arrojó como un animal sobre Amado para intentar quitarle la llave.

 

El ojigris apretó con fuerza el objeto en su mano derecha, mientras que sostenía al muchacho que hacía todo lo posible por abrirle la misma.

 

Amado estaba divirtiéndose. Riki estaba enojándose.

 

La sonrisa del hombre lo evidenciaba. El seño fruncido del muchacho se marcaba.

 

No se trataba de una pelea real, así que el pelinegro tuvo que hacer acopio de las ganas de meterle una buena patada al hombre en el medio de la honra.

 

- ¿Qué sucede mi querido Riki? ¿Te has cansado tan pronto de nuestro juego? – Mencionaba burlón ante el evidente control que podía tener sobre el moreno.

 

- ¡Ya déjate de vainas! Dame la puta llave – Extendió la mano – O no respondo.

 

- Pero que grosero. Así no se piden las cosas – Hizo una expresión llena de desaprobación.

 

- ¡Vamos! Si su hijo se entera se va a armar un lío bien feo aquí – Mencionaba ya cansado.

 

Amado le lanzó una mirada pícara al tiempo que levantó una de sus cejas.

 

 - ¿Quieres la llave? Ven a buscarla – Luego de mostrarle la misma, abrió un poco su pantalón y la deslizó dentro - ¿Iason se molestará? ¿Con quién? ¿Contigo o conmigo? Me gustaría saber eso.

 

- ¡Tsk!

 

Riki chistó y se dio media  vuelta.  Sus ojos dieron al instante con su salvación.

 

No lo pensó mucho cuando abrió la ventana y empezó a salir por ella.

 

Amado se recostó del marco para disfrutar el espectáculo del escapista. El muchacho trataba de apoyarse de los ladrillos más sobresalientes.

 

- Si te caes podrías romperte una pierna – Mencionó divertido - ¿Prefieres lastimarte a tener sexo conmigo? Que cruel.

 

- ¡Cállate! Si Katze se entera me partirá no una, sino las dos – La advertencia que le había dado el pelirrojo en ningún momento se le hubo olvidado. Rezaba porque ninguno de sus compañeros le viera salir por la ventana como un vil ladronzuelo. 

 

Por suerte, aquella vez su trasero y sus piernas salieron ilesos. Pero eso fue por muy poco.

 

Gracias a los cielos el moreno pudo contenerse al resto de las insinuaciones, era digno de ser aplaudido, hasta él mismo se desconocía actuando así.  Jamases de los jamases pensó que se resistiría a alguien que le atrajese tanto como Amado, porque a pesar de todo, la química entre ellos seguía existiendo, sólo que Riki procuraba que aquel vaso no reventara debido a semejante exposición al calor.

 

Se dio cuenta entonces y sin querer, del mecanismo de la atracción. Por más resistencia que pusiera, el hombre se volvía más y más seductor. Anteriormente cuando se entregaba a las pasiones de aquel que le atrajese, la pasión terminaba y el cuento llegaba así a su final, de ésta manera no tenía porque preocuparse por Guy, ya que Riki no solía encapricharse con camas ajenas, todo era cuestión de una noche, de un clímax y de un pronto olvido. Sin  embargo, al no dejarse llevar como siempre lo hacía, su cerebro se abarrotaba de la razón de su malestar… era cierto, Amado no salía de su cabeza pero no lo dejaría entrar en sus pantalones.

 

Más sin embargo, llegaron unos días en que el constante acoso del ojigris se vio aplacado. Riki entonces se confió. 

 

- Señor Mink – Murmulló con nerviosismo.

 

Le sorprendió verle a esas horas y el haber entrado a su casa sin su consentimiento.

 

- ¿Qué hace usted aquí? – La formalidad delataba su angustia.

 

- Riki. Ya te he mencionado que puedes llamarme por mi nombre de pila… y más si estamos sólo tú y yo.

 

- Si… señor Amado…

 

- Nada de señor.

 

- Amado entonces.

 

- Perfecto.

 

¿Qué le pasaba? A diferencia de otras ocasiones, el muchacho fue absorbido por sus encantos… sintió la soledad del cuerpo. Iason había estado muy ocupado con sus obligaciones y no había podido atenderle.  Por eso, en aquella oportunidad se sentía más sumiso… y Amado pudo olerlo, pudo sentir su falta de cama.

 

Riki había empezado a echarse para atrás cuando el mayor se empezaba a acercar, pronto su espalda chocó con la pared y pudo ser testigo de cómo los labios del hombre le capturaron sin siquiera poder evitarlo. Llevó sus manos a los hombros del ojigris y trató de apartarlo, pero éste ponía fuerza sobre su propio cuerpo, de modo que le era imposible.

 

 

- ¿Por qué… lo hiciste? – Mencionó cuando logró tomar algo de aire. Su virilidad empezaba a despertarse.

 

- ¿Qué…? … ¿No te gustó…? – Sonrió sensualmente.

 

- Pues no… - Era cierto, aquel beso le había gustado. De hecho, sentía como si animales voladores revolotearan en su cuerpo, pero no se lo iba a decir, eso sería incitar más su pasión. Su cabeza se abarrotó de miles de pensamientos que buscó de cegar de inmediato – Hágame el favor de marcharse… “de lo contrario, no podré detenerme”.

 

- ¿Por qué ahora me huyes?  - Sonrió -  ¿Es por Iason? – Le interrumpió. Había llevados las manos a la cintura del joven, de modo que podía mantenerlo prisionero el tiempo que quisiese.

 

El menor no respondió. Su propio calor empezaba a hacerle estragos.

 

- Tranquilo. Ya te lo dije. No tiene porqué enterarse.

 

- …Se… enterará…

 

- No… - Sonrió y le miró con deseo.

 

- …Lo hará…tarde o temprano. Entonces lo lamentaremos  - Su voz, un hilillo.

 

- Quieras o no te deseo. Y sé que me deseas también... y eso no podemos ocultarlo.

 

Al terminar de decir aquello, el hombre volvió a hacer posesión de los labios del más chico. Torpemente el hombre guiaba al pelinegro hasta donde se encontraba la cama. Riki se sintió morir ante las caricias del Mink, las manos expertas serpenteaban por todo su cuerpo como si ya lo conociese. La barba le hacía cosquillas cuando le rozaba el mentón. Pronto la lengua le avivó y el beso se volvió más y más húmedo. Su respiración estaba cada vez más agitada. Dio un respingo cuando Amado introdujo su pierna entre las suyas, buscando de abrirlas. Instintivamente le dio paso y dejó que empezara a jugar con su rodilla. Los gemidos por su parte aumentaron. Llevó las manos a los hombros en donde buscó de apoyarse. Se mordía los labios al tiempo que trataba de mantener los ojos cerrados.

 

- Ama…do…

 

Cuando el mayor tuvo la cama en su rango de visión sonrió internamente. Depositó al joven sobre la superficie acolchada y se ubicó arriba de él. Riki respiraba agitadamente, todo su cuerpo le hervía. Su cabeza le decía que no pero su cuerpo… su cuerpo evidentemente era todo un rebelde.

 

Más una imagen fugaz arrasó con su libido.

 

Era Iason ante sus ojos.

 

Buscó de apartar al mayor.

 

-  Amado…esto no…  no podemos hacer esto…

 

- … ¿Por qué no? – Le acariciaba - Ya te lo he mencionado. Mi hijo no lo sabrá y si se llega a enterar no creo que le importe.

 

Su corazón recibió un fuerte golpe.

 

- ¿Por qué dices eso? – Se alarmó ante lo mencionado.

 

- Porque él y yo solíamos compartir los sirvientes que nos gustaban ¿Qué? ¿No lo sabías?

 

No fue muy grato escucharlo.

 

- Claro – Dijo con amargura -  Aún así, no puedo hacerlo. Sería demasiado ya. Tengo pareja y tener dos amantes es… - Desvió la mirada tratando de conseguir el término indicado - Complicado.

 

- ¿Tienes pareja? – Analizó - ¿Te refieres a Iason?

 

- No… no es él  - Emitió en un murmullo.

 

Amado estaba sorprendido, no esperándose la confesión. Hizo reserva de sus sentimientos y se mostró apacible.

 

- ¿Me dices que hay otro aparte de Iason y de mí? Eres todo un gigoló.

 

- ¡Es diferente! Lo que tengo con Guy es diferente – Se apresuró a decir.

 

- Entiendo… – Detuvo sus caricias, pero seguía imposibilitándole la huída - ¿Y qué hay de Iason?

 

- Él… es otra cosa… - Desvió la mirada.

 

- ¿Qué cosa? – Preguntó con evidente autoridad.

 

Riki apretó los labios como si los sellara.

 

Sabía que no iba a hablarle. Amado se sintió resentido, “Está jugando con él”. Sin previo aviso, el mayor volvió a tocarle, ésta vez con mayor desespero.

 

- ¡Ya basta! – Exclamó el moreno - ¡No quiero hacer esto!

 

- Demasiado tarde ¿Dónde voy a conseguir un joven como tú a estas horas? Además si no te importa engañar a tu pareja con mi hijo, dudo mucho que te importe engañarla conmigo…

 

¡Eso no era así! ¡De verdad que no era así! Con Iason era distinto, pero ¿Cómo se lo decía? ¿Cómo se lo explicaba si ni el mismo lo entendía?

 

Trató de quitarse al mayor cuando empezó a toquetearlo… pero éste era incluso más fuerte que él. 

 

- ¡Quítese o no respondo!

 

- Je – Se rió - ¿Y qué vas a hacerme? ¿Eh? ¿Golpearme? – Se divertía de lo lindo viendo al joven luchando por soltarse – Ja ja ja.  

 

- Agh – Forcejeaba - ¡Ah!

 

El Mink le apretó con fuerza.

 

- ¡Así es Riki!… no sabes como me pones cuando te comportas así – Se burlaba.

 

Riki se movía de un lado a otro, ejerciendo toda su fuerza… logró soltar uno  de sus brazos y con él, asestarle un golpe al rubio en la cara. Amado sonreía mientras se llevaba una de las manos hasta la mandíbula, sorprendido; el moreno fue testigo de cómo su sonrisa desapareció para dar paso a una expresión sombría. Recibir aquel golpe de su parte no le había hecho mucha gracia, así que decidió ser justo y devolvérselo.

 

PLAF!!

 

Una bofetada fue suficiente para que Riki quedara tendido en la cama, sumido en el dolor. El chico se llevó la mano libre a la mejilla. La fuerza del Mink era tremenda.

 

- Auch… - Se quejó. De haberle dado un puñetazo, lo hubiese dejado inconsciente.

 

Amado aprovechó que estaba aturdido y volvió a tomarle con fuerza.

 

- ¿Te gusta más así verdad? Que te traten a golpes.

 

- Mjum… - Se quejaba, no tenía ganas de hablar, el dolor le entumecía la cara. El rubio insistía en despojarlo de sus ropas.

 

Le besaba y mordía con bestialidad. Riki trataba por todos los medios de bloquear  su mente, estaba perdido,  había tenido más oportunidades de zafarse si se tratase de Katze. Sólo tenía que cooperar y no sería tan doloroso. No duraría para siempre, un poco, sólo tenía que aguantar un poco… pero le era tan difícil, no supo en que momento la atracción se volvió en repudio y el placer en asco. Aquella risa que tanto le gustaba del mayor, la detestó, ya que se volvió burla de su incapacidad para defenderse.  

 

 

 

Amado se apartó lo suficiente para detallarlo, se hallaba arriba de Riki quien se encontraba bocabajo. Algo llamó su atención. Tomó la cuerda que desde su nuca se asomaba y jaló de ella de un sopetón, ahorcando al joven.

 

- ¡Agh! – Trató desesperadamente de quitarse la cuerda, la nueva que se había colocado era gruesa, siendo más fuerte y resistente que la anterior ¡Pobre Riki! Su decisión por mantener su tesoro alrededor del cuello lo estaba dejando al borde del desmayo. 

 

- Veo que hasta tienes tu propio collar. Que detalle el de mi hijo – Mencionó con encanto y con una sonrisa por demás perversa – Te queda perfecto - Su sonrisa delataba su gusto por el sadismo - ¿Te gusta que lo jalé así?

 

Riki había llevado las manos al cuello y trató de escaparse de la que era su horca.

 

- Ya no tiene caso que te resistas. Vas a ser completamente mío. Propiedad de Amado Mink…  como todo lo que hay en ésta hacienda – Se llenaba la boca orgullosamente - Incluso Iason me pertenece ¿Qué te hace creer que puedes considerarte exclusividad suya si ni el mismo tiene poder en él ni en sus decisiones? 

 

- …Ku… - Lo mencionado lo llenó de rabia - …Bas…tardo…

 

- ¿Mmm? A ver. Parece que quieres decir algo ¿Quieres quejarte? – Jaló con más fuerza - ¡Dilo más fuerte que no te oigo!

 

- ¡¡Agh!! – La saliva se escurría por la comisura de sus labios - …Iason… él… no te pertenece…

 

Las palabras de Riki llevaron a sus dedos a soltar un poco la cuerda.

 

- ¿Ah si? – Emitió con suavidad y un tanto meditativo.

 

El rubio fue tentado de nueva cuenta por la cuerda alrededor del enrojecido cuello, la examinó encontrándose con el anillo.

 

Lo deslizó hasta ser capaz de ver de qué se trataba.

 

- Esto… - Pestañó incrédulo.

 

- Cof… cof…

 

Volvió a la realidad cuando su cabeza se inundó de un recuerdo:

 

“Aunque no lo sepa, Riki tiene la llave de mi corazón. Yo mismo se la entregué

 y sé, que no se la quita para nada”

 

Había pensado que su hijo le había hablado en metáfora. Un anillo que representara un compromiso real y verdadero. Él sabía cuanto significaban, pues tenía dos en su poder. 

 

El ojigris suavizó su semblante.

 

- Por lo visto ya no podremos seguir jugando… tienes el aroma de tu dueño por todas partes. Tengo una nariz muy delicada ¿sabes? – Mientras lo decía se tocaba la punta de la misma.

 

Riki le miró soltarle y levantarse de su cama, antes de irse por el umbral de su puerta.

 

- Hasta luego, mi joven Riki. Ha sido una velada gratificante.

 

Y se fue.

 

Ya solo, el joven no se movió de su sitio. No quería pensar en nada ni hacer nada. Así pues, entre la rabia y la confusión, se quedó dormido.

 

 

***

 

 

Permaneció en cama como si hubiese sido soldado a ella. No quería levantarse de allí y encontrarse con nadie que le molestase o le hiciera preguntas. No tenía ganas de comer, de cepillarse, de bañarse, en fin, no tenía ganas de absolutamente nada. Quería fundirse en el colchón, estaba demasiado avergonzado y rabioso consigo mismo, estaba seguro de que de si nunca le hubiese hecho caso al hombre, nada de aquello hubiese pasado.

 

Había sido una experiencia horrible que quería olvidar.

 

Se arropó con la sabana hasta la cabeza de modo que sólo se podía ver el bulto sobre la cama.

 

TOC! TOC! TOC!

 

- ¡¡Riki!! ¡¡Abre la puerta!! No creas que te puedes venir a hacer el vago. Mientras que yo esté, trabajarás como todo el mundo ¡¿Has oído?! – Katze con la mano en puño, golpeaba con fuerza - ¡¡Riki!!

 

 

Más Riki no contestó. Finalmente Katze le pidió las llaves a Daryl y se metió en la cabaña sin ser invitado. Allí se encontró con el bulto de tela que evitaba mostrarse. El pelinegro le dijo que estaba enfermo y que no podría ir a trabajar en los próximos días. Obviamente que la respuesta no fue bien recibida por parte del pelirrojo. Katze forcejeó con él hasta que logró quitarle las sabanas… lo que vino luego fue lo inevitable.

 

- ¡Fuera de aquí!

 

Realmente estaba enfadado. El capataz se retiró no porque se lo ordenara, era evidente que el muchacho no estaba dispuesto dar explicaciones ni a razonar.

 

Cuando le contó a Iason lo que había visto – no pudo guardárselo para sí y menos conociendo la veracidad con que se transmitían los chismes –, Iason llegó fugaz a la habitación de Riki. Pero el pelinegro había tenido mayor precaución y ésta vez cerró la puerta de su cuarto.

 

- Riki ábreme – Le pedía Iason. Tenía la llave de las cabañas pero no la de las habitaciones de las mismas. 

 

- No es necesario que entres. Tengo la peste – Trataba de pasarse por enfermo, incluso se había tapado la nariz con los dedos para sonar fañoso – Si entras morirás – Advertía con cierto grado de dramatismo.

 

- Si no me abres tumbaré la puerta – Anunció.

 

Riki no se movió de su sitio. Si esperaba lo suficiente estaba seguro de que el hombre se cansaría y se daria por vencido, se convenció de ello al pasar unos segundos sin oír ni un ruido.

 

KABLAM!!  … … … (Haciendo milagro con las onomatopeyas xD)

 

El moreno quedó con los ojos como platos, no se esperó con que el rubio le diera una patada a la puerta, y mucho menos que ésta se abriera.

 

- Mierda – Trató de todos los medios de cubrirse.

 

El Mink no tuvo tregua y se aproximó hasta la cama.

 

- Riki ¿Qué te ha ocurrido?… - Trató de tocarlo.

 

- ¡¡No me toques!!

 

El ojiazul se apartó.

 

- ¡Ya te dije que estoy enfermo! Estoy muy pero que muy enfermo…si me tocas te vas a enfermar de muerte – Mencionó –…Estoy… sucio… - Emitió casi inaudiblemente para luego cubrirse la cabeza con las manos.

 

Iason se acercó, cansado de sus berrinches y le obligó a que le mostrara lo que le había contado Katze.

 

Le detalló por un tiempo que a Riki le pareció una eternidad. Ya luego y sin delicadeza, Iason le tomó del rostro.

 

- ¿Quién te hizo esto? – Demandó para nada amigable.

 

Una mancha oscura se mostraba en donde se encontraba el pómulo del muchacho. Tenía que haber recibido una bofetada con los nudillos, estaba seguro de ello. Y su querido cuello…

 

- Respóndeme – Aumentó el tono de su voz al detallar más moretones y la piel del cuello quemada por la cabuya.

 

Riki titubeó un par de segundos. Tenía que pensar en algo.

 

- … Me dieron una coñaza, eso es todo.

 

- No me veas cara de idiota. Esto no fue el resultado de una bruta riña ¿Crees que de haberte peleado no me hubiera enterado? – Sus ojos en verdad destilaban un aura amenazadora – Muéstrame tu cuerpo – Quería ver más.

 

- ¡Ya párale! – Trató de apartarlo - ¡No soy tu mujer! ¡Deja de tratarme como si lo fuera! ¡¡Déjame en paz!!

 

- Suficiente.

 

Iason se hartó. Se subió sobre la cama, encima de él para ser más precisos y le obligó a mostrarle su piel, fue allí cuando divisó más a fondo las señales del maltrato.

 

- ¿Fue… mi padre? – Preguntó, conteniéndose.

 

- …

 

Riki no sabía que decir.

 

- ¡¡Contéstame cuando te estoy hablando!!

 

Le había gritado. Riki se aterró. Realmente el ojiazul estaba furioso.

 

- …Si… - Musitó con dificultad - …fue él…

 

El muchacho, fue testigo de cómo la mirada del hombre pareció encenderse. Nunca había visto esa expresión en el  rubio.

 

- Voy a matarlo.

 

Cuando el ojiazul se levantó colérico, el pelinegro se alarmó. Algo le decidía que debía detenerlo a como diera lugar. Hizo lo posible para evitar que se marchase. Empezó a jalarle de la ropa, los ojos apacibles que conocía centellaban extraños ante  la ira.

 

- ¡¡Espera Iason!! ¿Cómo que vas a matarlo? – No había que jugar con las expresiones, no sabía si estaba hablando en serio - ¡No vayas a cometer una locura! - Se aferró a su cintura y trató de hacer freno con los pies, pero era inútil.

 

- Se atrevió a tocarte… a hacerte daño – Mencionó con mayor grado de efervescencia. Mencionó con completa seguridad: – Va a pagar muy caro su atrevimiento.

 

- ¡No lo hagas! ¡Yo estoy bien! – Lo jalaba, pero era imposible. Lo arrastraba – En verdad no me hizo nada. Trató pero no lo hizo… - Se ubicó enfrente y le abrazó - ¡¡¡¡¡Tienes que creerme!!!!

 

Iason se detuvo en seco.

 

- ¿Es eso cierto?

 

Riki subió el rostro y se halló con la mirada inexpresiva, casi robótica del Mink. Asintió todas las veces que pudo y se aferró a su pecho con fuerza.

 

- Es cierto. No me hizo nada. Te lo juro. Se detuvo – Introdujo su cabeza para no seguir viendo aquella mirada tan fría. Le aterraba verle así – Por favor… créeme… 

 

Todos los que le habían visto trataban de hacerse los desentendidos, pero era difícil. Riki continuaba aferrándose al ojiazul como si temiera que fuera a escurrírsele de los brazos. Con miedo de que fuera a cometer una locura.

 

- Mírate. Te golpeó – Mencionó el rubio de pronto – Se atrevió a ponerte la mano encima – Sonaba tan rabioso.

 

- Olvídalo. No es nada. Trata de calmarte ¿Si?

 

Iason abrazó el pequeño cuerpo y empezó a acariciarlo con movimientos suaves, tratando de calmarse a sí mismo.

 

Riki se dejó hacer. No le importaba que los vieran sus compañeros, en ese momento lo único que le interesaba era tranquilizar al hombre.

 

- Iason… lo siento… todo esto es….

 

El Mink le obligó a que le encarara.

 

- No pidas disculpas por algo que no hiciste. No eres así.

 

Acto seguido el mayor se alejó de su contacto.

 

- ¿Adonde vas? – Trató de seguirlo, pero el mayor se detuvo de nuevo frente a él.

 

- No vengas. Necesito hablar con mi padre… - La mirada desconcertada de Riki lo instó a explicarse y a suavizar un poco la mirada para contrastar con sus palabras – No te preocupes, no llegaremos a los golpes. Ahora tú confía en mí. 

 

- Iason…

 

El moreno permaneció quieto mientras el ojiazul se alejaba. Ni por un momento pensó en el escándalo que habían hecho frente a la servidumbre. Pensaba en Iason y nada más.

 

Iason llegó hasta donde se encontraba su padre. Lo halló sentado de lo más tranquilo en uno de los sillones que le encantaba.

 

- ¿Me acompañas? – Le mostró una copa junto a una sonrisa.

 

Plaf!! Crash!!

 

La expresión de su hijo y cuando el mismo le arrojó la copa al suelo de un manotazo, lo hizo cambiar su actitud.

 

- Veo que ya te has enterado – Lamentaba la copa rota y el vino desparramado en el piso.

 

- ¿Cómo te atreviste?

 

- ¿A qué? – Soltó mordaz y con la mirada afilada - ¿Desde cuando tienes autoridad sobre tu padre? – Se levantó, mostrándose completamente serio.

 

- ¡Sabes lo que siento por él! – Exclamó – ¡Sabes que lo amo! Y aún así tuviste el descaro de tocarlo.  

 

Amado negó con la cabeza.

 

 - No debes alzarle la voz a tu padre – Su voz, tétrica y bien medida.

 

- ¡No me vengas a hablar de respeto cuando te atreviste a irrespetarnos a mi madre y a mí! – Se aproximó peligrosamente hasta el otro – Lo que acabas de hacer es lo más vil e imperdonable.

 

- Por favor Iason, nunca quedamos en que no lo tocaría ¿Qué acaso crees que ese muchacho es un santo? En ningún momento se resistió a mis invitaciones – Informaba – Hasta él mismo se me insinuaba. Me coqueteaba descaradamente… ¿Qué pretendías? ¿Qué me quedara sin hacer nada? Soy un hombre con debilidades y ese muchacho es la tentación hecha hombre.

 

- Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión… - Mencionó dudoso – En cierto modo, confié en ti… y me saliste con ésta mala jugada.

 

Amado guardó silencio por unos segundos.

 

- ¿Tan seguro estás de la fidelidad de tu querido?

 

 

Iason estaba tan enojado que lo mostraba facialmente.

 

 – Vamos a ponerle punto final a todo esto – Fue su respuesta.   

 

El rubio mayor levantó una ceja, expectativo.

 

- ¿A que te refieres?

 

- Una carrera. Tú  y yo.

 

Amado no pudo ocultar su impresión.

 

- ¿Estoy claro en lo que oigo? Me desafías a una carrera… ¿A MÍ? – Mencionó burlándose junto a su carcajada narcisista. Cambió el tono de su voz, ahora se escuchaba más juicioso - ¿Qué pretendes?

 

- Defender lo que es mío – Mencionó – Si gano, te irás de la hacienda y no volverás a meter tu larga nariz en mis asuntos. También me darás el control absoluto sobre la hacienda y sobre mi vida. Ya no quiero que madre o tú se vuelvan a meter en ella. Eso se acabará.

 

Le parecía interesante que el hombre se revelara de tal manera.

 

 - Muy bien, como quieras ¿Y si pierdes…?

 

- Tú dime – Extendió los brazos.

 

La sonrisa de Amado se volvió siniestra.

 

- Ya que me das completa libertad para decidir, la tomaré – Hizo una breve pausa en la que su voz  tomó un tono de profeta - Si pierdes,  te olvidarás del amor absurdo que le tienes a ese muchacho y te casarás con cualquiera de las pretendientes que tu madre y yo dispongamos… - Aclaró - No seré tan cruel, dejaré que escojas la que quieras de ese lote – Enfatizó - ¿Lo ves? No puedes decir que soy un villano, en cierto modo saldrás ganando.

 

- De acuerdo…

 

- Una cosa más – Le interrumpió. Sus ojos brillaron de lujuria – Y en cuanto a Riki, dejarás que me quede con él.

 

- ¿Qué? – Sintió de nuevo que perdía los estribos – No metas a Riki en esto.

 

- Tú decidiste tu premio y lo justo es que yo elija el mío – Habló – Sabes que cuando pongo mis ojos en una presa no la suelto hasta no terminar con ella. Riki no se librará de mí tan fácilmente. Al menos no hasta que me canse de su cuerpo.

 

Iason se mordió la lengua. No importaba lo que le pidiera su padre, siempre y cuando él ganaba claro está.

 

- De acuerdo. Esas serán las condiciones.

 

- Buen chico – Sonrió – Aunque, es evidente que al juntarte con campestres has terminado pensando como uno de ellos. Que desperdicio – Escupió con desdén – Tantos estudios echados a la basura.

 

 

***

 

 

- Sé que te parecerá extraño que te citara – Mencionó Katze - Habrás escuchado que el señor Amado y el señor Iason competirán mañana.

 

- Lo sé, es de lo único que se habla – A pesar de que no lo habían guardado como secreto, la gente se las había apañado para enterarse de todo.

 

- El señor Iason no puede competir. Tienes que detenerle.

 

- ¿A qué te refieres con eso? Si es una carrera estoy seguro de que Iason la ganará.

 

- No lo entiendes. Conozco a Amado Mink más que tú. Su yegua… Júpiter, es conocida cómo la más rápida, inclusive le ha ganado a los más rápidos sementales… - Hizo una pausa.

 

- ¿Y eso qué? Iason lo hará comer tierra, compita con ese o cualquier caballo, estoy seguro.

 

 - Las cosas no son tan sencillas. Iason, nunca ha sido vencido por ningún jinete, excepto por su padre.

 

Saberlo lo impresionó. Eso no lo sabía.

 

- Blondy no ganaría, Iason no tiene oportunidad y él lo sabe. Si no lo ha derrotado antes ¿Qué lo hace pensar que ahora sería diferente? – Katze iba a entregarle al muchacho una mirada desesperada, para pedirle auxilio - Por eso tú…

 

 - No puedo creerlo. Hay que ver que no conoces a Iason… ¿Qué no eres su amigo? ¡Se supone que debes confiar en él! ¡Rayos! – Se calmó – Mira, no importa con qué o cómo, estoy seguro de que Iason va a ganarle a ese viejo – Mencionó.

 

Katze le vio directo a los ojos, no podía creer que estuviera escuchando esas palabras y que se mantuviera tan aferrado a ellas. Al menos no lo esperó de Riki.

 

- ¿Cómo es que estás tan seguro?

 

- ¡Coño! – Escupió con suma molestia - Porque yo tengo fe en él. Lo que tú, evidentemente no tienes.

 

El pelirrojo abrió más los ojos debido a la impresión, se había dado cuenta de la verdad que destilaban las palabras del muchacho. Riki realmente creía en Iason, así todas las probabilidades estuvieran en su contra, el pelinegro estaba convencido de que esa victoria era evidente.  Soltó un ligero suspiro.

 

- Tienes razón. Iason no se dejaría vencer. Ni por su padre, ni por nadie.

 

 

***

 

Iason acariciaba a Blondy, el  caballo blanco siempre le había dado la victoria. Pero aquella era una que no había esperado tener. Nunca había deseado realmente vencer a su padre, tenerlo como una figura poderosa e invencible a la cual admirar, le parecía suficiente. Ahora, debía hacer pedazos aquella ilusión que lo había acompañado desde niño, por el bien de su amor.

 

 

El ojiazul fue sacado de sus pensamientos al atisbar una nueva presencia en la caballeriza.

 

Riki quedó maravillado con lo que vieron sus ojos. El rubio vestía uno de sus trajes de jinete y llevaba una cola de caballo muy alta y bien ajustada. Nunca le había visto así. Sus mejillas adquirieron tono de inmediato, aquellas orbes azules resaltaba de más en el límpido rostro del Mink, mejor apreciado en cada rasgo por aquel peinado.

 

- Te ves bien.

 

- Es de la suerte – Refiriéndose al traje.  

 

Iason se percató de que el moreno se hallaba más cubierto que lo usual, no era por el clima, sabía que usaba esa chaqueta para ocultar las marcas que aún sellaban su piel.

 

-  “Me gusta lo que hiciste con tu cabello” – Quiso decir el muchacho, pero lo formuló únicamente en su mente, no era momento para ponerse en plan afectivo - Iason. Katze me contó lo que pretendes hacer – Habló.

 

El Mink sonrió con levedad.

 

- Digas lo que digas, correré.

 

- No he venido para detenerte – Le interrumpió con los brazos cruzados.

 

- ¡! – Ocultó con rapidez su reacción – Claro, no lo harías.

 

- Escucha: Sé que tu padre y tú tienen viejas cuentas que saldar. No podría interferir en algo así. Ese no es problema mío – Se acercó hasta quedar muy cerca del ojiazul –Ya los muchachos están apostando - Sabiendo que se estaban empezando a cocinar las jugosas apuestas.

 

- Lo sé. Me he enterado que la mayor parte de la hacienda lo ha hecho a favor de mi padre – Dijo, conociendo el favoritismo hacía el ojigris.

 

- ¡Que se jodan! Digan lo que digan, le apostaré a que ganarás.

 

Su corazón se estremeció ¿Confiaba de aquella manera en él? ¿Deseaba sinceramente su victoria?

 

- Mejor que apuesten así. Que los burros crean que van a ganar. Pero ni se te ocurra perder – Le amenazó – Tengo una gran inversión puesta en ti.

 

- Jum… ¿Por qué me temía que dirías algo así? – Trató de mostrar una sonrisa, se sentía como un caballo sobre el que Riki tenía puesto todo su dinero.

 

Ciertamente el ojiazul no estaba muy seguro del desenlace de aquella carrera, daría lo mejor de sí.

 

Se puso tenso cuando Riki le acarició el pecho y trató de tomarle el varonil rostro. Se apartó antes de que pudiera siquiera tocarlo.

 

- ¿Qué haces?

 

- Sólo quiero darte un beso de buena suerte ¿Qué? ¿Estás asustado? – Susurró.

 

El Mink le regaló una mirada tierna.

 

- Mejor que el beso sea mi premio ¿No te parece?

 

Riki luego de escucharle no pudo evitar esbozar una sonrisa.

 

- Bien. Buena suerte entonces – Hizo una breve pausa para llenar su boca de un tono de voz orgulloso - …Mi patrón.

 

***

 

Al cabo de unos minutos, ambos hombres llegaron cabalgando a sus respectivos caballos. Todo estaba dispuesto para que la carrera se diera iniciara. Se colocaron en sus posiciones.

 

El clima era propicio. La llanura se extendía limpia ante ellos. Habían prohibido a los empleados acercarse por lo que aparte de los competidores, se encontraban un hombre que daría la señal de salida – el que se encargaría de contar el resultado al resto de los curiosos - y Katze, que los esperaba en la meta. 

 

- Ahora es tu oportunidad de redimirte. Soy capaz de olvidar tu osadía. ¿Tienes idea de que conllevará tu fracaso? No sólo abandonarás tu libertad, sino que dejarás a tu querido Riki a mi cargo. Dime Iason ¿Eres capaz de arriesgarte tanto?

 

El ojiazul apretó las riendas con fuerza al tiempo que sus ojos se afilaban como los de un animal.

 

Definitivamente. Definitivamente tenía que ganar.

 

- El que no arriesga, no gana padre.

 

Dieron inicio a la carrera.

 

La salida fue pareja, pero a medida que iban avanzando la majestuosidad de la llamada Júpiter se hacía evidente. Iason hacía lo posible por acercarse, más la estrategia de su padre de bloquearle el paso estaba dando resultado.

 

El ojiazul maldijo internamente. La yegua estaba muy bien adiestrada para las carreras pero Blondy no se quedaba atrás.

 

- Ríndete de una vez – Amado se permitió vociferar al viento, cuyas palabras llegaron a oídos de Iason como un murmullo mal intencionado.

 

Ya no era cuestión de vencer a su contrincante, no se trataba de una simple victoria. Tenía un motivo más fuerte. Su libertad estaba en juego. Si no ganaba, volvería a ser presa y aquel su amo y verdugo.

 

Riki no pudo aguantar con sólo mirar a escondidas, tomó el primer caballo que encontró y se dispuso a cabalgar hasta un lugar lo suficientemente alto como para detallarlo todo.

 

Con la respiración entrecortada observaba como Iason y su padre tenían una batalla bastante reñida. Tenía que hacer algo. Ahuecó entonces sus manos y las colocó alrededor de su boca.

 

- ¡¡IASOOOOOOOON!! – Gritó desde la colina.

 

El aludido le escuchó a lo lejos. Como pudo divisó a Riki.

 

- “Riki…”

 

Ya teniendo su atención, el menor volvió a llenar sus pulmones de aire y lo soltó con todas sus fuerzas.

 

- ¡¡GAAAAAAANAAAAAA CARAAAAAJOOOOOOO!!

 

Iason sonrió paulatinamente. Sentía como por su cuerpo corría una energía desconocida. Tenerlo así, apoyándolo, confiando en él.

 

No podía defraudarlo.

 

Aumentó la velocidad.   

 

- “¡No puede ser!”

 

Amado veía a su hijo de pisarle los talones a ubicarse  a su lado. El hombre se veía totalmente decidido, enfocado en la meta, para él nada más existía. Al final se encontraba Riki, esperándole para darle el beso más dulce de todos, el procedente del néctar de la victoria…

 

Katze se preparó, ambos caballos se acercaban.

 

Pasaron los caballos al galope, dejando un fuselaje de tierra y polvo.

 

El pelirrojo dio su veredicto:

 

- Blondy llegó primero. El señor Iason ha ganado.

 

 

Amado aceptó mientras Júpiter relinchaba y no dejaba de moverse por la adrenalina.

 

 

- “Luchar tanto por aquel que amas…” - A pesar de haber sido derrotado, mantenía su mirada altiva – “Felicia debe estar orgullosa de ti, Iason” – Se convenció de ello en lo más profundo de su corazón.

 

- Gané… ya todo terminó… - El sudor chorreaba de la frente enrojecida del ojiazul.

 

Riki llegó galopando. Se bajó y corrió en dirección a Blondy.

 

- Iason – Le mostraba una extensa sonrisa, tenía ganas de zarandearlo y brincar de júbilo – ¡Felicidades!

 

- Riki… - Los ojos se le pusieron blancos y poco a poco fue cayendo.

 

- Oye, oye, oye.

 

Iason se desplomó. El moreno fue rápido y logró atraparlo antes de que se cayera del caballo.

 

- ¡Iason!

 

Katze quiso ir en su ayuda, más Amado se lo impidió con un gesto de su mano.

 

- Déjalos – Le mencionó.

 

El pelirrojo le miró para luego asentir.

 

Riki como pudo sentó a Iason en la tierra. Cuando le tomó el rostro, notó con caliente que estaba.

 

- ¡Pero si estás hirviendo en fiebre! ¡Iason! ¡Iason reacciona!

 

Empezó a hamaquearlo para que despertase. Fue abriendo los ojos lentamente.

 

- Riki… - Soltó una ligera sonrisa - Eres tú… – Tenía todo el rostro carmesí y empapado por el sudor.

 

- ¿Te has vuelto loco? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué corriste estando así? Te hubieras podido caer mientras estabas galopando ¡Sabes lo peligroso que es! ¿Y si te hubieses golpeado? – Se veía claramente preocupado. Se percató: -  Por eso no querías besarme ésta mañana, porque no querías que me diera cuenta ¿No es así? Sabías que de haber sabido que estabas enfermo te habría detenido – Tenía ganas de sacudirlo de nuevo, pero a modo de protesta - ¡No se vale Iason!

 

Iason pestañó un par de veces con debilidad, debido a la fiebre sentía que todo le daba vueltas. Aún así, estaba en los brazos de Riki y eso le hacía ignorar cualquier malestar.

 

- Siempre buscas la razón más complicada… ¿Verdad Riki?

 

Se molestó, más bajó la guardia, el Mink lo supo por el tono de su voz.

 

- ¿A qué te refieres?

 

- …No quería que te enfermarás… eso es todo… - Volvió a desmayarse.

 

 - Estúpido Iason – Masculló tratando de acomodarle los cabellos despeinados que se aferraban a su frente sudada – Ya me siento muy mal… me contagiaste - Riki se ruborizó refiriéndose otro tipo de contagio, uno procedente del corazón.

 

Enfocó su atención en ayudar a llevar al Mink a la hacienda y durante todo el camino, su corazón  no dejó de latir con fuerza.

 

***

 

Riki le acompañó mientras que Daryl le colocaba compresas de agua helada en la frente a Iason.

 

- Señor Riki ¿Podría estar pendiente del señor Iason por un momento? Necesito ir por más hielo.

 

Daryl los dejó solos. Riki se levantó de la silla y sentó a su lado, al borde de la cama. El hombre respiraba algo agitado debido a la fiebre.

 

- Eres un pelmazo, de verdad. Arriesgarte tanto por simplemente ganarle a tu padre – Emitió con enojo fingido e ignorante de los términos de la carrera.

 

Riki llevó su mano al pañuelo y volvió a remojarlo en el cuenco con agua. Lo exprimió y lo colocó con delicadeza en la frente húmeda del rubio.

 

- Iason… - Su voz sonaba más cariñosa. Suspiró y esperó un par de segundos para volver a hablar – Te quiero… - Se apresuró a decir por si lo había escuchado: - Te quiero mejorado – Abrió los ojos que había cerrado para evitar tener que ver la reacción del ojiazul ante sus palabras. El moreno le acarició los cabellos - ¿Me oíste? – Susurró.

 

No obtuvo respuesta por parte del Mink. Estaba profundamente dormido.

 

- Has hecho un gran trabajo. Mejórate pronto – Continuó acariciándole. Se aproximó hasta su frente y depositó en ella un dulce y largo beso.

 

 

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

 

Mo!!!! Se lo dijo!!! Trato de taparlo luego pero le dijo que lo quiere!!! *//w//* (inner: trampa!!! no se vale, Iason andaba dormido por la fiebre y no pudo escucharlo 0>.<0 que se lo vuelva a decir cuando éste lúcido! T^T) Damme!! Esas son oportunidades únicas en la vida :T je je Riki se preocupó bastante porque Iason saliera lastimado si se hubiese caído del caballo *-* ¿Recuerdan cuando Riki se cayó y a Iason casi le da un patatús por la mortificación?  Riki no entendía porque el Mink se había alarmado tanto… ¿Será que ahora lo entiende? *o* (inner: pos claro! El temor a que se lastime el ser amado es la prueba suficiente… RIKI LO QUIERE!!!  Moe!!!  xD) *.*  Ahora! Las llaves! n.n (inner: que llaves? o.o) Inner!!!! ¬¬# (inner: Ah si! las que estaban representadas en el capi :p je je si, aquí tengo mi opinión anotada, esperare a que des la tuya :B) ¬.¬ Bien! ^-^ Como les decía mis queridos y adorados, saben a cuales llaves nos referíamos? ^.^ Aquí cuales eran:

 

1) La llave del cuarto

2) La llave del corazón

2) La  llave de la independencia (o de la independencia plena)

 

(inner: ¿Y bien? ¿Quién  la pegó? Estaba muy arrecho ese reto Owo *tirando a la basura sus anotaciones… no dio con ninguna*)

 

Aún no hemos terminado inner ^w^  Estos son los nombres que yo les di a las llaves, cada una pudo haberle dado un nombre distinto, lo importante son los significados n_n

 

(inner: Etto… explícame más detalladamente Sue-sama :B) hai! n_n

 

Llave número uno: La llave del cuarto

 

La vimos (en éste caso, leímos) más físicamente como la llave del cuarto de Amado.  Ésta representa la perdición para Riki xD Es la aceptación de una relación amorosa con Amado. Detrás de ésta puerta, se encuentran placeres inimaginables, pero también mucha culpa y dolor. Pero como sabemos, Riki rechazó de tajo ésta llave al rehusarse a acostarse con Amadito, así que se salvó por poco x3

 

(inner: ah ok… yo puse “llave de los pantalones de Amado Mink”, porque era la llave para entrar a su alcoba para hacer el cuchiplancheo o como la del cinturón de castidad ji ji ji:3… eso cuenta? owo)

 

Ja ja ja xD Definitivamente, eso mismo era nwn

 

(inner: yattaaaaa!!!! :D *Buscando entre la papelera sus anotaciones* Sigue sigue! Algo me dice que di también con la que sigue *____*)

 

Llave número dos: La llave del corazón

 

Ésta es la más romántica *.* y se trata nada más y nada menos que la mismísima llave que abre el corazón de Iason Mink! Quien es el portador de ésta llave, tendrá el amor de nuestro bello rubio. Es por tanto, la entrega total de Iason hacía su amado. Sólo si el amor es correspondido, la misma será guardada y atesorada.

 

(inner: soka o.o yo puse “el anillo”, aunque no sé como un anillo abre una puerta, sólo me imaginaba que se trataba de un lazo que los une owo)

 

Está muy bien inner! Y es que la llave del corazón de Iason está representada por ese anillo que siempre lleva  el morenazo en el cuello ;) no ves como Riki lo protege y no se lo quita para nada? Eso demuestra que lleva una parte de Iason consigo, algo que los ata así no quiera… que kawaii *=w=*

 

(inner: eh… interesante :I Cual es la última? Esa no la encontré, me comió  .___.”)

 

Llave número tres: La  llave de la independencia (o de la independencia plena) 

 

Simple: La emancipación del yugo de sus padres. Iason compitió contra Amado para ganarse la oportunidad de hacer con su vida lo que le viniera en gana x) digamos que era la llave de su prisión, por fin ha logrado salir de ella! Hora de hacer desastres rubio lindo! Nadie te lo impide! Vuela Iason! Vuela! :D

 

Inner: so desu ne, Quién lo hubiera imaginado? =3)  

 

Hasta ahí xD Ja ja Gomen por la chiflada de las llaves, quería hacer algo diferente y andaba en modo chiflis cuando escribí esto xP espero que hayamos coincidido en algo y que me lo hagan saber *-* En el siguiente capi se aclararán muchas cosas de las loqueras que mi musa me proveyó, así que no quiten la vista de sus monitores (inner: Tremendo culebrón! Corazón indómito en su etapa cumbre xB) ja ja así es!! Muchas gracias por haber leído y por cualquier opinión que deseen dejar  ^3^ Besos y abrazos multiplicados por mil!! Hasta la próxima ocasión!! Bye Bye!!    

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).