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Corazón Indómito por sue

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Notas del capitulo:

 

Hi! Sue reportándose!! ^w^ Esperando que todos se encuentren con bien, totalmente agradecida por tenerlos de nuevo por acá y por sus opiniones :B Retomando el hilo del fic, hemos leído como la noticia de que Riki se quedaría junto a Guy ha afectado a nuestro rubio (inner: hasta a mí me dolió el golpe en la cabeza X____X aunque por ser Riki mínimo le quiebro 54 floreros más, porque desde que inició el fanfic ha hecho sufrir a Iason ¬¬#) jaja no eres la única que quiere hacer eso xD en fin… vayamos a lo importante!! A leer se ha dicho!! ^.^  

 

 

 

 

 

 

 

 

- ¿Al establo? – El rostro de Katze no podía demostrar más confusión - ¿Para qué quiere que lo lleve ahí?

 

 

- Katze. Obedece ¿Desde cuándo haces tantas preguntas?

 

 

- Pero… - No pudo evitar dudar.

 

 

- Katze – Llamó, alarmado ante la idea de que alguien más llegara y los viera.

 

 

- Si, señor.

 

 

- “Riki…” – El mayordomo permanecía encogido en su sitio mientras el capataz se llevaba al hombre cargado en brazos.

 

 

Katze salió de la habitación; entonces el ojiazul se acercó hasta Daryl de manera intimidante.

 

 

- Escucha: Más te vale mantener la boca cerrada.

 

 

- Si… señor - Daryl asintió con algo de pavor.

 

 

- Ahora, ve con Katze… Ayúdale a espantar a cualquiera que pueda ver que está ocurriendo.

 

 

El mayordomo se apresuró en llegar hasta donde estaba el pelirrojo. Para mayor comodidad, se hubo colocado al pelinegro en el hombro.

 

 

- Espera – Daryl lo detuvo ante unas personas que se hallaban cerca - Ya se fueron.

 

 

- Bien… sigamos adelante.

 

 

- … ¿En verdad va a llevarlo hasta el establo?

 

 

- Ya lo oíste. Son órdenes del patrón.  

 

 

- Aún así…

 

 

- Vamos muchacho. En momentos como estos, lo único que se puede hacer es obedecer y esperar.

 

 

Ya en el establo, el pelirrojo ubicó a Riki sobre un montón de paja acumulada. Era increíble ver a un joven tan altanero y agresivo derrotado de aquella manera.

 

 

- “Es evidente que recibió un golpe mientras estaba de espaldas, indefenso. Sin tener la oportunidad de defenderse… nunca pensé que Iason cometería semejante bajeza” – Apretó los puños por la indignación.

 

 

- Señor Katze… dígame ¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Por qué el señor Iason dejó a Riki en éste estado? ¿Por qué pidió que lo trajéramos hasta aquí? ¿Qué le va a hacer?

 

 

- No lo sé. Sólo te puedo decir que estoy igual de confundido que tú… lo mejor será evitar molestar más al señor.

 

 

- Pero…

 

 

- Óyeme: No hay nada más peligroso que un corazón con despecho. Y ese hombre está muy despechado. 

 

 

Iason llegó al establo; los que se encontraban allí guardaron silencio inmediatamente.

 

 

- ¿Nadie los vio?

 

 

- No, nadie.

 

 

Iason asintió y se acercó hasta quedar frente al mestizo. Sus ojos azules se pasearon por el Riki desmayado, aunque su mente no le mostró esa escena. Quiso verlo como su querido durmiendo plácidamente sobre la paja. Incluso pensaba que se veía un tanto adorable.

 

 

- Parece que despertará dentro de poco… - Comentó Katze, había oído murmullos mientras lo depositaba en el suelo  - ¿Qué hago señor? ¿Quiere que busque algo de agua para despertarlo?

 

 

El Mink se apartó por un momento. Tomó unas cuerdas que se hallaban colgadas en una tabla y las arrojó. El polvo se elevó del suelo cuando éstas cayeron a los pies del pelirrojo.

 

 

- Átalo – Fue su mandato.

 

 

Daryl y Katze intercambiaron miradas. Incrédulos.

 

 

- ¿Está… usted hablando en serio?

 

 

- No quiero que huya – Sentenció - Hazle nudos fuertes. Que no tenga posibilidad de soltarse.

 

 

- …

 

 

Daryl estaba aterrado. Permanecía quieto y en silencio. Su corazón brincaba en su pecho.

 

 

- ¡Katze! ¡Has lo que te he ordenado! ¡No me obligues a hacerlo yo mismo!

 

 

¿Iason acaso quería inculcarles que no tenían otro camino más que continuar siendo participes de aquella locura? Al trasladar a Riki hasta el establo ya habían formado parte del crimen ¿En verdad ya no tenían más opción que continuar? Obedeciendo finalmente a su mandato, el hombre amarró a Riki de los tobillos y muñecas. Amarró todo con fuerza, de modo que se le hiciera imposible soltarse sin ayuda.

 

 

- ¿…Está seguro de todo esto señor?

 

 

- Es la única salida – Emitió – Evitaré inconvenientes… Ahora déjenme solo con Riki.

 

 

Daryl no quería hacer eso, dejar al patrón a solas… no sabía que podía pasar si eso ocurría. Katze se dio cuenta de ello, tomó al chico del brazo y comenzó a jalarlo.

 

 

- Vente…

 

 

Cuando salieron del establo, Daryl y Katze no dejaban de mirarse las caras, como tratando de buscar en el otro la explicación sensata de lo que acababan de presenciar. Cada uno tuvo su reacción.

 

 

- ¡Yo se lo dije!, que se fuera. Pero no me hizo caso – Terminó recriminando el pelirrojo - Esto… se va a poner feo – Afirmó sin suavizar lo que pensaba – Se va a poner muy feo – Repitió con seguridad.

 

 

- No diga eso. Tenemos que hacer algo – Intermediaba Daryl - ¿Y si llamamos a la policía?

 

 

- Ni se te ocurra. No seas tan imbécil.

 

 

- Es que…

 

 

- La gente con poder siempre se las arregla para salir airosa. Deberías saber eso a estas alturas… así fueras corriendo a buscar a quién sea, tarde o temprano Iason saldría de ello. Pensando más allá, podría incluso matar a Riki, deshacerse del cuerpo y de todo lo que lo señale como culpable. No le costaría nada borrar del mapa a alguien que es nulo para la sociedad y quedar impune.

 

 

- ¿Cree qué el señor sería capaz de algo tan abominable…?

 

 

- Esperemos que éste no sea el caso.

 

 

- … ¿Y qué hago entonces?

 

 

Katze detallo la extrema preocupación del chico. Realmente estaba espantado, su tez sumamente blanca y todos sus vellos erizados.

 

 

 – Las cosas se han complicado hasta írsenos de las manos. Si quieres irte te entenderé… - Sacó un cigarrillo y torpemente lo colocó en sus labios, más no lo encendió. Lo había hecho por acto reflejo, para inconscientemente tranquilizarse - …Sería lo mejor.

 

 

- … ¿Y usted?... ¿Se quedará?

 

 

- Tengo que – No estaba seguro, incluso en aquel momento lo estaba dudando – Así como está Iason, necesita a alguien que le recuerde que la razón existe. Además, soy el único que podría enfrentarlo en el caso de que… - Se detuvo. No quería asustar más al mayordomo con detalles de su supuesto asesinato. Sabía que ahí dónde estaba, Daryl continuaba temblando ante los ojos gélidos del patrón – No te preocupes, Riki estará bien. Procuraré de protegerlo.

 

 

Era cierto que Katze llevaba años conociendo al rubio, pero también era la primera vez que lo veía actuar de una manera tan demencial y poco racional. Había tratado por meses mantener aquel amor, estar a punto de perderlo después de tanto luchar,  fue demasiado para el corazón del Mink. Le hubo transformado. Le hubo cegado.

 

 

- Riki… - Iason le acarició con suavidad el rostro - ¿Ves lo qué me obligaste a hacerte? – Susurraba – Luces tan indefenso, tan dócil…  - Delineó sus labios – Así quiero que seas ahora. Ya nunca más me desobedecerás. Para eso voy a tener que disciplinarte.

 

 

(Ok, éste es el tema de Iason… la canción se llama “Prisioner” y es del cantante “Mamoru Miyano” :B)

 

 

Ubawareta no wa kono hitomi dake janai
Kiken na junsuisa BOKU de sae moteamashite ita

Jikan to kokoro dake ni natte itsu shika mayoikomu Maze
KIMI wo yobu koe wa itoshisa afureru hodo
kanashiku hibiku yo

 

(No solamente mis ojos me robaste...
Estaba tan abrumado por este doloroso y adulterado peligro…
Se ha convertido en nada mas que tiempo en mi corazón
Penetraste la oscuridad que rodea mi corazón…
Tu voz suena triste y al mismo tiempo está tan llena de amor...)

 

I'm prisoner in paradise
BOKU no yami ni tsukisasatta KIMI wa
I'm prisoner in paradise
Eien ni nukenai toge
Zankoku na hodo utsukushii ai ni tojikomerarete shimatta yo

 

(Soy un prisionero en el paraíso
Penetraste la oscuridad que me rodeaba...
Soy un prisionero en el paraíso
Una espina que no puede ser removida
Estoy atrapado en un hermoso y cruel amor)

 

Dakishimeru tabi mukizu de wa irarenai
Sono yubisaki wa maru de koori no you ni Ah tsumetakute

Hoho wo tsutau atatakai shizuku BOKU kara jiyuu wo ubau
Tengoku ya jigoku; Ima sara ibasho nanka
motometenai yo na

 

(Soy lastimado cada vez que nos abrazamos
Tus manos son tan frías… ahh, como el hielo
Cálidas lagrimas en tus mejillas
Roban un lugar entre el cielo y el infierno

Por muchos años…
Por ausentarme… Por ti...
El tiempo se convierte en eternidad…)

 

I'm prisoner in paradise
BOKU no uso wo makoto ni suru KIMI wa
I'm prisoner in paradise
Eien ni samenai yume
Muimi na kusari, kinjirareta fukami ni
Doko made ochite yukeba ii?

 

(Soy un prisionero en el paraíso
Mis mentiras se vuelven verdad por ti...
Soy un prisionero en el paraíso
Que vuela en un eterno sueño encantado
Quién te desea... Desde lo más profundo de mí ser
¿Dónde quieres que te lo demuestre?)

 

I'm prisoner in paradise
BOKU no yami ni tsukisasatta KIMI wa
I'm prisoner in paradise
Eien ni nukenai toge
Zankoku na hodo utsukushii ai ni BOKU no inochi wo sasageru yo

 

(Soy un prisionero en el paraíso
Penetraste la oscuridad que me rodeaba...
Soy un prisionero en el paraíso
Una espina que no puede ser removida
Dedicaré mi vida a este hermoso y cruel amor...)

 

 

Así era como el Mink se sentía. Él era cautivo de aquel amor que sentía por Riki. Era amo y esclavo de su querer, de sus indiferencias y de su rechazo. Desde el primer momento en que la semilla del amor fue implantada en su pecho se marcó su sentencia. Ya no vivía para sí mismo, vivía por el deseo, del calor de un cuerpo, de los ojos negros, de caderas estrechas y manos firmes… Temía ahogarse, el desespero porque Riki fuera completamente suyo en cuerpo y alma le robaba el aire, devuelto únicamente a través de sus besos. Muriendo poco a poco en palabras de amor negadas ¡Suplicando! Por un poco de amor en aquel lugar oscuro que se había vuelto su corazón.   

 

 

***

 

 

Las cosas sólo estaban comenzando. Al día siguiente de que Riki fuera atado y sedado, Iason ordenó el despido de todos los empleados de la hacienda. Necesitaba cambiarlos a todos, para evitar que sospecharan sobre la repentina desaparición del moreno. Desde lo ocurrido, desarrolló una paranoia que lo llevaba a creer que todo el que estaba a su lado iba tarde o temprano a traicionarlo. Lo presentía, lo veía en sus pesadillas… ya no podía dormir bien, ni comer tranquilo por sospecha a que quisieran envenenarlo para arrebatarle a su querido Riki. 

 

 

A cada uno de sus empleados le dio una bonificación extra con la que estaba seguro, mantendría a los hombres libres de la necesidad de indagar. Los que eran muy buenos, también se les dio una recomendación, indispensable cuando fueran en busca de un nuevo empleo.

 

 

- Siguiente.

 

 

Daryl permanecía cabizbajo formado en la fila de los empleados de la casa grande. Como todo había sido improvisado, la falta de formalidad era excesiva. Iason quería deshacerse de los estorbos a la brevedad, ubicando a los empleados en dos filas para que recibieran lo que les tocara y luego se marcharan. La vista de las personas formadas daba la impresión de animales esperando a entrar a sus jaulas, aunque irónicamente fuera todo lo contrario. El mayordomo miraba con ojos de quién conoce lo que hay tras bambalinas, sin dejarse hechizar por los gruesos pliegues de un telón majestuoso. Sus compañeros esperaban ansiosos tener en sus manos el dinero que recompensara tanto tiempo de arduo esfuerzo; más el pelicastaño se hallaba muy distante de compartir dicha mentalidad. Dirigió su vista a su izquierda, donde la fila de los que trabajaban con la “fuerza bruta” o fuera de la casa, se movía. Buscaba a alguien que sabía no encontraría.

 

 

Cuando llegó su turno, el rostro de Katze se tornó más amigable, como tratando de ser comprensivo.

 

 

- Aquí tienes – Extendió el sobre – En agradecimiento por todos tus años de trabajo.

 

 

Daryl sentía que iba a llorar…

 

 

- Tienes sin duda, recomendación por parte de la familia Mink – El pelirrojo agregó – Debido a tu buen desempeño y lealtad, se te pide que aceptes el traslado a la mansión de los Mink en Eos.

 

 

Los oyentes no pudieron evitar soltar un sonido de asombro. El corazón de Daryl se agitó aún más, aquella era la mansión en donde vivían el señor Amado y la señora Evangeline.  

 

 

- Anda. Nada lograrás con preocuparte – Susurró – Acéptalo y libérate de todo esto.

 

 

- …

 

 

- Daryl… ¡!

 

 

De un sólo movimiento, el ex mayordomo arrancó el sobre de las manos de Katze y salió corriendo. El pelirrojo suspiró con suavidad, tolerante.

 

 

Iason observaba con atención como se realizaba aquella vulgar tarea.

 

 

- ¡Señor Iason!

 

 

- Tú…

 

 

- ¡Tenga! – Le hizo entrega del sobre que instantes atrás le había arrebatado a Katze – Puede quedárselo, pero por favor déjeme permanecer aquí con ustedes.

 

 

- …

 

 

- Yo sé que… sé que Riki necesitará que lo atiendan.

 

 

Cuando lo mencionó, Daryl procuró hacerlo en un tono sumamente bajo.

 

 

- Daryl… - Usaba su tono amenazador - Que ni se te ocurra contar…

 

 

- No lo haré. Me quedaré callado ¡Se lo juro! – Imploraba – Por eso le pido que me permita quedarme. Yo podré ocuparme de todo lo que haga falta… por lo que más quiera… haré todo lo que usted me pida… - Tuvo el atrevimiento de tomarlo de la manga de la camisa.  

 

 

- ¿Por qué harías algo así? ¿Por qué serías capaz de seguir en todo esto si te estoy dejando libre, sin exigirte nada más que silencio?

 

 

El corazón de Daryl estallaría, por el nerviosismo de pedirle algo tan grande al que en esos momentos era su ex patrón y porque pensar en ver a Riki de nuevo, lo entusiasmaba. No sabía nada de él desde que hubo estado en el establo con Katze. Temía mucho por lo que tuviera que pasar el pelinegro de ahora en adelante.

 

 

- …Porque él es mi amigo – Se ruborizó.

 

 

- … ¿Dices qué lo haces por amistad?

 

 

- Así es…

 

 

Iason lo miró despectivamente y durante ese tiempo guardó silencio. Finalmente se giró, dándole la espalda.

 

 

- Um… - Daryl sintió que su esperanza se escapaba…

 

 

- Puedes quedarte – Mencionó el rubio desde su posición – “Esa supuesta amistad puede que me sirva de mucho”

 

 

- Eh… gracias señor.

 

 

***

 

 

En la hacienda Mink, los únicos que conocían sobre el paradero de Riki – aparte del rubio - eran Katze y Daryl. Los nuevos empleados eran como hojas en blanco, en donde Iason esperaba plasmarse como un patrón recio y disciplinario, odioso ante los chismes y rumores. Hubiese preferido quedarse solo en aquella hacienda junto a su amado Riki, pero eso despertaría más sospechas de las que había creado con los despidos injustificados.

 

 

Mientras tanto, el tiempo era incierto en la inconsciencia del joven Riki. En su mente iba y venía de un lado para otro, se encontraba con medio mundo y solo al mismo tiempo, flotando entre palabras e imágenes deformes, vagando en un mundo sin sospechar su falsedad. Nadando entre sombras, perdido entre recuerdos… El más nítido y consistente que tuvo, fue aquel recuerdo. El día en que conoció a Guy…

 

 

 

***Flash Back***

 

 

Guy se encontraba paseando, tenía unos doce años. En aquella época le encantaba sentarse a contemplar el paraje desde la copa de los árboles. Se detuvo ante un ruido. Al alzar la vista, pudo percibir la presencia de un infante entre las ramas.

 

 

- ¡Oye! – Llamó, captando por completo la atención del niño - ¿Qué haces ahí?

 

 

- Atrapo pájaros – Mencionaba Riki, de unos ocho años de edad.

 

 

- ¿Los atrapas? – El pelicastaño cambió la expresión de su rostro. Se veía triste ante la noticia - ¿No te parece cruel? 

 

 

- Eh… - El pelinegro balbuceó. Le mostró lo que tenía entre sus manos – Yo uso una jaula, cuando ellos entran ella se cierra… mis amigos usan rocas o resorteras para tumbarlos, pero yo no hago eso – Trató de defenderse.

 

 

- Aún así es muy cruel –Mencionó como si lo alegado por el pelicorto, no fueran más que simples excusas.

 

 

- ¿Eh? ¿Por qué? – Preguntó Riki confundido y molesto ante la queja del otro – No los golpeo ni los lastimo…

 

 

El pelicastaño sonrió levemente.

 

 

- ¿Cómo te sentirías si fueras completamente libre, capaz de hacer lo que quisieras, y de repente… alguien te atrapara y no te dejara ir?

 

 

- … - Riki agachó la cabeza – Eso… no me gustaría… sería muy triste – Deslizó arrepentido.

 

 

Al tiempo, Guy regresó al mismo lugar. Encontró a Riki sentado a los pies del árbol. Se acercó hasta él.

 

 

-  ¿Estás cazando aves?

 

 

El niño negó con la cabeza.

 

 

- No voy a atraparlos nunca más. Ahora sólo quiero verlos volar… - Alzó la vista hasta el vasto cielo.

 

 

- ¿Puedo acompañarte? – Preguntó con una sonrisa.

 

 

- Si – Contestó Riki, igualmente junto a una sonrisa.

 

 

Los chicos observaban a las pequeñas criaturas desplazarse con soltura, sobre el llano azul que se extendía sobre sus cabezas.

 

 

- Sabes… puedes arrebatar todo, inclusive la libertad… pero a un corazón jamás podrán apresarlo, siempre será libre ¿Comprendes?

 

 

Riki asintió y Guy le acarició los cabellos.

 

 

- Eres muy listo.

 

 

El niño se sonrojó, el pelicastaño le cautivó al instante. Desde aquel momento, Riki se acogió en las alas de Guy, el preservador de su ideal de libertad.

 

 

(seguir el link para ver el fanart, please :B)

 

https://fbcdn-sphotos-c-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xaf1/v/t1.0-9/10624992_774081122633519_6404108870995704199_n.jpg?oh=253e16d2ebba597b31ef7c702db7213c&oe=54AA8784&__gda__=1422312757_0c28fea2c00b73f7b63aa0dcebec7897

 

***Fin del flash back***

 

 

- ¿…?... ¿Dón…de… estoy? – Para Riki era un sobresfuerzo ver a su alrededor. Sentía que llevaba días durmiendo y en efecto, era así.

 

 

Varias veces estuvo de aquel modo, durmiendo y despertándose. Viendo borrones de imágenes, picándole la paja en la piel, despertando bañado en saliva y sudor.

 

 

En una ocasión divisó y reconoció entre fuselajes el lugar. Se trataba de una de las caballerizas. La más antigua de todas. En donde solía escurrirse para echarse unos tragos o una siesta durante las horas laborales. Llena de telarañas y polvo. Seguramente confidente de encuentros sexuales prohibidos entre el patrón y uno que otro sirviente.

 

 

Se sintió sin fuerzas, trató de moverse y se dio cuenta de que estaba amarrado. Llevaban días administrándole un sedante equino, en pocas cantidades, para evitar una fatalidad.

 

 

- … ¿Qué es esto…? ¿Por qué… estoy atado?

 

 

El pavor no tardó en apoderarse de él. Cuando estuvo lo suficientemente despierto, sacó fuerza para empezar a gritar.

 

 

- ¡¡ALGUIEN QUE ME AYUDE!! – Gritó como pudo y le dolió la cabeza - … ¡Sáquenme… de aquí…!

 

 

De nuevo sintió los ojos pesados y como un jalón, volvió a caer en un profundo sueño. Cuando volvió a despertar – no supo cuánto tiempo pasó desde eso -, la silueta de alguien conocido se mostró ante él.

 

 

- Riki. Que bueno que ya despertaste.

 

 

El mestizo reconoció a Daryl, quien le había estado limpiando.

 

 

- Gracias a Dios, ésta vez no es un sueño... ¿Qué ha… pasado…? ¿Cuántos días llevo aquí?

 

 

- Mira Riki… – Le interrumpió obviando sus preguntas – Lo mejor, es que seas cuidadoso con tus palabras… y obedezcas todo lo que se te pida.

 

 

- ¿? No te entiendo… ¿Qué pasó?... ¿Qué hago en éste lugar? ¿A quién tengo que obedecer?... ¿Por qué me duele tanto la cabeza?

 

 

- Riki – Trató de enfocarlo, sentía tanta pena por él, pero no podía darse el lujo de demostrarlo - …Las cosas se han puesto un poco complicadas… - Trató de musitar –… El señor Iason está un poco confundido, por eso actúa así. No es que sea él un malvado.

 

 

- ¿Iason?... – No entendía el porqué, pero era evidente que Iason era el culpable de todo - ¿…Él me tiene aquí?... ¿Él planeó todo esto?

 

 

De pronto recordó que había estado hablando con Iason, le había mencionado que se marcharía con Guy a Ceres y luego de darle la espalda, un fuerte dolor en la cabeza le llegó, su visión se tornó completamente negra. Comprendió entonces que le había dado un fuerte golpe en la cabeza para dejarle inconsciente y en efecto, esa era la zona que más le dolía.

 

 

- No puedo creerlo… ¿Qué pretende hacer conmigo?… - Murmulló para sí.

 

 

- Debo marcharme. No le gusta que tarde demasiado.

 

 

- Aquel presentimiento que siempre tuve… era real - Continuó ensimismado.

 

 

- Se alegrará de que hayas despertado completamente… sé que no ha sido fácil para él tener que mantenerte drogado. Ha sufrido con esto, lo sé. Se ha distanciado tanto… ya no parece él mismo - Daryl medio sonrió – Por ahora tendré que dejarte solo.

 

 

- Daryl… - Llamó antes de que se marchara – Tengo mucha sed.

 

 

- …Yo… - El mayordomo titubeó. Por lo visto el chico no recordaba las veces en que había bebido en pequeños sorbos el agua que Iason le dejaba darle – Ya vuelvo. Te traeré un poco de agua antes de darle la noticia al patrón.

 

 

Fue bastante precavido, el Mink les había prohibido hacer cualquier cosa referente a Riki sin que se los hubiera mandado. No podían siquiera mirarlo por entre las rendijas si el ojiazul no se los exigía. Se atrevió a desobedecerlo, el pobre muchacho tenía sed ¿Qué acaso estaba mal darle un poco de agua? Daryl estaba seguro de que lo comprendería… Sintió que el alma le salió del cuerpo cuando Iason se mostró delante de él antes de poder llegar al establo. No lo había visto venir. Su presencia era similar a una sombra terrorífica.

 

 

- Señor…

 

 

- ¿A dónde llevas eso? No te he dado permiso para humedecerle los labios.

 

 

Reparó en la jarra que había ocultado.

 

 

- …El señor Riki ha despertado y tiene mucha sed… - Terminó hablando, sabía que lo peor que podía hacer era mentirle al hombre que estaba mirándolo con ojos inquisidores.

 

 

No le contestó con palabras. El ojiazul le quitó la jarra sin ninguna clase de delicadeza y siguió el camino que restaba hasta el establo. Daryl no pudo hacer nada más que llevarse la mano al pecho, pidiendo claridad para la mente atormentada de su patrón.

 

 

Cuando el Mink se apareció ante Riki, pudo dilucidar en su mirada confusión y enojo. Semejante a un animal asustado, expectante ante el peligro, aterrado pero desafiante, dispuesto a morder… Pronto un deje de sumisión se desprendió de aquella mirada afilada. No pudo evitarlo. Sus ojos dieron con la jarra que sostenía el mayor. El agua… lo que más ansiaba en esos instantes en manos de aquel hombre.

 

 

- Tranquilo. No voy a estrellarla contra tu cabeza, así que no tienes porqué mirarme así – Comentó Iason.

 

 

El pelinegro mostró los dientes, signo de su cólera.

 

 

- ¿Qué es todo esto? - Mencionó rabioso y de nuevo lleno de valor - ¡¡Contéstame Iason!!

 

 

- ¿Aún no lo has comprendido? Pensé que eras más inteligente – Exclamó agrio – Aunque claro, tu inteligencia debe ser muy poca para haber escogido a Guy en vez de a mí.

 

 

- … ¿Es eso entonces?...  Lo haces porque te enojó que decidiera irme con él… así no se arreglan las cosas Iason.

 

 

- Las cosas tampoco se arreglan huyendo y no, no lo hago por esa razón – Continuaba impasible – Lo hago porque evidentemente necesitas tiempo para darte cuenta de que a quién realmente amas, es a mí – Empezó a caminar mientras recitaba sus motivos – Te conozco muy bien. Podría decirse que hasta demasiado. Te irías de aquí si tuvieras la más mínima oportunidad… porque a pesar de lo valiente que siempre intentas parecer, en el fondo no eres más que un cobarde.

 

 

- ¡Tsk!

 

 

Quería humillarlo. Hacerlo sentir mal…  

 

 

- ¿No tengo razón? – Mostró una mueca burlista - ¿Acaso no preferías llenarte la boca de humo que contestarme cuando te decía palabras cariñosas? ¿No eras tú el que se contenía las ganas de abrazarme para no tener que darme una explicación del porqué lo hacías? ¿Qué hay de las veces que me acariciabas el rostro y me besabas cuando creías que estaba dormido? ¿No son esas pruebas de que me amas? ¿Creíste que no me daba cuenta?

 

 

No supo que contestar. Riki sentía su corazón expuesto. Latiéndole a un ritmo desenfrenado ante las situaciones descritas que recordaba a la perfección.  

 

 

- Preferías huir… por eso tu boca siempre sabía a cigarro, por eso sólo me abrazabas cuando yo lo hacía y tenías que esperar a que me durmiera para acariciarme… - Sintió que le afectaba lo que mencionaba, por lo que tomó un par de segundos para recuperar su talante – Por mí estaba bien, porque se suponía que tarde o temprano lo entenderías… pero cuando decidiste abandonarme por ese hombre, no pude aguantarme tu cobardía.

 

 

- Iason… te equivocas.

 

 

Eso que mencionaba… ¿Realmente lo sentía como verdad? Riki pensaba que tenía muy bien definidas sus razones del porqué había escogido a Guy antes que a Iason. Estaba convencido de que su relación estaba destinada a fracasar porque ambos eran de distintas clases sociales y sus modos de ver el mundo, completamente diferentes. Entonces ¿Por qué la idea de irse del lado de Iason en un principio le infundió terror?  ¿Por qué había decidido volver a la hacienda? ¿No había sido precisamente para poder grabarse en su memoria todos los recuerdos del rubio que le fuera posible?

 

 

Se mordió el labio. Todo se amontonaba en su cabeza junto a lo que pensaba y creía. Iason prosiguió:

 

 

- Estuve todo éste tiempo dejándote hacer lo que te viniera en gana, inclusive pisotearme el corazón… No tienes idea del daño que me has provocado… - Extendió su brazo y poco a poco fue derramando el contenido de la jarra en el suelo, los ojos de Riki seguían brillosos el camino del agua que caía en los pies del rubio – Que sean éstas tus primeras lágrimas de arrepentimiento, mi Riki. Y que te quede bien claro, de aquí únicamente sales si es para amarme de verdad.

 

 

Lo dejó solo luego de eso. Solo para que reflexionara. Solo para que la soledad empezara a torturarlo mentalmente.

 

 

Las cuerdas que mantenían atadas sus muñecas por arriba de su cabeza estaban muy apretadas, tanto que luego de un par de intentos de soltarse se le había quemado la piel. Aquella posición no tardó en provocarle un adormecimiento en los músculos de los brazos. Sus piernas tampoco estaban libres, pero deshacerse de la cuerda atada a sus tobillos sería más difícil. No podía moverse mucho, cada extremo de las cuerdas estaba atado a una estaca de madera. Simplemente podía recostar su rostro en la paja en dónde estaba tirado, lo que no era muy cómodo. Los rayos del sol que se colaban por las rendijas y que le ofrecieron múltiples colores mientras estaba inconsciente, ahora le trataban con vehemencia. El calor era insoportable y las pulgas ya conocían su sangre.

 

 

Así pasó el resto del día. Ya luego, casi entrada la noche, Iason volvió a aparecérsele, ésta vez llevaba puesto un chaleco azul y pantalones hechos al talle, unas botas negras y sus cabellos juiciosamente peinados. El aroma de su cuerpo perfumado no tardó en inundar la nariz del joven. Llevaba en su mano un fuete, con el que buscaba intimidar.        

 

 

- Luces bastante mal Riki – Mencionó, al tiempo que jugaba con el objeto en su mano – Confieso que nunca te había visto tan desaliñado.

 

 

- …Lamento no poder recibirte de una mejor manera – No dudó en arrojar junto a una leve sonrisa en su rostro empolvado.

 

 

Aquella imagen de un Riki sucio y sediento desafiándolo, lo llenó de cierto éxtasis. El hecho de que aún conservara tal brío era admirable. Más fue capaz de evitar demostrarlo.  

 

 

- ¿Vienes a soltarme? – No había pensado antes de formular la pregunta, se le escapó de los labios.

 

 

- Aún no es tiempo….- Contestó - Ya que puedes hablar coherentemente, he venido a preguntarte algo. Una inquietud que no me deja tranquilo… ¿Por qué insistes en permanecer junto a Guy? ¿Qué es lo que lo hace tan digno de tu querer?... 

 

 

Riki trató de hallar odio, dolor en sus palabras, pero el Iason que hablaba era extremadamente gélido y cuando estaba a punto de desmoronarse, se recomponía de inmediato.

 

 

- No sabría… no sabría decírtelo…

 

 

- Oh vamos querido… Tiene que haber una razón para que quieras tan desesperadamente volver a su lado – Empezó a andar – ¿Podría ser acaso su simpleza?… ¿El hecho de que sea tu conexión con tu pueblo natal?… ¿O la manera en que te lo hace?… Dime Riki ¿Es esa la razón? ¿Ese hombre te hace sentir mejor en la cama que yo?  - Se acercó y vociferó, como un niño que murmulla a otro un secreto - ¿La tiene enorme? Que no te de pena contarme. Sabes que estamos en confianza.

 

 

El pelinegro permanecía impactado¿Quién era ese? ¿Quién era aquel que estaba ante sus ojos hablándole de tal manera? En las palabras pudo dilucidar Riki la angustia, el orgullo de hombre herido del Mink… no podía seguir así. Tenía que hablar. El menor se tomó el tiempo para acomodar sus propios pensamientos y empezó a hablar:

 

 

- No es eso… No tiene nada que ver con el sexo. Iason, podría decirte todos los halagos que un macho como tú se merece; pero sé que eso no es lo que esperas oír. Y no sé si me creas a estas alturas…  – Siguió luego de una breve pausa: – Te seré sincero, escúchame con atención y luego decide que hacer… - Le miró a los ojos - Guy… él nunca me prohibía nada; me dejaba ir y venir a mi antojo, llegar a distintas horas, juntarme con quién quisiera; incluso me dejaba comer una ración extra de comida a pesar de estar ya satisfecho. Tampoco me pedía nada; sabía cuando tenía ganas y no de hacerlo, así como sabía cuando necesitaba el hombro de un amigo, entonces y sin pedírselo, él se olvidaba que era mi amante y me invitaba a beber hasta caer borrachos. Mucho menos esperaba algo de mí; un beso, una caricia, el sabía que era algo que podía dárselo o no, pero igualmente no se ilusionaba. Guy confiaba en mi palabra, pero también podía ver a través de ella; por esa razón jamás se molestaba si le soltaba algún insulto durante una pelea o cuando le decía ‘todo está bien’, cuando en realidad no era así. Él me conocía; sabía como era yo, por eso me perdonaba las ocasiones en que lo traicionaba, porque a pesar de no decírselo, él lo sabía… que era el único para mí, él único con quién podía quedarme – En su mente los recuerdos se mostraban tan límpidos y cercanos -  Me permitía correr de aquí y para allá, sin ataduras, sin obligarme a sentir dolor por problemas emocionales que tarde o temprano se vuelven pasajeros y se olvidan… con él, las cosas eran así y eso me gustaba, me hacía sentir bien, en completa libertad…  - Su tono de voz, suave y vibrante, cambió por uno apagado y cohibido - En cambio tú, me pides que me quede a tu lado y me olvide de mis raíces, esperas que me vuelva una persona completamente diferente a la que realmente soy. Me exiges una y otra vez cosas y sentimientos que no entiendo, hasta pensar de un modo que desconozco… No quieres que habite libre en el mundo, quieres ser el mundo al que esté atado… Por eso extraño a Guy y no miento al decir que no puedo hacerte feliz, porque tu felicidad me condenaría. 

 

 

- … ¿Eso es lo qué crees? - Iason no pudo evitar sentirse destrozado. Más sin embargo, soltó una carcajada siniestra, que hizo ponérsele la piel de gallina al mestizo – JA JA JA JA JA JA JA.

 

 

Seguidamente volvió a ponerse serio y volvió a alegar tras golpear con fuerza una de las tablas de madera.

 

 

ZUAZZ!!

 

 

- ¡Patrañas! Dices odiar las cursilerías y escúchate. Colocando a aquel hombre como todo un liberal. Un santo al que deberían colocarle un altar… ¿Con qué derecho te atreves a exaltar solo lo bueno que has visto en él? Eres tan iluso ¿Crees qué ese tal Guy no actuaría de igual manera estando en mis zapatos? Te aseguro que lo verías aquí mismo y tú en dónde estás ahora, tirado y amarrado en el suelo.

 

 

- No... Él no sería capaz de hacerme algo así – El sonido del látigo le había hecho brincar en su sitio.  

 

 

- ¡¿Por qué lo dudas?! ¡Deja de ser tan ingenuo! El modo en que te trata ese hombre es un cabestro disfrazado. Puedo apostar que por dentro se muere por hacer lo que yo me he atrevido, amarrarte de pies a cabeza y encerrarte… Y estoy seguro porque me dijiste que muchas veces llegaron a golpearse tras tu serle infiel y que en incontables ocasiones Guy te celaba. Dime ¿No es esa prueba de lo desbaratado de tu defensa? ¿Ese Guy que tanto amas y que intentas glorificar, es real o tú mismo te lo has creado en esa hueca cabeza tuya?   

 

 

Era mentira… todo lo que decía Iason… no podía ser verdad. Pero lo hacía dudar ¿Era posible que tantos meses alejado de su pareja hubiese provocado que su mente sólo abstrajera los aspectos buenos y distorsionara de manera semejante lo que realmente constituía al Guy verdadero?

 

 

Ante el silencio del menor. Iason se sintió victorioso.

 

 

- Bien mi Riki, te he escuchado y me he decidido. Por lo visto aún necesitas tiempo para reflexionar y te lo daré – Mencionó mientras que movía el fuete – Como las palabras no funcionan contigo, de ahora en adelante usaré un método diferente para tratarte.

 

 

- ¿…A qué te refieres? – Temiendo ser golpeado por el objeto en su mano.

 

 

- Tu cuerpo es más sincero. A él es que me dirigiré de ahora en adelante.

 

 

Riki enmudeció, preguntándose miles de cosas.

 

 

Iason inmediatamente se encerró en su alcoba, junto a una botella de vino y las palabras mencionadas por Riki. Le dolieron todas y cada una de ellas. Le perforaron el alma. Sentía un nudo inmenso en la garganta que intentó pasar inútilmente con la bebida. Intentó llorar, pero la rabia era tan grande que no lo dejaba. Respiraba agitado, apretando los puños. Quería golpear a alguien hasta volverlo añicos. Conteniendo su sufrimiento al darse cuenta de que a pesar de estar en tales condiciones, el moreno aún se atrevía a defender a Guy.

 

 

Toc Toc

 

 

Katze se aventuró en ir hasta la habitación del Mink. Mostrándose sumiso el pelirrojo se sentó en la cama, como se lo hubo pedido el ojiazul tras dejarlo pasar.

 

 

- ¿Quieres algo de beber? – Invitó, mostrándose firme.

 

 

- Señor, tiene que dejar que ese muchacho coma y beba algo. No puede vivir a punta del suero que se le ha estado inyectando.

 

 

Al principio el pelirrojo pensaba que el rubio terminaría dejando libre al muchacho, pero los días pasaban y el hombre se volvía cada vez más despiadado.

 

 

- Ya ha ido a contarte – Refiriéndose a Daryl – Ese niñato es demasiado influenciable…

 

 

- ¿Qué es lo que pretende con todo esto?

 

 

- Que Riki reaccione.

 

 

- ¿Cómo va a reaccionar de esa manera? Lo único que logrará es enfermarlo o en el peor de los casos… matarlo. 

 

 

- Prefiero eso a que me abandone.

 

 

Al pelirrojo el comentario le pareció escalofriante.

 

 

- No lo dice en serio…

 

 

- ¿Por qué te sorprendes? ¿Por qué prefiero verlo muerto a en los brazos de otro? – Sentenció – No podrías comprenderlo… sólo el que ha amado como yo lo he hecho podría entenderme.

 

 

En cierto modo Katze lo entendía… En ocasiones había tenido tantos celos cuando Raoul le hablaba de Iason, que no pudo evitar que por su mente se infiltraran pensamientos asesinos. Pero eran menores, producto de su deseo irracional de pertenencia; eran quimeras escurridizas que buscaban de perturbar lo que debe ser un amor pulcro, libre de sentimientos oscuros. Y es que en el amor como en la vida misma, es amplia la amalgama de emociones que se dispersan sin control.    

 

 

- ¿Sabes lo qué me ha dicho el muy descarado? Me ha dicho que si me quedo con él sería infeliz… ¿Acaso puedo ser más infeliz de lo que ya soy en ésta vida Katze? – Se confesaba - ¿Por qué no puede entenderlo? ¿Por qué mis sentimientos no son capaces de alcanzarlo?

 

 

- Señor…

 

 

Katze llevó con cuidado su mano hasta el hombro del rubio, mientras lo acariciaba intentaba hacerlo reaccionar.

 

 

- El muchacho en cierto modo tiene razón ¿Qué su vida no empezó a derrumbarse tras fijarse en él? Tal vez lo mejor sería que acabe con todo esto y lo deje ir…

 

 

Pero antes de que siquiera pudiera alejarse, Iason lo tomó con rudeza de la muñeca y lo atrajo hasta tenerlo muy cerca de su rostro. Desde aquella distancia, el rubio pudo admirar los ojos claros que ocultaban antiguos temores, ojos que destilaban bravura.

 

 

- Así Riki quiera o no, va a amarme. Lo haré doblegarse ante mi voluntad. Si pude domarte a ti, también lograré domarlo a él. Es cuestión de tiempo para qué deje de ser tan altanero - Seguidamente soltó al pelirrojo.

 

 

Las palabras sorprendentemente sacudieron a Katze. De nuevo se sintió humillado ante el que era su patrón… su rival de amor.

 

 

- No creo que sea capaz…

 

 

- ¿Qué es lo que has dicho…?

 

 

- Somos muy distintos, Riki y yo. Cuando niño yo era ingenuo, sumiso y tranquilo, como las aguas calmas; esa parte de mí aflora así quiera evitarlo, porque es mi naturaleza... En cambio vi muchas veces al pequeño Riki con las rodillas raspadas metiéndose entre los matorrales y peleándose con cualquiera que lo hiciera molestar. No se dejaba ante nadie. Todo altanero e indomable… No puede pretender borrar esa parte de él. Porque eso es él.  

 

 

- Ya veremos si no puedo.

 

 

Cuando Katze salió de su alcoba, el Mink suspiró con fuerza, tratando de calmar el torrente de pensamientos que pululaban sin control.

 

 

- Señor, le he traído la comida.

 

 

Daryl se impresionó cuando el Mink le abrió la puerta, pues su rostro tenía signos de aflicción. 

 

 

- ¿Se encuentra bien…? – Se atrevió a preguntar tras colocar la charola en la mesita.

 

 

El ojiazul se sentó y echó su cabeza para atrás. Sus cabellos se esparcieron por todas partes.

 

 

- Esto… señor… emm…

 

 

- Hazlo. Llévale que comer – Murmuró tras masajear sus parpados con la yema de sus dedos – También báñalo… no soporto verlo así.

 

 

El mayordomo se alegró, sus plegarias había sido escuchadas. Fue raudo a la cocina y buscó comida y bebida, calentó agua y tomó unas mantas. Con una vela se alumbraban. Riki agradeció la llegada del mayordomo, la oscuridad le había empezado a llenar la cabeza de miles de ideas de acecho, de escorpiones, arañas, serpientes y demás bichos reptando por la tierra.

 

 

Comió y bebió con sumo agradecimiento.

 

 

El moreno por primera vez sintió vergüenza con Daryl, y es que ahora no podía ni ir al baño sin que le ayudase.

 

 

- Esto es patético.

 

 

- No tengo ningún problema en hacer esto Riki – Pasaba por la espalda del peligro la esponja mojada. La tostada piel sin querer lo seducía y aprovechaba de tocarla con cariño. Había estado ocupándose del hombre en todo el tiempo en que estuvo inconsciente. Ya había perdido la pena de verlo desnudo. 

 

 

- ¿Qué hay de Katze? Tal vez él me pueda ayudar a escapar.

 

 

- Imposible. No creo que sea capaz de traicionar la confianza del patrón.

 

 

- ¿Así el patrón haya enloquecido?

 

 

- Aún así – Afirmó. 

 

 

El silencio se hizo presente y Riki se dedicó a sentir el agua caliente que el muchacho deslizaba por su cuerpo.

 

 

- Corta las cuerdas Daryl – Pidió.

 

 

- …

 

 

- Déjame aprovechar la noche.

 

 

- …No puedo.

 

 

- ¡¿Por qué no?!

 

 

Daryl mantuvo gacha la cabeza. En eso una voz conocida hizo que se le erizaran los vellos del cuerpo.

 

 

- Porque desde que volviste en ti no he dejado que se quede realmente solo contigo – Iason lo miraba con desdén – Yo siempre estoy observando ¿Sabes? – Estaba satisfecho con la completa sumisión que demostraba Daryl – Yo abro y cierro el cerrojo – Mostró una llave que lo comprobaba – Estoy muy decepcionado con lo que acabo de escuchar. Riki, ¿De verdad piensas que estoy loco?

 

 

- … - El agua continuaba escurriéndose de sus cabellos.

 

 

- Daryl – Mandó – Vete a dormir.

 

 

- Pero señor… - No quería dejarlos solos. No luego de haberse percato de aquel brillo perverso en los ojos azulados.

 

 

- Que te vayas. Hazlo o te prohíbo regresar acá. Y más te vale obedecerme e irte hasta tu alcoba, porque si me entero de que estuviste rondando fuera o si Katze viene a interrumpir, ten por seguro que no tendré misericordia contigo.

 

 

Sin pensarlo más el mayordomo salió casi corriendo del establo. Riki no pudo alegar nada, el modo y el tono en que lo había dicho… hasta a él le infundió temor. Iason dirigió su mirada hasta dónde estaba el moreno, algunas gotas de agua permanecían adheridas a su cuerpo. Las detalló una a una. Mientras la mirada inquisidora del rubio lo cubría, el mestizo trataba de buscar las palabras correctas, la manera de zafarse de lo que fuera estuviera cocinándose en su mente.

 

 

- Iason…

 

 

- Cállate  – Le interrumpió en un tono grosero – A menos que tus palabras sean para adorarme, ya te he dicho que no quiero oírte - Seguidamente se quitó el saco y la camisa.

 

 

Instintivamente el corazón de Riki aumentó su ritmo. Empezó a moverse, como buscando la manera de alejarse.

 

 

- Oh… no me tengas miedo querido. Sabes que puedo ser muy dulce – Sonrió un poco – Aunque eso no es de tu agrado ¿Verdad? Siempre te ha gustado que te trate con cierta rudeza – Le agarró el mentón violentamente -  Si… así es como te gusta.

 

 

Riki estaba muerto de miedo, pero no debía exteriorizarlo.

 

 

Cuando Iason se hizo con sus labios, Riki pensó que lo mejor era no resistirse. La manera en que lo besaba era salvaje, como si quisiera devorárselo. La lengua del ojiazul no buscaba acoplarse con la suya, de hecho entraba y salía en su boca a su antojo. Era un ritmo desquiciante y opresivo. En el momento en que el menor tuvo arcadas, Iason se apartó de él.

 

 

Riki tosió y la saliva se escurrió de sus labios. No pudo recuperarse más, sintió cuando el Mink le jaló de los cabellos de la nuca, obligándole a alzar el rostro, lastimándole el cuello. La vela que Daryl había traído consigo ya se había extinguido, en su lugar la poca luz de la luna le proveía la visión de un Iason endemoniado.

 

 

- Esa boca es mía. No debes besar a más nadie, nunca – Odiando los besos que sabía, Riki le había dado a Guy al ir hasta Ceres – Ahora voy a complacerme con tu dulce cuerpo y no te vas a resistir, después de todo me he estado aguantando todos estos días.

 

 

- …No… por favor… - Negó con la cabeza mientras trataba de mantener las manos del hombre lejos de su cuerpo - …Así no. Estás enojado… me harás daño…

 

 

- ¿Ahora te preocupa sufrir? Créeme, no será más daño que el que me has hecho– Se abalanzó sobre él.

 

 

- ¡Ah! ¡Detente por favor!... Gritaré ¡Lo haré! Alguien me tiene que escuchar – Se oía desesperado, el Mink no ponía cuidado en lo que hacía, le agarraba con violencia – Basta… ¡Para!

 

 

Actuó por impulso. Sin más que su boca para defenderse, el pelinegro mordió a Iason en el declive de hombro hasta marcarle los dientes y liberar el rojo escarlata. El Mink se retiró ante su ataque.

 

 

- ¡A esto me has reducido! A un animal que no puede hacer más que gruñir y revolcarse en su inmundicia ¡¿Eso es lo qué quieres?! ¡¡Enfréntate a mis colmillos!! ¡¡¡¡ANDA!!!!  

 

 

Iason se sorprendió y extrañamente quedó fascinado ante semejante arranque. Toda esa energía y coraje a pesar de estar en sus condiciones... No pudo evitar esbozar una sonrisa al deslizar los dedos por su hombro y hallarse con la sangre. Era una amorfa alegría. Había nacido el deseo de despedazar por completo aquel orgullo.

 

 

- Ha sido tu elección. Ya que no quieres ser mi amado serás mi mascota. Sin importar cuánto tiempo me tome, te domesticaré… mi Riki.  

 

 

(Otro fanart, de regalo… o porque sencillamente adoro dibujar sobre ank xD):

 

https://fbcdn-sphotos-a-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xpf1/v/t1.0-9/10482756_774082682633363_4697757899058458905_n.jpg?oh=805c98f33d6a731b978b817cb87868b3&oe=54B98F6C&__gda__=1420711686_c82381505d641620ef00ea69aeb73713

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Oh oh… Iason ha dejado que aquellos sentimientos perturbadores se apoderen de él O_o (inner: ¿saben que hora es? ¡BDSM time! Ja ja ja xB) oh Jupiter, ahora estoy en un dilema y necesito que mis queridos lectores me ayuden a resolverlo: El despecho de Iason lo ha llevado a maltratar psicológicamente a Riki ¿Piensan ustedes que debería escribir que lo haga también sexualmente? O____o  Para que vean que soy buena - a pesar de que el modo en que hago sufrir a los personajes y a ustedes con mis tardanzas indique lo contrario xD – y para hacer esto más interactivo, les dejaré que decidan el modo en que será disciplinado la mascotita Riki ^_^ manden junto a su comentario la palabra “SOFT” si quieren que sea puro psicoterror, es decir, solo maltrato psicológico y un tanto físico pero SIN meter rollos sexuales… o la palabra “HARD” si aparte del psicoterror, desean que Riki sea sometido de manera lujuriosa y ofensiva en su cautiverio  (inner: …mmm sería un buen castigo para ese Riki  malportado je je ñaca ñaca castíguenlo! Wipit! ¬//w//¬)  El que tenga la mayor cantidad de votos será el camino ja ja x,D

 

Por cierto, para poder ver las imagenes correspondientes al capi, tendrán que llegarse hasta la página de facebook (Ainokusabiobsesion) ahi está el album de fanarts del fanfic, las respectivas son en donde salen Guy y RIki de niños y la otra es una en donde esta Riki asomado desde el establo (toda dramatica xD)

 

en fin, muchísimas gracias por leer y por cualquier comentario que deseen dejar. Hasta la próxima oportunidad mis queridos y adorados!! Les mando besos y los mejores deseos del mundo n____n Bye Bye!!    

 

 

 

 


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