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Corazón Indómito por sue

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Notas del capitulo:

 

 

Hola a todos!!! ^o^ al parecer tenemos nuevos seguidores n////n espero que el capi sea de su agrado… a leer!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así transcurrieron unos días más, Iason se había vuelto déspota con el moreno. Quería hacerlo sentir bajo presión, pero raramente no lo suficiente como para que pensara en dejar la hacienda.

 

 

 

El Mink miraba por la ventana de su alcoba, espiando de nuevo a Riki. El muchacho tenía pareja ¿Por qué insistía en verlo entonces? Debía admitirlo, el cambio repentino en su actitud… no era otra cosa más que celos. Estaba molesto porque había encontrado al muchacho teniendo sexo con otro hombre, siendo capaz de rebajarse a espiarle de aquella manera… ya no se conocía… más ese día se había dado cuenta de una cosa, una cosa que le explicaba el porqué de todo lo que le ocurría desde la reaparición del moreno.

 

 

 

- Has faltado a la reunión del club otra vez.

 

 

 

- No tuve ganas de ir Raoul. Eso es todo.

 

 

 

- No es que tengas ganas o no, eres el presidente. Tu asistencia es imprescindible.

 

 

 

- …Lo sé.

 

 

 

Iason hablaba sin ver al ojiverde, totalmente recargado en la ventana y seducido por la imagen de Riki.

 

 

 

- Has estado así desde que ese harapiento llegó – El Am hablaba. Se sirvió un poco del vino que Daryl les había llevado un par de minutos atrás – Deberías de echarlo, admite que te está ocasionando problemas en la hacienda y por eso estás tan distraído. Si quieres puedo mandarte a uno de mis empleados – Bebió con recato. 

 

 

 

- No es tan simple Raoul – Mencionó completamente seguro de que el otro no le entendía.

 

 

 

- ¿Cómo que no es tan simple? ¡Bótalo y ya! - Lo último lo había mencionado con cierto grado de enojo.

 

 

 

- Je… sabes muy bien porqué no puedo echarlo… - Volvió su vista al joven que descargaba algo de un camión – Es así…

 

 

 

Raoul frunció el seño, la llana idea de que su amigo sintiera cierta atracción por Riki lo hacía sentirse terrible. Trató de enfriar su cabeza.

 

 

 

- Acuéstate con él. De seguro con eso, lo que tienes se te quitará – Mencionó de manera fría, muy seguro de si mismo – ¿Desde cuando no estás con una mujer? Lo que tienes es calentura y nada más – Hacía conclusiones exageradas.

 

 

 

- No es eso… no quiero a una mujer, mucho menos a otro hombre. Lo quiero a él.

 

 

 

Una punzada enorme en el corazón del ojiverde. Era demasiado. Trató de contenerse. Realmente lo trató.

 

 

 

 

- Lo que siento hacía él es muy diferente a lo que había sentido antes… no quiero que se escape, ya que a pesar de que no hemos estado juntos, sé que ya soy adicto a él… a Riki…

 

 

 

Iason entonces sonrió levemente, sus iris azules se perdían en la nada.

 

 

 

- Si te confesara que… me he enamorado de Riki, que lo amo… ¿Qué dirías Raoul?

 

 

 

El ojiverde no podía dar crédito a lo que escuchaba. Su corazón dio un palpito, sus ojos se abrieron al máximo al tiempo que sus labios temblaron, “Eso… no puede ser”, trató de vociferar.

 

 

- ¿Raoul?

 

 

 

El hombre de cabellos dorados lo abrazaba desde atrás. Al principio el ojiazul pensó que se trataba de una muestra de cariño, que buscaba de hacerlo sentir comprendido… más luego desistió de aquella idea inocente.

 

 

 

 

- ¡Raoul! – El ojiverde le besaba y lamía el cuello - ¿Qué es lo que…?

 

 

 

Una de las manos de Raoul llegó hasta la entrepierna de Iason, empezó a masajear la zona. El ojiazul entonces quedó perplejo, nunca pensó que su mejor amigo le haría en algún momento algo de esa magnitud.

 

 

 

- ¡Basta! – Trató de girarse, pero al hacerlo el ojiverde lo tomó de las muñecas. Hizo presión para mantener sus manos abajo – Raoul…

 

 

 

- Estoy cansado de éste juego Iason – Lo miraba con extrema seriedad – Si lo que quieres es sexo, yo puedo dártelo.

 

 

 

- ¡! ¿Qué? Deja de decir tonterías – Si ponía un poco más de fuerza, el Mink sabía que era capaz de apartar el ojiverde, pero lo menos que quería era lastimar a su amigo – Ahora… quítate.

 

 

 

Pero lo menos que hizo el Am fue obedecer las palabras de su amigo, lo arrastró hasta la cama en donde buscó de incitarlo de nuevo.

 

 

 

Las orbes verdes de Raoul destellaban, debido al enorme deseo que se instalaba en su interior. Como pudo se apoderó de los labios de Iason, a pesar de la resistencia, logró avivar la lengua de su amigo. Comenzó a descender una de sus manos por el cuerpo del Mink.

 

 

 

- Hoy es el día Iason. El día en el que por fin seré el centro de tu entera atención – Introdujo la mano en el pantalón.

 

 

 

- ¡Raoul! – El rubio no pudo evitar quejarse.

 

 

 

Eso era todo lo que deseaba desde que tenía memoria, que el rubio le perteneciese a él y a nadie más. Cuando niños, Raoul soñaba con reposar en aquellos brazos, en ser protegido y cuidado por ellos. Estaba dispuesto inclusive, a convertirse en “la mujer de Iason Mink”. Ya de adultos, su mente podía volverse más retorcida, los deseos de dejarse doblegar ante el Mink habían cambiado, ahora más que nada deseaba corromperlo él mismo, ser el desatador de gemidos y  pasiones en él. 

 

 

 

Por más que trató, el mismo Iason no pudo evitar ser arrastrado por la corriente de placer. Deseaba tanto correrse, deshacerse de aquel infierno en que se habían convertido sus días. El deseo inmenso que tenía por Riki, lo estaba consumiendo por dentro. Ciertamente tenía que desahogarse y Raoul, jugó muy bien aquella carta a su favor.

 

 

 

- Te diría que pensaras en mí como ese tal Riki… pero la sola idea me hace querer vomitar – Enterneció el mirar – Ahora… mírame sólo a mí, ámame sólo a mí… A Raoul Am. Es todo lo que te pido – El ojiverde lo embestía con fuerza – Ia… son…

 

 

 

El ojiazul se cubría la boca, tratando de acallar cada uno de sus gemidos. Sus mejillas se encontraban todas sonrojadas. Aún así, respondía moviendo sus caderas, apresurando el ansiado clímax… era lo único que deseaba en aquel momento. Acabar con el terrible tormento, con la ola de deseos que se había instalado en él desde la llegada del mestizo.

 

 

- …Raoul…

 

 

- Es… sólo deseo lo que sientes por él… yo apagaré todo ese deseo con mi cuerpo – Continuaba – Dime Iason… - Retiró la mano de la boca del ojiazul – Quiero escucharte.

 

 

 

- Raoul… ¿Por qué… haces esto? – Trataba de no sonar tan agitado, pero Raoul no dejaba de embestirlo a pesar de que estuvieran hablando.

 

 

 

El Am sonrió.

 

 

 

- Eso no es lo importante ahora… lo que importa es que en estos momentos tú eres mi mujer y nada más – Mencionó divertido.

 

 

 

- ¿Tú… mujer dices? – Mencionó con algo de sarcasmo - Yo… ah… - Estaba a punto de llegar al orgasmo, sintió que no podía aguantar más tiempo – Ri…ki… - Gimió.

 

 

 

En ese momento, la ira se desató dentro de Raoul. Escuchar aquel nombre de los labios de su amado, fue el aliciente para comenzar a actuar de una manera brusca con su compañero.

 

 

 

- ¿?

 

 

 

Raoul había salido del interior de Iason, lo obligó a levantarse de la cama y jalándole de los  cabellos, lo llevó de nuevo hasta la ventana. Ahí buscó con la mirada. Encontró a Riki aún en lo suyo, no había más nadie a su alrededor. Le parecía perfecto, ya que estando en el segundo piso podía ver al moreno al detalle.

 

 

 

Llevó a Iason a ubicarse de nuevo en la ventana.

 

 

 

- Raoul… - Era victima del deseo en aquel momento. El Mink se sentía tan… fuera de sí.

 

 

 

El rubio lo penetró desde atrás. El ojiazul hizo lo posible por aguantar cualquier sonido que estuviera a punto de salir de su boca. Pero Raoul estaba dispuesto a hacerlo gritar si era preciso, por lo que al embestirlo, lo hacía de manera ruda.

 

 

 

- Ah… ah… Raoul… – Trataba de mencionar por lo bajo. Podía ver a Riki claramente, si el subía la mirada por equis razón, los vería en plena acción. Sería falso mencionar que aquello no le excitaba, la sensación de peligro le punzaba en el cuerpo, como un sarpullido incesante y exquisito que se alimentaba de cada segundo transcurrido.    

 

 

 

- ¡Oh! Mira… allí está tu querido Riki… ¿No te parece excitante? – Medio sonrió - … En cualquier instante podría vernos… ¿Qué pensaría de ti si eso ocurre?... – Susurró - ¿O es que acaso… quieres que él… te haga lo que yo estoy haciendo ahora?

 

 

 

Iason se perdía de nuevo ante la imagen de Riki.

 

 

- Yo… - El Mink se encontraba tan excitado. El ver al joven muchacho en aquellas circunstancias, lo llevaba a ansiarlo aún más. 

 

 

- Eso… no voy a permitírselo. Ni a él ni a nadie – Vociferó el Am con rabia en sus palabras.

 

 

- ¡! – Un fuerte choque lo hizo cerrar los ojos y morderse con mayor fuerza los labios.   

 

 

 

No fueron necesarios los ruidos. Riki se sintió “observado” y esa extraña sensación lo hizo alzar la vista. Tal vez el señor Iason se estuviera asomando a la ventana, aquello fue lo que pensó.

 

 

 

- “Nos vio” – Raoul sonrió victorioso.

 

 

 

Los ojos del moreno se abrieron cuales platos, al ver como ante él, se explayaba la escena de Raoul marcando a Iason “como suyo”. 

 

 

 

 

Continuará… 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

w

Notas finales:

 

 

 

 

Shi, shi! Esto quería escribirlo! *-* Para dejar las cosas en claro: si Sue tuviera que juntar a Raoul y a Iason, definitivamente Raoul sería el seme xD Iason su uke por supuesto je je me encanta la idea de Iason-uke, pero… no con Riki ja ja  además que ya hemos indicado que Raoul está dispuesto a todo por su rubio xp gracias a todos por llegar hasta aquí y por cualquier comentario que deseen dejar… Hasta la próxima!! Bye Bye!! 

 

 

 

 

 


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