Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Corazón Indómito por sue

[Reviews - 310]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

 

 

Hola de nuevo!! Quiero agradecer por los rr dejados en el capi anterior :3 Aquí el segundo capi, espero sea de su agrado n.n

 

 

 

 

Luego de su furtivo encuentro, Riki había quedado algo consternado, por algún motivo sintió vergüenza y se había marchado antes de que siquiera el rubio notase su presencia. Se sentía patético, no entendía el porqué.

 

 

 

Al día siguiente, se levantó muy temprano. Se aseó, desayunó y como le indicó Katze, se presentó en la amplia sala de la casa principal. Estaba algo nervioso, de seguro le entregarían mucho trabajo y no le quitarían ni un ojo de encima, pero el pelinegro estaba más que decidido, mostraría que no era ningún enclenque y el que pensara lo contrario, tendría que tragarse sus palabras ante sus acciones.

 

 

 

Entonces fue sacado de sus pensamientos por un sonido suave, que en los siguientes segundos interpretó como una voz.

 

 

- ¿Así que tú eres Riki? Cuanto has crecido.

 

 

 

- Buenos días – Agachó la cabeza – Esto…

 

 

 

- ¿Qué sucede? ¿No me recuerdas? – El rubio le entregó su mirada.

 

 

 

- Si… sólo que no sé, como llamarle ahora…  ¿Señor… Mink…?

 

 

 

- Iason – Enfatizó – Llámame Iason.

 

 

 

- Si, señor Iason.

 

 

 

- Mucho mejor.

 

 

 

 

Riki alzó la vista hasta encarar al ojiazul, la frase mencionada de una manera tan sutil había hecho estragos en él, y más, porque era la primera vez que Iason, “le hablaba”.

 

 

 

 

Durante toda la jornada, las palabras del rubio permanecieron en  la mente de Riki, y es que lo que había dicho en sí, no era lo que no lo abandonaba, lo que le mortificaba, era que en su interior, aquel tono de voz… le parecía “encantador”. El pelinegro, por supuesto no lo admitía, juraba y perjuraba que se trataba sólo que de asombro. Nada más.

 

 

 

Muy a pesar de todo, Riki pudo desempeñar su trabajo sin que Katze le oprimiera en hacerlo.

 

 

 

Iason tenía un amigo, un hombre culto, igualmente alto y rubio, de belleza tosca y modales señoriales, respondiendo al nombre de Raoul Am. Hombre qué por cierto, al conocer a Riki, no le tuvo ni el más mínimo aprecio.

 

 

 

-  Es un… sucio, un harapiento – Se expresaba.

 

 

 

- Raoul – Intervenía el Mink – Yo no me quejo de tus empleados cuando voy a tu casa.

 

 

 

- Si… pero es que ese muchacho lo amerita – Raoul miró a Riki a través de la ventana, el pelinegro levantaba unos sacos y luego de soltarlos, se limpiaba el sudor de la frente con el brazo – Es muy distinto a Katze o a Daryl… ellos al menos tienen presencia y decencia. Ese Riki, se nota que es un salvaje en todo el sentido de la palabra.

 

 

 

- ¿Y qué? Yo no me voy a acostar con él ni mucho menos. Con tal de que haga su trabajo lo demás carece de importancia.

 

 

 

- ¡Pero Iason…!

 

 

- Pero nada.

 

 

 

Iason miró al otro con severidad, dando a entender que no debía continuar alegando.

 

 

 

- Ya mi madre no está para manipularme la vida… ¿Qué acaso ahora tienes pensado tomar su lugar?

 

 

 

Raoul se mantuvo callado, ciertamente no muy contento con la manera en que el rubio le contestaba. Siempre se había preocupado por su amigo, al punto de que cada movimiento que efectuaba era en pro del Mink.

 

 

***

 

 

Al parecer la pomposa esposa y los pretensiosos niños ni siquiera existían. Iason era soltero y muy raramente era visto por el pelinegro. Cada uno se encontraba en su lugar, uno en el establo y el otro en la casa grande. Cuando había intentado indagar sobre ello, preguntándole a Katze, éste le había mencionado que no se metiera en donde no debía, y en cierta manera eso era lo que debió hacer.

 

 

 

Una noche…

 

 

 

 

- ¿Señor Iason? ¿Está aquí?

 

 

- Pasa Katze.

 

 

 

El aludido entró a la habitación y cerró la puerta tras de si.

 

 

 

Riki se encontraba sin sueño, así que deambulaba por los alrededores, aspirando el dulce aroma de la noche. Observando entre las ventanas, captó la silueta de la que supuso era su señor, pero no estaba solo. Ni corto ni perezoso, al pelinegro le cegó la curiosidad y decidió acercarse. No creyó lo que vio, y aunque fue por un instante fugaz, Riki salió sigiloso con dirección a su lugar de descanso. Había visto a Katze, teniendo sexo con Iason en una de las habitaciones de la servidumbre.

 

 

 

- “Jum… por lo visto no soy el único que se sentía solo ésta noche”

 

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Bien, es todo por hoy n.n arigato por llegar hasta aquí. Les envío muchos besos y abrazos!! hasta el siguiente capi!! Bye Bye!!

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).