Desperté de golpe; sentí como un peso extra entraba bajo mis sábanas y como lentamente se colaba una mano, exquisitamente cálida, bajo mi pijama para acariciar sin pudor todo mi pecho. Sonreí. Nunca creí que fuera capaz de hacer semejante estupidez, como la de escurrirse por los pasillos de Hogwarts a mitad de la madrugada sólo para poseerme una vez más, como venía haciendo desde hace varios meses.
Voltee con ansias, esperando encontrar aquellos ojos verdes esmeralda que me volvían loco. Y así fue. Los encontré mirándome con un deseo abrumador.
No pude evitar estremecerme, la necesidad de sentirme poseído por él me golpeo fuerte en la conciencia. Así que sin más distracciones lo tome por la nuca y lo acerque hacia mí para poder iniciar el juego.
Todo empezó con un largo y lento beso, quería probar de nuevo sus labios, por lo que lamí y mordisquee sus labios una y otra vez mientras él se colaba entre mis piernas y quedaba encima de mí.
De pronto él tomo el curso del beso, haciéndolo mas fogoso al jalar mis labios con sus dientes e introducir su lengua en mi boca, degustando todo a su paso. Acaricio su lengua contra la mía con fuerza al mismo tiempo que me sacaba la camisa y así poder acariciar mi cuerpo sólo con las yemas de sus dedos. Me acaricio desde mis mejillas hasta el pecho, pasando lentamente por el cuello, hasta llegar a un pezón mío. Jadié con fuerza al sentir como lo pellizcaba, haciendo que me separara de aquella dulce boca. Y en menos de un segundo ya se encontraba devorando mi cuello. Jalo con su mano libre mi cabello para que estirara en todo su extensión mi cuello, y degustarlo a su placer. Lamia y mordía con devoción mi nuez, mientras que con la mano que había torturado mi pezón momentos atrás, se encaminaba lentamente hacia mi entrepierna.
Gemí con fuerza al sentir su mano alrededor de mi hombría, y más cuando a empezó masturbarme. De mi cuello paso a mi pezón izquierdo, siguiendo el mismo proceso de lamer y morder toda la superficie.
Mis jadeos y gemidos eran demasiado fuertes, tanto que pensé que medio Hogwarts estarían oyendo nuestro acto sexual. Pero no me importo en lo más mínimo, iba a llegar al final de este inmenso placer con o sin expulsión del colegio. Además, ya era para que estuvieran acostumbrados, ¿no?.
Empecé a sentir como un líquido caliente escurría hasta mi estómago, empezaba a salir líquido pre seminal de mi miembro, haciendo todavía más deliciosa la masturbación que sufría en ese momento. Pero sentí que llegaría muy pronto al clímax al sentir una lengua sedosa recorrer mi pene desde la base hasta el glande, entreteniéndose un largo rato en el mientras hacía círculos con la lengua alrededor, para después engullirlo en su totalidad dentro de su boca.
Nunca me dí cuenta cuando Harry se había deshecho del resto de mi pijama, pero ahora me encontraba totalmente desnudo ante sus ojos.
Estaba haciendo un sobreesfuerzo humano para no venirme en su boca, quería terminar pero, teniéndolo a él dentro de mí. Decidí que lo mejor sería detenerlo por lo que dije entre jadeos y gemidos – Ha-Harry…amor, d-detente… voy a… -.
Y sin más preámbulos, Harry detuvo la labor de saborear el miembro de Draco, para empezar con la labor de dilatar la entrada de su rubia perdición. Tomó un poco del semen que salía del miembro de su pareja en su mano, para utilizarlo como lubricante y empezó a dilatar la entrada del rubio con un solo dedo. Al sentir el cuerpo de Draco estremecerse ante la invasión, Harry se dirigió de nueva cuenta hacia los labios de Draco para poder distraerlo un poco del dolor.
Harry se encontraba devorando con su lengua la boca del rubio cuando introdujo un segundo dedo, para más tarde introducir finalmente el tercero. Movía sus dedos en círculos, los abría en forma de tijera, y los metía y sacaba lentamente.
Una vez dilatada la entrada, Harry saco con cuidado sus tres dedos del interior de Draco y se deshizo rápidamente de su ropa para finalmente poseer aquel cuerpo que desprendía sensualidad, además de que empezaba a dolerle cierta parte de su anatomía debida a la extrema excitación que le provocaba el rubio.
Se acomodó mejor entre las piernas del rubio, y tomó estas para colocarlas alrededor de su cintura, acercando más el cuerpo de Draco hacia él.
Antes de penetrarlo lo miro directamente a los ojos, esos hermosos ojos gris tormenta velados de puro placer, como en busca de algún tipo de aprobación para continuar con el acto, y lo que obtuvo fue una hermosísima sonrisa junto con una mirada repleta de amor y cariño. Eso era más que suficiente. Decidido (y sobreexcitado) Harry empaló a Draco de una sola estocada rápida, sabía que el rubio prefería eso a que una lenta y una supuestamente más dolorosa.
Draco solo pudo jadear con fuerza y morder su labio inferior, jamás se permitiría gritar de dolor, ¿por qué?, solo por el simple hecho de ser un Malfoy. Pero lo que no pudo evitar fue derramar unas pequeñas lágrimas de dolor por las comisuras de sus ojos.
Harry un poco abstraído debido al inmenso placer que le había provocado esa cavidad estrecha, húmeda y caliente, reaccionó cuando vio las lágrimas de su pareja deslizarse de sus ojos, y sintiéndose culpable, se quedó quieto dentro de su amante para no causarle más dolor mientras se acostumbraba a la intromisión. Pero no pudo evitar el moverse sólo un poco para lamer esas gotitas de agua salada; enserio detestaba causarle dolor a su rubio.
Después de esperar el tiempo considerable para que el rubio se acostumbrara, Harry lo embistió lento una sola vez esperando una respuesta por parte de Draco, el cual sólo respondió con un gemido fuerte debido a que esa sola embestida había dado justo en su próstata.
Harry enloquecido ante los sonidos que se desprendían de la boca de su amante no dudo en empezar aquel movimiento de caderas en contra de él.
Al principio las embestidas fueron lentas y calmadas, pero conforme el rubio iba exigiendo más, las embestidas iban aumentando de ritmo llegando a ser desenfrenadas y enloquecidas.
Después de varias embestidas, Draco se aferró firmemente a la espalda de Harry enterrando un poco las uñas en ella. Sus gemidos ya eran extremadamente fuertes, pero no se podía hacer nada cuando eras así de penetrado una y otra vez dando justo en su próstata, mientras recibía una pequeña masturbación al estar rozando su pene contra el firme y bien marcado abdomen del moreno.
Solo fueron necesarias tres embestidas fuertes para que los dos amantes llegaran al clímax, uno dejando su semilla dentro de un sensual Slytherin y el otro dejándola entre sus vientres, provocando que sus espaldas se arquearan al máximo y un gemido gutural saliera de sus bocas desde lo más profundo de su ser.
Harry se dejó caer sobre Draco, y este lo recibió con sus brazos abiertos. Los pechos de los dos subían y bajaban con rapidez tratando de recobrar el aliento perdido.
Draco acariciaba la espalda de Harry con cariño, y este una vez recuperado el aliento se levantó solo lo suficiente para darle un corto y cariñoso beso a su rubio. El rubio sólo sonrió complaciente. Realmente se amaban tanto que, las palabras venían sobrando en aquellos momentos. Solo era suficiente verse a los ojos para entender la magnitud de los sentimientos del otro.
Harry se levantó un poco y saliendo del interior de Draco y se tumbó a un lado de él. Draco sólo atinó a acercarse de nuevo a Harry siendo envuelto en aquellos fuertes brazos y acurrucándose sobre aquel pecho que le daba tanta calidez y protección.
Y estando los dos abrazados, decidieron rendirse ante los brazos de Morfeo, y esperar un nuevo amanecer junto con un nuevo día, y tal vez, sólo un tal vez, una nueva noche de pasión junto con su ser más amado.
¡FIN!