Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fast and Beautiful por urumelii

[Reviews - 277]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

ni siquiera les voy a dar explicaciones porque, bueno nada puede justificarme U_U

pueden darme de latigazos si quieren XDDD

en fin aqui esta la actu!! 

len y nos leemos abajo!! :D

Sakito

 

Estaba harto del sonido de mi celular, me llegaban mensajes sin parar durante todo el día. Varias veces pensé en apagarlo pero eso de estar incomunicado no es lo mío. Moví el cuello ligeramente mientras caminaba hacia mi departamento, sentí la punzada de dolor directo hasta mi espalda, tal vez debería ir al médico después de todo. No era aficionado a usar el elevador pero la verdad estaba demasiado cansado y adolorido como para subir las escaleras.

 

Sin preocuparme en exceso abrí la puerta de mi departamento, todo iba muy bien hasta que sentí a alguien tomarme de la camisa y azotarme contra la pared. Sabía perfectamente quien era, así que sólo solté un pequeño gemido lastimero debido al golpe y la impresión del impacto.

 

-tardaste mucho – me dijo en mal japonés la persona que me tenía acorralado contra la pared.

 

-tuve que ir a la escuela – contesté a duras penas, pues su cuerpo se presionaba fuertemente contra mi, impidiéndome respirar adecuadamente. Además que su lengua ya estaba lamiendo con fervor mi lóbulo.

 

Rodeó con su brazo mi cintura – mientras esté en Japón no deberías ir a la escuela. Tengo pocos días para estar aquí como para no aprovecharte al máximo – apretó con fuerza mi trasero.

 

-no creo que sea buena idea – dije con sinceridad. Sin embargo su mirada cambió en un instante y entonces supe que había cometido un error, por mas mínimo que fuese – Allen, yo…. – pero ya era demasiado tarde, el daño estaba hecho. Lo único que pude hacer fue cerrar los ojos cuando sentí el fuerte agarre de su mano en mi cabello tirándome derechito al piso.

 

Caí en cuatro un poco mareado por el forcejeo – ¿sabes? Por un momento pensé que estabas cuestionándome – dijo con ese tono autoritario que tanto odiaba. No me moví ni un centímetro, ni dije nada – no lo estabas haciendo ¿verdad? – preguntó ironico, negué fervientemente pero eso no evitó la fuerte nalgada que recibí – sería estúpido de tu parte ser un insolente después de tardarme tanto en entrenarte. A menos que estuvieras buscando el castigo intencional – me soltó otra mas fuerte que la anterior, el gritó que solté pudo haberse tomado rápidamente como un gemido.

 

Había conocido a Allen en un bar exclusivo para extranjeros, ni siquiera había sido mi intención conocerlo. Estaba ahí…….trabajando……..sí, trabajaba ahí de mesero, convencido que pronto podría mantenerme solo y estar…..con Shou sin ningún problema. Era bastante ingenuo.

 

Allen se la pasó insinuándose toda la noche, pero yo no le seguí la corriente ni un segundo. Yo estaba perdidamente enamorado de Shou, no me interesaba nadie mas. Pero toda la noche se la pasó insistiendo y no nada mas fue esa noche, la que le siguió a esa y otra mas.

 

Finalmente una noche, harto de mis rechazos me acorraló en el baño – te deseo – me dijo abrazándome por detrás.

 

Sonreí maliciosamente – que bueno, pero yo no – traté de zafarme pero no me lo permitió.

 

-me gustan así de insolentes, disfruto mas entrenándolos. Doblegando su voluntad hasta que quedan humillados pidiendo por mas – dijo con una voz que me heló la sangre – dime bonito ¿Cuál es tu precio? – me soltó.

 

Ladeé la cabeza – no necesito tu dinero y para tu sorpresa, no puedes comprarme – sonreí dispuesto a marcharme.

 

-que raro – me detuve para escuchar lo que tenía que decir pero permanecí dándole la espalda – dudo que en este lugar ganes el suficiente dinero para mantener el departamento que posees – me giré bruscamente sorprendido de lo que decía – te sorprenderías la cantidad de contactos que tengo – fue su turno de sonreír – dime ¿tu noviecito sabe? – cerré los puños dispuesto a romperle la cara – cálmate, yo no soy celoso, te aseguro que disfrutaras ser mi amante. Te puedo enseñar cosas que jamás imaginarias, no tendría ningún problema con que tuvieras otro amante. Aunque estoy seguro que el tal Kazamasa Kohara no estaría muy contento de saber que su novio es una vil prostituta – su mirada se tornó oscura.

 

Giré los ojos – no puedes amenazarme ¿sabías? – volví a dirigirme a la puerta.

 

-no lo estoy haciendo, tu mismo serás quien vendrá a buscarme – me volvió a abrazar por detrás, extendiéndome su tarjeta – pide lo que quieras yo te lo daré. Se ve que eres un chico ambicioso, no creo que quieras arruinar tu vida privándote de todas las cosas que puedes obtener rápidamente. No creo que Kohara tenga mucho que ofrecerte, a menos que quieras dejar de asistir a la escuela, a menos que quieras ya no tener todos tus lujos. Ese chico no te ayudara nada en tu brillante futuro, yo puedo darte lo que tu quieras, incluso cartas de recomendación para universidades en America – besó mi mejilla – piénsalo – salió del baño después de eso.

 

¿Es malo ser ambicioso? ¿Es malo querer procurar mi futuro? ¿Es malo querer ser alguien en la vida? ¿Estudiar, superarme, vivir bien, graduarme, tener una carrera? ¿Por qué si se supone que no es malo, se siente tan mal? Le hice creer a Shou que no lo amaba para protegerlo, para que no se decepcionara de mi al saber lo que en realidad era. Preferí hacerlo pensar que lo engañaba con alguien mas, a que se enterara de la verdad; aun después de todo prefiero que me odie a que se entere que soy una vil prostituta.

 

Entonces ¿Por qué me sigo sintiendo tan mal? ¿Por qué sigo pensando en él en cada momento que este psicópata me hace suyo? Porque eso es lo que es, Allen es un maldito psicópata obsesionado con el sexo rudo, obsesionado con pegarme, humillarme y maltratarme cada vez que tenemos sexo y no, nunca lo he disfrutado, sólo que ya aprendí a fingir que me gusta, todo por un Camaro y unas cuantas cartas de recomendación para un futuro mejor. Lo cual, no quita que me sienta sucio y vacío, lo cual no hace que lo extrañe menos, lo cual no logra que me sienta mejor conmigo mismo por hacer lo que hago.

Sin darme cuenta ya no traía camisa, usaba un collar al que ya me había acostumbrado y Allen me jalaba fuertemente de una correa. Ya estaba preparado para lo que venía, sin embargo el timbre sonó interrumpiendo cualquier cosa que Allen tuviera planeada. Usualmente no atendía a la puerta mientras estaba con él, era una de sus reglas, pero en esta ocasión fue distinta. El americano me levantó de la correa sonriendo maliciosamente – atiende – me dijo quitando la correa mas no el collar – mereces que alguien mas te vea de esta forma, será tu castigo por tu insolencia – abrí desmesuradamente los ojos sin creer realmente lo que acababa de decir. No era la primera vez que me humillaba en publico pero esto era distinto, es decir, podía ser cualquiera - ¿Qué esperas? ¡Abre! – ordenó sentándose en el sillón de la sala.

 

Volvieron a tocar mientras yo me ponía rápidamente la camisa sin quitarme el collar, sabía que si me resistía sería mil veces peor. Abrí la puerta esperando que por arte de magia se abriera un hoyo y me tragara en ese instante o mínimo que no fuera alguien conocido. Nada me hubiera preparado para lo que pasó después; abrí la puerta y ahí estaba, de todos mis males este fue el peor, delante de mi estaba Shou.

 

Por un minuto que pareció eterno ninguno de los dos dijo algo, nos limitamos a vernos sin poder creer muy bien el estar uno frente al otro. Sin tomar en cuenta que tenía un collar puesto, además de la mejilla roja por las cachetadas que había recibido.

 

-¿Qué haces aquí? – tartamudeé. No dijo nada, se limitó a empujarme y a entrar a mi departamento sin permiso caminando directamente hacia Allen.

 

-vaya Sakito, pensé que te habías deshecho de él hacía bastante tiempo – dijo con una tranquilidad que odié en ese momento.

 

Shou se giró bruscamente hacia mi – así que este es el gran hombre por el que me dejaste – dijo con veneno en la voz.

 

El americano se levantó altaneramente del sillón – soy Allen White – se presentó tendiéndole la mano, saludo que Shou no devolvió – vaya, pensé que los japoneses tendrían mas modales – la sonrisa de su rostro no desapareció.

 

-y yo pensé que Sakito tendría mejores gustos – se giró hacia mi y de vuelta al otro- ¿en serio necesitas golpear a alguien para sentirte mas hombre? – alzó una ceja.

 

Allen soltó una carcajada – dudo mucho que lo entiendas niño, además es claro que Sakito me prefiere por algo – retó colocando las manos en sus bolsillos.

 

-tu no eres así – Shou me lo dijo con absoluta seriedad, me conocía demasiado bien – entonces ¿Por qué dejas que te haga esto? – preguntó sin entender.

 

-Sí, Sakito, dile que es porque te gusta – los dos me miraban intensamente, pero la mirada que en realidad me perforaba era la de Shou – porque mas podría ser – miré a Allen con desprecio, sabía perfectamente mis razones, sabía perfectamente mis sentimientos hacia el castaño de los ojos grandes ¿Por qué tenía que portarse así? Era claro que quería dejar en claro que yo le pertenecía, quería opacar a Shou de esa forma pues sabía que en mi corazón nunca habría espacio para él.

 

Shou suspiró – mira Takahiro… - odiaba que usara mi verdadero nombre – sólo vine aquí porque creo que es importante hacer las paces, pero es claro que estás ocupado y también me queda claro que jamás podremos reconciliarnos – sus palabras parecían agujas que se clavaban en mi pecho – pero mientras toda esta locura siga en pie, te puedo asegurar que no empezaré ninguna pelea – se preparó para irse – pero tampoco esperes que seamos amigos, compañeros o algo parecido. Tu y yo jamás podremos ser nada – y diciendo esto salió de mi departamento dando un portazo.

 

Allen se acercó a mi esperando poder continuar con lo que Shou había interrumpido, pero sin saber muy bien por qué, me desmoroné en ese instante. Fue demasiado, todo aquello que había estado evitado, eso que procuraba no sentir me llegó sin que nadie pudiera detenerlo. Caí de rodillas con lagrimas en los ojos, sollozando sin poder evitarlo – vamos, no serás una niñita ahorita – dijo el americano fríamente – pensé que lo habías superado – lo miré con odio – ¿en serio lo extrañas? Piensa en tu futuro Sakito, ese chico no tiene nada que darte, yo si. Tu solo te has ganado lo que tienes, este departamento, tus estudios, el Camaro. Kohara no te ha dado nada de eso, yo sí – asentí tratando de contener las lagrimas.

 

Me levantó y comenzó a besar mi cuello, pero yo sólo atiné a negar con la cabeza – no puedo – la voz de Shou, su presencia, su aroma. Todo estaba aun muy presente como para actuar  y engañarme a mi mismo. No era la primera vez que lloraba por él, ni la primera vez que lo extrañaba, pero sí era la primera vez que no podía controlarlo.

 

-Sakito, parto mañana para America y ciertamente no me pienso ir  sin obtener lo que es mio – la voz de Allen sonó amenazante.

 

-no soy tuyo – dije sacando valentía de pronto. Sin saber porque ya no me importaba nada, lo único que quería era correr detrás de Shou, que me abrazara y dijera que todo iba a estar bien. Porque ahora mas que nunca, en medio de este caos, necesitaba de él.

 

-¿Qué? – dijo sin poder creerlo – estás muy equivocado niñito, el Camaro del estacionamiento puede decirte lo contrario. A ver ¿con quien mas vas a conseguir una recomendación para una universidad que valga la pena? – casi gritaba – además ¿realmente crees que ese chico te aceptará cuando sepa lo que eres en realidad? Acéptalo Sakito, no eres mas que una puta. Te vendes por dinero, todo esto – señaló alrededor – lo conseguiste acostándote conmigo y con otro pobre idiota, quien sabe con cuantos mas lo has hecho ¿tu crees que te va a aceptar así? – las lagrimas seguían cayendo sin parar, odiaba sentirme tan vulnerable, tan desprotegido, pero ya no podía mas, estaba hecho un ovillo en el piso escuchando lo que Allen decía y lloraba aun mas fuerte sabiendo que era verdad – ahora deja de tratar de ser una persona normal por un momento y haz tu trabajo que te pago demasiado bien para que no lo hagas – se desabrochó el pantalón y yo cerré los ojos con fuerza. Tenía razón, por mas hirientes que fueran las palabras eran la verdad, me acostaba con la gente por dinero y si supiera que Shou sería capaz de aceptarlo, se lo hubiera dicho; claro que él no merecía a alguien como yo.

 

Esperé que algún movimiento, golpe o algo llegara pero no pasó. Abrí los ojos sin entender realmente y vi a Shou sosteniendo a Allen del brazo – te dijo que no – dijo con voz ronca.

 

Allen se zafó – no tiene derecho a decir que no – ahora sí estaba enojado – le pago demasiado dinero para que se dé el lujo de decir que no – escupió con rabia. Shou me miró rápidamente y se volvió al americano.  Yo sentía que mi mundo se caía en pedazos ciertamente no estaba en mis planes que Shou se enterara y mucho menos de esta forma.

 

-si dijo que no, es no. Si tu maldito problema es el dinero, dime cuanto es y yo te lo pagaré, llévate el dichoso Camaro si es realmente lo que quieres – su voz no flaqueó ni un instante.

 

-Claro, debí saber que el hijo de una de las familias mas poderosas de Japón no tendría ningún problema en ofrecerme dinero. Pero ¿Qué crees niñito? Yo ya le pagué a mi puta, esto ya no se trata de dinero – no despegó la mirada de Shou, mientras yo permanecía tirado en el piso sin saber que hacer, usualmente ya me hubiera puesto en pie y corrido a Shou o mínimo me hubiera defendido, pero en ese momento no podía hacer nada. Estaba paralizado, mi mente no reaccionaba apropiadamente.

 

-no le digas así – se limitó a contestar.

 

Allen rió histéricamente – entonces ¿Cómo le llamas a alguien que se vende por dinero? Supéralo, es mío – no dejó de sonreír.

 

En menos de un segundo Shou lo tomó por la camisa y lo azotó contra la pared – te equivocas, no importa cuánto dinero le hayas dado u ofrecido. Él nunca será tuyo ¿realmente crees que piensa en ti cuando le haces cualquier cosa? – el semblante de Allen cambió bruscamente – ¿crees que piensa en ti cuando no estás con él? Para él, sólo es cuestión de dinero y me queda bien claro que para ti no y eso te molesta demasiado – fue su turno de sonreír – lárgate antes de que llame a la policía, apuesto que estarán muy interesados en un extranjero que realiza actividades ilegales y con un menor de edad – lo volvió a azotar contra la pared.

 

-también se llevarían a Sakito – trató de amenazar, algo que hizo que mi piel se erizara al instante.

 

Shou negó – en ese caso verías porque mi familia es de las mas influyentes en Japón – estaba alardeando, pero sonaba tan seguro que cualquiera le hubiera creído. Sus padres jamás meterían las manos al fuego por él ¿o si? – Lárgate – lo soltó y señaló la puerta.

 

Allen me miró y bufó – aquí se te acaba el chistecito, no esperes nada mas de mi y olvídate de entrar a una universidad prestigiosa, olvídate del Camaro – salió dando un portazo.

 

Me levanté a duras penas, el castaño rojizo seguía respirando de manera agitada. Sin querer se había formado un ambiente sumamente extraño entre nosotros, me atreví a acercarme a él pues ni siquiera me miraba – Shou…- la voz me salió mas temblorosa de lo que hubiera querido.

 

-x-

 

-¿y luego? – Ni~ya me miraba con la boca abierta y un pedazo de manzana  aun sin masticar dentro de esta.

Lo miré con cierto asco – nada – contesté un poco decepcionado – se fue, no me dijo nada mas – suspiré. Les estaba contando lo ocurrido a Hitsugi, Ni~ya y Kyo no porque me interesara realmente su opinión, sino porque necesitaba que resolvieran otro problema mas que había surgido – pero eso no importa. Tenemos un problema mas grande que ese – cambié el tema.

 

-¿no es importante? ¿vas a regresar con él? – Ni~ya seguía hablando como vieja chismosa.

 

-no lo sé – contesté con cierta exasperación - ¿podemos atender el otro asunto? – miré a Kyo suplicante.

 

El enano rubio se apretó el puente de su nariz - ¿Qué se supone que hagas sin auto? – me miró con severidad y sentí que me hacía mas pequeño de repente.

 

-no fue mi intención – traté de disculparme – no sabía que iba a pasar esto, yo….

 

-de cierta forma me alegro que hubiera pasado – me interrumpió Kyo – ya veremos que auto puedes utilizar – trató de sonar calmado pero no lo logró.

 

Me revolví en mi asiento un poco incomodo – el problema no es el auto, son las modificaciones, aun si consiguiéramos un auto, encontrar a alguien capaz de modificarlo a tiempo – chasqueé la lengua recriminándome mi mala suerte – siempre podría pedirle un auto a Mana – dije a forma de broma, pero al parecer a ninguno de mis tres acompañantes le pareció la idea.

 

-acabas de salir de una para entrar a otra – dijo Kyo girando los ojos.

 

Alcé lo hombros – mi idea no es tan descabellada, al final ya le dio un auto a Kouyou. No creo que me dijera que no, además sería una gran oportunidad para acercarme a él – soné mas convencido de lo que realmente estaba. Durante las ultimas semanas he estado recibiendo mensajes del tal Mana, algunos solo de saludo, otros preguntándome cosas y otros con propuestas para nada inocentes. No le he contestado la mayoría de los mensajes, pero si contestaba algunos, pues tenía la certeza que ese encanto que Mana parecía tener conmigo nos sería útil de alguna u otra forma – Mana ya dejó claras sus intenciones conmigo, quiere acostarse conmigo – dije como si hubiera sido la cosa mas normal del mundo, por lo que me gané una mirada recriminatoria por parte de todos – vamos, no sabemos que tanto nos pueda beneficiar, digo entre mas conoces a tu enemigo, mejor puedes destruirlo – me pegué en la palma izquierda con el puño derecho.

 

-¿es en serio? Sakito, no sabes que clase de enfermo puede ser. De por si ya es bastante peligroso, imaginate si de sexo se trata – dijo Ni~ya escandalizado.

 

-no es nada a lo que no me haya enfrentado – torcí la boca con amargura – soy el único de todos nosotros que tiene la moral tan ligera como para acercarse y tener sexo con él sin ningún problema. Si lo hago podré investigarlo, podremos trazar un mejor plan. Le vamos a robar, mas vale hacerlo bien – traté de sonreír.

 

Hitsugi se aclaró la garganta – no creo que a Shou le guste mucho la idea – habló por primera vez.

 

Arrugué la nariz - ¿y él que tiene que ver? – pregunté confundido.

 

-te quitó a un maniático de encima para que tu vayas y te quieras meter con otro – explicó Ni~ya.

 

Me sentí ligeramente ofendido ¿Cómo es que de repente Shou se había vuelto una especie de héroe? – si, pero yo no se lo pedí – aclaré ignorando la expresión de los otros tres – y lo de Mana ya lo venía pensando desde hace algún tiempo. Lo hubiera hecho con o sin Camaro – expliqué con seriedad, necesitaba que me dieran su aprobación, realmente quería hacerlo. Destruir el mal que nos acechaba desde adentro y sabía que yo era el único capaz de hacerlo, si queríamos que las cosas salieran bien debíamos tener a alguien adentro y yo era el mas indicado.

 

-tu estás loco – aseguró Ni~ya.

 

Pero ahora yo estaba mas concentrado en ver a Kyo, quien parecía estar teniendo una batalla interna, lo estaba considerando. Al final me miró con resignación – tenemos que hablar con Gazette Nine primero – fruncí el ceño sin quererlo – prometí que todas las decisiones que se tomen respecto a este asunto las haríamos juntos. Me queda claro que lo harás aun si no te damos la aprobación, entonces mínimo hay que hacer las cosas bien – no parecía muy convencido, pero me conocía lo suficiente y tenía razón, lo haría les pareciera o no.

 

-x-

 

Debo admitir que la reunión con Gazete Nine resultó un poco decepcionante. Realmente tenía ganas de ver a Shou, aclarar las cosas, no sé, hablar con él aunque fueran cinco minutos; pero él nunca se apareció. Era mas que claro que Reita y Kai tampoco habían solucionado sus problemas puesto que ni siquiera se miraban al hablar o se dirigían mas de tres palabras y Uruha y Aoi, bueno ese tema resultaba demasiado confuso para mi. Se hablaban, se sonreían, se coqueteaban; pero era todo. No sabría decir si se habían reconciliado o era su estado natural, al menos ya no pelaban.

 

-es decir que nos acabamos de quedar sin otro auto – dijo Reita con seriedad.

 

-¿otro? – pregunté sin entender.

 

-Aoi chocó el BMW ¿recuerdas? Fue pérdida total y todavía no me entregan un nuevo. Dudo que lo hagan a tiempo – explicó con amargura.

 

Estábamos en casa de Kyo, paseando por toda la sala tratando de resolver nuestros asuntos en paz.

 

-pero el problema del auto de Aoi ya está solucionado – dijo Uruha con un sonrojo en sus mejillas que se hizo mas evidente cuando todos lo miramos – voy a modificar el Lancer – dijo desviando la mirada y rascándose la nuca.

 

Kyo y Reita abrieron la boca, pero ninguno de los dos dijo algo, el segundo sólo se limitó a sonreir, mientras el mas bajo me miró torciendo la boca – ahora solo falta saber de donde sacaremos un auto para ti – dijo pensativo.

 

-ya te dije como – contesté calmado.

 

-quisiera que lo resolviéramos nosotros, si te vas a acercar a Mana, lo mejor sería que no le debiéramos nada – dijo Reita cruzando los brazos.

 

Miré a Kyo con cara de indignación, no podía creer que ya le hubiera contado a Suzuki lo que planeaba hacer, si se supone que la junta era para informarles y este enano va y les cuenta como si fueran amigos del alma – bueno, me agrada saber que cuento con su aprobación – dije de forma sarcástica e indignada.

 

-no es aprobación – intercedió Kai por primera vez – pero lamentablemente creo que estamos en una posición en la que nos tenemos que arriesgar y no nos queda de otra mas que dejar que lo intentes. Por eso no le dijimos nada a Shou, jamás estaría de acuerdo – sentí un nudo en el estomago, odiaba que hablaran como si Shou aun sintiera cosas por mi, cuando mas de una vez él mismo había dejado claro que no.

 

Mi celular sonó en ese momento rompiendo el extraño ambiente que se había formado. Lo saqué con un poco de miedo y el nudo de mi estomago se apretó aun mas al ver de quien se trataba – es Mana – anuncié tratando de sonar tranquilo.

 

-¿Qué dice? – preguntó Aoi alzando una ceja.

 

-Pregunta que cuando nos veremos – tragué saliva. En ese momento todo se volvió un caos, todos gritaban tratándose de poner de acuerdo en cuál sería la mejor respuesta, cuando sería el mejor día, la situación, el lugar. Nadie, para variar, se ponía de acuerdo; ya ni siquiera podía pensar con claridad entre tanto grito.

 

Uruha se acercó a mi tímidamente, mientras todos seguían gritando sin parar – dile que lo verás el sábado – me dijo en voz baja – yo lo veré ese día, así podremos ir juntos. Será mas seguro – ahora lo que sentía  era un vacío en el estomago, me pregunté que diría Aoi de tal cosa, desafortunadamente no tuve que esperar mucho para saberlo – tiene una reunión con Gackt, Die y Toshiya también estarán ahí – dijo lo suficientemente alto para que todos lo escucharan.

 

-¿¡QUE!? – gritaron todos al unísono. Juro que vi a Kyo palidecer rápidamente. 

Notas finales:

waaaa

que les parecio???

awww Sakito *O*

que paso entre aoi y uruha??? ;D 

estamos cada vez mas erca del final....tanto que no puedo creerlo ._.

ya sé que no los merezco, pero dejen rvw u.u quieranme, yo las quiero.

tratare de actualizar todo, antes de que acaben mis vacaciones!!!

las quiero!!! no me maten!! feliz navidad y año nuevo y asi :P


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).