Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La verdad después de 10 años por rotzcoco

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno aqui la siguiente parte, tomenlo como una pequeña compenzación por mi tardanza.

Como siempre disfrutenlo.

Regresaron unas horas después, cargados con bolsas llenas de dulces, platos, vasos, cubiertos, papeles y decoraciones. Los adultos tenían cara de fastidio y cansancio mientras que el menor parecía tener mucha más energía que cuando habían salido.


-Eiros, vete a bañar ahora, que no me hayas hecho caso en la mañana no quiere decir que te salves- ordeno Lelouch mientras acomodaba las bolsas en la sala, empezando a separar las cosas para llevar cada una de ellas a donde correspondía.


El niño comenzó a reprochar, caminando de cualquier forma hacia las escaleras que le llevarían a su cuarto mientras Suzaku ayudaba a Lelouch y reía divertido por eso. El tiempo fue pasando mientras Suzaku y Lelouch ponían todo en orden, intercambiando frases y palabras sobre temas poco importantes o sobre los planes para la fiesta. Eiros llego en el momento en que su papá era mojado por Suzaku y observo la reacción de los dos. El castaño reía tontamente, corriendo para librarse de lo que parecía ser la venganza de Lelouch, quien le gritaba que se detuviera y lo veía con gran enojo, uno aparente.


-¿Papá?- llamó, en un intento de hacerse notar  y de que los otros le hicieran caso. Pero lo que paso no se lo espero para nada.


Los mayores se detuvieron, vieron al niño, después intercambiaron miradas y en el siguiente segundo ya estaban corriendo detrás de Eiros, quien al darse cuenta de que era la presa comenzó a correr subiendo las escaleras y pidiendo ayuda a cualquier persona que lo escuchara pero riendo con diversión. Suzaku fue quien lo atrapo, agarrándolo por la cintura y cargándolo mientras le hacía cosquillas, llegando Lelouch después y tomando a su hijo para llenarlo de besos, los tres reían divertido, uno intentando soltarse y los otros dos siguiendo con las travesuras.


-Ya…ya…no más…por favor…- pedía el chico mientras se revolvía, intentando alejar a los dos hombres con sus manos y sus pies, así como moviendo la cabeza mientras reía.


Pasaron unos minutos más así hasta que Eiros comenzó a toser y a quejarse del dolor de panza. Suzaku se detuvo pero no lo bajo, simplemente dejo de hacerle cosquillas mientras que Lelouch sonreía y depositaba un beso más en la mejilla de su hijo, dándole otro a Suzaku.


Y ahí fue en donde despertaron de ese pequeño sueño de felicidad y ternura. Lelouch se alejó un poco, Eiros se removió algo inquieto, logrando hacer que Suzaku lo soltara por fin y el castaño se revolvió un poco los cabellos.


-Eiros, prepárate a dormir ya. Es tarde- ordeno el de cabellos  negros, empezando a caminar hacia las escales, viendo de reojo al castaño.-Acompáñalo para ver que lo haga, en un momento subo- dijo desviando su mirada en cuanto las dos se encontraron.


Suzaku vio a Lelouch irse y después de unos segundos tomo a Eiros de la mano, comenzando a caminar lentamente hacia el cuarto del niño, seguido por el pequeño quien tampoco decía ni una sola palabra.


-Tu papá vendrá pronto, así que sería mejor que dejaras las cosas listas- murmuró suavemente mientras  le soltaba, quedándose junto a la puerta y recargándose en el marco, viendo fijamente al niño que asentía y caminaba por el cuarto, dejando todo su cuarto acomodado así como la ropa que usaría al día siguiente. Suzaku se quedó ahí parado, viendo todos los movimientos del menor y pensando en muchas cosas pero sin fijarse en ninguna de ellas.


-¿Cómo supiste lo de Lelouch?- pregunto en un susurro mientras enfocaba su vista en el chico que se había sentado en la cama, viéndolo con aquellos ojos verdes.-Tu padre no sabe que tú sabes eso Eiros-


El pequeño se quedó callado, viéndolo atentamente y después de unos segundos le sonrió de lado, llevando su dedo índice a los labios para pedirle que guardara silencio.


-¿Ya estas metido en la cama?- preguntó Lelouch poniéndole la mano en el hombro a Suzaku y viendo directamente a su hijo.-¿Qué esperas Eiros?- dijo frunciendo el ceño mientras se acercaba hacia la cama, tomando a su hijo y metiéndolo debajo de las sabanas mientras le hacía de nuevo cosquillas. Suzaku sonrió un poco y después se dio la media vuelta, caminando lentamente hasta llegar de nuevo a la sala, en donde seguían unas cuantas bolsas. Tomo las que debían ir a la cocina y se dirigió hacia ese lugar mientras su mente se volvía a llenar de pensamientos sobre varias cosas. Eiros lo sabía todo o por lo menos parecía que lo sabía todo, pero lo viera como lo viera no podía estar bien, había algo que estaba fuera de lugar. La vida pasada de Lelouch había quedado enterrada hasta del mismo Japón, todos se enteraron de lo pasado pero era eso, un pasado dejado en el olvido. Si eso era verdad entonces ¿cómo había encontrado toda la información el niño?


-No te voy a correr de la casa en cuanto acabe la fiesta de Eiros- susurró el de cabellos negros mientras veía a Suzaku acomodar las cosas. Llevaba unos minutos viendo al otro moverse de un lado al otro de ese cuarto, tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera se había fijado en que él había llegado.


Suzaku se tensó y detuvo todo movimiento, volteando la mirada  hacia la persona que le había hablado en esos momentos. Observo al que siempre considero como amigo de infancia, intentando descifrar aquel cambio de opinión o algún indicio de que estuviera sufriendo alguna enfermedad. Al no encontrar nada simplemente suspiro y le dio la espalda, siguiendo con las cosas que estaba haciendo.


-No te preocupes Lelouch, me iré y no volveré a molestarlos de ninguna forma- dijo sin detenerse. Estaba muy seguro de que si dejaba de mover las manos o si se volteaba a verlo entonces perdería el control sobre sí mismo y podría intentar volver a besar al otro. También estaba la opción de que podría mostrarle un ataque de pánico y enojo, y ciertamente no quería acabar perdiendo el control sobre su persona como lo había hecho cuando le grito a Eiros.


-Pero Suzaku…- empezó el otro, moviéndose para acercarse a su acompañante pero deteniéndose a mitad de camino. No podía pedirle que se quedara más tiempo después de tratarlo mal y sin darle una buena justificación ¿pero cómo decirle que lo necesitaba y que lo quería a su lado sin terminar por confesarle todos sus sentimientos ocultos?


-No, tienes razón Lelouch, desde que no quisiste que viniera tenías razón. Tú ya tienes una vida con Eiros acá y yo no puedo verme involucrado. Los dos desaparecimos hace 10 años, ya un poco más que tú pero sigue siendo la misma cantidad de tiempo, y no podemos ni acercarnos. Nadie nos busca pero cualquiera puede reconocernos y sería muy sospechoso si alguien nos reconociera a los dos juntos. Así que lo mejor es que acabemos separados y que no volvamos a encontrarnos, así podríamos asegurar que todas nuestras vidas estén a salvo, especialmente Eiros que no sabe nada sobre el pasado- dijo mientras fruncía un poco el ceño, aún quedaba aquella duda sobre la información que había obtenido el niño. Le creía a Lelouch cuando le decía que no le había dicho nunca nada pero eso dejaba a la vista otras situaciones probables.


Lelouch se quedó sorprendido por todo lo que el otro parecía estarle diciendo. Estaba en lo correcto, si alguien por cualquier razón lograba reconocerlos acabarían en problemas, especialmente él por tener esa condición pero no podía arriesgar tampoco a su hijo. Por eso se había ido lejos, por eso mismo había decidido no volver a pisar nunca Japón, por eso mismo no quería encontrarse con ninguno de sus mejores amigos pero ahí estaba uno, diciendo que se iría para siempre de su vida, que volvería a dejarlo solo.


-Yo…-


Apretó los puños con fuerza y bajo la mirada, mordiéndose el labio inferior mientras intentaba soportar aquel dolor de pecho que repentinamente le invadía. Sin pensarlo para nada se acercó al otro y lo abrazo por la espalda, presionando sus brazos contra su cuerpo y escondiendo su rostro entre su espalda, aspirando aquel aroma que le volvía loco y que no le dejaba razonar bien.


-¿Lelouch?- pregunto sorprendido Suzaku, intentando darse la vuelta pero sin poder hacerlo, ladeando un poco su cabeza para lograr ver al otro escondido. Eso no era nada bueno, no llevaría a ningún lugar si seguían así pues terminaría por volver a besarlo, por querer volver a hacérselo, por volver a dormir con él a su lado.-Lelouch- susurró logrando tomar sus manos y aflojar un poco el agarre, volteándose en ese momento y abrazando al otro por los hombros, pegando su rostro al otro y aspirando su fragancia, cerrando los ojos para dejarse llevar a ese recuerdo de la noche en que había podido besarlo y tocarlo con libertad.-Lelouch- volvió a llamar mientras una de sus manos se paseaba por los cabellos del otro, usando la que estaba libre para pegar más sus cuerpos y recorriendo la piel de la mejilla con sus labios y su nariz, sintiendo que todo su cuerpo comenzaba a encenderse por aquello.


-Suzaku…- susurró el de cabello negro, cerrando sus ojos y moviendo un poco la cabeza, sintiendo las caricias en toda su piel a pesar de ser simplemente en el rostro y los cabellos. Todo su interior comenzaba a calentarse, agitarse y volverse loca. Sentía miedo por volver a dejar llevarse como la noche pasada, sentía pánico de entregársele pero que al día siguiente no pudiera seguir con eso. No quería salir herido y que el otro saliera herido. Debía de ser mejor simplemente terminar con todo y olvidarse de nuevo de que sentía todo eso.


La mano que estaba sobre la cabeza de Lelouch se movió de nuevo pero esta vez para lograr que el otro separara un poco el rostro, dándole más oportunidad de pasearse por aquella suave y tersa piel hasta encontrarse con esos labios carnosos y dulces. Se quedó quieto en cuanto sus labios rozaron la comisura contraria, esperando la reacción del que estaba siendo su amante.


El cuerpo de Lelouch se tensó al sentir tal cercanía, recordando en dónde estaban y con quién estaba, resistiéndose por un momento y empezando a pensar racionalmente. Pero si el otro decía que se iría, que no volvería a molestarlos, que se alejaría ¿no estaba bien aprovechar aquellos pocos días que les quedaban juntos?


-Bésame- pidió en un susurro mientras movía su rostro, juntando por fin los labios con los contrarios.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).