Se quedo detenido en el ropero de su hijo, viendo fijamente las prendas pero sin estarles prestando atención. Lograba escuchar el agua correr en el baño y a su hijo cantando o hablando con su pato de hule. Podía escuchar todos los sonidos que rodeaban su casa y muy en el fondo esperaba escuchar la puerta abrirse.
Flash back
Sus ojos se toparon y aunque los dos morían por decir alguna palabra ninguno fue capaz de hacerlo. Ambos sabían que la pelea del día anterior había sido una estupidez pero de igual forma ambos sabían que estaban mal al hacer esas cosas. Habían estado separados por tanto tiempo que de cierta forma se habían vuelto extraños, uno no sabía de la vida del otro y era de igual forma desde el otro punto de vista. Eran personas completamente diferentes pero los dos se aferraban a un pasado que los separaba.
Su hijo lo salvo esta vez y fue debido a la emoción del momento. Los invitados habían comenzado a llegar para la gran fiesta por lo que no había más que concentrase en eso. Como el buen anfitrión que era, Lelouch se arreglo la camisa que llevaba puesta ese día y camino con elegancia a la puerta, escuchando a los lejos como Eiros comenzaba a molestar a Suzaku para que las cosas que faltaban estuvieran ya listas.
La primera media hora se la dedico a estar recibiendo a todos los invitados, sonriendo y hablando con aquellas madres que pasaban a dejar a sus hijos, convenciéndolas a través de su encanto de que no había ningún problema con que los niños se quedaran a dormir. Era algo tan normal para él el estar rodeado de todas esas madres que le salía natural el estar hablando con ellas como si nada. Y en realidad le gustaba aquello porque conocía la reacción que ocasionaba en todas aquellas madres.
-No deberías estar coqueteando en la fiesta de cumpleaños de tu hijo-
Aquello hizo que se volviera furioso hacia la persona que le estaba diciendo aquello y después de fulminarlo con la mirada se volvió con una de las señoras que había llegado. Se disculpo y se despidió de ella, sin dirigirse de nuevo hacia Suzaku.
Después de que aquella media hora termino se dirigió hacia el patio y se dedico a pasear por entre los padres y madres de familia que se habían quedado en la fiesta. Durante todo ese tiempo vio de reojo a todo el patio, buscando y observando al castaño, quien se movía por los alrededores sin dirigirse a ningún lado en especial y quedándose de vez en cuando a jugar con Eiros.
De pronto su vista se dirigió hacia la puerta de la cocina, observando ahí a la madre de su hijo y viendo al tipo que venía con ella. Hizo una cara de disgusto pero la compuso con rapidez, se disculpo con los que estaba hablando y camino hasta donde estaba la otra.
-No recuerdo haberte dicho que podías traer a una basura a mi casa- comento cruzándose de brazos, viendo a la chica pero sin fijarse en el otro.
-Es mi pareja y tengo todo el derecho de traerlo si se me pega la gana-
Los dos se observaron fijamente durante un momento y Lelouch estuvo a punto de responderle algo cuando la voz de su hijo lo detuvo. Ambos padres cambiaron la expresión en menos de un segundo y entonces la mamá se dedico a hablar con su hijo mientras el pelinegro mayor se dedicaba a observar con odio a aquella basura que se atrevía a poner un pie sobre su casa.
-Papá mira lo que me trajeron mamá y Greg- dijo el pequeño, halando la mano de su padre para que le prestara atención y enseñándole el juego que le había estado pidiendo y que se había negado a comprarle. Consentía a su hijo pero no le agradaba que tuviera tantos videojuegos y aquello parecía ser un plan para arruinarle la crianza de su pequeño. Fulmino con la mirada a la madre pero se recompuso mientras le sonreía a su hijo y le decía que eso estaba muy bien.
Segundos después llego Suzaku, hablándole a Lelouch para avisarle sobre unas cosas que se habían salido de control. El pelinegro se alejo de ellos y fue a hacer los arreglos.
Después las cosas siguieron como estaban planeadas, algunos otros invitados llegaban por momentos pero todos iban a donde se suponía debían de ir. A los juegos. Lelouch se detenía por momentos, buscando con la mirada a Eiros y viéndolo correr de un lado al otro con sus amigos, riendo y jugando, usando todo lo que había contratado para aquella gran fiesta. En un momento de esos sus ojos se dirigieron al castaño que estaba recargado contra una pared, le sorprendió que tuviera una cara de enojo y confusión pero no hizo nada para averiguar sobre aquello, era demasiado orgulloso para ir a hablarle en ese momento pero aquella cara que traía el otro ciertamente le parecía muy extraña. Eso simplemente le hacía pensar que probablemente el otro no estaba disfrutando de estar ahí y que seguro se iría al día siguiente. Se mordió un labio y le dio la espalda al otro, haciendo un nuevo recorrido entre los invitados para distraerse.
El niño se detuvo por un momento, se sentía agitado y excitado por todo lo que estaba pasando, se sentía tan feliz de poder tener esa fiesta de cumpleaños tan divertida y grande. Su papá le había dicho todo el itinerario y aunque sabía que sólo era para tener una idea de cómo se llevaría a cabo el día sabía todas las actividades y ciertamente ya quería que llegara la hora del teatro. Pero justo en ese momento necesitaba de un pequeño descanso y entonces aprovecho para ver a su papá, hablando animadamente con la mamá de uno de sus amigos. Parecía estar muy entretenido con ella pero podía ver que volteaba la mirada cada cierto tiempo. En una de esas dirigió la mirada a donde su papá veía y entonces se encontró con su tío Suzaku, el cual no tenía la mejor cara del mundo. Lo había visto enojado porque en todo ese tiempo se la había pasado peleando con su papá pero ahora había algo muy diferente en su rostro. Se despidió de sus amigos por un rato y entonces empezó a caminar hacia donde estaba el otro.
-¿No te sientes bien tío?- pregunto llegando a su lado y tomando su mano, sorprendiéndose un poco por la reacción del otro. Suzaku no se había percatado de que se había acercado a él y que lo estaba viendo o que le estaba hablando, simplemente se dio cuenta de que estaba ahí cuando le tomo la mano y se la apretó un poco. -¡Tío!-
Todo paso demasiado rápido y no pudo explicar muy bien lo que sucedía pero de la nada el tío Suzaku se había tensado con fuerza, su rostro se había llenado de pánico y horror y de un movimiento lo tomo en brazos, caminando rápidamente para alejarse de donde se encontraban. Eiros había estado a punto de decir algo pero entonces alzo el rostro por encima del hombro de Suzaku y se percato de que el novio de su mamá estaba ahora parado donde hacía unos segundos ellos estaban y los veía con odio y con algo más.
-Tío- susurro bajito el niño, viendo aun a la figura de Greg pero sintiendo el fuerte agarre del mayor.
-¿Escuchaste algo?- fue la respuesta que obtuvo.
Segundos después sintió que se detenían y que Suzaku lo bajaba pero no lo soltaba. Observo aquellos ojos esmeraldas que eran muy parecidos a los suyos y se pregunto si en algún momento su papá pensaba en su tío cuando lo veía.
-Eiros, necesito que me digas la verdad- pidió de nuevo Suzaku, viendo con fervor al niño que no parecía estarle prestando mucha atención.
-Sólo algo de que ya estaba todo preparado- murmuro el niño regresando a la realidad, viendo ahora el suspiro que daba el otro y sintiendo que le soltaba. -¿Habrá alguna sorpresa?- pregunto bajito, sintiéndose repentinamente muy nervioso e inseguro.
-Lulu ya te dijo todo lo que va a haber en la fiesta, aunque seguro tiene algo preparado para ti- dijo formando una sonrisa tranquilizadora y acariciando el cabello del niño.-Ahora anda a la fiesta y dile a papá que ya se está pasando la hora de la comida-
Eiros asintió, sin estar muy seguro de lo que estaba pasando pero sin decir nada. Salió corriendo de la cocina, llegando hasta donde estaba su padre y diciéndole lo que Suzaku le había dicho, después de eso no volvió a ver a Greg ni a Suzaku y aunque había tenido la intención de contarle todo a su papá no dijo nada.
End flash back
Escucho la voz de su hijo gritarle desde el baño y entonces reacciono. Tomo la ropa del armario y después camino hasta llegar al baño, en donde se dedico a atender a su hijo.