Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La verdad después de 10 años por rotzcoco

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disfrutenlo

-Papá, papá, papá, vamos, vamos, vamos, allá, no mejor allá, no acá, papá camina rápido, papá cómprame de eso-


Y Lelouch dejo salir un bufido de cansancio y desespero. No habían ni llegado al hotel porque su desesperado hijo pidió que fueran de una vez a visitar los alrededores. Y él como buen padre consentidor dijo que no le parecía que hubiera algún problema por el cual no pudieran partir a ver los alrededores. Ahora se daba cuenta de que estaba completamente equivocado.


-Es suficiente- dijo cerrando los ojos con fuerza y respirando profundamente. Sabía que él tenía la culpa por haberle cumplido ese capricho pero su hijo estaba empezando a pasarse del límite y al parecer ya se había dado cuenta de eso.


-Lo siento papi, me deje llevar- dijo mientras se acercaba a Lelouch y tomaba su mano.-Ya debemos regresar ¿verdad?-


Lelouch suspiro ahora y se puso en cuclillas para estar a la altura de su hijo, haciendo que alzara la cabeza y le sonrió.


-Ya te había dicho que por nada del mundo debías bajar la mirada, especialmente si estas frente a alguien más. Y sí, es momento de que nos vayamos al hotel, está oscureciendo y no sé cómo es que sigues despierto después de ese viaje en avión- dijo más para sí pero la respuesta le llego rápidamente en cuanto vio que su hijo empezaba a bostezar y ponía ojitos cansados.


-No estoy tan cansado, no fue nada pesado el vuelo- se excusó su bello niño pero Lelouch simplemente volvió a sonreír y tomo al niño en brazos, cargándolo y dejando que se acomodara para después empezar con su camino.


El menor se abrazó al cuello de su padre, recargando su cabecita sobre su hombro y comenzó a ver el paisaje que pasaba delante de él. Su padre le había comentado que por esos lugares era por donde solía pasear cuando era joven, por ahí estaba la escuela a la que había ido por tantos años. El niño quiso ir a conocer la escuela pero le fue negado, mañana intentaría hacer que lo llevaran y así podría maravillarse mucho más. Ahora debía descansar sus ojitos y fue cerrando los parpados lentamente, logrando escuchar la voz de su padre a lo lejos diciéndole que descansara y una imagen algo extraña. Un hombre de cabellos castaños, con ojos verdes como los suyos pero que se veían espantados o hechizados. Pronto, todo se volvió negro para el niño y no se enteró en ese momento quién era el hombre que lo había visto de esa forma.


Lelouch suspiro cuando se dio cuenta de que su hijo había caído profundamente dormido y sonrió. Definitivamente esa vida era la que le daba vida a la suya, era la que lo había salvado de caer en la locura y a pesar de que se seguía diciendo muy joven para ser padre, ahora tenía 27 años, creía que eso era lo mejor que le había pasado. No se arrepentía de malcriar un poco a su niño. Siguió su camino hasta que llego al hotel en el que se hospedarían, sin darse cuenta de que un hombre los había estado siguiendo por un buen rato.


-Tengo una reservación- dijo con voz paciente y calculadora mientras veía que el chico de la recepción comenzaba a hacer movimientos detrás del mueble que los separaban. Pocos segundos después le fue dada su llave y la información de que sus cosas ya estaban en el cuarto. Lelouch se despidió, dando las gracias y volviendo a caminar con su bulto en brazos. Iba a llegar un día en el que no pudiera cargar de nuevo a su hijo y ese día se estaba llegando pues ahora ya sentía que sus brazos le dolían demasiado.


-Pequeño despierta- llamó mientras removía un poco el cuerpo de su hijo, escuchando el murmullo del otro y causándole gracia.


Supuso que ese día se lo perdonaría por lo que siguió el camino hasta el cuarto que había reservado. Una vez dentro lo primero que hizo fue dejar al niño sobre una de las camas y arroparlo. Como todos los días se quedó un rato sentado junto a la cabeza del menor, acariciándole el cabello y observándolo con atención. Aun esos días se preguntaba si todo lo que había sucedido en el pasado, si todas las acciones que había llevado a cabo, habían sido las correctas. Estaba seguro de que si no hubiera pasado nada de eso, no habría llegado a tener a su bello niño pero podría que tal vez…


Se separó de su hijo y beso su mejilla, después volvió a arroparlo correctamente y salió de su cuarto, caminando por la habitación hasta llegar a su lugar y tomar su ropa de dormir. Luego se dirigió con tranquilidad hacía el baño, abriendo la llave para llenar la tina y después empezar a desnudarse. De nuevo su mente comenzó a mostrarle cosas de su pasado, memorias en donde le recordaban la felicidad que algún día sintió al estar junto a las personas más importantes. Todo eso le parecía tan lejano, sentía como si eso que su mente le mostraba fuera de otra persona, como si todo aquello fuera algo que hubiera soñado una noche.


Se metió lentamente al agua y cerro la llave, recargándose después contra la tina y dejando que su cabeza reposara contra la pared. Sus ojos se fueron cerrando lentamente y él se dejó llevar a un mundo en el que los sueños lo inundaban todo.


***


-Por favor papá- pidió por tercera vez en el día el niño mientras halaba la mano de su padre, intentando llamar su atención.-Por favor, por favor, por favor, por favor-


Lelouch rodeo los ojos, sintiéndose muy presionado por el niño que ahora le parecía una molestia en vez de ser su niño bello. Llevaban paseando durante esas dos semanas, yendo de un lado al otro, viendo tanto museos como parques de entretenimiento, lo había llevado a conocer las partes más importantes y ya no se le ocurría a donde más ir pero ese mocoso ahora le estaba insistiendo que lo llevara a conocer el instituto en donde alguna vez había estudiado.


-¿Papi?-


El pelinegro mayor volteo a ver al menor, viendo en sus ojos la chispita de esperanza que siempre tenía a cualquier hora en cualquier momento.


-Debes entender que todo está muy cambiado y que probablemente no sea igual a como cuando yo estaba ahí- dijo completamente derrotado, su hijo podría llegar a ser lo que fuera y le iría muy bien.


-Está bien papi-


El niño soltó por fin a su padre y empezó a correr con una gran sonrisa en su rostro, había sido triunfante en esa batalla exhaustiva y es que por un segundo dudo en la respuesta de su padre. Ya habían sido muchos días sin respuesta y sin enojos por parte del grande.


Lelouch volvió a rodar los ojos mientras seguía al niño por detrás, viéndolo detenidamente. Era lo malo de haberle enseñado a ser testarudo si quería lograr algo pero tampoco le molestaba demasiado. Al fin y al cabo él era un consentidor y su hijo era lo único que tenía en la vida, así que no le veía lo malo de maleducarlo un poquito.


-¡Detente!- gritó de pronto, corriendo detrás del niño para tomarlo de un brazo y colocarlo detrás de su cuerpo, viendo a la persona que estaba frente a ellos y que se había aparecido de la nada. Sus ojos violetas se dilataron sin poder evitarlo, su corazón se aceleró demasiado rápido y su respiración comenzó a ser agitada. No podía ser que estuviera ahí después de tantos años, se suponía que no debían encontrarse, nadie debía de saber de su existencia.


-Papá ¿qué pasa?- preguntó el niño pegándose al cuerpo de su padre, viendo al hombre frente a ellos y a su padre.-¿Papi?- murmuró sintiendo que de pronto la mano de su padre se ponía sobre su cabeza y empezaba a hacerle caricias como cuando estaba asustado por algo.


Mientras tanto Lelouch veía con atención al otro, pensando rápidamente en algún plan que los dejara escaparse, algo que les ayudara a alejarse de donde estaban y que el otro no pudiera volver a encontrarlos.


-¿Desde hace cuánto nos sigues?- preguntó frunciendo el ceño y pegando a su hijo más contra su cuerpo, intentando ocultarlo y protegerlo, a pesar de saber que el otro no sería capaz de atentar contra un niño inocente.


-Hola pequeño ¿cómo te llamas?-


Lelouch quiso golpear a Suzaku en ese momento, no se podía dar el lujo de ignorarlo de esa forma y no se lo podía permitir. Pero muy dentro de sí se sintió aliviado de que le hablara a su hijo.


-¿Papi?- volvió a hablar el niño, moviéndose algo inquieto contra el cuerpo del mayor mientras sentía la mirada del hombre extraño que ahora lo veía con una sonrisa muy amable.


-Te ha hecho una pregunta, debes responderla- dijo su padre mientras volteaba a ver a su niño y le sonreía intentando parecer despreocupado.


El niño asintió mientras le devolvía la sonrisa a su padre y después, aun con algo de espanto y miedo, se separó de la protección del mayor, acomodando su ropa y su cabello, viendo directamente a esos ojos verdes que se parecían tanto a los suyos.


-Soy Eiros Suzaku Lamperouge- el pequeño sonrió y estiro la mano, esperando a que el mayor se la estrechara en señal de saludo.


El castaño se quedó un segundo petrificado ahí y después su sonrisa volvió a aparecer, estiro la mano y la estrecho contra la del pequeño, sintiendo que tenía una fuerza impresionante.


-Bueno entonces ya conoces mi nombre- dijo mientras se ponía de pie, viendo hacía Lelouch por un instante para después volver a ver al niño que parecía estar algo confundido.-Mi nombre es Suzaku Kururugi- dijo como presentación y asintió como rectificándolo.


-¡Papá! Tiene el mismo nombre que yo- exclamo con emoción Eiros mientras se volteaba a su papá y lo tomaba de la mano.-Él tiene el mismo nombre que yo papi- seguía diciendo el niño, viendo a su padre y después al hombre que tenía su mismo nombre así como el mismo color de ojos.


Lelouch le seguía sonriendo a su hijo, intentando no voltear a ver a Suzaku, quien ahora lo estaba observando, esperando a que le dijera algo pero él no tenía la intención de decir algo, no le debía ninguna explicación, no le debía nada a pesar de saber todo el daño que le había causado.


-Eiros, es suficiente- dijo llamando su atención, tomándolo de la mano.-Despídete del señor y sigamos con la caminata- ordeno sin voltear a verlo. Si no le debía nada ¿por qué sentía que su corazón sufría tanto estando cerca del otro?


-Pero papi…- Eiros iba a protestar pero sus palabras se quedaron en su boca al ver la mirada severa que le estaba dando su padre.-Un placer conocerlo señor- dijo como despedida y después volvió a ver a su padre, quien ahora le sonreía. Su sonrisa de niño surgió y sus mirada se dirigió de nueva cuenta al hombre que ahora parecía tener ganas de decir algo pero que no podía decirlo.


-No te acerques de nuevo a nosotros- aviso Lelouch mientras empezaba a caminar.


-Lelouch- llamó el ojiverde mayor, tomando de la muñeca a su amigo de la infancia pero sólo logro que le viera con ojos asesinos.


-¿Puedo invitarlo a mi fiesta de cumpleaños papá?- interrumpió el menor, moviendo la mano que su padre le tenía agarrada.


-¿Y en qué momento dije que ibas a tener una fiesta de cumpleaños?- preguntó sorprendido Lelouch, olvidándose por un segundo de que Suzaku le tenía agarrado de la muñeca y que quería asesinarlo.


-Pero papá, no puede haber un cumpleaños sin fiesta de cumpleaños- protesto el menor, empezando a hacer un puchero que le causo gracia al castaño.


-No, tú dijiste que querías venir acá como cumpleaños, no que querías también una fiesta de cumpleaños. No lo puedes tener todo-


Suzaku observo con atención al niño, le intrigaba tanto que sus ojos fueran del mismo color pero más le parecía integrante la combinación de ellos dos en ese pequeño niño que ahora definitivamente estaba haciendo un puchero.


-Lelouch él tiene razón, no puede haber un cumpleaños sin fiesta de cumpleaños- dijo como mediador en la pelea que estaban teniendo esos dos. Pero por un momento se le olvido que no tenía por qué haber dicho eso. Especialmente porque después de decirlo la mirada de asesino volvió a estar posada sobre su persona.


-Tú no tienes ningún derecho para opinar sobre lo que sucede en mi vida Kururugi Suzaku- amenazo y de un movimiento desprendió su agarre, volviendo la mirada hacia su hijo.-Si quieres fiesta la haremos cuando regresemos a casa, aquí no está ninguno de tus amigos y no vas a invitar a alguien a quien apenas conociste- con esas palabras Lelouch dejo por zanjada esa discusión. Su hijo asintió y observo el suelo, sintiendo el movimiento de su padre y siguiéndolo.


-Lelouch por favor, debo hablar contigo- dijo el castaño mientras seguía a los dos pelinegros.-Es importante, es sobre Nunnally- exclamó Suzaku, sabiendo que de esa forma Lelouch podría hacerle caso. Aunque tenía la duda de si seguía siendo el mismo o había cambiado por completo. Pero su acción de detenerse de pronto le había rectificado que no había cambiado para nada.


Lelouch mientras se mordió el labio, intentando descifrar qué le era más importante en ese momento, debía de encontrar la salida rápidamente antes de que su hijo fuera puesto en peligro por cualquier cosa.


-¿Mi tía?- preguntó sorprendido el niño mientras alzaba la mirada hacía el hombre que había pronunciado el nombre de la tía que no había conocido.- ¿Podemos ver a mi tía?- murmuró esperanzado, viendo ahora a Lelouch que mordió con más fuerza su labio.


-No, no la vamos a ver Eiros- respondió en voz baja sólo para que su hijo lo escuchara.-Ve caminando hacia la tienda de helados, te había prometido uno- dijo mientras lo soltaba y lo empujaba levemente para que empezara a caminar.


El menor observo atentamente a su padre y sin decir nada asintió, empezando a caminar hacia donde le había dicho su padre mientras daba pequeñas miradas hacia donde ambos hombres se habían quedado.


-Escucha Suzaku- comenzó a hablar Lelouch, viendo fijamente a esos ojos verdes que ahora le recordaban a su hijo pero que aun así lo hacían sentirse agitado.- No lo diré de nuevo. No te quiero cerca de mi hijo, no quiero que te vuelva a ver, no quiero que le hables. No voy a permitir que le suceda nada- murmuró sin saber muy bien por qué estaba haciendo eso, por qué intentaba a alejar a Suzaku.-Morí hace 10 años, todos vieron mi muerte así que no vuelvas a acercarte a mí o a mi hijo- pidió y después de eso se dio la media vuelta, caminando por el mismo lugar por el cual había pasado su hijo.


Suzaku observo caminar al otro, viéndolo alejarse lentamente y una sonrisa adorno su rostro. A Lelouch se le había olvidado prohibirle una pequeña cosa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).