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La verdad después de 10 años por rotzcoco

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Notas del capitulo:

He aqui el siguiente capitulo, espero lo disfruten aunque quedo pequeño, habra compensacion en el siguiente.

Se fue despertando al sentir que algo se posaba sobre su hombro para después alejarse y a los pocos segundos volver a posarse de nuevo en el mismo lugar y volver a repetir esa acción por unos momentos más. Eso nada más provoco que su cuerpo se tensara, recordando todo lo que había sucedido la noche anterior. Eso no podía estarle sucediendo, eso no debía de estar sucediendo. Suzaku había muerto cuando él había muerto, lo había enterrado muy en el fondo y ahora no podía simplemente estar a su lado, había prometido seguir adelante sin que el otro estuviera a su lado, se había prometido no dejarse llevar por sus sentimientos. Se había prometido dedicarse a su hijo.


-No sigas- murmuró mientras se volvía a tensar.-No sigas Suzaku- dijo y se levantó con rapidez, viendo hacia la cama y encontrándose con esos ojos verdes.


-¿Lelouch?-


El castaño se sentó en la cama, viendo al otro sin entender qué era lo que estaba sucediendo pero empezando a temer que el otro se arrepintiera de aquello y ahora quisiera correrlo de su casa. Y estaba seguro de que si se iba, no lo dejaría regresar y eso no lo podía permitir.


-No podemos… no puedo…- Lelouch negó con la cabeza pero antes de que algo más pasara por su boca, se detuvo, viendo  a todos lados.- ¿En dónde está Eiros?-


-Se despertó desde hace un rato y dijo que estaría abajo- explico Suzaku mientras se levantaba por completamente, viendo fijamente hacia donde estaba Lelouch. Su interior comenzaba a alertarse de forma tan estrepitosa debido a que había algo en los ojos de Lelouch que le decía que todo aquello estaba yendo en la dirección contraria.


-Deberías saber que no puedes dejar a un niño solo- murmuro mientras comenzaba a vestirse, poniéndose la primera cosa que encontró en su closet y antes de que Suzaku pudiera decirle algo salió del cuarto, caminando rápidamente por la casa mientras su mente le seguía reprochando lo que había sucedido la noche anterior. No podía dejarse llevar por aquello, no estaba bien y lo sabía, no podía seguir cayendo por sus emociones, si había vivido diez años sin el otro estaba seguro de poder seguir viviendo el resto de su vida sin él. Pero no podía dejar de pensar en la noche anterior, ni en la sensación que sus labios tenían debido a los besos tan intensos que se habían dado.


-¿Cuántas veces te he dicho que no puedes cocinar a menos de que este yo aquí?- preguntó mientras se recargaba sobre la pared, viendo a su hijo sonreírle.-Sabes que no es bueno que estés solo acá ¿por qué no me despertaste?-


Eiros miro a Lelouch y se bajó de sus escaleritas para alcanzar bien la estufa, corrió hacia donde estaba su padre y lo abrazo con fuerza. El mayor correspondió el abrazo, sorprendido por aquella muestra de afecto tan inusual en su hijo. Si bien lo abrazaba y besaba cuando quería, el niño no lo hacía de esa forma tan...posesiva.


-Porque quería darte una sorpresa- dijo mientras frotaba su mejilla contra el estómago de Lelouch.-Y porque estabas durmiendo junto a Suzaku- murmuró bajito pero lo suficientemente alto para que su padre lo escuchara.


Eso sorprendió y espanto a Lelouch, su hijo estaba celoso y lo había dejado claro de forma notoria en cuanto degrado al castaño a ser simplemente Suzaku. Pero rápidamente recupero su compostura y acaricio con cariño el cabello de su pequeño.


-¿Qué planeabas hacer de desayunar?- le preguntó después de besar su cabello y separarse de él. Camino por la cocina hasta llegar junto a la estufa, acomodando las cosas que su hijo había puesto en desorden porque estaba seguro de que lo único que había hecho era sacar los ingredientes que quería.


-Quiero hot cakes papá, que sean diez- pidió el niño mientras corría por el lugar, sentándose en un banco alto y viendo a su papa.


-¿Diez?- pregunto divertido Lelouch mientras veía que Suzaku llegaba a la puerta de la cocina.- ¿Te comerás diez hot cakes?- pregunto mientras veía a su hijo un segundo, simplemente quería saber qué era lo que estaba haciendo y no se había equivocado, pues su niño veía casi con odio a Suzaku.


-Sí, me los comeré- respondió con rapidez mientras volteaba a ver de nuevo a su papá, sonriéndole como un angelito.


-Anda, vete a bañar y a vestir en lo que yo hago el desayuno. Debemos ir de compras- pidió mientras le sonreía, siguiendo con las preparaciones para el desayuno. Su hijo sólo asintió y corriendo salió de la cocina.


-Lelouch, yo…-


-Te iras cuando pase la fiesta de Eiros y nunca regresarás- interrumpió Lelouch mientras seguía con la preparación del desayuno. –No intentaras regresar, ni contactarnos, simplemente te iras y olvidaras que estuviste aquí y que nos conociste- dijo mientras se volteaba a ver a Suzaku.


-Lelouch, no puedes…-


-No es una propuesta o un pedido Suzaku- dijo frunciendo el ceño.-Te iras y nunca regresaras-


El castaño observo con sorpresa a Lelouch pero pronto el pelinegro le dio la espalda, volviendo a hacer lo que estaba haciendo. Suzaku se quedó viendo su espalda, sintiendo que lo estaba volviendo a perder, que todo estaba a punto de acabar y que él no podía hacer nada.


-Pero Lelouch, yo…-


-No puedes hablar de nada, especialmente sobre mi pasado. Tampoco puedes preguntar nada sobre mi presente- dijo interrumpiéndolo nuevamente, estaba seguro de que si lo dejaba hablar aunque fuera una vez en ese momento todo acabaría arruinado.


-Pero Lelouch…-


-¡Suficiente!- dijo frunciendo aún más el ceño.-Si no te gusta puedes largarte ahora mismo de mi casa- murmuró mientras apretaba con fuerza la mandíbula.-Si vas a quedarte hasta la fiesta entonces te sugiero que te vayas a arreglar para ir de compras- ordeno y después le dio la espalda, comenzando a mover las manos sobre todos los ingredientes para poder distraerse en algo pues sentía que en ese momento todo se movía de forma equivocada. Pronto escucho los pasos de Suzaku alejarse y se detuvo un segundo, apoyando las manos sobre la mesa y cerrando con fuerza los ojos. Tenía que olvidarlo de nuevo, debía dejarlo ir.


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