Me llamo Gilbert Beilschmidt, tengo 17 años, curso 5* de preparatoria, debería estar en 6*, pero reprobé como 7 o todas las materias y pues a repetir año, mis mejores amigos y compañeros del crimen son: Ivan Braginki, Francis Bonnefoy y Alfred. F. Jones, nos encanta beber, fumar y molestar a la gente en especial a mi hermano Ludwig y su noviecito Roderich, este es un payaso engreído, al hermano de Alfred, Matthew, creo que así se llama, una cosita molestable y a Yao, un estudiante que parece mujer.
Todo en mi vida era muy bueno, hasta que un día…
Me encontraba con mi pandilla, mis compinches del crimen, porque eso somos. Nos encanta molestar a nuestros compañeros de escuela, robarles el almuerzo, dejarlos encerrados en el baño, hacerles un poco de bullying.
Bueno como les contaba, estábamos molestando a Matthew, quitándole su peluche, el cual la verdad esta mono, cuando de repente oímos como alguien nos grito que nos detuviéramos.
Yo quise ver, quien era el valiente que se le ocurre desafiarme a mí y a mis amigos; pensé que era el valentón de mi hermano; siempre quedando como el bueno, dejándome a mí como el malo, mis padres siempre lo apoyan a él y a mí, la verdad no me han corrido de mi casa, solo porque soy menor de edad.
- Mira Ludwig, ¿Qué demonios quieres?-. Dije sin dejar de molestar al hermano de Alfred.
- ¿Ludwig? ¿Y ese quién es?-. Me respondió el valentón.
- ¿Eh?-. Volteé sorprendido.
- No es tu hermano, Gil-. Dijo Francis.
- Eso ya lo note-. Le respondí.-. ¿Quién eres?-. Pregunte y me dirigí hacia esa persona.
- Soy Antonio-. Me contestó-. Y dejen a mi amigo en paz.- Dijo sin bajar la mirada.
Ahí fue cuando note esos ojos verdes, que parecían no temerle a nada, no sé que me ocurrió en ese momento, sentí una chispa en mi espalda, cuando lo vi mejor, no pude evitar notar lo lindo y bello que es Antonio.
Por inercia, hice algo no haría.
- Déjenlo, vámonos-. Dije sin más, note duda en mis amigos.
- Dije, vámonos. No quiero seguir jugando con Matt-. Dije en todo enfadado.
Soltaron al rubio y nos fuimos a fumar al rincón de patio del colegio, no podía dejar de pensar en Antonio, me había gustado, esos ojos, esa piel morena.
Y así trascurrió el resto del día, no podía dejar de pensar en Antonio.
A la hora de la salida, me despedí de mis amigos, quería volver a ver a Antonio, no sabía que iba a decirte en cuánto lo viera. Note que te despedías de un par de chavos, los gemelos de cuarto, dicen que son bien tontos, Francis les ha hecho varias, como encerrarlos en el baño y hacerles un par de cositas, por decirles una.
Me espere a que estuviéramos solos, no quería que nadie nos molestara. Note que los gemelos se fueron, Antonio se dirigía a una dirección contraria a la de ellos, iba hacia mí, así que me recargue en la pared, pensé que me diría algo al encontrarse cerca de mí, pero la verdad ni me noto. Eso me molesto de manera monumental, se atrevió a ignórame a mí, al gran Gilbert.
Decidí esperar a que siguiera un poco su camino, y comencé a seguirlo a una distancia prudente, no quería llamar su atención enseguida. A las pocas cuadras, Antonio se volteo y camino hacia mí.
- ¿Qué quieres?-. Me preguntó.-. ¿Por qué me sigues? Como defendí a mi amigo ahora quieres desquitarte-. Continúo diciéndome.
- No es eso-. Respondí muy tranquilo.
- ¿Entonces?-. Volvió a cuestionarme.
- Mira quería decirte, una cosa-. Le conteste, algo nervioso.
- ¿Cuál?-. Su paciencia se agotaba.
- Me gustas, eres el primero al que le digo esto-. Confesé-. No puedo dejar de pensar en ti, desde que defendiste a Matthew. -. Continúe, Antonio sonrió, se alejo un poco de mi y respondió.
- Me alagas, eres guapo, no te voy a mentir, pero odio a los brabucones que abusan de su fuerza-.
No me sorprendió esa respuesta, Antonio se disponía a retirase cuando, lo sujete del brazo para impedirlo. Y le dije:
- Eso dices ahora, vas a ver como este chico malo te va a conquistar-. Muy decidido estaba, tanto que me atreví a acercarlo hacia mí y lo bese con pasión y fuerza.
El beso fue bastante bueno, Antonio no se dejaba, pero lo sujetaba con fuerza, este se dejo llevar, hasta que el muy cabrón, me mordió.
- Ya te dije, lo que pienso de sujetos como tú-. Me dijo molesto.
- Y eso que…- Me acerque a él, lo empuje hacia una pared y le dije-. Yo siempre consigo lo que quiero, no lo olvides y me aleje.
Ahí deje al moreno, ya no me respondió nada. Pero es un hecho, Antonio será mío, eso lo juro por mi reputación de chico malo, que así será.