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Hetalia by... por yaoigirlxxx01

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Notas del capitulo:

Este capítulo realmente no tiene mucho que ver con la letra, es más bien su banda sonora, jejejeje.

 

La canción es Boys, Boys, Boys de Lady Gaga, ojala les agrade.

 

Hetalia no es mío, es de su respectivo autor.

 

Estamos en una época de tranquilidad en el mundo, no hay guerras, ni disputas por algún territorio, o sea hay paz. Prusia, una ex nación, la cual por algún misterio de la vida no había desaparecido, se encontraba en una taberna de mala muerte acompañado por sus mejores amigos y compañeros de parranda: Francia y España para celebrar, la nueva conquista de Francia, se ligo a Matthew Williams, mejor conocido como Canadá, lo cual hacia al francés sumamente feliz, tomando en cuanto todo el trabajo que le costó.

 

Ya en el bar, que es de muy, pero muy mala muerte, con los taburetes rotos, borrachos durmiendo, una rocola que servía pero se veía en muy mal estado, consumían cerveza, a falta de vino,  estaban muy animados los amigos.

 

- Muy bien hecho Francia y ¿Qué tal es el osito de peluche en la cama?-. Pregunto el prusiano.

- Oh, mon amour. Es una lindura, se ve que heredo varias tácticas de mi, jejejeje.- Respondió el francés.

- No bueno, Lovino es un poco salvaje pero me encanta-. Dijo el español.

- ¡Qué envidia, me dan!, desde que el señorito me dejo por el ingles cejudo ese, no he tenido nada de acción, que le vio, no es yo, que soy tan asombroso-. Se quejo el albino.

- ¡Qué triste! ¿Y eso cuando fue?-. Pregunto el rubio.

- Hace como 6 meses-. Respondió Gilbert, lamentándose.

- ¿Y por qué no nos lo dijiste?-. Recrimino Antonio.

- Para que se rieran de mí, no gracias-. Dijo el prusiano.

- El problema no es ese, si no que no hayas tenido nada de nada en tanto tiempo, eso es decepcionante amigo-. Le comento el francés.

- Ya, lo sé-. Contesto un mareado albino, quien iba por su sexta cerveza.

- Vayamos a ese club nuevo, seguro pescas algo-. Propuso el castaño.

- No, tengo una idea mejor, vayamos al table-. Propuso el pervertido francés-. Yo invito-. Quien al pronunciar esa frase, convenció a sus compinches para ir.

 

Y así fueron algo mareados por el alcohol hacia el table, en donde los jóvenes bailarines disfrazados de vaqueros, bomberos y policías, los cuales emocionaron y excitaron a las encarnaciones de los países, quienes agarraban los torsos perfectos, húmedos de aquellos hombres, se intercambiaban uno que otro beso húmedo o francés para el rubio.

 

Los bailarines felices complacían a los miembros del bad friend trio, con arrumacos, toqueteos, una que otra nalgada, la verdad Gilbert se estaba animando bastante, sobre todo en el privado, en donde el joven bombero hacia un trabajo excepcional, mostrando sus dotes en el baile, moviéndose de lado a lado, acariciando su miembro, cosa que hizo al albino sobre excitarse, mostrando el por qué de su genialidad y perfección, el bailarín por un dinerito extra, le hizo un oral, Prusia gemía sonoramente al sentir el sube y baja de la húmeda boca del bailarín, quien al recibir la esencia del albino se retiro, dejando al prusiano con ganas de mas.

 

- ¿Qué tal, mi amigo? ¿Nos retiramos?-. Dijo el español.

- Sí, pero sigo caliente-. Comento el prusiano.

- Yo puedo arreglar eso, vámonos-. Dijo el rubio.

 

Y así el trió se fue rumbo a donde los dirigía el francés, a los pocos minutos, iban  bastante animados, en el trascurso del camino se iban dando besos, pellizcos, nalgadas entre ellos, la verdad disfrutaban de esos toques.

 

Al llegar al destino, el departamento de Francia, el cual era un templo al arte del sexo, decorado con velas rojas, rosas del mismo color, un espejo en el techo, una cama giratoria en medio de la habitación, alfombra blanca, un gran sistema de sonido, tanto al español como el prusiano, no les sorprendió el hecho de que no hubiera cocina, sala y mucho menos comedor.

 

Los tres al entrar el lugar, empezaron a desvestir unos a otros camisas, pantalones, ropa interior iban volando a lo largo del cuarto, el primero en caer en la cama fue el español, a quien era besado por Gilbert, mientras Francis sacaba una cámara para grabar todo el acontecimiento, España y Prusia se besaban apasionadamente, los brazos de Antonio rodeaban a Gilbert, mientras él con su mano izquierda empezaba a masajear el miembro del primero, Francia no quería quedarse sin diversión y comenzó a tocar la capital prusiana, la cual se encontraba del todo dura.

 

Al ver que estaba a punto de venirse el albino, Francis decidió separarlos para que fuera atendido por sus dos amigos, el español le practicaba sexo oral mientras él se lo hacía a Prusia, en instantes se descargaba en la boca del rubio y este a su vez lo hacía en la de Antonio.

 

- Ahora si viene los bueno-. Comento el francés.

 

En eso el rubio se coloco entre el español y el prusiano, a Antonio  lo coloco en la orilla de la cama de espaldas, para colocar sus dedos en su entrada para estimularlo, el castaño al sentir los dedos en su interior comenzó a gemir muy sonoramente, el francés al ver listo a su amigo, lo penetro de golpe y comenzó a embestirlo rápidamente, pero no contaba que unas traviesas manos le estaban acariciando sus bien formadas pompas y que después fue empujado junto con el español hacia la cama, lo que hizo que sus embestidas perdieran velocidad.

 

Era Gilbert, el causante de eso, no pudo evitar sentirse atraído hacia el francés, el cual le mostraba su trasero en todo su esplendor, por lo cual cuando este estaba con España, decidió, introducirse a territorio francés, comenzó a introducirse al ritmo que Francis le daba, al principio el rubio se quejo por la brusca intromisión, pero esta no le duro mucho tiempo, porque comenzó a gemir muy fuerte, los gemidos de los tres jóvenes se complementaban perfectamente, se podía escuchar como la pasaban de maravilla.

 

Después de varias embestidas los tres llegaron al clímax, el español en la cama, el francés en el interior de Antonio y Gilbert en el de Francis, los tres respiraban muy agitados, había sido una gran sesión de sexo, al momento de separarse el prusiano no pudo evitar comentar.

 

- Chicos, están listos para otra ronda-.

- Por supuesto, tengo mucho amor que dar-. Dijo el francés.

- Cuenten conmigo, recuerden que soy el país de la pasión-. Expreso el español, quien ya se había situado sobre el miembro del francés para darle acceso al prusiano hacia su interior, invitación que Gilbert estaba dispuesto a aceptar.

 

Y así fue como siguieron el trascurso de la noche, una que no olvidar nunca, porque estuvo llena de acción entre chicos, chicos, chicos.

 

Notas finales:

Ojala les haya agradado, esperen la próxima entrega.

 

Cuidense.


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