Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuovo Amore por Keny-chan

[Reviews - 123]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tun. tun tun!!

*Drama* Perdonen la mega espera, es que osh, lo mismo de siempre, la tarea, los proyectos, shalalala.

Pero en fin, por fin tuve tiempo libre e inspiración. 

Aquí el capítulo 12, espero les guste y si no, me iré a llorar.

:D

Capítulo doceavo.

Entro a mi habitación y me quedo recargado contra la puerta. Estoy feliz, por fin pude conseguir un beso de sus labios y no sólo por eso, me correspondió. Lo que significa que tal vez, puede llegar a sentir por mí, lo que yo siento por él.

El único problema que existe es… Yuu-chan.

Últimamente lo noto muy extraño, pero no he podido hablar con él, debido a lo que Wolfram me contó hace poco. Me da coraje que se haya querido aprovechar así de él. Wolf me dijo que él también tenía la culpa, pero no puedo evitar dejársela toda a mi hermano menor. No creo que esté en su derecho de hacerle algo así, ni siquiera le ha dicho a Wolfram que lo quiere… si es que lo quiere.

Prefiero no pensar demasiado en ello. Me echo sobre la cama y me oculto entre las sábanas. Aún puedo percibir su dulce sabor en mis labios.

Necesito dormir. Quiero tener dulces sueños.

*----*----*

Cuatro  semanas. ¡UN ESTÚPIDO MES! Y no puedo hablar con Wolfram, después de darme cuenta de que estaba… estoy, celoso de mi hermano, decidí hablar con mi prometido, pero él a penas si hace acto de aparición ante mis ojos.

Las cosas no pueden estar más complicadas. Y sigo sin saber con certeza lo que siento por Wolfram y él y Shouri parecen aún más unidos. La situación no está a mi favor y todo porque soy muy torpe en este asunto del amor.

No sé lo que quiero de mi relación con Wolf, pero no quiero que pase demasiado tiempo con mi hermano mayor. Se la pasan riendo y jugueteando. A mí ni caso me hacen, ni uno ni otro. Es demasiado irritante. Y encima pareciera que nadie me apoya, ni siquiera Conrad.

Aunque ahora que lo pienso, no es como si realmente me estuviera esforzando por arreglar la situación. Deseo hablar con él, pero no lo busco. Quiero ponerle un alto a Shouri, pero no lo hago.

Soy tan contradictorio, que me caigo mal y no me soporto. Creo que me gusta Wolfram, pero una vez que me convenzo de ello, el hecho de que sea un hombre me hace retroceder nuevamente.  No me ayuda nada el hecho de que siempre que recorro el castillo me los encuentro juntos y sonriéndose.

Dejo caer mi cabeza con pesadez en el escritorio, provocando un sonido hueco. ¡Soy tan idiota!

 

-¡Enclenque, ven aquí! –escucho que gritan en el corredor, esa voz es inconfundible y me está llamando.

 

Me levanto rápidamente de mi asiento y salgo de la oficina, ilusionado. Tal vez Wolfram regresó a ser el mismo de antes. Pero…

-Sabes que no soy un enclenque, Wolf –replica mi hermano, sin embargo está sonriendo.

-Sólo son dos exámenes, no es como para que salgas corriendo de la biblioteca –le regaña ese dulce rubio, tirando de la chaqueta de Shouri. Es como si estuviera viendo una antigua escena, cuando me decía lo mismo, pero esta era diferente… Wolfram se veía divertido  y conmigo siempre lucia cansado.

-Está bien. Haré los exámenes, pero suéltame Wolf, me estoy quedando sin aire.

Miro a mi alrededor, todos, las sirvientas, los soldados, Conrad, Günter, Gwendal, incluso Greta, todos están sonriendo dulcemente al verlos. ¡No es posible! Me siento traicionado, creí que él sólo me llamaba enclenque a mí, porque era alguien especial, pero no.  No soy nada para él.

Una vez que los veo alejarse, regreso a mi oficina, con un mal sabor de boca y con los celos carcomiéndome entero.

*----*----*

Dos semanas han pasado desde que probé los labios de Wolf por primera vez, y desde entonces me ha permitido besarlo en unas cuantas ocasiones más. Siempre cuando estamos sólo los dos; si alguien nos viera, al seguir comprometido con Yuu-chan, se consideraría como infidelidad y aquí en Shin Makoku eso se castiga con mano de hierro, y más porque es un insulto para su majestad el Rey.

Estamos en la biblioteca como cualquier otro día, es mi última clase de teoría, razón por la que me encuentro entusiasmado y agradecido, aunque de cierta forma también lo voy a extrañar ya que este lugar se ha convertido en una especie de refugio para los dos. Podemos estar metidos durante horas, sólo pe y yo, sin ser molestados, sólo para comer.

Una parte de mi mente esta distraída contemplando y discutiendo sobre lo hermoso que se ve Wolfram el día de hoy y la otra mitad está donde debe, poniendo atención al maestro. Entonces veo que cierra el libro y me sonríe.

                – ¿Hemos terminado? –preguntó haciendo notar mi ansiedad.

–Así es, sólo te aplico los últimos dos exámenes y quedas libre de los módulos teóricos –me explica divertido seguramente por la expresión que tengo por escuchar la “dulce” noticia.

                – ¿Más exámenes? –reniego como niño pequeño.

                – ¡Son los últimos! Deja de quejarte y hazlos –me exige, pero no lo pienso dos veces y salgo disparado de la biblioteca.

                –¡¡VUELVE AQUÍ SHOURI!!

No me detengo a esperarlo, sé que terminará persiguiéndome. Me encanta cuando jugamos así, y sé que a él también le divierte. Me gusta verlo sonreír, por eso hago tonterías como estas. No me fijo con certeza por dónde estoy corriendo. Más adelante puedo ver a Conrad que está sorprendido de verme, lo saludo con un gesto de la mano y sigo mi camino.

Logro distinguir el sonar de sus botas, está por alcanzarme, vuelvo a doblar en un pasillo. Es el corredor que lleva al despacho del Maou. Me distraigo un momento recordando a mi hermano menor y por culpa de ello estoy por ser atrapado.

                – ¡Enclenque, ven aquí! –me grita justo en el momento en que logra tomarme por el cuello de la chaqueta.

– ¡Sabes que no soy un enclenque, Wolf! –rezongo, divertido.  Por instinto miro hacia la oficina, y ahí está parado, molesto, mi pequeño hermanito. Me mira fijamente, con desagrado.

–Sólo son dos exámenes, no es como para que salgas corriendo de la biblioteca –me regaña tirando aún más de mi chaqueta. Está fingiendo molestia, sin embargo se está divirtiendo.

-Está bien. Haré los exámenes, pero suéltame Wolf, me estoy quedando sin aire. –acotó con sinceridad, todo el mundo al ver la escena que montamos se divierte y sonríe con nosotros, excepto el joven rey que azota la puerta al volver al interior de su oficina.

Mientras soy arrastrado de vuelta al santuario de los libros, pienso en lo que estoy haciendo con Wolfram, es verdad que no está bien y que debería respetar su relación con mi hermanito, pero Yuuri no hace nada por tratar de alejarlo de mí, ¿cómo se supone que debo interpretar eso? Cómo un “adelante, puedes quedártelo” o como un “No me importa, sólo aléjense de mí”. Creo que es momento de tener esa charla son Yuu-chan… otra vez.

Yo realmente estoy enamorado de él. Pareciera un capricho infantil, porque apenas llevamos un mes de conocernos bien, pero soy lo suficientemente maduro como para darme cuenta de que esto que siento por el rubio que tengo frente a mí, es amor.

Y si tengo, aunque sea una mínima oportunidad, de ser correspondido, estoy dispuesto a arriesgarlo todo.

Me coloco nuevamente en mi asiento y respondo ambos exámenes lo antes posible. Obteniendo calificaciones perfectas en ambos. ¡Por fin soy libre de esto! Ahora viene lo interesante. Pero al parecer empezaré mañana con el dichoso entrenamiento militar. Cosa que en realidad no me molesta, porque eso quiere decir que tengo el resto del día para pasarlo junto a un endemoniado niño de ojos verdes.

*----*----*

¡Maldita sea! No puedo concentrarme de nuevo. Me enferma verlos y a este ritmo, me será más difícil ocultarlo en el futuro. Sólo se va a quedar un mes más, sólo uno. Puedo soportarlo.

Y para ese entonces debo evitar que pasen tiempo innecesario, juntos. Arto de tanto estúpido papeleo me largo a mi habitación sin que me reclamen nada, hice más trabajo del que debía. Y necesito dormir. Me tumbo sobre la cama, del lado que solía ocupar Wolfram y aspiro lo poco de la fragancia de su cabello que queda en esa almohada. Sólo así puedo sumergirme en el mundo de los sueños. Donde podré soñar con él una vez más.

 

*----*----*

Ya es tarde, sólo lo sé porque está oscuro. Acabamos de llegar de nuestro ya tan acostumbrado paseo vespertino, que de vuelta se convierte en nocturno. Nos gusta quedarnos a payasear fuera de las caballerizas.

Él cepilla a su hermoso espécimen, ese blanco corcel, digno de un clásico príncipe de cuento de hadas. Mientras yo lo observo solamente. Aburrido de sólo mirar me acerco a él por detrás y  me atrevo a pasar mis brazos alrededor de su cintura y recargar mi barbilla en su hombro.

                – ¿Te ayudo? –pregunto sólo para hacerlo hablar.

                –Descuida, además no sabes hacerlo bien todavía. Es sólo que…. –creo ver un ligero rubor en sus mejillas.

                – ¿Te molesta que te sostenga de esta forma? –susurro a su oído.  

                –No, sólo… me pones nervioso.

–Wolfram… ¿puedo besarte? –antes de que me responda ya estoy asaltando sus labios. Sólo con pequeños roces. Pero por ahora con esto me conformo.

–Ya lo estás haciendo, idiota –replica entre beso y beso. Tímido pasa sus delicados brazos alrededor de mi cuello. Qué cómodo es estar así.

–Quiero más… –pienso en voz alta, no creo que me haga caso, sin embargo estoy equivocado.

Apenado, abre un poco sus rosados labios, permitiéndome el paso hacia su cálida boca. En cuanto su saliva entra en contacto con la mía, mil reacciones recorren mi cuerpo. Es… delicioso. Su legua es tan traviesa que me enloquece. Esto es mucho mejor que esos estúpidos videojuegos de citas.

Mi cuerpo comienza a actuar por sí solo, hago el beso más demandante. Estoy por perder el juicio, repentinamente lo escucho soltar un ligero gemido. ¡Ah! No puedo más, deseo tocar su piel, no puedo creer lo pervertido que soy.

Su caballo se ha movido, dejándolo sin apoyo. Lo empujo con cuidado hacia una de las paredes de madera y lo acorralo. Nos hace falta el aire, entonces nos separamos un momento para recuperar el aliento.

                –Wolf –suspiro encantado y vuelvo a besarlo, mientras él vuelve a colgarse de mi cuello.

– ¿Quién diría que el hermano de Shibuya fuera tan apasionado? –esa voz, ¡esa maldita voz! Hemos sido descubiertos.

Wolfram pega un brinco al descubrir que el que nos ha pillado, no es otro que el Gran Sabio de Shin Makoku. 

Notas finales:

Okay~~ ¡Ahí lo tienen. me dejan sus comentarios, si desean matarme, pues me mandan sus amenazas, con todo y granadas y así. 

Ojalá dejen rev.

Un beso.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).