La noche pasó volando prácticamente. No me cuesta despertar temprano, ya estoy acostumbrado. Precisamente al dejar mi cama unos golpecitos en la entrada llaman mi atención.
-Shouri, ¿puedo pasar?- pregunta “esa” voz al otro lado de la puerta.
-¡Adelante Wolf!- exclamó lo suficientemente alto para que me escuche, pero no demasiado como para despertar al resto del castillo.
-¡Buenos días! ¿Dormiste bien?
-¡Perfectamente! Tuve sueños muy dulces.- digo mirándolo fijamente y sonriendo, ¿entenderá que me refiero que soñé con él?
-¡Oh! ¿De verdad?- sonríe y arquea coquetamente una ceja. Su rostro luce pícaro y travieso… me gusta.
-Sí, de verdad- no puedo reprimir una pequeña risilla, estar en su compañía se hace sentir en gran confianza, hasta creo que me permite ser más abierto- ¿Y tú cómo estás?
-Bastante bien y lo estaré el resto del día si atiendes bien a tus clases.- comenta mientras camina hacia el armario para sacar mi ropa. Me siento un niño mimado, pero no me importa si es por él.
-No te preocupes, no soy un alumno problema. Por cierto, ¿ya están todos levantados?
-No. Sólo tú, Conrad, Gunter, mi hermano, Yozak, Anissina, Gisela y yo, y algunos empleados. ¿Por qué la pregunta? – creo que Wolfram parece divertido ante mi pregunta.
-¿Nada más? Creí que iba a ser el último en despertar- bromeo un poco.
-Por lo general la última en levantarse es mi madre y Yuuri… perdón, su Majestad. ¿Tienes hambre? –me dice, dándome la espalda para que me vista.
-En realidad, no mucha.- me coloco el cinturón y la chaqueta.
Me volteo para verlo y él hace lo mismo, quedamos frente a frente. Lo único que no he podido dejar de ver es esa blanca sonrisa, la misma que me muestra en este momento.
-¡Qué bueno! Aún no está listo el desayuno, ¿quieres ir a caminar por lo mientras?- me ofrece, acercándose para acomodar el cuello de mi ropa, como lo hiciera una vez anterior.
-Me encantaría. Y gracias por ayudarme de nuevo con esta cosa- sonrío algo apenado por la cercanía.
-No es nada. Vamos –me toma del brazo y me lleva hasta la puerta, al abrirla una no tan grata sorpresa se nos presenta.
-Buenos… días – Yuu-chan está parado frente a nosotros y al vernos su expresión cambia radicalmente.
-Buenos días Yuu-chan- me mira, en seguida mira a Wolfram y por último repara en el brazo que sujeta el mío. Y su ceño se frunce ligeramente.
-Muy buenos días tenga Majestad- saluda la persona a mi lado.
-Hola Wolfram, ¿van al comedor? –nos pregunta, cambiando nuevamente su expresión, al suave e ingenuo rostro de siempre. Nunca había visto a mi hermanito cambiar de humor tan repentinamente.
-No, llevaba a Shouri a dar un paseo, en lo que se termina de preparar el desayuno –responde secamente mi joven profesor. Suelta mi brazo y reciento la ausencia de su toque.
-¡Qué bien! Los acompaño, después de todo tengo ganas de hablar con mi hermano antes de ir a trabajar- exclama con una vocecita alegre que en realidad disfraza una orden que no puede ser incumplida.
A veces creo que Yuu-chan es de temer.
-¡Por supuesto! No creo que haya inconveniente. –responde Wolf. Tal vez no haya problema para él, pero para mí sí. Comienzo a temer que la presencia de Yuu-chan me sea irritante. Siempre he sabido que los celos son peligrosos y más cuando los sientes por primera vez.
Después de la “alegre” caminata, en la cual Yuuri supo poner distancia entre Wolfram y yo, colándose en medio de ambos, me habló de cualquier cosa. Y ahora por fin nos encontramos, casi todos, reunidos en el gran comedor. A la persona a la que esperamos es a Cheri-sama. Wolfram definitivamente tenía razón al decir que su madre era la ultima en levantarse.
-¡Buenos días! ♥ -canturrea la hermosa mujer al entrar por las puertas.
-Buenos días madre- saludan los dos hijos mayores al ponerse de pie.
-Buenos días- respondemos Gunter, Anissina-san y yo. Y en seguida nos imita Yuu-chan.
-Buenos días mamá- responde con una dulce sonrisa el menor de los hijos.
-¡Oh Wolfy! Amaneciste tan guapo como siempre.
Toma a Wolfram entre sus brazos y hunde su cara peligrosamente en su… uhmm… prominente pecho. El chico no pone resistencia y corresponde al abrazo. Me parece una escena bastante tierna y divertida, aunque creo que los demás no opinan lo mismo. Sus rostros se ven serenos, pero sus ojos están preocupados. ¿De verdad Wolfram cambió tanto desde la pelea con Yuu-chan? Si es así, entiendo la preocupación de todo el castillo.
Cheri por fin libera a Wolf, que después de acomodar su cabello se sienta donde siempre. Por fin podemos comenzar a desayunar. Estoy ansioso por que las clases empiecen, así seremos sólo Wolfram y yo.
O__O__O
Me despierto temprano, ya no tengo más sueño y siento la ausencia de cierta persona a mi lado. La cama e incluso la habitación completa se sienten tan frías cuando él no está.
Me levanto como cada mañana, me meto al cuarto de baño y cinco minutos después estoy de regreso en la habitación, vistiéndome y listo para comenzar un nuevo día.
Mientras camino entre pasillo y pasillo recuerdo ese sueño que tuve por la noche, aquel en el que sentía los suaves labios de Wolf sobre mi mejilla. Una vez escuché que los sueños en realidad son las cosas que deseamos, lo que me hace pensar ¿yo quiero que Wolfram haga eso conmigo?
De sólo recordarlo de nuevo se me eriza la piel. ¡Por supuesto que no deseo algo así! Debe ser sólo un estrago dentro de mi cabeza por la larga ausencia del Wolfram caprichoso.
Sacudo mi cabeza para poner mis ideas en orden y me doy cuenta que estoy frente a la puerta de mi hermano. No tengo tiempo ni de tocar, cuando ya tengo a Shouri y a Wolfram frente a mí. Verlos salir de la misma habitación, tan contentos hace que mi imaginación trabaje descontrolada. Miro a cada uno con cuidado y entonces caigo en la cuenta de que Wolfram está sujetando a Shouri por el brazo.
¡Qué molesto! Pasa por mi mente una y otra vez.
Después de dar los buenos días, irrumpo en sus planes para ir a dar un paseo. Poniéndome entre los dos, para dejarlos lo más distante el uno del otro. Platico con Shouri de cualquier cosa, el plan es que no le preste atención a Wolfram.
Logro mi objetivo, ya es la hora del desayuno. Estamos reunidos en el comedor, Cheri-sama acaba de llegar y acosa a su rubio hijo como cada mañana y él no hace nada más que dejarse hacer. ¡Qué molesto! Vuelvo a pensar.
El desayuno está transcurriendo tranquilamente como siempre, no despego la mirada de Wolfram. De vez en cuando miro de reojo a mi hermano, que a su vez mira a Wolf atentamente. ¡Esto es muy molesto!
-¿Todo en orden Yuuri? –esa es la voz de Conrad, que está a mi lado, sin darme cuenta de cuando llegó ahí.
-Todo perfecto, ¿por qué preguntas Conrad?- contesto aún sin apartar mis ojos de Wolfram.
-Porque luces molesto y estás observando a Wolfram de manera muy insistente, además de que tu entrecejo se frunce cada qué vez a tu hermano.
-¿Y eso que tiene que ver? –hay veces que no entiendo nadita a este hombre.
-Que cualquiera puede decir que estás… celoso, ¿tal vez?- dice con un tono de voz divertido que jamás había escuchado en él.
-¿Celoso? ¿Yo? ¿Por qué habría de estarlo?- respondo tajante.
- No lo sé. Sólo decía. Además ya es hora de ir a firmar papeles, ya todos se han ido a cumplir con sus deberes, sólo faltas tú. Wolfram y Shouri ya se fueron a comenzar las clases.- no me había dado cuenta hasta ahora, pero Conrad tiene razón. Sólo quedamos él y yo.
¡Perfecto! Ahora esos dos estarán todo el día…juntos. Y luego Conrad sale con que estoy celoso ¡Por favor! ¿Acaso tendría que estar celoso porque ahora mi hermano mayor va a acaparar la atención de mi prometido? ¡Claro que no! ¿Entonces porqué siento que me hierve la sangre? Debe ser algo que acabo de comer.
Conrad me espera pacientemente. Ni modo es hora de encerrarme en esa oficina.
O__O__O
Por fin es hora de comenzar mis clases. Después de ignorar las “miradas asesinas” de mi pequeño hermano estoy en compañía de mi rubio profesor en una de las pequeñas salas de lecturas del castillo.
-Creo que lo mejor será empezar con un poco de historia y geografía, ¿estás de acuerdo? –me dice girándose con una pequeña pila de libros en las brazos, lo suficientemente alta para impedirme ver su rostro.
-Me parece bien.- al escuchar mi respuesta, deposita la pila sobre la mesa y entonces veo su cara. –¿Por qué traes puestos esos lentes Wolf?
-¿Estos?- dice sosteniéndolos por una de las patitas con los dedos índice y pulgar. Se veía tan encantador que me distraje por unos momentos –Gunter me sugirió que los usara mientras te doy clases, dice que de esa forma luciré más como tu profesor, aunque tal vez deba quitármelos.
-¡No!- lo detuve, impidiendo que se los quitara con mi mano. Mi rostro quedó muy, pero muy cerca del suyo, podía sentir su dulce aliento chocar contra mis labios –Te ves muy bien con ellos, como todo un profesor.- susurré cada vez más cerca de sus labios.
El rubor ya había subido hasta sus mejillas, se ve aún más… lindo. Estoy a punto de estampar mis labios contra los suyos, cuando él mismo me interrumpe.
-Shouri… estás a punto de caer del escritorio- señala el piso. Es verdad, no sé en qué momento lo hice, pero estoy completamente arriba de la mesa. Suelto su mano y retrocedo para volver a mi asiento.
-Lo siento. Es sólo que creo que te va bien usar lentes y además tenías algo en la cara, pero ya no está. Puedes continuar con la clase- dije, sé que mi cara estaba completamente roja, la siento arder. No puedo creer que estuve tan cerca de besarlo.
-E-está bien. Toma ese libro y el último de esta fila. Comenzaremos con la formación de Shin Makoku….
Las horas pasan rápidamente. A pesar de ser tan joven, Wolfram es muy buen maestro. Cada vez que surge una duda, logra despejarla con facilidad y sus explicaciones son muy fáciles de recordar. Ni mis maestros de la Tierra son tan buenos. Ya hemos abarcado buena parte de la historia de Shin Makoku.
Después de comer. Tocan las lecciones de equitación. Y Wolfram logra sorprenderme aún más. Jamás me hubiera atrevido a montar un caballo y aquí estoy dando un paseo por los alrededores junto a él.
El anochecer ya está cerca y debemos volver al castillo a cenar.
Dejamos los caballos en el establo y vamos camino al comedor. Vamos charlando muy amenamente. Es fácil platicar con Wolfram y es divertido también, hace unas bromas muy buenas. Al entrar ambos estamos riendo, me doy cuenta de que todos nos observan curiosos.
-¿Qué es eso tan gracioso de lo que platican, queridos?- nos pregunta Cheri-sama, con una sonrisa picarona.
-Nada, ¿cierto Wolf?- contesto sujetándolo por la cintura.
-Nada.- me secunda con una sonrisa de oreja a oreja.
Yuuri no está observando, molesto, mientras el resto nos muestran distintas caras. Me doy cuenta de donde tengo puesto mi brazo y lo quito de su cintura.
-Bueno ya que están aquí, ¿nos acompañan a cenar? – dice Yuuri aún con el ceño fruncido.
-Por supuesto.- respondemos los dos.
Él toma su asiento de siempre y yo el mío.
-Uhmm, Conrad, ¿puedes cambiar de asiento conmigo? Sólo por hoy- le pide Wolfram al castaño sentado a mi lado, poniendo ojitos de cachorro.
-Ah…bueno…no creo que…- es obvio que no se puede resistir a la petición- Esta bien, sólo por hoy- acepta con una auténtica sonrisa.
Una vez hecho el cambio, empezamos a cenar, retomamos la plática que teníamos pendiente. Todos excepto Yuu-chan están contentos de ver a Wolfram reír de nuevo.
La cena terminó y todos nos fuimos a nuestras habitaciones. Yuu-chan ya se había retirado una hora atrás, así que acompaño a Wolf a la habitación.
-No tenías que traerme, se supone que yo debo llevarte a tu cuarto- me reprochó falsamente, él está sonriendo de nuevo.
-Déjame hacerlo por una vez, ¿de acuerdo? Buenas noches Wolf…- me acerco a su rostro con la intención de terminar lo que no pude durante la clase, pero la puerta detrás de él es abierta y Yuuri aparece detrás de Wolf.
-Que descanses Shouri- dice, antes de tomar a Wolfram por la muñeca y meterlo a la habitación por la fuerza.
Me quedo plantado frente a la entrada, no puedo creer lo que vi, así que mejor me voy a dormir. Después de todo sé que tendré dulces sueños de nuevo.