En casa de los Tendo. Todos comían, mientras que Ranma parecía soñar despierto, con cara de bobo y esos ojos brillantes, con aquella sonrisilla mirando hacía la nada mientras hacía círculos con un palillo sobra la mesa. Akane parecía molesta con el.
- Ranma.
- Dime.
- ¿Cómo pudiste?
- ¿Qué cosa?
- Hacerle eso a Ryoga. El te ama.
- ¿Enserio? Pues es una pena. Por que yo amo a Kuno.
Dijo muy convencido. Akane observó a Ranma marcharse y estaba segura que algo no andaba bien en todo eso.
- “Esto es muy extraño. Estoy segura que algo pasa.”
Al día siguiente, en la escuela. Todos los chicos del equipo de Kendo, observaban impresionados la escena que se mostraba ante ellos. Un molesto Kuno siendo abrazado cariñosamente por Ranma que restregaba su rostro en el brazo de su “amado” Kuno.
- Deja de avergonzarme Saotome.
- Kuno.
Era lo único que decía un muy cariñoso Ranma. Al salir de clases, el pelinegro trenzado seguía abrazándose de su “amado” Kuno. Tatewaki trataba de quitarse de encima al pelinegro, casi teniendo que arrastrar los pies para poder moverse y caminar, ya que Saotome tan solo se quedaba quieto, sujetando empalagosamente su brazo derecho.
- Te dije que me sueltes.
La escena era vista por Akane, Ukio y al parecer, Shampoo y Mouse estaban ahí observando confundidos la peculiar escena.
- No comprendo, ¿No se suponía que mi Ranma amaba a Ryoga?
Preguntó una muy confundida Shampoo. Ukio le contestó.
- Pues sí, pero al parecer cuando se cayó debió golpearse y está confundido.
- ¿Golpearse? “Ya veo… entonces está confundido.”
Reflexionó la chica china. Pero Kuno estaba en verdad muy incomodo, para empeorar las cosas, Kodachi, la hermana de Kuno, había aparecido.
- Hermano, como te atreves a quitarme el amor de mi amado Ranma. No te lo perdonaré.
Ranma se había puesto a un lado de Kuno mientras seguía sosteniendo su brazo, mirando a Kodachi “la rosa negra” al momento que le decía desafiante.
- Nunca dejaré que te interpongas entre nuestro amor.
Kuno no parecía muy contento con aquella declaración.
- ¿Qué has dicho, Saotome?
Pero Ranma le respondió acercando su rostro lentamente al de Kuno para después y ante la perplejidad de Kuno y los presentes, besó al mayor. Todos quedaron atónitos al ver aquello. Cobachi estaba que no podía creérselo. Pero Kuno no estaba muy feliz. Retiró a Ranma bruscamente de el.
- ¡¿Qué demonios pensabas?!
- ¿Qué sucede? ¿Acaso no te gusto?
Dijo melosamente mientras trataba de acercase nuevamente, pero Kuno casi le gritó.
- Por supuesto que no, la única que me gusta es la chica de cabellos de fuego.
Pero Ranma, que parecía molesto, le respondió con algo de enojo.
- Pues entonces te mostraré quien es realmente la chica de cabello rojo.
Akane al igual que Ukio, Shampoo y Mouse, se asustaron y dijeron casi al mismo tiempo casi en un grito.
- ¡Ranma, no!
Pero ya fue muy tarde. Ranma había llenado una cubeta con agua fría y se roció con ella cambiando frente a los atónitos ojos de Kuno y Kodachi.
- Yo soy la chica de cabellos de fuego.
La ahora pelirroja sonrió un poco a su “amado:” Kuno reaccionó molesto.
- La chica de cabellos de fuego eras tú. “La chica de cabellos de fuego y mi eterno rival, Ranma Saotome, son la misma persona.”
- Entonces, ahora seguro ya te gusto, ¿no?
- Por supuesto que no, te odio, no quiero volver a verte en mi vida.
Y se marchó del lugar dejando a un muy destrozado Ranma. Kodachi seguía sin entender nada, hasta que las ideas llegaron a su cabeza.
- Mi amado Ranma y la odiosa chica pelirroja, son la misma persona… ahhh…
Se desmayó inmediatamente después de haber llegado a aquella conclusión. Ranma parecía triste y bajó su cabeza. Akane trató de llegar hasta el y verificar si estaba bien.
- Ranma…
Pero cuando el chico se dio la vuelta, las lágrimas escurrían de sus ojos, dejando a una muy sorprendida y angustiada Akane.
- ¡Ranma!
Inmediatamente, el chico salió corriendo mientras dejaba que las gotas de agua salada salpicaran su rostro.
- Ranma…
- Qué peculiar fue todo eso ¿No es así?
- ¡Nabiki! ¿Qué haces aquí?
- Observando todo.
Akane miró a donde Ranma había corrido y solo esperó a que estuviera bien.
Mientras, en otro lugar. Ryoga trataba de encontrar la salida a lo que parecía un inmenso bosque, mientras los recuerdos de Ranma abrazando cariñosamente a Kuno invadían su mente. Sacudió su cabeza tratando de alejar esas imágenes de su cabeza.
- Ahora, ¿Dónde estaré?
Pasço a través de unos arbustos y se dio cuenta que había niños jugando y columpios y resbaladillas: era un parque. Cerca, se distinguía a una persona sentada en los columpios mientras observaba unas gotas cristalinas salpicar la tierra. Supo entonces que esa persona lloraba. Se acercó y entonces notó que se trataba de Ranma.
- ¿Ranma?
El mencionado, se giró para ver a Ryoga e inmediatamente trató de controlar su llanto.
- Ranma---
- Kuno sabe quien soy y dijo que me odiaba y que no quería verme de nuevo.
El llanto se hizo más difícil de controlar y tuvo que llevar sus manos a su rostro para ocultar las lágrimas. Ryoga estaba dolido, amaba mucho a Ranma y verlo así le hacía sentir mal. Abrazó levemente a Ranma pero éste, al sentir el contacto del otro cuerpo, se pegó aún más mientras lloraba más fuerte.
- Calma, todo estará bien.
Frotó suavemente la espalda de Ranma.
- Gracias Ryoga… en verdad necesitaba a un amigo.
Aquello le dolió. Sonrió tristemente.
- Claro, soy tu amigo… un amigo… solo eso, nada más.
Estaba seguro que las lágrimas no tardarían en aparecer en sus ojos acompañando a las de su amado Ranma. El cielo se nubló y los relámpagos anunciaban la pronta lluvia. Ryoga quedó convertido en un cerdito cuando las gotas de lluvia lo tocaron, sostenido entre las manos de Ranma. La pelirroja sonrió ligeramente, aún con ese matiz de tristeza en su rostro. Se levantó pero sin soltar al cerdito negro.
- Creo que debemos irnos. Vamos a casa.
Al llegar a la casa Tendo, fue recibido por una muy preocupada Akane que corrió hasta el en cuanto lo escuchó llegar.
- ¡Ranma! ¿Dónde estuviste? Nos tenías muy preocupados a todos.
Al notar a su amada mascota en los brazos de Ranma, soltó u grito de felicidad.
- P-chan. Estas mojado. Tu también Ranma. Será mejor que te tomes un baño antes de que te enfermes.
- Si, esta bien.
La chica pelirroja se dirigió al baño y cuando ya estaba por darse una ducha, aquella niña había entrado de improvisto. Aquella muchacha miró a Ranma y entonces, trató de matarlo. No podía evitar sentir odio hacia el. Le quitaba a Kyoma, terminó enredándose con otro y ahora… ante su desesperación, lanzó un kunai que fue intercedido por el pequeño cerdito que había protegido a la “chica”.
- ¡P-chan!
Aiko se marchó después de aquello. Su mente se debatía entre lo que había pasado y lo que debía hacer en futuro. Akane había escuchado el grito y corrió rápidamente para averiguar lo que pasaba y grande fue su horror al ver a Ranma sosteniendo a un desangrado P-chan que se estaba desfalleciendo.
- ¿Qué fue lo que pasó?
- Akane… por favor… se esta muriendo. Me protegió de esa chica… hay que salvarlo.
Rápidamente, Akane tomó al pequeño cerdito y lo llevó hasta el lavabo para lavarle la herida y curarlo. Sacó vendas y ungüentos. Cuando estuvo curado, solo lo dejaron descansar. Ranma estaba muy asustado.
- Por favor, no te mueras…