“Fuegos artificiales”
SasuNaru
Su mano subía y bajaba lentamente distraídamente por un viejo árbol, realmente no le prestaba atención, pues estaba concentrado en esos hermosos fuegos artificiales que iluminaban el cielo de esa noche en especial.
En ese momento, su pueblo hacia un pequeño festival atrayendo a muchas personas de las ciudades cercanas, algo que era bueno, pero para él, era una herida constante que no dejaba de doler. Había sucedido hace un par de años atrás…
Sus abuelos le habían pedido ayuda para ser anfitrión para los turistas, no podía negarles nada, pero la idea no le pareció tan buena. Estuvo con un par de familias antes de ser designado a un joven de su misma edad, se le hizo raro que alguien de diecinueve años estuviese solo y más en un sitio como ese.
-Eso no te importa, dobe-
Eso le hizo enfurecer, le pregunto para ser amable, pero por el resto del tour no le hablo solo si fuese necesario. Pero, le atrajo, su mirada fría pero a la vez atrayente, esos cabellos negros resaltando por su piel nívea, y con un nombre poco común.
-Hm, ¿acaso te gusto dobe?-
De nuevo sintió las ganas de dejarlo solo pero, en el fondo no quería separase de él. Era casi medianoche cuando aparecieron las bengalas; tomo la mano del pelinegro indicándole un camino poco frecuente para ver en una colina aquel hermoso espectáculo sobre ellos.
-Y me llamo Naruto, no dobe…teme-
Sonrió ligeramente, giró su rostro indicándole con la mano que se sentara para que disfrutara una de las mayores atracciones que había. Poco a poco comenzaron a hablar de cosas sin importancia, hasta pequeños insultos pero que eran sustituidos por las risas de ambos.
-Gracias, por esta noche-
Esa voz le hizo vibrar de pies a cabeza por alguna razón, sus ojos azules se movían nerviosos, y se sentía realmente tonto al verse descubierto, quería poseer un poco de la ecuanimidad de su acompañante, pero, una mano sobre su mejilla le hizo perder su concentración.
Era esa atracción que no tenía explicación, y los ojos de ambos podían reflejar el temor y la sorpresa, hasta que sus labios se unieron de manera mágica, especial y desconocida. El con sus manos temblorosas se aferraron a aquel cuello profundizando ese contacto.
Sus cabellos rubios eran acariciados por esos dedos níveos que descendían por su columna hasta llegar a su cintura, ambos disfrutando completamente de esa soledad que les abrazaba en esa noche.
Al separase, el mismo poco a poco intentaba razonar, ¿Por qué besarme con un completo desconocido?...
-¿Por qué…?-
-No lo sé…y realmente, no quiero saberlo…-
Y se entregaron de nuevo a esos besos, olvidándose de todo.
Se separaron casi al amanecer, pero Sasuke le abrazó, le susurro que volvería el año siguiente, y el confió en esa promesa.
Y así son dos años que pasaron y de él ninguna noticia. Solo sabía su nombre y se sintió estúpido. Solo fue un breve, pequeño, amor de verano, aguardando una esperanza vacía que no tenía razón de ser.
Los fuegos artificiales eran como un consuelo de ese cruel recuerdo, quizás era un citadino buscando diversión u olvidar una vieja relación, no quería creer lo segundo, ya no debía ilusionarse por tan vaga fantasía. Sus ojos azules se paseaban por todo el cielo, aun pidiendo, anhelando verle de nuevo, por que a pesar de todo, le robo el corazón.
Estaba concentrado, perdiéndose en esos destellos de luz, que no pudo ver una silueta a unos metros de él, saliendo de la oscuridad para encarnarse como el dueño de sus sueños, quien sonrió acercándose con paso lento hasta llegar a unos centímetros de él.
-Dobe…-
El corazón palpito rápidamente, Naruto se giró, y lo vio.
-Sasuke…-
Y las bengalas iluminaron de nuevo su noche, su vida y su corazón.
FIN