Capítulo II: Flor
Mi cabello aun estaba húmedo por la reciente ducha. Las pequeñas gotitas que caían se hundían entre la comisura de mi cuello y ropa. Baje la escalera y vi a Yoona conversando con mi madre, lo cual lo más seguro era que estuviera diciéndole que hacer para que no fuéramos el hazmerreir del pueblo entero.
-¿Ha sido muy duro?-pregunte a Yoona cuando quedamos solas-es fastidioso recibir órdenes de mi madre-confesé con una sonrisa.
-Solo un poco-me respondió con una sonrisa también-me dijo detalladamente todo lo que debía hacer, pero creo que a mi familia no le gustaría-dijo formando un puchero con los labios.
-¿Empezamos por la cocina?-la invite a pasar, sería una buena oportunidad para conocer a mi futura cuñada-estaba pensando en pasteles de fresa y bollos de chocolate.
-¡Estaba pensando lo mismo!-exclamo avergonzada de su comportamiento, no pude evitar una sonrisa pues se veía muy tierna.
Llegamos a la cocina y nos pusimos manos a la obra, era un ambiente agradable y avanzábamos rápido también, de vez en cuando mi madre venia a verificar nuestro trabajo pero no le dábamos importancia.
-No me has preguntado por mi hermano-me dijo Yoona luego de poner la charola sobre la mesa con algunos pasteles.
-Cierto-baje la mirada nerviosamente. No me importaba en absoluto él y la boda, lo único que causaba eran problemas y más problemas.
-Crees en el amor Sooyoung?-su interés se hizo latente, conteste con calma.
-Nunca lo he sentido-pensé como continuar unos momentos-pero sí creo que existe, al menos conozco a una pareja que se ama con todo el corazón.
-¿Quiénes?
-Ah...yo...-no supe que decir, no tenía idea si Yoona estaba enterada de la relación de nuestros hermanos.
-Disculpa mi atrevimiento-dijo tímidamente-fue mi impulso preguntar, a veces no mido mis palabras.
Ambas nos miramos, me pude dar cuenta de que quería decirme algo y lo hizo sin vacilaciones.
-Donghae está con tu hermana-confeso sin saber qué cara poner.
-Lo sé y me gusta que lo menciones-me alegraba pensar que también sabia, así no cargaba con el peso del secreto yo sola-me siento culpable del compromiso que debo cumplir.
-Es triste-el semblante de Yoona se volvió melancólico-lo mas probable es que también tenga que casarme de la misma forma.
Quise demostrarle apoyo, y puse mi mano sobre la suya, pero la retire casi al instante por sentir una extraña conexión. Mire por la ventana y ya había transcurrido gran parte del día, los ojos se me llenaron de lagrimas, pues al día siguiente seria la postura de argollas y nada se podría hacer.
-Han llegado a buscar a la señorita Yoona-apareció Jessica en la cocina, pude notar que estaba contenta por algo.
-Muy bien-Yoona se saco el delantal y se acerco a mi-he pasado muy buen día con su compañía-me beso la mejilla y se retiro a su hogar.
-Donghae me ha enviado una carta-Jessica saco de su corpiño una pequeña carta-también esta igual que yo...
-Antes que digas algo-la interrumpí, me asome hacia afuera para comprobar que estábamos solas y continúe-tengo algo que confesarte.
-Hermanita-nos sentamos en la butaca-puedes decirme cualquier cosa, sabes que guardare el secreto.
-Es algo difícil y complicado-mi estomago estaba completamente contraído-yo no quiero a Donghae.
-Eso es obvio Sooyoung, solo se han visto una vez...
-Ni ningún hombre.
-¿Qué?-Jessica me miro como si hubiera oído mal.
Una aberración. Un castigo de Dios. Actualmente cosas así eran un tabú, los temas de parejas y amor estaban prohibidos, a las mujeres como yo nos habían dado un nombre para identificarnos "lavandas" ¿Cómo una inocente flor podía herir a alguien?
-Me siento atraída por las chicas-mi vergüenza era palpable. Comenzó a tiritar solo de nervios.
-Pequeña-Jessica suspiro y me abrazo-¿Qué importa? Tú vales por lo que eres.
-¿No le dirás a mamá?
-Por supuesto que no-mi hermana se acomodo el vestido-además con la boda nadie lo notara, pasaras a formar parte de una de las familias más adineradas de la cuidad.
Asentí sin decir nada.
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El día siguiente transcurrió rápido, me encontraba en mi habitación arreglando los últimos detalles para verme presentable. Me acerque al retrato de mi padre y pensé que seguramente él se habría opuesto a todo esto, nunca nos hubiera obligado a nada.
-Ya han llegado-mi madre apareció por detrás mío dándome un sobresalto-he visto tu anillo y es muy bonito.
-Nunca me han gustado las joyas-tome un poco de distancia-¿Por qué debo estar contenta por algo que a ti te conviene?-mi rostro se puso de color carmín debido a la cólera que sentía-yo no quiero casarme con él.
-Mira tú-mi madre me amenazo-quizás no quieras, a mi no me importa, cuando tengas 21 podrás hacer lo que quieras, pero para tu mala suerte aun tienes 17.
Lo que acababa de decir mi madre me dio una idea. Jessica cumpliría 21 años la próxima semana, y la voluntad de ella sería como la de mi mamá, si tan solo pudiera retrasar la boda... ¿Pero cómo?
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-Señorita Sooyoung-Donghae tomo mi mano y se arrodillo-sería un honor que aceptara ser mi esposa.
Que repugnante farsa.
Mire a mi hermana y ella con una señal con los ojos me dijo que aceptara. Sonreí sarcásticamente y asentí con la cabeza. Me tope con la mirada de Yoona y nuevamente sentí esa conexión.
-Acepto-fríamente dije que sí. Los presentes aplaudieron y yo excusándome diciendo que me sentía mal, salí a la terraza a tomar un poco de aire.
-Eres muy valiente-Yoona me siguió hasta el jardín-yo en tu lugar no sabría que hacer.
-Desde siempre-comenzé a recordar cuando era pequeña y asistía al internado donde todos opinaban por mi-he acatado lo que me mandan, pero esta vez es por mi y no por mi hermana.
-¿A qué te refieres?-pregunto confundida.
-Si hubiera rechazado la preposición-comenzé a explicar-a Donghae lo hubieran desposado con otra chica, pero en cambio si yo me caso con él-razone-ellos pueden verse cuando quieran y seguir amándose.
-Que linda eres-me miro emocionada, tomamos asiento cerca de la fuente para seguir conversando-pero tu honor será pasado a llevar.
-Si puedo hacer feliz a una persona-sonreí-no me atare a Donghae en vano.
Yoona me abrazo y yo hice lo mismo, a pesar de conocernos hace algunos días sentía en ella una amiga. Al momento de separarnos mi medallón quedo enredado con su rosario, me reí por el incidente y la mire a los ojos, me sonroje de estar a solo unos centímetros de ella, Yoona también estaba colorada, por un impulso mutuo, juntamos nuestros labios haciendo una pequeña presión.
Nos separamos lentamente y Yoona asustada de lo que acabábamos de hacer se disculpo y se echo a correr por el pasillo.
El corazón me palpitaba a mil.
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Habían transcurrido algunas horas, la familia Lee ya se había ido a su hogar y mi hermana y madre ya estaban durmiendo. Estaba sentada en el tocador peinando mi cabello como por cuarta vez, me dolía la cabeza de darme vueltas en lo mismo. Había besado a la chica que sería mi cuñada, lo peor de todo es que se había asustado y huido de la situación, acaso ¿ella sería igual que yo?
Me levante y tome un candelabro, camine por el pasillo en penumbras y abrí la puerta del cuarto de Jessica, estaba completamente dormida y suavemente la desperté, abrió los ojos con dificultad y me hablo en tono somnoliento.
-¿Qué pasa Sooyoung?-se recostó sobre la cama-¿tienes pesadillas?
-No es eso-dije acostándome junto a ella-me sentía sola.
-No te creo-se rio, ella me conocía perfectamente-algo te ha pasado.
-Pues si-acepte-después de la preposición ocurrió algo.
-¿Qué?-pregunto interesada.
-Di un beso
-¿A Donghae?-su rostro se desfiguro.
-No, por supuesto que no-negué con la cabeza-fue a otra persona.
-Ah...-suspiro-¿a quién entonces?
-Yoona
-¿Qué tiene?
-Fue a Yoona
-¿Ah?
-¡Me bese con Yoona!-grite desesperada al ver que Jessica no comprendía.
-¡Oh!-se sorprendió-vaya eso si es raro.
-Mmm-la mire con sueño-será mejor que durmamos.
-Está bien.
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El día sábado llego tranquilamente, no había visto a Yoona desde el jueves. Me coloque el vestido de boda el cual se ciño a mi silueta perfectamente. En el cabello me puse una coronita con algunas perlas a juego.
-¿Estas lista?-pregunto Jessica la cual venia con mi ramo. Rosas y "Lavandas".
-Eso creo-la abrase y bajamos la escalera.
Una al lado de la otra. Como siempre.