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Beyond This Love por itachiuchihafan

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.

La historia tampoco me pertenece es de Hans Christian Andersen.

 

Notas del capitulo:

El titulo es provisional, no soy creativa para esas cosas.

Este fanfic resulto de un día que uno de mis mejores amigos estuvo hablándome de las diferencias entre las películas de Disney y las historias originales. La que más me gusto fue The Little Mermaid y fui a comprarme un libro de cuentos.

La quise hacer yaoi, modificándole algunas cosas  (el final sobre todo) y aquí esta, espero que les guste.

Es el primer capítulo, no será un fanfic largo. Perdonen si tiene faltas de ortografía o si esta corto.

De una vez advierto (que siempre me pasa) lo más probable (es seguro) es que exista OoC (demasiado por parte de Sasuke).

Un día de fiesta, pues el menor de los hijos del Rey del Mar cumplía la edad suficiente para poder salir a la superficie.


Todos estaban felices por aquel hecho, pero Sasuke lo estaba aun más. Su hermano le había contado tantas cosas sobre lo que había fuera del océano, que estaba tan ansioso de poder comprobarlo con sus propios ojos.


—   Apenas el sol se esconda, saldrás a la superficie — Le explicaba su hermano mayor, Itachi.


Sasuke movió lentamente su larga cola de color azul platinada, mientras sonreía felizmente.  Era el menor de los hijos de Fugaku, el Rey del Mar. Aunque en realidad, Sasuke tenía solo un hermano, Itachi, quien cuando muriera Fugaku, heredaría la corona y el cetro que le caracterizaba a los soberanos que anteriormente habían gobernado.


Sasuke seguiría siendo el príncipe, se casaría con alguna sirena y tendrían varios hijos. Así es como debía de hacer, pero por el momento, en aquella noche podría ver por fin el mundo exterior.


Itachi nado alrededor de su hermano aleteando su hermosa cola negra, que resaltaba a causa de su blanca piel, pero que resultaba ser más morena que la piel de su hermano.


—   Siento miedo, nii-san, ¿Qué sucederá si no es como yo lo espero? — Estaba tan preocupado por llevarse una decepción.


—   Sera mucho mejor de lo que te imaginas — Le animo el mayor —. Para mí lo mejor es sentir el aire acariciando mi rostro.


El menor se animo, pues Itachi siempre le hablaba de lo maravilloso que era el viento, mucho mejor que las ráfagas marinas que de vez en cuando había.


—   Pero no se te ocurra acercarte a los humanos — Advirtió.


—   ¿Por qué no se nos permite?


—   Los  humanos son distintos a nosotros, pueden ser verdaderamente crueles si se lo proponen.


Sasuke asintió. Había escuchado las historias que narraban como intentaban capturar a las sirenas, enamorados por tanta belleza. Pero jamás había escuchado sobre un tritón capturado, claro que estaba consciente de que los tritones poseían una mayor fuerza que las sirenas, pero eran igual de hermosos y poseían una hipnotizante voz.


—   No me acercare a ellos, te lo prometo — Concedió.


—   Vayamos con nuestros padres, pronto oscurecerá.


Y dicho esto, ambos se internaron entre los arrecifes de coral, nadando lo más rápido que podían, jugando a ver quien llegaba primero.


Como era de esperarse, Itachi llego primero pues se decía, era el más veloz de todos los tritones y de todas las sirenas. Pero Sasuke aseguraba que algún día sería mucho mejor que él.


Entraron  a un recinto hecho de puro coral,  majestuoso y elegante. Decorado con hermosas conchas de distintos colores.


Avanzaron hasta llegar a una habitación que era resguardada por dos tritones, que con una reverencia les dieron el paso.


Dentro de esa habitación, se encontraba sentado sobre un trono de piedra, su padre.  El  Rey del Mar, era un tritón que causaba respeto, tenía una mirada serena y había hecho tanto por los habitantes del mar. Su cola era de un tono verde oscuro y su cabello castaño. Pero al igual que el menor de sus hijos y que su esposa, tenía unos penetrantes ojos negros. Por otro lado, Itachi tenía unos enigmáticos ojos rojos.


Al lado de su padre se encontraba la hermosa  Emperatriz, una sirena de mirada piadosa, cabello negro azulado como el de su pequeño hijo y dueña de una larga cola verde pero más clara que la de su esposo. Su nombre era Mikoto.


—   Madre —  Sasuke se lanzo a los brazos de aquella sirena que le miraba con ternura.


Itachi avanzo más lentamente, he izo una reverencia ante sus progenitores.


—   ¿Han terminado los preparativos para la salida de Sasuke? — Pregunto Fugaku al mayor de sus hijos.


—   Ya está todo terminado, he hablado con los ancianos y han pronosticado que será una noche tranquila — Se paso una mano por su cabello negro, acomodando un mecho detrás de su oreja, pero que se volvió a levantar a causa del agua que les rodeaba —. Aunque hay algo que Sasuke quisiera pedirte.


—   ¿Qué es lo que deseas, Sasuke? Pídelo, hoy que es tu cumpleaños te concederé lo que pidas.


Sasuke se separo de los brazos de su madre y mirando fijamente a su padre, se dispuso a hablar.


—   Quiero que se me permita ir solo — Pidió seguro de sí mismo.


Fugaku miro con disgusto  a su hijo, ¿Cómo podía pedirle aquello?


—   ¿Cuáles son los motivos para que me pidas ese capricho? — La voz de Fugaku sonaba realmente molesta, haciendo que Sasuke se acobardara, pero ante la mirada reconfortante de su hermano, respondió.


—   Quiero que esta noche sea solo para mí. No quiero que nada me distraiga.


El Rey del Mar miro al mayor de sus hijos, después paso la mirada a su encantadora esposa, que le miraba suplicante, esperando que aceptara.


—   Está bien, podrás ir a la superficie tú solo — Fijando su vista en su pequeño hijo, se acerco —. Pero de todas formas, tu hermano estará cercas, dentro del agua por si algo llegase a suceder.


Sabía que su hermano no le molestaría, pues su hermano siempre le comprendía. Feliz por su deseo concedido, abrazo a su padre y le dio gracias. Ahora solo había que esperar la noche.


 


Preparaban el barco que  le llevaría  aquella noche a recorrer el tranquilo mar. Su padre y su madre le habían regalado tan majestuoso navío, Rasenga, y en compañía de varios de sus sirvientes y de sus amigos, pasarían la noche en altamar.


Emocionado, subió a revisar las provisiones que se llevarían en su viaje. En su mayoría era alcohol y fuegos artificiales.


—   ¡Y allí esta  nuestro famoso Naruto! — El rubio miro a su amigo, que acababa de llegar —. Debo de decir que los veinte años te sientan bien.


—   Kiba,  ¿Listo para zarpar?


—   ¡Sí! Estoy ansioso — Ambos rieron, estaban tan felices por partir.


Solo era cuestión de un par de horas y estarían en el mar, bebiendo y disfrutando del hermoso cielo nocturno.


El rubio sonrió, amaba el mar.


 


Sasuke mantenía la vista en la superficie, contemplando como los últimos rayos de sol que se colaban entre el agua desaparecían lentamente.


Las sirenas le había dicho que el sol era hermoso pero él lo que quería ver era la luna y su hermano le había dicho que aquella noche se mostraría en todo su esplendor.


La oscuridad comenzó a rodearles y supo que era el momento de salir.


—   No lo olvides, si vez a algún humano, no te acerques — Su hermano le abrazo mientras le volvía a advertir —. Yo estaré aquí por si necesitas algo. Debes de regresar antes de que amanezca.


—   No te preocupes, estaré bien  — y dicho esto, nado hacia la superficie.


No podía creer lo hermoso que era el exterior. Lo primero que sintió fue la fresca brisa acariciándole, su cabello se le pego al rostro por lo húmedo. Era la primera vez que sentía todo aquello.


La noche, ¡Qué hermosa era! Aquel manto oscuro enamoro a Sasuke y aun más que eso, aquellas relucientes manchas blanquecinas que supuso, eran las estrellas de las que tanto se hablaban.


Y aunque eran hermosas, no había punto de comparación con  la hermosa luna. Un perfecto circulo blanco que alumbraba divinamente.


Era el mejor día de su vida, su sueño se había cumplido y deseaba que ese momento fuera eterno.


Todo era parecido, pero eso no le quitaba lo emocionante. Más allá, alcanzo a ver varias luces, pero estas estaban por arriba del mar. Aquello debía de ser la ciudad a la cual se les tenía prohibido acercarse.


La contemplo por varios minutos, hasta que una cegadora luz le golpeo en el rostro. Cubriéndose con su brazo.


Nado hacia un lado, hasta que la luz dejo de molerle y contemplo con asombro el objeto del que provenía esa luz.


Un barco, como los que había visto en el fondo del mar. Pero aquel no tenía algas pegadas y la madera no estaba podrida.


—   ¡Que viva el Príncipe Naruto! — escucho las exclamaciones de los tripulantes.


Maravillado, quiso acercarse un poco más, pero por la promesa hecha a su hermano, permaneció en su lugar.


Escuchaba las exclamaciones de alegría de aquello humanos, y fue cuando le vio. Al hermoso rubio de ojos azules que hacia reverencias y daba las gracias.


Sasuke se quedo contemplando a esa bella persona, la noche no era nada comparada con aquel joven. Deseo con todas fuerzas poder acercarse, escuchar su voz, poder hablarle. Su corazón comenzó a latir más fuerte


Pequeñas gotas de agua comenzaron a caer desde el cielo, levanto la mirada hacia el cielo. La luna había desaparecido y en su lugar grises nubes cubrían todo el cielo.


El viento comenzó a agitarse y las olas se levantaron, golpeando el barco. Sasuke quiso volver a sumergirse, pero se preocupo al ver como todos en el navío gritaban e intentaban mantener el control del barco.


 


Itachi había estado contemplando como un pequeño cangrejo avanzaba hasta una esponja, pero al escuchar el alboroto que se hacía en la superficie, nado lo más rápido que pudo en busca de su hermano.


Cuando salió, se encontró con una tormenta, ¿Qué no habían dicho los ancianos que sería una noche tranquila?


Noto el barco y se asusto al verlo, pues comenzaba a volcarse. Uno de los mástiles se rompió y cayó en el mar, haciendo que una fuerte ola se levantara, empujándolo varios metros.


Vio como una de las personas del barco cayó al mar y vio con horror como su hermano nadaba hacia él.


—   ¡Sasuke! ¡Detente! — grito pero su voz fue opacada con el sonido de un trueno.


Intento nadar hacia su hermano pero las olas se lo impidieron. Las olas le volvieron a hundir y cuando salió, había pedido de vista a su hermano. Y por si fuera poco, el barco se había volcado y se hundía.  Rogo por que su hermano no hubiera sido aplastado por aquellos trozos de madera. Volviéndose a sumergir, nado hacia el barco para encontrar a su adorado hermano.


 


Al ver que Naruto caía, Sasuke nado al instante al salvarle. Logro alcanzarle y le  sostuvo entre sus brazos, estaba inconsciente.


Las olas les golpeaba y el sostuvo con firmeza al rubio. Tenía que llevarle a un lugar seguro y el único lugar que se le ocurría era aquella ciudad, pero no podía acercarse. Y aun así, llenándose de valentía, comenzó a mover su cola, nadando hacia tierra firme.


Luchando contra las olas que trataban de separarle de aquella persona, logro después de algunas horas, tocar la tierra. Arrestándose, jalo al joven hasta dejarle sobre la arena. Él por su parte, dejo que su cola azul platinada quedara dentro del mar, mientras que el resto de su cuerpo, permaneció fuera.


 


Busco  por todas partes a su hermano, pero no le encontró.  Lo único que vio fueron los cuerpos de varios marinos, además de diversos objetos que desconocía.


Pero no había rastro de su hermano, volvió a la superficie pero bien sabía que no le encontraría.


Ya sin saber qué hacer, nado a donde sus padres. Se movió lo más rápido que pudo, tardo apenas unos minutos y al entrar a la residencia en que habitaban, se encontró con su madre que le miraba con preocupación.


—   ¡Hijo! ¿Dónde está tu hermano? — Su madre le movió a un lado, esperando ver a su hijo. Se llevo una decepción.


—   Madre, lo siento tanto. La tormenta llego, las olas no me dejaron llegar hasta él, le busque pero no le encontré — se sentía tan miserable.


—   ¡¿Cómo que no le encontraste?! — La voz iracunda de su padre resonó en sus oídos —. ¡Sasuke es tu responsabilidad!


Acercándose a su primogénito, le abofeteo fuertemente. Itachi retrocedió unos centímetros. Con el cetro, Fugaku le golpeo en la aleta, rasgándola. El menor dio un fuerte grito de dolor.


—   ¡Guardia! — Exclamo y al instante un tritón —. ¡Manda a todas tus tropas a buscar a mi hijo! ¡Dile a todos que ayuden!  Lo deben de encontrar — Lo ultimo le dijo con tristeza.


Y dicho esto, el guardia se alejo, dando la orden a sus subordinados para que buscaran al príncipe perdido.


—   ¡Más te vale que le encuentren! De verdad que me las pagaras si algo malo le ha sucedido.


Itachi se quería morir, ¿Cómo había permitido que su adorado hermano se perdiera? Su madre, desecha pero preocupada por la herida en la aleta de su hijo, se acerco para atender la herida.


 


La respiración del rubio era tranquila. Le había sacado el agua que había tragado pero aun seguía inconsciente. Además, estaba abrazado a él, intentando brindarle calor. La tormenta había cesado hace un par de horas.


El alba llegaba y para Sasuke hubiera sido un verdadero placer contemplarlo, pero no podía prestar atención en ello.


—   Naruto — Recordó como le habían llamado —. Despierta, por favor.


Acaricio sus mejillas y poco a poco comenzó a abrir sus ojos, murmurando algo que Sasuke no llego a comprender. Sonrió al ver que estaba despertando. Naruto solo llego a distinguir una mata de cabello negro azulado y una piel extremadamente blanca.


Pero al escuchar unas voces, se vio obligado a separarse, se volvió a meter al agua y nado hasta unas rocas que le ocultaron.


—   ¡Pobre joven! Su barco debió de haber naufragado durante la tormenta — exclamo una mujer a la que Sasuke no pudo ver.


Otra más se acerco rápidamente a brindarle auxilio. Le sostuvo entre sus brazos y el rubio termino por despertar, posando sus ojos azules en la hermosa mujer que le miraba. Una mujer de cabello negro azulado y piel blanca


—   Gracias por salvarme — Murmuro antes de volver a caer en la inconsciencia.


Triste por saber que Naruto le atribuyo su rescate a alguien más, se giro para zambullirse dentro del cristalino líquido que le rodeaba.


Debía de regresar a casa, su familia estaría preocupada por él y había roto su promesa de no acercarse a los humanos, pero aun más importante que eso, se había enamorado de alguien que jamás seria suyo.

Notas finales:

Espero que les gustara, tratare de traer la continuación lo antes posible.

Dudas, quejas, sugerencias, ideas, amenazas, críticas y demás, por favor mándenlas.

Hablando de mandar, le dejarían un review a esta autora que aparentemente no tiene nada que hacer.

Por cierto, ¿Quién quieren que sea el malo de la historia? ¿Qué parejas quieren que aparezcan? En un fanfic, todo es posible.

Bueno, sin más me despido, nuevamente, espero que les gustara.

¡Alto! Sugiéranme algún titulo, por favor. Y algo más, para quien quiera leer la versión original del cuento, aquí esta un link que me encontre: www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/andersen/sirenita.htm


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