CAPITULO 14
Esa pregunta le cayó como balde de agua fría, no se esperaba que se lo tomara de esa manera, bueno mejor dicho jamás creyó que le haría semejante pregunta, ahora él solo se había metido en la boca del lobo.
-Tú puedes hacer lo que se te de tu reverenda gana! Con el afeminado dado ese!- NO! No quería decir eso, él quería gritarle al perro “que él era suyo, suyo y de nadie más”, porque? Ni él sabía la respuesta.
El rubio se desilusiono un poco, quizás quería escuchar otra respuesta, quería sentir que era especial para el amargado ese, aun que sea una vez en su vida, pero era pedir demasiado.
Termino de vestirse rápidamente, para irse a descansar, aunque su cuerpo estaba tembloroso aun.
-Yo te llevo Wheller- se ofreció el castaño al ver que caminaba con trabajos el cachorro.
-Yo puedo irme solo, no necesito que me estés cuidando!- decía molesto el rubio.
Kaiba se acerco a Joey y le dio un leve empujón, sus piernas con trabajos le reaccionaron –Y así piensas caminar 3 cuadras?- alzando una ceja.
El rubio solo de ladeó el rostro molesto –Esta bien!- dando por terminada la conversación.
Bajaron en silencio hasta el estacionamiento donde estaba aparcado el coche blanco del castaño, hizo sonar la alarma en señal que ya se podan subir.
…
El camino fue silencioso, ninguno de los dos hablo, el rubio iba viendo por la ventanilla y OH! sorpresa, se reflejo en el espejo enfrente arriba de él y algo asomaba del cuello de su playera, que era? No dudo en ver y oh! Oh! era un enorme chupetón, se giro viendo molesto Kaiba.
-Porque demonios me hiciste semejante marca Kaiba!?- pregunto mirando el rostro de perfil del moreno.
-Acaso te molesta?- pregunto mientras seguía manejando.
-Claro que sí!, esto no se puede tapar ni con lo que sea que me ponga! Que le voy a decir a mis amigos si me ven?- seguía reprochando.
-A tus amigos? O a Devlin?- preguntaba molesto el castaño.
-Otra vez ya vas a empezar Kaiba- realmente ya se estaba hartando –De qué demonios te quejas si tú te andas revolcando con él? Eh!?- decía el rubio, esto hastío al castaño.
-Entonces no niegas que te revuelcas con Devlin! Eh?-esto encabrito más al castaño, al punto de demostrare a el perro que él no es el único que puede tenar mas diversión con terceras personas.
-Y tú?- reto el rubio, -No lo niego perro, el sexo con el dado fue muy bueno-contesto el castaño, Joey no se esperaba semejante confesión tan directa, pero lo que le “dolió” mas fue con lo que remato el castaño.
-Es realmente bueno con la boca, me sorprendió- Decía sonriendo con sorna al rubio, quien solo bajo la mirada y regreso su vista a la ventanilla.
-Y en lo otro?- pregunto sin ganas pero lo estaba matando la curiosidad.
-Es estrecho, como tú-, genial lo que le faltaba, que lo comparar con Duke en la cama.
-Sabes?- decía el rubio mientras miraba seriamente al moreno. –Me gustaría saber que se siente estar con Duke-, Seto frunció el seño ante lo dicho.
-A que te refieres perro?, que acaso no te has revolcado con ya con él?- se le acelero el pulso ante la posible respuesta.
-No Kaiba! No me eh metido con él!- El castaño soltó el aire que estaba reteniendo , algo hizo que su pulso se acelerara, Su perro no había estado con Duke como lo hacía con él, pero rápidamente el encanto se termino al recordar que había metido más que la pata con el rubio, por lo dicho con saña.
-entonces?- iba hablar el moreno pero fue interrumpido –Entonces! Nada Kaiba!- dada por concluida la conversación.
Seto decidió no hablar más, de todos modos no tenía nada que decir, por primera vez sentía….remordimiento, tenía que solucionar las cosas.
Dio un par de vueltas y se estaciono en la entrada de la casa del cachorro, Joey se bajo rápidamente del auto.
-Espera!- decía el castaño saliendo del carro también.
-Ahora que quieres Kaiba?- preguntaba parado en la puerta de de su casa.
-No me vas a invitar a pasar?-Pregunto Seto mostrando una expresión seria, ocultando su pequeña alteración emocional.
-Está bien-Dijo cansadamente el rubio, si le decía que no, estaría jodiendole la vida hasta que aceptara.
Entro seguido de un moreno que recorrió con la vista todo el lugar.
-Vaya Wheller, tienes buen gusto- solo atino a decir, realmente creía que seria a una pocilga donde viviera el rubio, pero para su sorpresa era un lugar muy acogedor, ordenado y el diseño simplemente estaba en armonía.
-Vives solo cachorro?- tenia curiosidad mientras pasaba al sillón de la sala y se ponía cómodo
-Si Kaiba, vivo solo- dejándose caer pesadamente en el sillón, a un lado del castaño –y bien?, que pretendes hacer en mi casa?- preguntaba el rubio.
-No pretendo nada, además aun es muy temprano para que llegue a mi casa- decía desinteresadamente.
Joey estaba fastidiado realmente se había perdido en el placer unos minutos atrás pero tras el aventón en el coche su ánimo decayó mucho, no sabía por qué le afectaba tanto lo que el castaño le dijera o pensara de él, y su presencia en su casa no ayudaba mucho, quería respuestas a muchas preguntas que no se atrevía a hacerle al castaño, realmente Duke era mejor que él?. Salió de su pensamiento cuando un dedo se poso en la marca de su cuello.
-Que haces?- preguntaba escuetamente.
-Nada, hace que el tiempo pase mas rápida y agradablemente- mientras se acercaba al rubio para besar su cuello.
-Que no tuviste suficiente?, vete con Duke si sigues con ganas!- soltó molesto.
Seto jalo al rubio para pegarlo a su cuerpo, olio su cuello, Joey solo se dejo hacer, no tenía ganas de pelear, solo dejo caer su peso en el castaño, terminaron recostados en el sillón, el cachorrito echado sobre su amo, que le acariciaba sus rubios cabellos.
Los dos comenzaban realmente a sentirse a gusto en compañía del otro.
¿Hace cuanto tiempo Kaiba no se tomaba el tiempo para, acariciaba otra persona que no fuera su hermanito?, y Joey ¿Hace cuanto que no se sentía solo en su casa?.
Sencillamente eran lo que necesitaban pero sus orgullos jamás se los permitiría decírselo, simplemente permanecerán callados, hasta que uno de los dos descubra la verdad dentro de ellos.
Después de ese pequeño trance de relajación, se dedicaron a hacer otras actividades, por ejemplo, jugaron video juegos, Joey se moría de la risa al ver que Seto no era un genio en todo lo que hacía, pero tenía que reconocer que aprendía muy rápido, después el castaño era el que le restregaba las victorias en su cara.
Después Seto tuvo que aceptar que el perro era bueno en el dibujo, reviso sus múltiples libretas que tenía en el estante de su cuarto. Estaba pensando seria mente en contratarlo, tenia mejores ideas que sus incompetentes ilustradores de juegos de monstruos.
Tanto ajetreo les dio hambre, fue todo un caos en la cocina, Joey moría por algo dulce y Seto le dijo que le gustaba lo picante, estuvieron discutiendo un rato y terminaron comiendo palomas de maíz enfrente del televisor.
El rubio se sintió libre de expresarse con el moreno y le dijo que viva solo porque sus padres se habían divorciado, pero que no se quiso ir a vivir con ninguno de los dos, así que la ley prácticamente lo en mancipo para que fuera un pequeño adulto que se podía valer de sí mismo.
Genial el moreno estaba sorprendido, obvio no lo demostró, pero tenía que reconocer que no sabía muchas cosas del cachorro.
Los dos conviviendo sin peleas, bueno con la discusión de hace rato tenían más que suficiente, El castaño también decidió darle un poco de información al cachorro, le conto que al quedar huérfano hizo todo lo posible para que su pequeño hermano se le fuera dado en adopción, no le fue difícil ya que era un genio y en poco tiempo logro sacar a flote su gran imperio, Joey quedo asombrado al saber que su hermanito Mokuba era legalmente “hijo” de Kaiba, realmente ese título no importaba , pero el sacrificio y el esfuerzo del castaño se ganaron el respeto de un rubio.
El ambiente era acogedor, fue una tarde buena para enmendar las metidas de patas de ambos lados en ese día, Si! Lo aceptaban era genial convivir pero en ningún momento ninguno de los dos sintió que afectaron esa relación de “mando y tu obedeces” y “te hare tragar tus palabras”.
Ya eran las 12 de la madrugada y lastimosamente, el castaño tenía que regresar a su casa, se levanto de donde estaba.
-Es muy tarde ya, me tengo que ir- decía en tono neutral caminando hacia la puerta con un cachorro yendo detrás de él.
El moreno antes de abrir la puerta dio media vuelta y jalo al cachorro para pegarlo a su cuerpo y le planto un beso.
Estuvieron unos minutos (segundos) en esa “despedida”, se verían hasta el lunes y apenas era viernes, realmente se estaban haciendo dependientes inconscientemente.
Rompieron el beso y el castaño abrió la puerta para marcarse, había cruzado la puerta cuando una voz lo detuvo.
-Quédate esta noche!- dijo la voz del rubio no quería volver a sentir esa soledad que a veces lo abrumaba por vivir solo.
-Que!?- pregunto cómo no pudiéndoselo creer.
-Que te quedes conmigo- dijo con las mejillas encendidas de la vergüenza, genial Kaiba creería que realmente era una marica, urgida. Joey seguía expectante a la respuesta del ojiazul.