CAPITULO 36
Seto no supo que responder, sabía exactamente como se sentiría en ese momento el dado, -Lo siento- soltó quedamente, de verdad no sabía por qué lo decía pero le nació decirlo, quizás ese dado era su “primer” amigo, -No nos pongamos sentimentales Kaiba, además, esto es lo que lo hace más feliz a él, creo que después de todo lo que le ha pasado ya es hora de que por fin disfrute un poco, no crees?- fue su respuesta, mientras le daba una sonrisa al moreno.
Seto se sintió extraño como hace mucho tiempo no se sentía, hacerse a un lado por la persona que quieres, quizás el jamás hubiera sido capaz de hacer algo así, de hecho no lo hizo, quiso compensarlo pero…no sabía cómo, solo jalo a Duke y le dio un beso, uno lento, uno de agradecimiento, Duke solo se aferro al moreno para disfrutarlo, pues quizás sería el ultimo que recibiría por parte de esos dos, para después completar...
-aun que! Todavía no escucho las palabra mágicas Kaiba- dijo descolocando al moreno, -cuales?- pregunto pensando en la posible respuesta, -Que aun no le has puesto una correa al cachorro, si no sé la pones ahora, ahora sí que no te lo pondré tan fácil!- reto el pelinegro, -Esta bien- dijo el moreno, jamás de los jamases se hubiera atrevido a formalizar con alguien, pero se trataba del cachorrito, ese cachorrito que le había robado algo más que su frialdad, así que se arriesgaría a hacer tal escena.
Salió el rubio con un bóxer del pelinegro, y vio por fin al moreno platicando con Duke sobre algo en voz baja, los dos ya estaban a medio vestir, hasta que Duke se percato de la presenció del rubio.
-Ven cachorro, aquí el dragón tiene algo que preguntarte- (todo un zoológico xD Duke es la zorra) mientras le hacia una seña con la mano de que se acercara, Joey fue un poco dudoso, cuando esos dos estaban juntos y tranquilos las cosas se tornaban extrañas.
-Qué paso?- pregunto mirando por primera vez al moreno a los ojos, sentía que su corazón en cualquier momento se le detendría o haría que le explotara el pecho.
-Cacho… Joey- corrigió el castaño, si haría esa petición tenía que sonar que de verdad quería que las cosas entre ellos fuera más intima.
-Si!?- pregunto con una sonrisa el rubio, el haber escuchado su nombre le había puesto tan feliz, pero después cayó en cuenta que su “novio” estaba enfrente, y lo volteo a ver un poco apenado por su actitud, Duke solo le sonrió dándole la aprobación, para que no se sintiera mal, esta acción tranquilizó al cachorro y volvió a ver a Kaiba que estaba… raro?.
-Cachorro, yo quiero pedirte que…- genial! Nunca en su vida se había sentido tan incomodo por lo que pudiera escupir su boca.
-Que yo qué?- estaba que no se aguantaba las ganas de escuchar lo que fuera a decir el moreno.
-Que si quieres ser de mi propiedad- dijo soltando el aire, no era como esperaba decirlo pero esperaba haber sido claro en su petición (que romántico Kaiba).
Joey sintió un hormigueo que explotó en su interior nublándole la mirada por unos segundos, para después procesar bien las palabras, -acaso me estas pidiendo que yo… ande… con…tigo?- pregunto dudoso pero al ver que el moreno asentía con la cabeza sus dudas se fueron al caño, después cayó en cuenta nuevamente que Duke estaba ahí, -Yo..o, bueno… yo y Duke… tu sabes…- decía tratando de poner un poco de resistencia por respeto su novio.
-Vamos cachorro dile que si- le dijo Duke mientras lo abrazaba por la espalda y le daba un beso en la mejilla.
-eh? Estas... Seguro?- pregunto sorprendido.
-Que no es lo que más has querido?- mientras lo soltaba y lo empujaba cerca del castaño.
El rubio volvió con el pelinegro para abrazarlo –Gracias Duke!, de verdad que no sé qué decir!- dijo muy emocionado mientras le daba un beso en la mejilla.
-Bueno chicos me voy a bañar, tengo una empresa que atender! Ya me he divertido mucho estos últimos días- dijo eso mientras se dirigía al baño para dejarlos solos y no notaran la tristeza en sus ojos, dejo ir a su cachorro con quien él de verdad quería ir, al final de cuentas Kaiba había tenido razón, podía haberle enseñado muchos “trucos” pero al final el perro era del moreno.
-Nos vemos Devlin y muchas gracias… por… todo- se despidió el moreno que tenía ganas de seguir la fiesta con el cachorro a solas, ahora sí! Nada más ellos dos después de tantos impedimentos que el mismo había puesto entre ellos dos.
Salieron del departamento de Duke, el camino al auto fue silencioso ninguno dijo nada, aun no podían creer que por fin! Estuvieran juntos como Dios manda!.
Seto le abrió la puerta a su cachorro para que subiera del lado del copiloto para después subir el y emprender el viaje de regreso a la casa del moreno.
En el camino ninguno decía una palabra, solo se miraban de reojo, como actuar ahora?, era tan extraño para el moreno tener una pareja fija al fin.
Seto decidió tomar la mano de su despistado cachorro, sin despegar la mirada del camino, Joey se sorprendió pero solo se aferro al agarre, se sintió muy feliz.
En pocos minutos llegaron a la mansión.
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Dentro de la Mansión el moreno no perdió el tiempo –cachorro vamos a bañarnos- le susurro en la espalda a el rubio, solo se estremeció y asintió, aun no creía que fuera real, -Kaiba?- pregunto dudoso, tenía que salir de dudas, -Que pasa?- respondió mientras le acariciaba la mejilla, -De verdad… tu y yo…?-, -Si cachorro, eres mío al fin- le interrumpió el moreno, arrancándole una sonrisa que tenía mucho tiempo que no le lucia una tan radiante como esa.
Joey se emociono mucho y se le lanzo encima besándolo con mucha efusividad, Seto solo lo aferro más a su cuerpo, no quería soltarlo, lo abrazaba para que no se le escapara, pero el sabia que aunque lo soltara no se iba a ir.
Subieron con calma las escaleras al cuarto del moreno donde después de atravesar la puerta comenzaron a rosar los labios con delicadeza como si se estuvieran reconociendo, comprendieron que ya no había nada que temer, Seto no dejaba de ver a los ojos de su cachorro mientras le iba desvistiendo poco a poco, el baño podía esperar, después de haber tirado sus ropas de camino a la cama el moreno recostó a su rubio para poder deleitarse con el cuerpo desnudo, jamás se cansaría del cuerpo de su cachorro.
Paso sus manos por la suave piel, delineando cada marca, unas hechas por él, otras no, pero ya se encargaría de marcar completamente a ese travieso cachorrito, besó nuevamente los labios, jugando con sus lenguas, para después deslizarse por su barbilla, lamiéndola y mordisqueándola, el cuello del rubio se veía tentador, tampoco perdió tiempo en degustarlo, Joey por su parte mordía los hombros del moreno, paseaba sus manos por la espalda bajando hasta acariciar el trasero de Seto con miedo de molestarlo con la acción, pero el moreno solo gimió, así que siguió paseando sus manos hacia abajo y volvía a subir suavemente.
-cachorro, tengo tantas ganas de hacerte el amor- le susurraba mientras tallaba su cadera contra la de Joey, -pero es mejor… esperar- completaba mordiendo el lóbulo de la oreja del rubio, Seto sabia que el cuerpo del rubio estaba un poco resentido por el encuentro anterior y lo que menos quería era lastimarlo como siempre lograba hacerlo.
-está bien, sigue, tengo igual o más ganas de estar contigo- le respondió con una sonrisa, -te quiero cachorro- así que solo lo jalo entre sus brazos para besarlo una y otra vez,– yo también- respondió Joey lamiendo la mejilla del moreno.
Hundió su rostro en el cuello del cachorro durante unos segundos para después comenzar a pasear su nariz olfateándolo y después pasear su lengua, ensalivando y chupando cuanta piel tuviera al alcance, Joey disfrutaba de cada caricia, el también pasaba sus manos por donde pudiera, enredo sus dedos en la cabellera del moreno para jalarlo y besarlo nuevamente, esos labios eran deliciosos, eran su adicción, desde que los había probado había deseado estar así, besándolos para siempre.
Lamio y chupo la lengua de su cachorro con muchas ansias, una y otra vez, su sabor le era delicioso, fue bajando por el cuello, por su abdomen para juguetear con su ombligo, y finalmente cometer una locura, tomo la erección del rubio entre sus manos para después cerrar sus ojos y dar una larga lamida por toda la extensión de esta.
-ah, no tienes…que forzarte- le decía entre jadeos, jalando sus cabellos para separarlo de él, pero el moreno lo le hizo caso alguno, y siguió lamiendo y chupando, como en su primer sueño húmedo con el “werito”, quizás fue un dejavu, pero se veía a sí mismo como en aquel entonces, chupando como si tuviera practica de años.
Ver gemir a su cachorro lo ponía a mil, y siguió estimulándolo con su boca, estaba tan excitado que no le importaba el final, no le importaba que Joey terminara en su boca, quería probar todo de él, metió un dedo en la entrada del rubio para estimular su próstata, jugó un par de segundos con sus dedos y su boca en el miembro, cuando sintió como empezó a palpitar en su boca a medida que era llenada por un liquido caliente, que le inundo sus sentidos, dudo en tragarlo, pero finalmente termino por escupirlo sobre la entrada del rubio.
-Cachorro… abre mas las piernas- Joey obedeció casi sin sentido, eso había sido demasiado placentero para él, hasta el momento que Kaiba había metido su miembro en el nuevamente.
Kaiba comenzó a arremeter contra el cuerpo del rubio que se aferraba a sus hombros y le gemía al oído, Kaiba ya no sabía por dónde tocar, quería comérselo, quería todo de su cachorro, lo mordía, lo besaba, le susurraba cosas sin sentido, le decía cosas sucias, hasta que por fin terminaron en un orgasmo tan delicioso, no solo fue físico si no también sentimental, sentían sus pechos explotar, cansados, sudados y felices por que por fin habían hecho el amor.
Si! Por fin así se podía decir, hacer el amor!, no solo un acostón, por primera vez los dos se entregaron completamente, sintiendo esa emoción en sus pechos, esa presión que les hacia estremecerse, sentir un cosquilleo por todo el cuerpo que los hacía disfrutar aun mas de el momento, Seto jugueteo con su cachorrito después de terminar para al fin quedar profundamente dormidos, abrazando a la persona que mas querían en ese momento.
El miedo de despertar y que cada quien tuviera que tomar rumbos distintos había desaparecido, tenían mucho tiempo de sobra para estar juntos y hacer el amor como locos, para conocer todo sobre el otr , pero todo hay que tomarlo con calma, y sin duda lo disfrutarían, Seto tendría tiempo para demostrarle a ese cachorro de ojos de miel que él no era ningún frígido, se lo recordaría siempre, hasta que el tiempo les permitiera estar juntos.
A la mañana siguiente despertaron muy felices, entre besos y caricias y lo primero que hicieron fue decirle a Mokuba que desde ayer por fin el cachorro aceptor ser de su propiedad, El niño solo sonrió y los felicito muy feliz, estaba tan contento por su hermano, que por fin se tomara su tiempo para ser un adolecente normal y de que su mejor amigo sea el que hiciera feliz a su hermano.
Definitivamente Joey disfrutaría estar con los hermanos Kaiba lo que el tiempo le permitiera, todos esperaban que fuera mucho tiempo, demasiado, aun después de la muerte, quizás unas 5 vidas mas, pero eso no importa, ahora podrán ser felices de verdad.
FIN!