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Extraño Amor por LINKAMOON

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Notas del capitulo:

Cuando una palabra puede tener mas valor que la vida misma, cuando por una mirada darías todo lo que poses y cuanto eres.

Era una de las calles mas solas de Londres, pocos se aventuraban a ir a ese lugar pero quien lo hacia podía encontrar los mas bastos placeres a su disposición, claro siempre y cuando tuviera  lo suficiente para pagarlos, este era el único antro de vicio y mala reputación que el heredero de la poderosa familia Potter podía tener marca en su expediente, no dudaba en viajar varios kilómetros solamente para llegar a ese lugar.

 

Y como no aventurarse a ir, siendo que gozaba de una vida sin el menos cambio, su familia era capaz de destruir a que lo ofendiera, a pesar de que nunca había recibido cariños o siquiera una sola caricia de sus pares, el no lo necesitaba, había manejado todo con el poder del dinero, todos tenían un precio, camino desganado hasta la desvencijada puerta de dicho lugar como una sombra solitaria, no le preocupaba que alguien lo viera, solo quería encontrarse con aquello que lo esperaba al otro lado de la puerta.

 

El nido de las serpientes, ese era el nombre del lugar que se había apoderado de los mas íntimos deseos del chico, era atendido por un hombre de edad media, al que todos se referían como el príncipe mestizo, jamás dejaba ver su rostro que cubría con una antifaz oscuro de terciopelo negro, era él la única persona que había conocido capas de encontrar lo que haría su vida menos monótona, estrecho su mano sin mencionar palabra, que podría decir a un hombre capaz de haber encatrado lo que mas deseaba en la vida.

 

En el interior del recinto podía ser satisfecha cualquier tipo de fantasía, no importando su índole, camino por el lugar rumbo al objeto de sus deseos cuando vino a su mente como fue por primera vez ir a ese lugar, hacia algunos meses un amigo del colegio le hablo de aquel sitio, había ido muy a regañadientes sabiendo que no había nada en el mundo que él pudiera desear, al llegar se encontró con una serie de pasajes donde se dividían los diferentes placeres, como si del infierno dantesco se tratara marcho con su amigo hasta lo mas profundo de aquí lugar, el hombre ya lo esperaba con varias de sus chicas y chicos mas atractivos, pero estos no despertaron el mínimo interés en el moreno mientras su amigo se moría por probar cualquiera de eso bellos cuerpos.

 

-Harry Potter… es sin duda una elección fácil encontrar algo para tu aburrida vida- el misterioso caballero camino a su alrededor prestando atención en cada detalle de la altiva y arrogante figura del millonario heredero.

 

-Eso cree?, tengo una vida perfecta, no hay nada que yo no pueda comprar y con mi matrimonio ya está pactado no tengo la necesidad de buscar con quien divertirme en placeres tan vanos, dudo que pueda encontrar algo que yo dese, así que esto es mera… como decirlo?, diversión, eso si es que encuentro algo que me guste…- la arrogancia le salía por los poros al no dejar que aquel hombre se mofara de lo fácil que podría ser descubrir algo que hiciera su vida interesante.

 

-Es que ahí no eres tui el que decide, déjame verte un momento…- se alejo del chico viendo sus intensas orbes cuando una sonrisa de lado, se dibujo en el- si… tengo justamente lo que necesitas…-

 

De entre sus ropas saco una llave plateada y depositándola en las manos del chico le indico que fuera a la habitación mas apartada del lugar, algo aburrido por el juego y con desconfianza camino inseguro hasta toparse con una puerta con la insignia de un dragón, estaba cerrada con un fuerte candado que cedió ante la llave, al entrar se encontró con un lugar muy distinguido, lleno de almohadones y cojines, finas cortinas de seda verde y una enorme cama de sabanas oscuras, pero no había nadie ahí, inspecciono el lugar detenidamente hasta llegar a un elemento externo en ese lugar.

 

Era una caja no mas grande de un metro y medio unas pequeñas rendijas dejaban escuchar la débil respiración de algún ser, busco la puerta hasta toparse con otro candado que mantenía a criatura cautiva, pensó en desistir pero unos finos dedos de piel pálida salieron tocando apenas la mano del moreno, este sintió como si su corazón se oprimiera, quien podía ser tan inhumano como para encerrar de aquella manera a una persona, al liberar el seguro, un delicado cuerpo salió a gatas de aquella extraña prisión, su cabellera alborotada causa sobre su rostro, era de un color tan claro como en la vida había visto el chico.

 

El cuerpo delicado y la piel pálida como una muñeca de porcelana, vestía con un diminuto short blanco y una camisa de satín al mismo tono completamente desabotonada, en su cuello un collar de cuero negro, era una visión que dejo sin aliento al moreno, parecía casi irreal un ser así, al alejarse de la caja el chico que había salido se puso en pie haciendo una pequeña reverencia, los ojos verdes examinaron cada detalle de de esa perfecta anatomía.

 

 Unas piernas largas y pálidas, torneadas de una forma exquisita, esas estrechas caderas que apenas escondían sus partes intimas tras esa diminuta prenda, su vientre plano y en el ombligo una perforación, una serpiente era lo que adornaba ese hermoso cuerpo, su pecho pálido  que se movía al compas de una sutil respiración, sus pezones rosados que lo invitaban a probarlos, los brazos eran finos apenas marcados en la prenda superior, su delicado cuello resaltado por lo oscuro del collar y un rostro realmente angelical ajeno a cualquier imperfección que pudiera existir, labios carnosos y rosados, pero lo que mas llamo su atención fue una cinta plateada que cubría sus ojos, haciéndolos inaccesibles para él.

 

Camino con paso firme mientras que la frágil criatura se mantenía inerte, acaricio un momento su rostro deleitándose con el calor de esta, su deliciosa suavidad, toco el cabello con cuidado disfrutando de su textura, del aroma tan sensual que despedía el chico cuando llevo sus manos a aquello que impedía que viera sus ojos.

 

-Señor Potter… me temo que no puede retirar esa prenda,- el mayor había interferido de una manera tan rotunda que el chico no disimulo su molestia- el es la joya mas precia de este lugar, mi serpiente mas valiosa y sin duda alguna no podría dejarlo al azar en manos de cualquiera-

 

-Pagare lo que pida…- era la frase que jamás había fallado en cualquiera de esos lugares- pero quiero ver sus ojos- volvió a posar la mirada en el rostro del albino.

 

-No, me temo que las cosas no funcionan así señor Potter, este lugar esta depuesto a cumplir fantasías no caprichos, para que usted pueda hacer algo, no sé lo que su perversa mente quiera con él, tendrá que seguir cuatro reglas muy sencillas-

 

-Tanto para una simple prostituta….- se mostro fastidiado pero escucho una pequeña exhalación de enfado de parte del platinado.

 

-Eh ahí la primera señor Potter…- tomo la mano de su jema y este empezó a caminar en dirección a Harry- 1: no podrá ofender de ni una manera al chico- este paso de largo sin dejar que el cliente lo tocara- 2: Jamás deberá pedirle algo que sea fuera de este lugar, el no debe salir de esta habitación jamás o me veré en la necesidad de mandarlo muy lejos de este lugar-

 

Por fin el chico había entrado una vez mas a la caja esperando algo, Harry no había podido despegar la mirada de ese cuerpo a pesar de prestar atención cada palabra del mayor, sabía que lo quería y pagaría lo que fuera por tenerlo no importando el costo, hacia demasiados años que no había sentido esa ansiedad por tener algo, deseaba poder tocarlo, como si ese leve contacto pudiera calmar el deseo que había despertado en el.

 

-3: Nunca pero en verdad nunca debe pedir que hable, el no articulara palabras, no por ello será un chico que no pueda realizar otro tipo de sonidos… y 4: no debe retirar la venda de sus ojos, las dos últimas son las mas importantes de todas las reglas, si es capaz de llevarlas a cabo el podrá ser suyo-

 

-Hecho- ni siquiera se había tomado un segundo para pensar las reglas o por que debían ser así llevadas.

 

-Firme esto y los dejare solos…-

 

El chico reviso el contrato donde se reiteraba una y otra vez que debía seguir las reglas, el pago era de alta consideración, pero nada mas allá de lo que había hecho por un simple capricho, firmo casi sacando al hombre de la habitación, su orgullo maldecía haber tenido que firmar considerando lo que había dicho cundo conoció al hombre, se acerco al pálido chico extendiendo su mano.

 

-Ven… acércate…- mirar la sonrisa del albino al escuchar su voz causo que el también sonriera.

 

El delicado toque de la mano causo un escalofrió que paso por toda la espina dorsal del ojiverde, al sentirlo aferro junto a su cuerpo el de su nuevo amante ocasional, se sentía como un niño con juguete nuevo, el platinado acerco sus rostro al de su comprador con timidez, dejando que este se deleitara con su presencia, era una actitud tan sumisa y complaciente que el mismo Potter deseaba poder cambiar, acaricio su cabellera apoderándose de ella, roso con son sus labios un momento las mejillas del chico para apoderarse de su boca, era un beso demandante.

 

Al separase pudo notar que había causado un poco de daño en el platinado pero este no se quejo, solo se mantuvo complaciente, tomo al moreno de la mano para conducirlo a la cama, la camisa blanca ya solo se mantenía en sus muñecas dejándola a disposición de su amante, al subir a la cama se podía ver un contraste perfecto, la oscuridad del lugar con la palidez de la piel que había hechizado a Harry.

 

Este gateo sobre la cama hasta quedar sobre el cuerpo del silencioso juguete, podía sentir como temblaba con los leves roces que hacia la ropa del ojiverde con su piel casi desnuda, Potter sabía bien lo deseado que era por mucha gente, era un verdadero gigoló y ese niño no se daba cuenta, se despojo con toda prisa del saco y la camisa que hasta ahora había compuesto la parte superior de su atuendo, quería sentir las manos de su mascota en el.

 

-Como desearía escuchar tu nombre… pero como yo te he comprado te llamare como mejor me plazca…-

 

Con fuerza fue alejado, parecía que se había ofendido ante la insinuación de la compra, lamentado su error, el moreno beso sus piernas, subiendo con sensuales caricias hasta la cadera del chico donde lo despojo de su única prenda, no podía negar que era demasiado perfecto para ser real, debía ser una de las criaturas mas sexys que había conocido, una verdadera escultura hecha a mano.

 

Lamio con lujuria el miembro del albino despertándolo, acariciaba sus testículos tirando de ellos con fuerza, besaba el vientre hasta dejar marcas en el, mordía el interior de los músculos, pronto su mano se apodero del miembro del platinado acariciándolo y aumentaba el ritmo a cada instante, este mordía sus labios tratando de contener el extraño placer que sentía, abría lo más posible sus piernas dándole libre acceso al millonario, esa imagen daba una perfecta vista del pasaje  del chico, este se abría y cerraba conforme las caricias se volvían mas salvajes.

 

-Estoy seguro que estas acostumbrado a que te posean salvajemente… no me gusta tardar en esto, después de todo…-

 

Se alejo del frágil cuerpo para despojarse de toda prenda, había estado con muchos como él, necesitaba llenar esa necesidad de sentir su interior y poder reclamarlo como suyo, dejar su esencia dentro de ese estrecho conducto y mas que nada, deseaba hacerlo gemir, quería que las paredes se inundaran de esa desconocida voz que poseía.

 

Volteo bruscamente el cuerpo del chico teniendo completo acceso a su ano, se relamió al verlo en una posición tan sumisa y dando rienda suelta a sus deseos lamio con desesperación ese estrecho anillo de carne, un primer gemido salió apenas audible, las pálidas manos se aferraron a la oscura tela cuando la lengua del moreno atravesó su cuerpo, era una sensación que hiso temblar las piernas del rubio, pero nada pudo hacer para acallar los gemidos que causo la invasión de dos falanges, era algo incomodo, podía sentir dolor a causa de lo poco amable de sus movimientos.

 

-Estoy seguro que esto te fascina, sin duda el príncipe te a de ver entrenado personalmente, eres lo mas deliciosos que he visto… muéstrame que tan experimentado estas…-

 

Con el lívido al límite estaba decidido a entrar en él, miro por la habitación hasta encontrar algo que le sirviera de lubricante, un aceite de jazmines había sido lo ideal, lubrico sin mucho cuidado el pasaje del platinado y sus miembro, lo giro una vez mas para poder ver como contraía su rostro, quería verlo suplicar por mas, de una sola estocada entro en el haciéndose un poco de daño ante la estreches del chico, este había soltado un grito de dolor y un irremediable temblor se apodero de su cuerpo, trataba de obtener aire inútil mente, cuando el moreno se tomo un momento para recuperarse sintió algo húmedo que emanaba del interior del chico.

 

-Eres virgen…-

 

La sangre manchaba las blancas nalgas del chico y el miembro del moreno, el chico jamás había sido tocado por nadie, había permanecido inmaculado hasta que él había decidido estúpidamente desgarrarlo, salió de este con cuidado buscando no causarle mas daño, un leve sollozo salió d e los rosados labios, pero seguía sin moverse, como esperando a que continuara.

 

-No pensé que tu…- sin saber porque le preocupaba se alejo del chico sentándose en el borde de la cama.

 

El albino al sentirlo se levanto con dificultad, no podía ocultar el dolor que había sentido y que aun taladraba su interior, al sentir el cálido cuerpo del ojiverde se acerco hasta estar parado frente a él, Harry se sonrojo al ver el hilo de sangre que manchaba las pálidas piernas, sin dudarlo el rubio busco sus miembro acariciándolo, la sorpresa había causado que su erección bajara pero no mucho al ver ese cuerpo celestial frente a él, tomando aire se empalo una vez mas en el miembro del millonario.

 

-Te harás daño… basta-

 

Quería detenerlo pero su interior ahora lubricado por la sangre le daba un acceso un poco mas fácil que en la primera ocasión, realmente era una tortura para el platinado, podía sentir su carne palpitando de dolor mientras el miembro se abría paso, una vez sentado sobre este paro un segundo relajándose, beso dulcemente a Potter incitándolo a que continuara, él sabía bien lo que debía hacer, había visto innumerables veces a sus compañeros de oficio practicándolo con los clientes, escondido entre las paredes de ese lugar.

 

El moreno no dejaba de acariciar la fina espalda hasta bajar a las redondas nalgas del chico, nunca antes había sentido un placer tal, respondía mas fogosamente a esos besos queriendo hacerse dueño real de ese chico, un leve movimiento de cadera hiso que se animara a empezar las embestidas, los gemidos del platinado empezaron a ser fuertes y llenos de lujuria, sentía como ese caliente trozo de carne se movía en su interior, una estocada especialmente fuerte llego aun punto que lo hiso gritar de placer mientras enterraba las finas uñas en los hombros del ojiverde, este gime ante el placer del pequeño dolor que le causa el acto, toma la cara del rubio robándole el aliento en un apasionado beso.

 

-Eres un ángel… eres mi ángel… como te deseo…-

 

Tomando con fuerza las caderas del chico aumento las embestidas dando en cada ocasión en el punto más sensible de la anatomía de este, el placer invadía ambos cuerpos haciéndolos temblar de deseo, unos minutos de completa pasión y el clímax invadió sus cuerpos, un sórdido gemido proveniente del albino y las convulsiones que daban sus paredes internas estrangulando el miembro invasor marcaron el primer orgasmos siendo seguido por el del mimo moreno.

 

Potter se dejo caer en la cama atrayendo el cuerpo de su amante, este apenas se recuperaba de el infinito placer que le había proporcionado, beso con cuidado el cuello, la barbilla hasta apoderarse de los labios del moreno, con cuidado se levanto y caminando lentamente volvió a la caja cerrando la puerta, desconcertado el millonario vio como el chico se refugiaba en ese diminuto lugar.

 

No podía disimular una sonrisa de satisfacción al recordar una y otra vez la belleza de aquel momento, siempre había regresado, no podía menos que agradecer a ese amigo que lo había traído hasta el lugar mas delicioso de la tierra, los brazos de ese hermoso albino, pero habían pasado los mese una y otra vez sus relaciones terminaban igual, jamás había logrado que se quedara junto a él, pasando el resto de la noche, además de aun ignorar el color de su ojos.

 

Al llegar a la habitación se encontró con la sorpresa de que el rubio estaba acostado en la cama, como esperando a su amante, deseoso de compartir los momentos mas apasionados, esto había dejado de ser un simple juego, hacia demasiado tiempo que lo que se obtenía ahí era el vender el cuerpo del rubio, era mas allá de algo que el moreno pudiera controlar.

 

Tendré que marcharme pronto… ángel…- se acomodo en la cama esperando a sentir los brazos que se apoderaban de su espalda, sentía los besos del chico en su cuello- iré a la universidad de Oxford y no podre seguir viniendo tan seguido… sé que no es muy lejos pero mi familia espera que yo…-

 

Sintió como tembló el chico al saber que no podrían seguir juntos, un dulce beso fue el intento del moreno en consolarlo, su corazón se estremecía al imaginarse sin su bello platinado, esa noche lo tomo como nunca, lleno de miedo al poder perderlo, quería poder llevarlo de ahí, lejos de ese ambiente y poder decir a los cuatro vientos lo mucho que amaba a ese ángel silencioso, que había perdido la cordura y se había enamorado de alguien que vendía su cuerpo, pero sabía que tal vez muy en el fondo este también sentía lo mismo.

 

-Por favor, permanece conmigo, solo esta noche, te lo suplico ángel…- una lagrima corrió por la mejilla del moreno.

 

El chico se acomodo sobre el pecho de su amante, al sentir la cinta que cubría los ojos del platinado pudo notarla húmeda, también el lloraba por su separación, pero debía mantener la regla, no debía sacarlo de ahí, lo abrazo posesivamente y en un ambiente de completa melancolía compartieron lo que sería su última noche juntos.

 

 

 

***********Universidad De Oxford, Principios De Septiembre*************

 

 

 

Por fin había llegado a la universidad alma mater de su familia, tan lejos de su amado chico, camino ignorando a los alumnos que lo reconocían y buscaban de cualquier manera congraciarse con él, nada valía mas, ni siquiera la presencia de su prometida, una chica pelirroja que en varias ocasiones había reclamado su falta de intención, que podría verle a ella si se había encontrado con el mas bello ángel en la tierra.

 

Los primeros días no había tenido mucho tiempo para lamentarse debido a las innumerables tareas que le exigía el lugar, sus tardes no eran menos tranquilas escuchando el incesante parloteo de la que sería su esposa, ya para este momento dudaba mucho poder consumar el matrimonio siendo que su mente solo podía pensar en una persona, tan absorto en sus pensamientos estaba que no noto al chico que caminaba rumbo a él, el choque poco afecto al bien formado cuerpo del moreno pero el otro dio directo al suelo tirando todas sus cosa.

 

-Qué no te fijas!?,- casi como amenaza la chica pateo uno de los libros del alumno-  Harry amor estas bien?-

 

El ojiverde apenas reacciono cuando siento el golpe, al mirar al suelo se encontró con unas pálidas manos que buscaban recoger las cosas sin mencionar palabra, enseguida se dispuso a ayudarlo, esa una persona delicada y con la cabellera perfectamente peinada, pero de un color casi plateado, al encontrarse sus rostros pudo ver esos rosados labios y unos hermosos ojos color tormenta, conocía esa dulce sonrisa que le dio el rubio como saludo.

 

-Hola Harry… soy Draco-

 

L a voz sonó como el coro mas bello de ángeles, a pesar de vestir con un oscuro traje negro, podía sentir ese olor único que lo caracterizaba, su presencia tan calmada y sin poder contenerse beso con amor los labios que le habían robado el corazón, su ángel había ido a buscarlo.

Notas finales:

Hola! Fue una pequeña idea que me surgió y dije porque no?, un fic cortito que se me antojo escribir antes de seguir con mis otras historias, espero me puedan regalar un comentario y a ver si por ahí surgen mas chiquitos como este, miren que a mí me cuesta mucho no hacer un montón de capítulos Jejé, bueno grax por leerlo y hasta pronto!


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