CAPITULO 2. I got a feeling
El segundo año en Hogwarts, pasaba igual de rápido que el primero, o al menos eso era lo que Albus sentía. Los momentos que pasaba en el colegio y especialmente con el rubio de ojos grises, parecían tan pocos. Siempre tratando de que su mejor amigo no se diera cuenta de su reciente dependencia a él, pues no le veía nada de raro, pero los demás Slytherins no les agradaba verlos muy juntos. Sus amigos de la casa no comentaban al respecto, lo veían como algo común en ellos pero a veces Al sentía que lo miraban raro.
James paró de fastidiar en cuanto a la casa en la que su hermano menor se encontraba, pero las bromas se intensificaron, no eran peligrosas solamente diversión, pero a los demás Slytherins si les hacía algunas bastante pesadas. En respuesta Al y Scorpius las regresaban de igual o mayor fuerza hacía el hijo mayor de los Potter y su pandilla de lerdos, como los llamaba el chico Malfoy. Los profesores ni enterados, aunque si el hechizo era difícil de arreglar iban con Ted a que los ayudará, ya que Ted Lupin era profesor desde ese año y no hacía muchas preguntaba, aunque los hermanos Potter sabían que su profesor quería saber todos los detalles, para diversión propia. Muchos pensaban que el profesor Lupin era demasiado joven para el puesto, pero eso no quitaba que Teddy no fuera bueno, según Harry, su ahijado era igual a Remus Lupin, un gran profesor.
El joven Lupin y el hijo mayor de los Potter siempre habían sido muy buenos amigos, se contaban todo y hablaban sobre chicas, claro que al niño de ojos verdes no le interesaba esos temas. Cuando Al tenía oportunidad de hablar con Ted (ya que James no los dejaba ni acercarse), sólo conversaban sobre hechizos, pociones y cosas relacionadas con las Artes Oscuras, a Ted le daba risa, el saber que a Albus le interesaban eses cosas, pues sólo era un niño. El pequeño Potter veía a Lupin como un hermano, pues siempre estaba en su casa, era divertido cuando cambiaba su aspecto, su color de cabello siempre extravagante, las bromas que le hacían a James de vez en cuando, pero este último casi siempre se enojaba cuando su hermano y Ted estaba juntos. Ted anteriormente había tenido una relación con su prima Victorie, terminaron porque ella era alumna y no se podían involucrar profesores y alumnos, aunque Al sabía que esa razón era pura excusa, ellos simplemente ya no se amaban, una de esas veces que Lupin se quedaba en su casa, Al escucho una conversación de él y su hermano mayor, sobre el noviazgo que el primero tenía con Victorie y este le decía a su hermano que ya no podía seguir con la chica puesto que las cosas ya no estaban bien, que lo mejor sería terminar, lo demás no lo escucho porque se acordó de las ganas de ir al baño, después de terminarse su taza de café.
En ese año Scorpius hizo prueba para jugar en el equipo de Quidditch de Slytherin y quedó como buscador, realmente era bueno en el deporte y cuando volaba era una imagen que definitivamente no podías sacar de tu cabeza. Albus en cambio no hacía nada más que leer. Leer es una afición sana y segura, decía el niño Potter cuando Scorpius trato de que el moreno se subiera a una escoba con él. Iba a los partidos de Quidditch solo porque su mejor amigo jugaba, además de que tenía compromiso familiar con James que era cazador y lo hacía muy bien, probablemente algún día fuera nombrado capitán, pero no era lo mismo , el rubio contra su hermano, definitivamente ver a su amigo era mucho mejor.
Rose tampoco jugaba al Quidditch, aunque para ella era interesante ver jugar, era buena haciendo tácticas, porque decía que jugar no era lo suyo, aunque las pocas veces que la vio a jugar le había parecido bastante buena, aunque seguía siendo la mejor estudiando.
Las clases eran aburridas, especialmente Historia de la Magia que seguía dando el profesor Binns, Albus pensaba que si la muerte era así de aburrida tendría que empezar a crear la piedra filosofal para nunca morir. Se le daba muy bien la materia de Transformaciones, y la profesora McGonagall se lamentaba el no tenerlo en Gryffindor. En encantamientos, era bueno no se quejaba, pero el profesor Corner se le quedaba viendo raro, nunca le daba importancia pero a Scorpius le molestaba bastante. Sus clases favoritas eran Pociones, con el profesor Zabinni, era muy divertido, aparte de que se le insinuaba a todos los alumnos y alumnas, el profesor era muy atractivo no cabía duda y era buen amigo del padre de Scorpius, por lo que siempre los ayudaba cuando tenían problemas, pero su actitud divertida cambiaba cuando veía a Rose o incluso se mencionaba la chica, era extraño, pero tampoco le daba mucho interés, pues Rose era Gryffindor y una muy seria. Otra era DCAO, pues Ted era un excelente profesor, divertido, si, pero también trabajador. Y por último era astronomía, a Scorpius de verdad le gustaba, el ojiverde creía entender el porque, puesto que el nombre de su amigo es una constelación. Este último con el tiempo y conforme iba creciendo se volvía más frío y distante hacía los demás, nunca peleaba o atacaba a alguien que le molestará, diciendo cosas de su familia, solo ponía su mirada indiferente y se iba, normalmente se ponía más distante cuando decían cosas molestas sobre su padre. Potter pensaba que si alguien lo molestará a él o su familia le daría un buen golpe o le lanzaría algún hechizo para que tuviera el pico cerrado. Eso era en lo que diferían Scorpius y Al, mientras el rubio era un poco más calmado y frio, el moreno era más impulsivo. El chico Malfoy en el poco tiempo que había pasado en Hogwarts tuvo que aguantar insultos de parte de Gryffindors, inclusive algunos Slytherins, según él no les daba mucha importancia, pero Albus siempre estaba ahí para animarlo.
El segundo año llegó a su fin y otra vez el niño de ojos verdes tuvo que pasar las vacaciones lejos del chico Malfoy. Con lo mismo en su casa, James molestando y Lily emocionada porque al fin el próximo año irían a Hogwarts ella y Hugo, su madre casi no hablaba con él y Harry, pues él ocupado, solo de vez en cuando tenían alguna conversación porque sus conversaciones se veían interrumpidas por las constantes peleas entre sus padres, eran tantas que ya estaba acostumbrado y al final opto por ignorarlos. Era realmente aburrido, incluso monótono estar en su casa, lo único que lo alegraba era que Scorpius le mandaba lechuzas todos los días, con fotos de sus vacaciones, pues el Sr. Malfoy y su hijo se habían ido a Francia, Alemania e Italia de vacaciones y por algunos negocios. Pero lo más curioso es que no iba la madre de Scorpius, pero el niño rubio nunca hablaba sobre ella, así que Al nunca había preguntado o importado ese detalle, hasta ese momento.
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Las vacaciones terminaron “Gracias a Merlín” pensó el pequeño Potter, pronto vería a Scorpius, y Lily y Hugo quedarían en Gryffindor (era lo más seguro) así que no lo molestarían, porque ambos hablaban hasta por los codos, eso era tan molesto, ya que Albus estaba acostumbrado al silencio de su cuarto, oyendo música y leyendo un buen libro. No odiaba a su familia, la respuesta era simple, lo que pasaba por la cabeza de Al era todo un mundo, solo a unas pocas personas realmente dejaba entrar, aparte no era bueno en relacionarse con la gente. Era muy callado y por supuesto es de saber que todos los Weasleys hablaban y nunca paraba. El tercer año comenzó, y el pequeño Potter estaba más que desesperado por ver a su amigo, lo más extraño era que tenía la necesidad de tocar el cabellos del rubio desde que las vacaciones de verano empezaron, aparte de esa necesidad tenía otra, necesitaba ver los ojos grises de Scorpius, ver todas y cada una de las facetas de él, se sentía extraño ante la situación nunca había necesitado ver o tocar a alguien o al mismo Scorpius, esto lo estaba empezando a asustar. Cuando el rubio hablaba Al se sentía como en las nubes, ese extraño sentimiento que le nacía al observar al chico Malfoy, ya sea dormido, haciendo tareas o cuando jugaba al Quidditch. No quería tomarle importancia, pero el sentimiento y lo asustado que lo tenía descubrir sensaciones de esa magnitud, y más por tu amigo, lo empezaban a molestar.
Lily y Hugo quedaron en Gryffindor, como Al suponía. Con las nuevas materias escogidas ese año estaba más ocupado, puesto que había escogido Runas Antiguas y Aritmacia. En cambio Scorpius había escogido Adivinación y Runas Antiguas, así que las clases que no se estaban juntos Albus se sentía un poco solo. Había algunos cambios, menos bromas hacia el hermano mayor de los Potter y un poco de lejanía, pero empezó a cambiar un poco más cuando miles de chicas en días anteriores a San Valentín le pedían citas y salidas para ir a Hogsmead. El chico Malfoy las rechazaba, ya que le comentaba a Al que ninguna le llamaba realmente la atención. En cambio el moreno sabía que solo le pedían salir con él por la fama de su padre y esa fue la razón del rechazo a todas, aparte que ninguna le gustaba, no es que no fueran bonitas, simplemente que no le atraían. James rechazaba a algunas y las que más le gustara, salía con ellas, incluso Ted tenía propuestas, parecía que ese año se empeñaban todas a conquistarlos.
Llegó San Valentín y James al final dijo que iba a salir con una chica de Hufflepuff, Scorp no salió con nadie, así que Albus tampoco. Ese mismo día se lo pasaron en su habitación en las mazmorras de Slytherin, con amigos, entre ellos las gemelas Storni, Vittoria y Angélica las únicas chicas que no les pidieron alguna cita, además de que no tenían muchas amigas, pero si tenían un montón de amigos, muchas chicas de Hogwarts las miraban mal pues tenían un concepto de ellas no muy bueno, al estar siempre con hombres, sería mentira decir que no eran bonitas, además a Scorpius y Al les caían muy bien. La “reunión” que hicieron los de Slytherin en las habitaciones fue tan genial, solo amigos nada de parejitas tontas y sus cursilerías, se la pasaron comiendo chocolates, dulces y alguna que otra chuchería, con jugo de calabaza y para Al, café de contrabando de las cocinas. Definitivamente para el moreno fue uno de los mejores San Valentín que él haya tenido, pues festejar con los amigos era fantástico, pero especialmente estar con el rubio era lo mejor. Muchas veces Al deseaba que todo siguiera igual, pero también pensaba que tenía que hacerse a la idea de que no todo lo que deseas, lo tienes.
El final del tercer año se acercaba cada vez más, exámenes, trabajos, era un caos, pero Al se tranquilizaba yendo al aya cerca del lago a leer, pensar un poco y liberar el estrés, había ocasiones en que el rubio lo acompañaba y se que daba dormido en el regazo del ojiverde, este estaba más que encantado, poder tocar el rubio cabello, observarlo dormido, era una imagen como para tomarle una fotografía y eso precisamente trato de hacer muchas veces el moreno, pero la cámara hacía demasiado ruido o él se movía mucho y despertaba al ojigris. Una nueva afición del chico Potter era tomar fotografías, lo había descubierto hace poco, la navidad de su tercer año en Hogwarts sus padres le habían regalado una cámara que él ni siquiera había pedido, no sabía por qué su padre se la había enviado, pero la verdad era que ya no se podía separar de su cámara. Era cierto que al principio no la usaba, hasta que un día el chico Malfoy esculco su baúl y la encontró ahí arrumbada, la cogió y comenzó a tomar fotos, desde ese entonces al niño de las esmeraldas le gusto la fotografía, le tomaba fotos a sus amigos y a ellos les encantaba, como eran Slytherins y todos saben que ellos son tan vanidosos y les gusta llamar la atención no les molestaba en lo absoluto. También les tomaba fotos a las gemelas, de hecho Vittoria la menor, lo motivaba a tomar cualquier cosa hasta una almohada o su desayuno, ya que ella mientras se aburría en clase dibujaba cualquier cosa o persona, a veces hacía retratos. Claro que las fotos que más le gustaba tomar a Albus eran las de Scorpius, pues este le encantaba que su amigo le tomara fotos, porque decía que Potter lo hacía ver más sexy, ante esto todo se reían, menos el fotógrafo ya que le daba pena.
Las vacaciones empezaron y el pequeño Potter a la hora de estar en su casa ya quería regresar a Hogwarts, algo le preocupaba, James no había llegado a molestar y a hacerle cuantas bromas se le haya ocurrido como de costumbre. Lily hablaba con su madre mientras hacía la cena y su padre quería hablar con él en su habitación.
-Al, ¿Cómo te fue este año en Hogwarts? – pregunto Harry sentándose en la cama de su hijo, mientras este estaba acostado en ella.
-Bien
-¿Solo bien? – pregunto su padre de manera insistente.
-Si
-Vamos Al, tiene que decir algo más, sabes yo no creo que sea mal que estés en Slytherin, de hecho me parece bien, mientras tus amigos no te hagan algo o te traten mal todo esta bien. Mira tu madre tal vez no le guste que hables de tu casa porque bueno… no sé, pero yo quiero saber más de ti.
-Claro, papá eres un Gryffindor, y es bien sabido lo que los Gryffindors piensan, no quiero molestarte con platicas Slytherin, porque no mejor te vas a hablar con James, esta raro desde hace un buen tiempo.
-Albus- dijo seriamente Harry – no me voy a ir, después voy y habló con tu hermano – dijo mirándolo fijamente.
-Has lo que quieras – dijo Al en tono resignado – ¿De que quieres hablar?
-Ya te lo dije
-Bien, ya te respondí – contestó de mala gana pero vio la mirada que su padre tenía y decidió contestar en tono más apropiado – Bueno… este…realmente me gusto la cámara – dijo con una sonrisa en su rostro – y ya revele las fotos, ¿Quieres verlas?
-Por supuesto – contestó su padre con una sonrisa.
Al busco en su baúl las fotos que había tomado y se las mostró a su padre. Este mientras las veía hacia algunos comentarios.
-Jajaja… en esta se ven bastante graciosos tus amigos, ¿Son tus amigos no?
-Si papá, esa fue tomada después de una pequeña broma.
-Esta bien, seguiré viendo- pasaba las fotos y las veía – tienes muchas fotos de Scorpius y unas gemelas.
-Si bueno, Scorpius es mi mejor amigo y sale muy bien en las fotos y las gemelas son grandes modelos, aparte la menor Vittoria es muy buena pintando y dibujando, toda una artista, deja te muestro un retrato que hizo de mí – y así Al se paro de la cama y busco otra vez en su baúl el retrato a carboncillo que Vittoria le había hecho - ¿Qué te parece? Verdad que es buena.
-Realmente lo dibujo una niña de 13 años, wow... tiene talento, aparte son unas niñas muy bonitas, ¿Alguna te gusta?
-No papá son mis amigas, aunque no puedo negar que son bonitas, pero algo raras, están en Slytherin y les encantan las cosas muggles. Ya sabes lo que dicen de los Slytherin que odiamos todo lo que no sea del Mundo Mágico.
-Eso es muy raro en un Slytherin, pero no creo que sea algo malo.
-Será su parte Italiana, además son familiares del profesor Zabinni, imagínate lo extrañas que son.
-Jeje… por lo que me han contado de Zabinni, ultimamente es bastante… mmm… como decirlo… no Slytherin, bueno ¿Quién sabe?
-No te imaginas cuanto.
-Tienes fotos de Malfoy, ¿Por qué? – dijo el padre extrañado de que su hijo tuviera fotos de quien en el pasado había sido su enemigo, ahora no sabía que era.
-Ah, bueno… yo…es que un día el Sr. Malfoy fue a ver un partido de Quidditch y no me pude resistir, vamos papá el Sr. Malfoy es demasiado atractivo, tenía que tomarle unas cuantas fotos y él no se negó, no pienses mal, es sólo que juntos Scorp y su padre se ven muy bien.
-Claro, esta bien… nunca pensé que Malfoy se veía tan bien, ha cambiado, de hecho sonriendo se ve más atractivo que con su cara de indiferencia.
-¿Verdad? Pero aún así, creo que Scorpius es más hermoso sonriendo – respondió con una gran sonrisa ante la mención de su amigo, era una sonrisa de lo más extraña parecía que estaba en las nubes, Albus se dio cuenta y pronto cambio su expresión antes de que su padre la pudiera ver, pero cuando vio a su padre, este no lo estaba mirando a él si no a la foto de Draco Malfoy.
-Es más joven – dijo y cambio dejo de mirar la foto y cambio a otra – Mira tienes fotos de James jugando al Quidditch, se ven muy bien, ¿me las puedo quedar? a tu madre le encantaran.
-Si, por su puesto.
-Sabes realmente creo que tienes mucho talento para esto.
-Acabo de comenzar, como en Hogwarts no puedes hacer mucho si no juegas Quidditch o perteneces a algún grupo. Así que creo que me dedicaré a esto por un buen tiempo o mientras Vittoria me siga animando/obligando jaja…
-Eso es bueno – dijo con una gran sonrisa dirigida a su hijo – ya me voy tengo que ayudarle a tu madre a hacer la cena – dijo Harry ya en la puerta, ya iba salir cuando se detuvo – Y Albus sigue tomando fotografías, realmente eres bueno – Dijo por ultimo Harry y salió del cuarto.
Hablar con su padre siempre era bueno, parecía como si de verdad lo entendiera, platicaban sobre cualquier cosa y Al se tranquilizaba, en cambio cuando hablaba con su madre se alteraba, con James podía hablar pero después de 10 bromas y con Lily a veces era un fastidio hablar.
Las vacaciones eran extrañas, sin que su hermano hiciera sus acostumbradas actividades parecía tan silencioso, en veces Al pensaba que era como decían “La calma antes de la tormenta”, quizás James estuviera planeado algo grande, no lo sabía pero lo estaba hartando. Tal vez Ted que vendría a pasar por un tiempo en su casa las vacaciones lo sacaba a su hermano de ese estado depresivo. Cuando Teddy llegó, todo se alegraron, especialmente Harry pues quería saber como estaba su ahijado, ya que como era profesor en Hogwarts no se podían ver mucho y también porque estaba preocupado por él.
-Hola padrino ¿Cómo están todos? – dijo Ted en cuanto llegó y Harry lo recibió.
-Bien, ¿Cómo estas tu? – dijo Potter al momento de abrazar a su ahijado y a la vez muy alegre de verlo.
-Bien no me quejo, mucho trabajo, pero no es nada contra lo que no pueda – contestó mientras ambos hombres se separaban del abrazo de bienvenida.
-Eso es bueno de oír, ¿Quieres cenar?
-Me gustaría mucho, padrino, tengo mucha hambre.
-Bien, déjame llamar a los chicos, si quieres pasa al comedor, ahí esta Ginny.
-Claro, Harry.
El auror subió las escaleras para avisar a sus hijos, fue al cuarto de Lily que era el más cercano en el segundo piso.
-Lily, hija – Dijo Harry tocando a la puerta – baja a cenar, ya llegó Teddy.
-Ya voy papá – grito la niña dentro de su cuarto y abriendo la puerta, cuando salió vio que si papá iba al tercer piso donde se encontraban los cuartos de James y Al, aparte del cuarto de invitados que prácticamente era el de Teddy y bajo por las escaleras hacia el comedor.
Harry iba hacia el cuarto de su hijo mayor, cuando vio que la puerta del cuarto de Albus estaba medio abierta y en ella estaban sus hijos hablando muy misteriosamente.
- Al no se que hacer – Harry reconoció la voz de su hijo mayor.
-Pues ni siquiera me has dicho que hiciste. Además yo también tengo problemas – dijo Al un poco fastidiado porque James había interrumpido su lectura. “Ya no sé ni siquiera que sentir con lo que me esta pasando y viene este a que le de un consejo. Nunca me había pasado pero de solo pensarlo me temo que no puedo seguir escondiéndolo, me da miedo. Según Vittoria es algo totalmente normal, pero para que ella lo diga de seguro no tiene nada de normal, ya no sé que pensar”. Se dijo así mismo el pequeño de ojos esmeralda.
-¿Que voy a hacer? Me siento raro – empezó James, pero al ver la cara de su hermano muy fastidiado decidió mejor decir todo de una vez – ya ves que te dije que el día de San Valentín iba a salir con una Hufflepuff, pues la verdad es que no salí con ella, y… me fui con un tipo de Ravenclaw – paró el mayor esperando que Albus dijera algo pero las palabras de su hermano nunca llegaron – vamos Al que creo que tuve una cita con un hombre. Nunca me había puesto a pensar si alguna vez me iban a gustar los hombres y lo peor fue que me gusto salir con él y decidimos volver a vernos, y bueno yo… yo… lo
-¿Lo besaste?
-Si, aunque creo que también me pasé un poco, no fueron solo besos.
-¿Lo…lo hiciste con él? – preguntó realmente sorprendido.
-No, pero lo toque un poco, de hecho más de lo que debía, era una sensación extraña que me gusto, al final se volvió costumbre. Pero como yo no quería una relación formal con él, se enojo y termino conmigo, no me volvió a hablar después de eso.
-Wow… por Merlín, nunca lo hubiera imaginado de ti, siempre te he visto como un mujeriego y ahora me sales con que eres gay.
-No soy gay, me siguen gustando las mujeres… tampoco soy mujeriego – Al miró a su hermano con una expresión de total incredulidad – ¡enserio!
-Claro… Pero te gustan más los hombres, ¿No es así? ¿En que te convierte eso?
-Supongo que los llaman bisexuales, no sé, realmente no quiero pensar en ello mucho, eso de poner etiquetas, de definir mi sexualidad es muy… problemático – contestó con total seriedad, una seriedad no muy característica de James, pensó Albus.
-Mmm… - no sabía que decirle a su hermano, ¿por qué le pedía ese tipo de consejo a él? Ni siquiera podía arreglar su vida amorosa, o más bien la falta de ella – Enserio James, no sé que decirte – dijo honestamente, porque era verdad ¿Qué le decía? Pero vio la cara de total desesperación de su hermano mayor – ¿Qué te parece si lo hablamos después? Me empieza a dar mucha hambre, hay que bajar a ver si ya esta lista la cena y para ser honesto me dio miedo hablar contigo sobre tu vida amorosa.
-Al, tu pasas por lo mismo – dijo James en una manera muy seria, esa manera de ser de James era algo que Albus no estaba acostumbrado, así que dio un largo suspiro antes de contestar.
-No, lo mío es diferente – miró a su hermano a los ojos – Ven vamos – dijo al apartarlos y dirigirse a la puerta de su habitación.
El ojiverde mayor se quedó en shock después de oír toda la conversación de sus hijos, por lo que entendió James era gay o lo que sea que fuese, por Merlín ¿Qué significaba eso?
-Papá, ¿Estas bien? – preguntó Albus, al salir de su habitación y encontrar a su padre ahí.
-Emm… si… es que ya llegó Ted y vamos a cenar, vamos chicos hay que bajar – dijo su padre aparentando no haberlos escuchado. No diría nada, se lo guardaría hasta estar seguro y esperaría que le contarán, aún así saber algo como eso era como para lazarte un avada. No es que él sea homofóbico, no para nada, el respetaba las preferencias de los demás pero la manera en que se entero no sirve para dejar zanjado el tema en su interior. Además que su primogénito estaba experimentado de más, tendría que platicar seriamente con él.
-Bien, vamos, papá estas seguro que estas bien, te ves pálido, como si hubieras visto al Lord Oscuro, jaja…
-Cállate, James, fastidias a papá con tus comentarios tontos – dijo un cansado Al, necesitaba silencio puesto que estaba pensando seriamente en su platica con James pero en definitiva no tenía respuesta a lo que su hermano le pasaba. Aunque había algo que no dejaba de molestarle, acaso su padre los había escuchado, ojala que no, parecía no pensar nada extraño o sorprendente, tendría que vigilarlo.
-Solo estoy cansado, he tenido un poco más de trabajo – dijo el padre de los chicos, mientras bajaban al comedor.
-Por cierto papá, ¿Cómo te va en el trabajo, algo que valga la pena?- preguntó Al.
-La verdad no, tenemos mucho que hacer pero no es algo de lo que deban preocuparse.
-Bien, tengo hambre, que bueno que ya esta la cena – Dijo el bromista cuando entraban al comedor y vio que ahí estaban Ted, Lily y Ginny esperándolos – pero que serviciales y unidos somos cuando Teddy esta aquí. Por cierto, Hola Teddy – dijo James alegre y dejando callados y sin comentarios a todos, Al sólo hizo una media sonrisa, a veces su hermano no era tan idiota, le gustaba dejar a la gente en vergüenza, y en este caso a sus padres por sus constantes peleas que tenían a los tres hermanos más que fastidiados.
-Hola Ted – dijo esta vez Albus y fue y lo saludo con un beso en la mejilla y se sentó a su lado. Sintió una mirada y volteo, no era nadie más que James viéndolo fijamente.
-Hola, James, Al, ¿Cómo han estado en sus vacaciones?
-Aburridos – dijeron ambos hermanos todavía fulminándose con la mirada.
-¿Qué pasa hermanito? Parece que hubieras visto algo que no te gusto, acaso tengo algo en la cara – dijo Al sacando un poco de su actitud Slytherin y sonriendo maliciosamente.
-No, puedes hacer lo que te plazca – bien ese era un indicio pensó Al, a su hermano le gustaba Teddy pero parecía no darse cuenta. Desde hace un buen tiempo que lo tenía en mente pues su hermanito se ponía celoso cada vez que él se acercaba, al ahora peli-azul.
-Bueno, hay que cenar – dijo Harry tratando de calmar el ambiente lleno de tensión.
-Si, hay que comenzar querido, James, Albus deténganse y empiecen a comer – dijo esta vez Ginny que no había dicho nada hasta ese momento, junto con Lily. Y la cena comenzó. Al sentir los estómagos llenándose de alimento, el ambiente se amenizó y toda la cena fue entre risas y algunos comentarios tontos.
Pasaron los días y Albus seguía en el silencio de su habitación con las cartas de Scorpius, el ojiverde cada vez que las leía lo que su amigo rubio escribía le daba un vuelco en el corazón, un sentimiento de emoción y calidez, vamos que creía que se estaba enamorando de su mejor amigo, sí es que antes no lo estaba. Hasta hace poco había aceptado el hecho, cuando una vez James entro en su cuarto buscándolo y vio las fotos que le había tomado al rubio y las tenía pegadas en una pared la cual estaba pintada con muchos colores dándole un aspecto psicodélico, entro al cuarto y lo primero que vio fue a su hermano viendo fijamente las fotos, este volteo a verlo a él y lo único que dijo antes de salir fue “estas enamorado de él” señalando una foto donde su amigo rubio sonreía. Bien, le había costado aceptarlo pero ahora era todo un hecho, estaba enamorado de su mejor amigo, aquel que no le iba a corresponder y por la amistad que se tenían no iba a decirle nada, se lo guardaría.
Teddy en el tiempo que estaba en la casa de los Potter trataba de hablar con James sobre su extraña y amargada actitud, aparte de las constantes lechuza que le llegaban al hijo mayor, nadie sabía de quien eran, claro excepto Albus, pues su hermano les había contado que eran del tipo de Ravenclaw con el que había salido, y que siempre era para decirle lo mismo, que regresará con él, que quería verlo, James que se había hecho a la idea de que habían terminado ya no quería volver con el Ravenclaw, pero este seguía insistiendo.
Un día Lupin se cansó de que el hijo mayor le evitará el tema y entro al cuarto de James para hablar con él y cerro la puerta, el hijo mayor de su padrino volteo y lo vio ahí, trato de pararse y salir de su habitación pero Ted se lo impidió.
-Ahora no puedes escapar. Vamos James dime que te pasa – dijo en forma de orden el peli-azul.
-No es nada, yo estoy bien, ¿y a ti te pasa algo? – contesto James haciéndose el inocente.
-No cambies el tema, te pasa algo, y esas lechuzas que llegan a todas horas son sospechosas, ¿Qué ya no confías en mí?
-Si pero ahora no es cuestión de confianza sino de vergüenza y temor…
-¿Qué no eres un Gryffindor?
-Si
-¿Entonces? Cuéntame, no me enojaré, no te reprocharé nada, solo dime.
-Bien, pero no te rías, no te enojes, no me mires raro, no…
-¡Ya di lo que tienes que decir!
-Bueno, bueno. Tú sabes que yo salí con una Hufflepuff en San Valentín ¿no?
-Si, ¿son de ella? ¿Te está acosando?
-No, déjame terminar, preguntas al final. Yo les dije que iba a salir con ella, pero la verdad es que al final no lo hice, de hecho yo preguntándome que se sentiría y como se vería, pues salí con un Ravenclaw – Ted solo asintió hasta que se dio cuenta de que James había dicho “un” en vez de “una” – y bueno supongo que al final me gusto salir con él – otra vez dijo “él” en vez de “ella” – y besaba tan bien que nos seguimos viendo, él quería que yo fuera su novio, pero yo le dije que no, él se enojo y termino conmigo, después de dos meses de progreso y ahora me manda lechuzas, me acosa, eso me fastidia y me irrita. A parte de otra situación, pero eso es lo de menos.
-A ver James – trató de analizar todo lo que el aludido había dicho – estabas saliendo con un hombre, ¿un hombre?
-Si eso fue lo que dije – contestó con temor.
-Por dos meses y no eran novios, que aguante tuvo el chico, ahora ¿de que progreso hablas? ¿Qué quieres decir?
-Pues que no solo nos besábamos, sino que llegamos a más que eso.
-Por Merlín, ¿paso a mayores? – preguntó realmente sorprendido.
-No
-Bien – dijo con cara de alivio.
-¿No me vas a ver feo, o a decir que soy el engendro del demonio?
-No porque eres el engendro de mi padrino y no creo que sea un demonio, además no tengo problema en que te gusten los hombres, cada quien con sus preferencias.
-¿A… a ti nunca te a gustado…un…un hombre?
-No, creo que no, no son mi tipo, no hay hombre que me llame la atención, ni se que me parezca bonito, bueno si hay, como por ejemplo el amigo de Al, Scorpius Malfoy, es lindo, pero solo de apariencia…
-A todos se le hace lindo ese, a veces me preguntó que tiene, enserio, a todos incluidos Gryffindors – dijo James con un deje de celos.
-¿A todos? ¿A quien más tiene embelesado?
-A Albus y eso que él era el inteli…gen…te – puso cara de horror al darse cuenta de lo que había dicho – maldición se supone que era secreto.
-Pues no lo guardas muy bien
-No le digas que te dije, me matará y le dirá a nuestro padres que ahora prefiero a los hombres que a las mujeres y tu sabes como se pone mi madre cuando esta enojada.
-¿Te gustan más los hombres que las mujeres? ¿Qué tiene un hombre que sea mejor que una mujer? Para ser honesto, no entiendo.
-No lo sé, simplemente que ahora me gustan más los hombres y cuando veo a una mujer, no me da igual pero no es lo mismo que antes, ¿no se lo dirás verdad?
-No, no le diré nada a nadie, pero si me dejaste sin palabras, nunca creería que tu, mi casi hermano - ¿hermano? Pensó James al escuchar a Teddy, el pecho le dolió – le gusten los hombres y que ya experimento tanto en tampoco tiempo, no te voy a juzgar, simplemente quiero que sepas que tienes mi total apoyo y quiero que me sigas teniendo confianza. Pero una cosa si debes hacer, ponerle un alto al acosador.
-Lo hago pero sigue, ahora que pronto entraremos al colegio hablaré con él para que me deje en paz, si no quiere… un obliviate puede funcionar, si eso es lo me…
-No lo hagas – dijo rápidamente ante la mención de un Obliviate.
-¿Entonces que hago?
-Yo hablo con él
-¡No!
-¿Por qué no?
-Debo resolver mis problemas solo.
-Bien – dijo de mala gana – pero si necesitas ayuda no dudes en pedírmela y no lo hechices eso se oye muy Slytherin y para eso ya tenemos a Al.
-Bien no lo haré – dijo James resignado y con una sonrisa por lo que Ted había dicho sobre su hermano menor.
-Bueno me voy, nos vemos en la cena, voy a dormir la siesta jeje…
-Siempre duermes – dijo el ojimarrón cuando el peliazul iba hacia la puerta y la abría
-No puedo perder el tiempo despierto, en Hogwarts no voy a poder dormir bien, nos vemos.
-Nos vemos – y salió de la habitación Teddy dejando al bromista acostado en su cama pensado y sintiéndose miserable – Maldición, ¿por qué? ¿Por qué me dolió el pecho cuando me dijo hermano? Odio esta sensación de tristeza, aparte que me dan ganas de llorar y no sé la razón.