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Hana no na por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Como algunos sabrán, tuve problemas con la computadora de mi casa, por eso este oneshot (Kyuu: Que debió publicarse la quincena pasada ¬¬) se los traigo hasta hoy. Este fic es la precuela de Amor mío, no es necesario que lo lean para entender esta nueva historia, pero si quieren pasar a revisarlo serán bienvenidos, jejeje XD La canción la interpreta el grupo Bump of chicken, les pongo el link para que lo revisen. Como siempre esperaré sus comentarios con saludos, pedradas, quejas, felicitaciones, cebollazos, jitomatazos, flores, amenazas, bombas y demás. Ahora sí pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Lamentablemente ni los personajes ni la canción son míos, pero el video donde los unieron me emocionó y por eso decidí usarlo para un songfic, jejeje,

HANA NO NA

 

La adolescencia es una etapa muy importante en la vida de todos los individuos. Es durante esta etapa que vivimos experiencias invaluables y conocemos personas que marcarán nuestros futuros para bien o para mal.

 

En la preparatoria Konoha se encontraba un chico de quince años, rubio y de ojos azules, estaba escribiendo en un cuaderno bajo la sombra de un árbol. Estaba tan concentrado en lo que hacía que no se dio cuenta del momento en que llegó otro chico de cabello azabache y ojos negros que aparentaba su misma edad.

-Oye, Naruto, te estaba buscando –dijo el recién llegado

-Ah, lo siento, Sasuke –sonrió-, es que me llegó un momento de inspiración.

-¿Qué escribes ahora? –preguntó y se sentó a su lado

-Un cuento. Cuando lo termine, serás el primero en leerlo.

-Más te vale.

Uzumaki Naruto y Uchiha Sasuke iban en primer año de preparatoria y estaban en el mismo salón. Se conocían desde muy niños y, a pesar de discutir constantemente por sus personalidades tan diferentes, eran los mejores amigos.

-Por cierto –dijo el rubio-, ¿ya viste el anuncio del club de música? Están organizando un concurso de canto.

-¿Y?

-Deberías intentarlo –sugirió-. Te he oído cantar y no lo haces tan mal, teme.

-Olvídalo, dobe –resopló-. El cantante de la familia es Itachi, no yo.

Uchiha Itachi, el hermano mayor de Sasuke (y el único pariente que le quedaba) era el vocalista de una banda llamada Akatsuki, la cual estaba ganando fama gracias al carisma y talento de sus integrantes.

-Además –siguió Sasuke- el único que me ha oído cantar eres tú y prefiero que siga así –le sonrió de medio lado

-Hum… Qué desperdicio –contestó Naruto, pero desvió la cara con pena para que el otro no se percatara de su sonrojo

Sí, eran los mejores amigos, pero con el paso del tiempo esos sentimientos se habían ido intensificando. El único inconveniente era que ninguno de los dos se atrevía a decir algo al respecto, pues no querían arruinar la relación que lograron formar. No soportarían perder al otro.

-Tengo hambre –dijo el moreno-. ¿Qué hay de almuerzo?

-Ni idea, no lo he revisado.

El ojiazul sacó de su mochila dos cajas de bentou y le extendió una a su acompañante, quien la abrió y probó la comida gustoso.

-La comida de tu madre es la mejor –comentó

-Se sentirá halagada –rió-. Ella te adora y mi papá igual.

-Obvio, soy alguien encantador.

-Teme presumido. Ah, pero si a esas vamos, Itachi también me quiere mucho, siempre dice que le gustaría comerme.

Sasuke arrugó el ceño con molestia y le dio un ligero golpe en la cabeza.

-Usuratonkachi –le dijo-, primero preocúpate por saber en qué sentido te lo dice.

-¿Eh?, ¿a qué te refieres?

-Olvídalo y come.

 

Después de clases ambos fueron al departamento Uchiha, iban a estudiar juntos ya que al día siguiente tenían examen de Química y a Naruto se le dificultaba mucho esa materia.

-El profesor de Literatura te adora, en cambio el de Química casi llora cuando te ve –comentó el ojinegro

-Oye, algún defecto debía de tener, ¿no? –hizo un puchero

Sasuke sonrió levemente ante el gesto que su amigo continuaba haciendo a pesar de la edad. Pero su expresión se tornó molesta al ver la puerta abrirse de nuevo y por ella ingresó un alto hombre de largo cabello negro igual que sus ojos, aparentaba unos diecisiete años. Al observar a los chicos, el mayor sonrió y se abalanzó sobre el rubio.

-¡Naruto! ¿Cómo está el chico más lindo de toda Konoha?

-B-Bien, Itachi –sonrió, ya acostumbrado a esa actitud

-Hermano, lo lastimas. Suéltalo –ordenó Sasuke

-Claro que no, Naruto me quiere, ¿verdad? –le sonrió- Y dime, Naruto, ¿sigues soltero? Porque yo todavía estoy esperando que me des el sí.

-No bromees con eso –replicó con vergüenza

-Jajaja, lo siento, es que me encanta la cara que pones –rió Itachi-. Pero debe haber alguien que te guste, ¿no?, ¿alguna linda chica?, ¿o tal vez un guapo chico?

Sasuke abrió los ojos de sobremanera al ver cómo la cara del rubio se puso completamente roja y agachaba la cabeza. El azabache apretó los puños con fuerza, no quería pensar en el hecho de que Naruto posara sus ojos en alguien más.

-Vamos a estudiar –ordenó Sasuke con seriedad-. Así que no nos molestes, Itachi.

-Claro, Sasuke –sonrió con burla el mayor-. Iré a dormir un rato porque tendremos un concierto en la noche. Estudien mucho.

 

Una vez se quedaron solos, los chicos se sentaron en la mesa sacando sus libros y cuadernos. Sasuke sirvió un poco de té mientras Naruto leía sus apuntes con gesto ausente.

-Aquí tienes –el anfitrión le colocó una taza

-Gracias. Oye, teme, ¿a ti… te gusta alguien?

-¿Qué?

-No, nada –se apresuró a decir-. Mejor olvida lo que dije.

El moreno tomó asiento a su lado y sujetó un libro.

-Sí –susurró

-¿Dijiste algo, Sasuke?

-No. Mejor concentrémonos en el examen.

 

Por la tarde el rubio se marchó a su casa. Sasuke lo acompañó hasta la puerta y, al regresar a recoger las cosas que dejaron en la mesa, suspiró poniendo expresión melancólica.

-Yo en tu lugar no perdería tanto tiempo –escuchó a sus espaldas-. No vaya a ser que aparezca alguien y te lo robe.

-Ojalá fuera tan fácil como crees, hermano.

-Sólo inténtalo, Sasuke, dile cómo te sientes. De lo contrario te pasarás el resto de tu vida pensando en lo que pudo haber sido.

 

Las cosas entre Sasuke y Naruto siguieron normales. Faltaba una semana para que se cerraran las inscripciones al concurso de canto y el rubio volvía a insistir con lo mismo.

-Ya te dije que no estoy interesado, dobe.

-Vamos, sólo será una vez.

-Ni hablar.

-Mmm… ¡Lo tengo! –le sujetó un brazo- ¿Aceptarías participar si yo escribo la canción?

-¿Qué? Tú nunca has compuesto una letra.

-Pero sí muchas historias –sonrió-. Anda, Sasuke, será mi primera canción y la haré especialmente para ti. ¿Qué opinas?

El moreno miró aquellos ojos azules llenos de ilusión. Él jamás decepcionaría a Naruto; si con esa intensa mirada lograba doblegarlo a sus caprichos y deseos. Aunque eso nunca lo admitiría delante del rubio.

-Está bien –cedió con un suspiro-. Tú ganas, participaré siempre y cuando la canción sea tuya.

-¡Genial! ¡Te doy  mi palabra de que te encantará!

 

-¿En serio?

Kisame, Pein, Hidan y Tobi, los restantes integrantes de Akatsuki, se encontraban en el departamento Uchiha hablando sobre sus próximos proyectos. Al llegar, Sasuke les comentó que había decidido entrar al concurso de canto de Konoha.

-Creí que odiabas cantar –comentó Pein

-No es que lo odie, simplemente no me gusta hacerlo en público.

-¿Entonces por qué el cambio? –preguntó Tobi

-… Naruto me dijo que él escribiría la canción y quería que yo la cantara.

Todos los presentes lo observaron fijamente y comenzaron a reír.

-Sí, ya me parecía raro –asintió Itachi

-Naruto es el único que te domina de esa forma –apoyó Hidan

-¡D-Déjenme en paz! –replicó el menor

-Oye, si él escribe la letra, entonces nosotros compondremos la música –propuso Tobi con entusiasmo

-Es buena idea –rió Kisame-. Tal vez no volvamos a presenciar este evento.

-Ja, ja, muy graciosos –los miró Sasuke con enojo

 

Dos días después, Sasuke se dio cuenta que Naruto se comportaba bastante nervioso y hasta tímido, lo cual le pareció extraño. Sin embargo, el rubio también parecía ansioso.

-Teme – llamó durante el almuerzo-, ven conmigo. Ya… tengo la canción y quisiera que la vieras, pero en privado.

-Bien.

 

Fueron a uno de los jardines más alejados del patio. Los árboles los ocultaban de la vista de sus compañeros. El moreno miraba muy callado al otro, lo cual lo hacía sentir incómodo; estaba acostumbrado a que su amigo hablara sin parar.

-Naruto, no puedes ser tan mal compositor –bromeó para aligerar la tensión-. Déjame ver la letra.

-D-De acuerdo –le extendió una hoja-. Espero que te guste.

Sasuke la tomó y comenzó a leerla. Por un momento creyó que el corazón se le saldría del pecho al sentirlo bombear sin control; sus ojos estaban abiertos de forma desorbitada. Con las mejillas ligeramente teñidas de carmín, alzó la vista para contemplar al rubio, quien tenía toda la cara roja y lo miraba con nervios.

-Naruto, ¿esto es lo que creo que es?

-Depende. ¿Te gusta?

-¿Bromeas? –sonrió ampliamente- Me encanta.

Se acercó al Uzumaki y lo apresó entre sus brazos con mucha fuerza. Al principio Naruto se sorprendió, pero luego correspondió al gesto con alegría. En aquella letra plasmó sus sentimientos por Sasuke y las acciones de éste le dejaron claro que le correspondía de la misma manera.

-Te amo, usuratonkachi –le oyó decir

-Más te vale –lo miró a los ojos y sonrió-. Yo a ti también, teme.

 

Aquella tarde, Sasuke le llevó a su hermano la letra de la canción para que comenzaran a componer la música mientras él pasaba tiempo de calidad con su ahora novio. Los Akatsuki estaban felices, pues conocían desde hace mucho a aquellos dos y sabían muy bien que entre ellos la amistad ya no era suficiente para expresar sus sentimientos.

 

Los días siguientes Sasuke se la pasó practicando con la pista que Itachi y sus amigos le grabaron en un CD. Aunque claro, sólo a Naruto le permitía presenciar los ensayos.

 

De aquella forma llegó el tan ansiado concurso. Muchos se sorprendieron al leer el nombre del serio Uchiha como uno de los participantes, pero despertó gran interés entre los asistentes al tratarse del hermano de un talentoso vocalista. Itachi asistió acompañado de sus amigos y de Hatake Kakashi, un hombre de cabello gris que trabajaba en la misma disquera que ellos. Él estaba buscando nuevos talentos y creía que ese sería un buen lugar para empezar.

 

-No te preocupes, Sasuke –decía Naruto, acomodándole la ropa-. Todo saldrá bien, sólo da lo mejor de ti y…

-Dobe –interrumpió-, tú eres el que está nervioso y preocupado, no yo. Tranquilo, lo haré bien –le besó suavemente-. No voy a fallarle a la canción de mi novio y mía.

-Más te vale –sonrió con vergüenza

 

Finalmente llegó el turno de Sasuke. Una suave, lenta y bella música comenzó a escucharse. El moreno estaba parado frente al micrófono y comenzó a cantar.

 

Si es algo tan simple,

Me pregunto por qué no puedo decirlo.

Si es algo que no puedo decir,

Me pregunto cómo podré expresarlo.

Aún si olvido el cielo que miramos juntos

No olvidaré que estuvimos juntos.

 

Todos estaban impresionados por la hermosa voz de Sasuke. Pero lo que más llamaba la atención era el sentimiento con el que entonaba la letra de aquella melodía.

 

Si tú eres una flor,

Probablemente no seas

Diferente de las demás.

De ellas, yo escogí una.

Hay una canción que sólo yo puedo cantar.

Hay una canción que sólo tú puedes oír.

 

Naruto sonrió levemente. En aquella letra trató de plasmar sus más sinceros sentimientos y los de Sasuke. Le hacía feliz haberlo logrado y más aún que su ahora novio le correspondiera con la misma intensidad. Desde el escenario improvisado el moreno le dedicó una sonrisa presuntuosa. Porque nadie lo sabía, pero aquella canción era únicamente para ellos dos.

 

Mi existencia es prueba

De que tú estuviste aquí.

La canción que dejo aquí es prueba

De que yo fui alejado de ti.

 

Ya que tomé prestado el poder para vivir

Todo el tiempo estoy consciente de que debo regresarlo.

 

Itachi observaba a su hermano con orgullo. Sabía que a él no le gustaba destacarse de esa manera, pero era increíble el poder que Naruto ejercía sobre su persona. El hombre de cabello gris que tenía a su lado estaba impresionado por el talento de aquél joven.

 

Cuando olvides las

Lágrimas y las sonrisas

Por favor, sólo recuerda

Perdidos en el mismo dolor

Hay una canción que sólo tú puedes cantar.

Hay una canción que sólo yo puedo oír.

 

Una canción hecha sólo para ellos dos. Puede que los demás no la entendieran, únicamente creerían que era una linda canción, sin embargo tras la letra existía un trasfondo muy importante.

 

Todos tienen a una persona que quieren ver.

Todos tienen a una persona a la que están esperando.

Si hay gente que quiere ver,

Entonces hay gente esperando por ellos.

Siempre…

 

Ambos estaban tan preocupados por lo que pudiera ocurrir que quizá hubieran dejado ir al otro. Pero cada uno encontró a la persona ideal, con la que desearían compartir el resto de su vida. Y eso era lo más importante.

 

Si tú eres una flor,

Probablemente no seas

Diferente de las demás.

De ellas, yo escogí una.

Una para mí,

Una para ti.

Algún día.

 

Cuando olvides las

Lágrimas y las sonrisas

Por favor, sólo recuerda

Sin perder mi camino yo escogí.

 

Hay una canción que sólo tú puedes cantar.

Hay una canción que sólo yo puedo oír.

Hay alguien esperando sólo por mí.

Hay alguien que quiere mirarte sólo a ti.

 

La música terminó y todos prorrumpieron en aplausos. Las chicas gritaban como locas, pero Sasuke las ignoraba, sus ojos estaban fijos sobre los azules de Naruto y viceversa.

 

Como era de esperarse, el azabache ganó el primer lugar. Después de la premiación se encontraba abrazando con fuerza al rubio cuando fueron interrumpidos por Akatsuki.

-¡Estuviste genial, Sasuke! –felicitó Tobi

-No imaginé que fueras tan hábil –alabó Kisame

-Dame tu autógrafo, guapo –se burló Hidan

-Ya cállense –replicó con molestia el moreno

-Felicidades, hermano –dijo Itachi con satisfacción-. Ah, permítanme presentarles a un amigo de la disquera.

-Hatake Kakashi –se presentó el hombre-, mánager de Hokage Records. Sasuke –le sonrió-, ¿estarías interesado en una carrera musical?

-¿Bromeas?

 

Pero resultó que no era ninguna broma. Kakashi le ofreció a Sasuke integrarse a las filas de su disquera. El azabache se mostraba renuente, pero de nueva cuenta fue Naruto quien lo animó para que aceptara, ya que el moreno tenía talento, sólo que era demasiado orgulloso y egoísta como para compartirlo con alguien más.

 

Su carrera comenzó con éxito, ya que además de ser guapo, joven y con una voz increíble, era hermano menor del popular Uchiha Itachi, vocalista de Akatsuki. Por si fuera poco, llamaban la atención las letras de algunas de sus canciones que encantaban al público.

-¿Tú las escribes? –le preguntó Kakashi mientras se preparaban para un concierto

-No –contestó-, alguien muy querido lo hace.

-Es bastante hábil, a los jefes les gustan sus letras. ¿Quién es?

 

 -¿Kyuubi? –preguntó Naruto

Luego de meses, finalmente el azabache tenía algunos días de descanso y qué mejor forma de aprovecharlos que en compañía de su novio, ya que ni a la preparatoria podía ir a gusto debido a sus compañeras acosadoras.

-Sí –respondió, bebiendo café-. Cuando Kakashi me preguntó por el autor de las canciones, fue lo primero que me vino a la mente.

-Claro –resopló-, es el nombre del zorro de peluche que me regalaste cuando cumplimos un mes de novios.

-Eres mío, usuratonkachi –sonrió con prepotencia-, sólo quería que fuera claro.

-Definitivamente no tienes remedio.

-Ah, sí. Konoha Records te está ofreciendo una considerable suma por cada letra que escribas.

-¿Qué? Pero yo escribo las canciones para ti por gusto.

-Yo lo sé –le acarició la mejilla-, sin embargo creo que ese dinero es fruto de tu esfuerzo. Puedes ahorrarlo para tus gastos personales.

-Mmm… Tal vez tengas razón. La universidad no es barata.

-Si trabajo mucho, yo te pagaré la carrera.

-Ni hablar, sabes que nunca te dejaría hacer eso.

-De acuerdo –lo jaló para abrazarlo-, entonces ahorraré para nuestra vejez.

-… Jajaja –rió el rubio-. Ay, teme. Está bien, guardemos dinero para cuando te pongas viejo y feo y las chicas ya no anden detrás de ti.

 

De aquella manera pasaron dos años y llegaron a los diecisiete. Naruto se encontraba en último año de preparatoria, Sasuke se había salido y estudiaba con tutores particulares debido a su ajetreada agenda: conciertos, ensayos, fotografías, presentaciones en televisión y radio, firmas de autógrafos y demás. Kyuubi también se había vuelto un compositor muy famoso y codiciado, pero él dejó claro que sólo escribiría para el joven solista.

 

Sin embargo, todo eso no ilusionaba mucho a Naruto, pues ya casi no podía ver a su novio.

-Son las desventajas de este trabajo –le comentaba Itachi

Acababa de regresar de una gira nacional que duró cinco meses y decidió reunirse con su cuñado en una cafetería.

-Lo sé, por eso no me quejo –contestó Naruto con aire alicaído-. Aún así no deja de ser un poco deprimente.

-Sasuke te ama, eso nunca lo dudes a pesar de los chismes y rumores que los medios inventen.

-Jejeje, eso también lo sé –sonrió-. Si uno de los requisitos que él puso fue que nunca aceptaría noviazgos fingidos y que cuando se le relacionara con alguien, lo desmintieran de inmediato. Él jamás me engañaría.

-Y a pesar de eso no pareces feliz.

-Fui yo quien en primer lugar lo hizo cantar y luego aceptar la oferta de Kakashi –suspiró-. No tengo ningún derecho a decirle algo ahora.

 

Sasuke se encontraba en el estudio escuchando a sus músicos ensayar. En realidad no prestaba atención pues sus pensamientos divagaban en torno a cierto rubio. Últimamente ya no podía pasar tanto tiempo con Naruto, se moría por besarlo, abrazarlo y hacerle el amor hasta caer rendidos. Además sabía que esa situación se agravaría en unos meses cuando su pareja ingresara a la universidad para estudiar Literatura.

-Oye, Sasuke –llamó Kakashi-, ven un momento.

Lo llevó a su oficina y se sentó frente al moreno, mirándolo con seriedad. El cantante supuso que se trataba de algo muy importante.

-¿Qué sucede, Kakashi?

-Tú sabes que pronto vencerá tu contrato –lo vio asentir-. Pues el Presidente de la disquera ha establecido una cláusula para renovarlo, creo que será algo muy benéfico para tu carrera.

-¿Y qué es?

-Debes aceptar irte por dos años a Estados Unidos para comenzar a incursionar en el mercado norteamericano.

-¡¿Qué?! –se exaltó- ¡Tiene que ser un error!

-Para nada. Piénsalo bien, Sasuke. Llegarás muy alto en la música si aprovechas la oportunidad.

 

Esa decisión el azabache no podía tomarla solo. Pidió la tarde libre para visitar a Naruto, pues tenía que hablar con él cuanto antes. Al llegar a su casa fue recibido por una hermosa mujer pelirroja y un hombre rubio de ojos azules que le sonrieron al verlo. Ellos eran Uzumaki Kushina y Namikaze Minato, los padres de Naruto y por ende sus suegros.

-¡Sasuke! –lo abrazó Kushina- Hacía tanto que no venías por aquí.

-Sí, lamento eso, señora Kushina.

-Descuida, querido, sé que has estado muy ocupado –suspiró con tristeza-. Es una pena que no puedo presumir de mi famoso yerno.

-Ehem, Kushina, déjalo –pidió su esposo-. Adelante, Sasuke. Naruto está en su habitación.

-Gracias, señor Minato. Con permiso.

Sasuke quería muchísimo a sus suegros, siempre lo habían apoyado y tratado con cariño. Eran como los padres que ya no tenía.

 

Llegó a la habitación del rubio y entró sin tocar. Encontró a su novio oyendo música mientras estudiaba, lo cual no le extrañó, ya que tenía los exámenes de admisión muy pronto.

-Tienes visita, usuratonkachi –lo abrazó por detrás

-¡Teme! –se sobresaltó- Rayos, me asustaste. Avisa antes, por favor.

-Exageras.

Giró al chico y le plantó un hambriento beso que fue correspondido de inmediato. Luego de la intensidad inicial sus movimientos se volvieron lentos y suaves, provocando que sonrieran al separase. Sin embargo, Naruto sabía que algo ocurría. No en vano llevaba tantos años junto al moreno.

-¿Está todo bien, Sasuke? Te noto algo raro.

-Pues… Kakashi habló hoy conmigo.

 

Le contó su plática con el productor, sobre el vencimiento del contrato y las condiciones para renovarlo. Al acabar, volteó a ver a Naruto, quien lucía son un semblante sereno.

-¿Dobe?

-… Es una gran oportunidad, ¿verdad? –sonrió de manera falsa- ¡Te felicito, Sasuke!

-¡No mientas! –lo regañó con enojo- Sabes que odio cuando sonríes de forma fingida –le sujetó la mano-. Dime la verdad, Naruto. Di que odias esto, que no estás de acuerdo.

-No –lo miró a los ojos-. Tú debes pensar en lo que es mejor para ti. Yo lo único que deseo es que seas feliz, teme.

 

Decidieron finir que nunca tuvieron esa conversación y el tiempo siguió su curso. Aquella mañana Sasuke tenía una conferencia de prensa para hablar sobre el término de su contrato y la renovación del mismo.

-¿Estás listo? –le preguntó Kakashi

-Sí. Kakashi… gracias por tu apoyo. El paso que daré es muy importante y… tal vez no lo habría logrado sin ti.

-Jajaja, ni siquiera lo menciones, ha sido divertido.

 

-¡Hoy es la rueda de prensa de Sasuke! –decían las chicas

Naruto lucía desanimado y los comentarios de sus emocionadas compañeras no ayudaban mucho.

-Le pedí a mi mamá que lo viera y me avisara lo que ocurre –comentó otra

-No sé qué rayos le ven al tal Sasuke –dijo un chico

-Obvio, ¡es guapísimo!

-¡Y canta precioso!

-Hey, Naruto –le llamó otro chico-, ¿qué tienes?

-… Nada –sonrió levemente-. Sólo no dormí bien.

 

Sasuke estaba sentado frente al micrófono tratando de no mostrar su molestia al sentir los flashes de las cámaras. Esperó a que se calmaran un poco para comenzar a hablar.

-Agradezco a todos su presencia –dijo-. Como saben, el día de hoy termina mi contrato con Hokage Records, por eso los he convocado aquí para dar un anuncio muy importante –sonrió con soberbia-: voy a retirarme.

-¡¿Qué?! –exclamaron todos

-¿Por qué?

-¿Tienes problemas con la disquera?

-Para nada –contestó-, me han apoyado mucho. Incluso me ofrecieron la oportunidad de irme al extranjero, pero eso es algo a lo que no accederé –se puso muy serio-. Hay una persona que es muy importante para mí, fue quien me motivó para comenzar a cantar y me ha apoyado incondicionalmente durante el transcurso de mi carrera. Esa persona… es a lo único que jamás podría renunciar.

-¿De quién se trata?

-¿Alguna novia, Sasuke?

-Ah, casi lo olvido –ignoró las preguntas-, el compositor Kyuubi se retira junto conmigo. Muchas gracias, es todo lo que debo decir.

 

Las clases en Konoha estaban a punto de terminar. Era la última hora y todas las chicas esperaban impacientes para llegar a sus casas y ver la repetición de lo ocurrido durante la conferencia de prensa.

-¡¿Qué?! –gritó una de ellas

-Señorita, guarde silencio –ordenó el profesor

-Eh… Sí, lo siento, señor.

La joven volvió a sentarse y acercó su cuerpo al de la compañera que tenía a su derecha.

-Una amiga acaba de enviarme un mensaje –le susurró-. Dice que Sasuke anunció su retiro y el de Kyuubi.

-No puede ser –dijo la otra en voz baja

Naruto alcanzó a oír sus palabras y abrió los ojos de sobremanera. De golpe se puso de pie y tomó sus cosas.

-Naruto, ¿qué haces?

-Discúlpeme, profesor, pero tengo una emergencia –salió corriendo a toda velocidad

 

No tenía idea de dónde estaría Sasuke, así que sacó su celular para llamarle. Pero al cruzar la puerta de la preparatoria chocó contra la persona que buscaba.

-Auch, con cuidado, usuratonkachi –le sonrió-. ¿Por qué tan apurado? Se supone que todavía deberías estar en clases.

-¡Sasuke! Justo pensaba ir a verte. Tú…

-Aquí no –le puso un dedo en los labios para silenciarlo-. Vamos a un lugar más privado.

 

Lo llevó a su departamento que en ese momento se encontraba vacío, ya que Itachi estaba grabando un video en Kioto. Ambos tomaron asiento en la sala sin soltarse las manos y se observaron a los ojos.

-¿Es cierto que vas a retirarte? –preguntó el rubio

-Sí.

-¿Por qué?

-Porque no está en mis planes separarme de ti,  Naruto. No me importa la carrera de músico, sólo tú, esa es la decisión que tomé. Te amo.

-Yo también te amo, Sasuke.

-Lo sé –unió sus frentes-. Por cierto, dije que Kyuubi se retiraba conmigo, pero nunca pregunté tu opinión.

-¿Acaso la necesitas? –sonrió- Tú lo dijiste una vez, que eras el único con derecho a interpretar mis canciones.

 

Y así ocurrió. Sasuke se retiró de la música y decidió incursionar en la fotografía, era un pasatiempo que había dejado de lado, pero al retomarlo supo que a eso le gustaría dedicarse. Por su parte, Naruto fue a la universidad y estudió Literatura. Aunque en cuanto salió de la preparatoria, el Uchiha compró una linda y acogedora casa para llevarse (casi raptarse) ahí a su novio, con la aprobación de sus suegros, claro.

 

-Profesor, ¿qué le ocurre?

Naruto respingó y salió de sus recuerdos. Ahora contaba con veintitrés años y trabajaba como profesor dando clases de Literatura en Konoha. Una de sus alumnas lo miraba con confusión.

-Ah, Kaoru, disculpa –le sonrió-. Estaba pensando en algunas cosas.

-Oiga –se acercó otra chica-, escuché que el ex cantante Sasuke estudió aquí en la misma época que usted. ¿Es cierto?

-Sí, es cierto.

-¡Vaya! ¿Lo conoció?, ¿cómo era?

-Más o menos –rió-. Y era todo un teme orgulloso.

 

El rubio entró a su casa después de un arduo día. Se encontró con Sasuke limpiando algunas de sus cámaras. Al oír la puerta había volteado y sonrió al observar a su pareja.

-Bienvenido, Naruto.

-Estoy en casa.

Se acercó al moreno y le plantó un apasionado beso en los labios. Sasuke lo sujetó de la cintura para atraerlo más hacia sí.

-¿Y eso? –preguntó el ojinegro

-Nada, es que hoy estuve algo melancólico –sonrió-. Sasuke… ¿cantarías para mí?

-De acuerdo. ¿Cuál quieres escuchar?

-Obvio: Hana no na.

-Será un honor –sonrió también-, mi querido Kyuubi.

 

Una canción los unió, una carrera musical estuvo cerca de separarlos y ésta misma fue dejada de lado con tal de seguir juntos. Se conocían desde hace muchos años, primero como mejores amigos, luego como casi hermanos y ahora como pareja de enamorados. Y esperaban seguir de esa manera durante el tiempo que les quedara de vida.

 

FIN

THE END

OWARI


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