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Escocia
Hogwarts, escuela de Magia y Hechicería
27 de Abril, 1998 a 5 días para la guerra
12:00 PM
Lavender Brown se retorcía las manos con nerviosismo mientras escuchaba los gritos de Anthony Goldstein desde la sala de castigos, la siguiente era ella, había una enorme cola custodiada por un par de mortífagos menores: Chester y Robinson, dentro de aquel aula estaban los Carrow, Crabbe, Goyle y Malfoy.
-¡Brown! – Llamo una voz desde dentro – tu turno – Lavender observo como levitaban el cuerpo de un inconsciente Anthony hasta fuera de la habitación, se paro tomando aire y dándose fuerza, nunca habían usado una cruciatus con ella, solo algunos stupefy o diffindos, nada grave y debía admitir que estaba asustada pero tenia que ser fuerte.
-veamos si esta tiene ganas de conversar con nosotros – dijo Alecto sonriendo – pareces mas dispuesta a colaborar “querida”.
-no entiendo señorita Carrow – dijo esta lo mas calmadamente que pudo
-¿Dónde están los Gryffindor desaparecidos? – Pregunto directamente Amycus – se que tu lo sabes, tienes que saberlo – pregunto algo asustado, Bellatrix los había cruciado por perder a los alumnos.
-no lo se, solo desaparecieron – dijo tratando de convencerlos, Alecto la miro con una sonrisa chueca que no le gusto.
-¡Crabbe! – bramo la mujer, el chico se acerco a ella.
-¡Crucio! – y pronto sus propios gritos de dolor eran los que se escuchaban por todo el lugar, dolía, dolía tanto como nunca nada le había dolido en la vida y suplico por que muriera inmediatamente, por que el dolor terminara y usaran el avada con ella.
El dolor se detuvo dejándole incómodos espasmos.
-habla – siseo Amycus, y ella estuvo tan tentada de hablar para que no volvieran a cruciarla, lagrimas escaparon de sus ojos y se dio cuenta de que estaba en el piso, tenia que hablar, tembló y sollozo, tenia que hablar o volvería a suceder, pero entonces recordó a Neville cuando había salido de su primera sesión de tortura con Bellatrix, ella había pensado que estaba muerto, y de alguna manera sabia que esto no era nada comparado con lo que el había tenido que pasar el alguna vez, no podía hablar solo por un crucio pequeño, no para traicionar a sus amigos que tanto habían dado por ella y por todos.
-¿no hablaras? – siseo Alecto.
-no se donde están – lloro presa del pánico y del dolor – enserio no lo se…
-¡Goyle! – chillo esta vez Alecto y el otro joven se acerco a ella, que sollozo retorciéndose y tratando de alejarse de el.
-no… por favor no… - suplico.
-¡Crucio! – dijo Goyle, pero no parecía disfrutarlo tanto como Crabbe lo había hecho, fue lo único que Lavender pudo pensar antes de verse envuelta en ese dolor tan horrible, deseando otra vez morir con todas sus fuerzas para que dejara de sentirlo, no duro tanto como el anterior pues Goyle finalizo el hechizo antes de lo que Crabbe lo había hecho.
-habla o morirás – dijo Amycus amenazadoramente, Lavender pensó que seria mejor morir que sentir ese dolor, ¿Cómo Neville y Seamus podían soportarlo? No lo entendía, y ahora realmente comprendió lo que significaba una maldición imperdonable, y la que para ella era la peor de todas, incluso peor que el avada por lo menos eso no le dolería y se moriría inmediatamente, eso era mejor, mucho mejor.
-bien… ¡Malfoy! – dijo Amycus esta vez – acaba con esto y luego sácala de mi vista – vio como el rubio le miraba indignado, seguro no estaba acostumbrado a recibir ordenes, se acerco a ella con una expresión intacta, que no descifro, no era de malicia como la de Crabbe, ni de indecisión como la de Goyle, solo era indescifrable.
-crucio – dijo apuntándola, y ella otra vez grito pero sintió como esa maldición era sumamente leve comparada a las anteriores, dolía si, pero no le hacia sentir ganas de morir.
Draco finalizo el hechizo y la hizo poner de pie ayudado con su varita.
-sal de aquí si puedes caminar, a menos que quieras acabar como el idiota de Goldstein – dijo Alecto.
Ella salio trastabillando del lugar, agarrándose de las paredes con dificultad, y jadeando al salir vio como Hanna Abbot miraba aterrorizada hacia la puerta y trato de infundirle ánimos con una sonrisa.
-Abbot – llamo la voz, y la joven Hufflepuff parecía estar a punto de desmayarse, Lavender rogó que no la lastimasen demasiado, Hanna tenía pinta de no soportar mucho una cruciatus.
-ve directo a tu sala común – siseo Chester mientras ella pasaba a su lado, no se molesto en contestar y camino cojeando hacia las escaleras que la llevarían a la torre de Gryffindor, pero cuando solamente llego al segundo piso una voz la llamo desde una de las estatuas.
-¡Lavender! – se giro contenta, reconocería la voz de su mejor amiga en cualquier sitio.
-¡Parvati! – dijo acercándose a abrazarla.
-es hora de irnos, todos, Neville sabe lo de las torturas y los Carrow lo harán cada día, no podemos permitirlo – Lavender palideció, habían comenzado con las torturas ese día cuando se dieron cuenta de que la cantidad de alumnos desaparecidos ya era inaudita, y no estaba segura de poder soportar todos los días aquello que recientemente había tenido que vivir.
-mis cosas están en la torre – dijo bajito.
-no te preocupes, yo las traigo aquí – dijo señalando un bolsón – vamos Lavender, salgamos de aquí.
-¿Anthony? – pregunto mientras era ayudada a subir por su amiga hacia el séptimo piso.
-ya esta a salvo – informo.
-Hanna acaba de entrar a la sala – le comento a Parvati – debemos rescatarla
-no te preocupes Ernie esta pendiente de que ella salga para llevársela.
-gracias Parvati
-tranquila, todo estará bien.
*****
La pequeña cajita golpeaba con su cadera a cada paso, era muy cómodo que Severus la hubiese encogido por que de otra manera no podría haberla cargado, los Carrow estaban ahora en la mansión, pues Bellatrix los había llamado cuando de un solo golpe habían desaparecido casi todos los alumnos del colegio, justo después de las torturas.
Seguramente estarían tragándose un par de cruciatus de su tía Bella y del Lord, antes de ingresar a la sala multipropósito por si acaso conjuro un protejo sobre si mismo, no le sorprendería ser atacado masivamente aquella noche justo después de las torturas.
Entro a la sala y supo que había hecho bien cuando un par de maldiciones rebotaron en su escudo protector, varios alumnos entre los que menos heridos estaban lo apuntaban con sus varitas, los heridos lo miraban con algo de miedo y había otros inconscientes como Goldstein.
-esto comienza a aburrirme Longbottom – informo mientras otra maldición rebotaba frente a el.
-¡Basta! – Rugió Neville a sus compañeros que lo miraron incrédulos – tranquilizaos unos minutos, dejadme explicar…
-¿Qué hace Malfoy aquí? – chillo Abbot con verdadero temor, y Draco pensó que no era fácil ver la cara de quien te había torturado, lo sabia cada vez que veía al Lord y a su tía Bella, sabia como todos ellos se sentían, pero el hecho de comprenderlos no cambiaba la situación.
-el trae pociones, y comida – informo Neville – nos esta ayudando
-¡es una trampa! – Grito Ernie Macmillan – ¡hay que huir antes de que los Carrow vengan a por nosotros!
-Salazar bendito – siseo Draco sacando la caja del bolsillo y agrandándola, no quito el hechizo protector – Longbottom – dijo pasándole varios viales, el vial violeta es para después de la cruciatus – informo – con una o dos gotas bastan así que creo que alcanzara para todos, el verde oscuro es para heridas abiertas como las que tiene Goldstein, no pude conseguir cicatrizante así que le quedaran marcas, pero por lo menos sanara, y las rosas ya sabes para lo que son – de estas ultimas habían bastantes mas viales, Neville asintió memorizándolo todo y se puso manos a la obra ante un publico estupefacto.
-¿Neville? – pregunto Hanna hacia el Gryffindor, este asintió sonriéndole, diciéndole con la mirada que nada malo pasaba.
-Parvati, Padma ¿me podéis echar una mano? – Picio a las mellizas que asintieron y comenzaron a suministrar las pociones.
-no pude traer comida y no creo poder hacerlo hasta mañana al menos, espero que puedan soportar hasta entonces, o pedirle provisiones al cantinero – dijo Draco señalando el cuadro del túnel vacío, hace poco se había enterado que el cantinero de cabeza de puerco era hermano de Dumbledore y que estaba suministrando a los residentes con comida, eso le hacia las cosas mucho mas fáciles debía admitir.
-gracias Malfoy – dijo Neville agradeciéndole por primera vez, y Draco se puso terriblemente incomodo, no hacia esto por ellos, lo hacia por si mismo y por su familia – aun no se por que nos ayudas pero sinceramente, gracias – Draco asintió y luego se giro para salir del lugar antes de que los Carrow regresaran.
Severus lo esperaba afuera con una mirada que le dijo claramente “hacemos lo correcto” silenciosamente, Draco se acerco a el y dejo que posara una mano sobre su hombro, su padre ya estaba recuperado, algo le decía que era la noticia y no se equivoco.
-lo volvieron a incorporar a las misiones – dijo Snape intuyendo que Draco imaginaba que se tratara se su padre, caminaron sin dejar de tocarse, su mano sobre el hombro de Draco – claro que ahora solo las misiones menores, el Lord lo esta humillando de esa manera.
-prefiero que lo humille así que con maldiciones – dijo Draco – ¿y mama?
-en la mansión, a salvo, Bellatrix esta con ella, nada malo le pasara mientras estén juntas.
-¿tu entiendes la fijación de Bellatrix hacia mi madre? La sobreprotege tanto.
-algo… quizás sea su vena de “hermana mayor” no lo se
-donde están los mortífagos?
-registrando el castillo de pies a cabeza, tu estas al mando de la búsqueda de los alumnos desaparecidos, así que no te retrases mas y comienza a “buscarlos”
-entendido, ¿Dónde esta mi padre ahora?
-en Hogsmeade patrullando.
Draco asintió y se alejo de su padrino hacia los campos donde los mortífagos menores estaban rastreando cada rincón, al verlo esperaron por sus ordenes y el comenzó a darlas sin esmerarse demasiado pues sabia de sobra que no encontrarían a ningún alumno esa noche.