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Encuentro inesperado por Akane_Sutcliff

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Notas del fanfic:

Se que esto no es apropiado para el resumen del fanfic, asi que me limito a escribirlo aqui.

Al ser esto un reto, por logica, la idea original de la historia no es cien por ciento mia. Aun asi, me estoy esforzando por que no sea una tipica historia con el tipico protagonista perfecto y el tipico asesino en serie. Espero que le des una oportunidad a esta que es mi pequeña creacion, casi como un hijo para mi.

Espero recibir un review tuyo, sea para darme una critica, tal vez solo para pedirme que haga los capitulos mas largos. Sea lo que sea es bien recibida.

Akane.

Notas del capitulo:

Esta es una respuesta a un desafio. Lamento que el primer capitulo sea tan corto, pero es mas como una introduccion a la historia. Espero que sea de su agrado.

 

Una mujer de no más de veinticinco años, yacía muerta frente a la puerta de su casa. Tenía su largo y castaño cabello extendido por el suelo, sucio con restos de sangre ya coagulada. Sus ojos color miel se encontraban muy abiertos al igual que su boca; era la expresión de terror más impactante que había visto en mi vida. Me acerqué y junto a ella se encontraba un forense, a esta distancia pude apreciar el charco de sangre que se extendía en el piso proveniente de su vientre el cual tenía cubierto con la blusa.

 

—Levántele la blusa, por favor—  le pedí al forense, el cual me vio un poco indeciso  —No se preocupe, puedo manejarlo.

 

Le levantó rápido la blusa, y pude ver por fin la herida de donde emanaba la sangre. Era como ver una víctima de Jack el destripador, pero claro, la herida de esta mujer era horrorosa. Era un corte sucio, de seguro hecho con una navaja o un ordinario cuchillo de cocina. Su vientre estaba abierto, dejando sus órganos algo expuestos y visiblemente desordenados, lo más seguro es que los hubiese tocado pero no los pudo extraer. En ese momento me di cuenta que estábamos tratando con un criminal que tenia bien planeado cometer el crimen; una persona que se deja llevar por el enojo no llegaba a estos extremos.

 

—Vaya, una persona con el mínimo coeficiente intelectual pudo haber hecho un mejor corte—  le comenté al forense.

 

—Lo sé, creo que no será de gran problema atrapar al asesino. Claro, si es así de estúpido.

 

—No te puedo dar por completo la razón, no creo que una persona con la frialdad para hacer esto sea un completo idiota—  y de verdad, no lo creía  —Cuando le realicen la autopsia quiero ver los resultados—  el forense solo asintió.

 

Me alejé de la escena, caminé en dirección a los altos mandos de la policía, los cuales estaban a unos pocos metros de la casa, dejando a los forenses limpiar el lugar y trasladar el cuerpo a la morgue. Cuando llegué con los inspectores y agentes, todos me miraron en silencio, como esperando que hablara.

—Ya vi el cuerpo—  hice una breve pausa  —Me sorprendería mucho si el asesino resulta ser un civil mentalmente estable.

 

—¿A qué se refiere, Uchiha?—  se dirigió a mí uno de los inspectores.

 

—Supongamos que si después de una pelea de una pareja, el hombre pierde el control y apuñala a la mujer. No creo que, ya estando muerta, se tome el tiempo de abrirle el vientre y le toque los órganos al grado de querer sacarlos.

 

—Tienes razón. Aún así no se de quién se pueda tratar—  dijo el mismo inspector.

 

—No se preocupen, ése es mi trabajo. Solo necesito que me faciliten los expedientes de la víctima. Tengo entendido que esta no es la primera—  el inspector asintió.

 

—Tenlo por seguro.

 

 

Tras esto, me dí la vuelta y fui en busca de mi auto, bueno, el auto que me dio la compañía cuando comencé a trabajar para ellos como investigador privado. Estando ya a algunos metros de mi auto escuché que alguien me llamaba directamente por mi nombre.

—Sasuke—  no volteé, sabía exactamente de quien se trataba, y ya suponía que era lo que quería, aun así, me detuve y espere a que llegara hacia donde estaba.

 

—¿Que es lo que quieres, Suigetsu?

 

—Solo te quería invitar a tomar un trago, tú sabes, yo pago—  típico, a pesar de ser un completo idiota, era parte de la policía, ahí lo conocí y no sé cuando nos volvimos tan unidos, pero claro, nos tratábamos mal, como buenos amigos  —Sal un poco de la rutina, olvida el trabajo por un momento o terminarás volviéndote loco.

 

—No tengo ganas, de verdad gracias—  me despedí con la mano de él. De verdad no tenía ni la mas mínima intención de aceptar su “jugosa” oferta. A pesar de que en mí, es difícil que le diga que no a un trago gratis… sobre todo si el que me lo ofrece es Suigetsu.

 

 

Entré a mi auto con intención de, como todas las noches después del trabajo, pasar a una licorería por una botella de whisky Jack Daniels, la cual posteriormente beberé hasta la última gota en la oscuridad de mi departamento, mientras en la televisión hay una película mala y me quedo dormido en el sofá. No me enorgullece decir que esta costumbre, la adquirí y adapté después de que Él y yo nos separamos; desde ese momento y a consecuencia de las recurrentes pesadillas, el whisky es lo único que me hace conciliar el sueño.

Cuando llegué a mi departamento, simplemente procedí a realizar mí ahora ritual: televisión, whisky, mareo, dormir. A veces variaba un poco, rara vez me interesaba la película que pasaran en la televisión, pero aún así… el sentir que sólo puedes ahogarte en una botella de alcohol, como un verdadero ejemplo de un cobarde, es lo peor que puedes sentir en la vida, no tiene comparación con nada.

 

 

Después de una noche en la que no me permití soñar con algo, o tal vez no me permití recordar el sueño, me levanté intentando ignorar el dolor de cabeza y concentrarme en que hoy era día de ir a la morgue por la información del cadáver de la noche anterior. No tenía ánimos de nada; de esta manera se exterioriza mi curda moral después de haber visto un cadáver “fresco”, por llamarlo de alguna manera. A pesar de mis años en este negocio (más específicamente en esta área de la policía) cada vez que hueles el olor de la sangre y la descomposición, es como la primera vez.

 

Cuando llegué hospital los doctores, las enfermeras, los de intendencia, por Dios, hasta los que van de vez en cuando a revisar salubridad me estaban viendo con una mezcla de asombro y pena mientras pasaba por los pasillos en dirección a la morgue. Había aceptado el caso la tarde de ayer y me llamaron de improvisto para revisar la escena; estaba seguro que sus miradas eran porque no me creían capaz de soportar un caso de esta magnitud. Se equivocan.

Por fin llegué a la morgue, el forense me vio de la misma manera que el resto del personal del hospital. Se dio la vuelta y se dirigió al archivero que estaba en una esquina: sobre él tenía unos cuantos sobres, los tomó y se dirigió a mí de nuevo.

—Revisé el historial de esta última víctima—  comenzó mientras se acercaba lentamente a mí  —Tienes que ser muy profesional, el caso es algo complicado.

 

—Lo sé. Aunque no sé muy bien, porque lo remarcas— no entendía el por qué de recordarme mi profesionalismo. Es decir, no es mi primer caso, he trabajado ya antes en algo similar.

 

—Mira, sé que ya has visto asesinatos y cosas por el estilo, no eres un novato. Aún así, no se compara con lo que viste la anterior noche. Aunque lo niegues te sorprendiste y hasta cierto punto se que sentiste asco, y esta víctima no es nada comparado con las cinco anteriores—  extendió los sobres hacia mí.

 

—¿Esta es la sexta?—  me sorprendí demasiado, no me imaginé que hubiera cinco antes de la ayer. Tomé los sobres e intenté abrirlos, pero él me detuvo

 

—No los abras aún, revísalos con paciencia en tu casa. Escucha, tienes que ser cuidadoso, pero sobretodo inteligente. El sujeto no es un idiota.

 

 

Salí de la habitación con los sobres en mis manos, aún estaba digiriendo lo que había escuchado y sentí, por un segundo, que no podría con esto. Alejé mis pensamientos pesimistas y continúe caminando hacia la salida con la frente en alto. Cuando por fin me vi libre de la presión del hospital, subí a mi auto, coloqué los sobres que me entregó el forense en el asiento trasero y conduje directamente a mi departamento.

El viaje de regreso a mi departamento me pareció más rápido de lo habitual. La curiosidad de ver lo que contenían esos sobres era insoportable, tanto que me salté algunas luces rojas. Entré al estacionamiento, el cual se encontraba en la parte trasera, entré en el edificio y subí hasta mi piso. Con nerviosismo y prisa abrí la puerta de mi departamento, entré y tiré sobre el sofá los sobres causantes de mi estrés, fui a la cocina por una botella de sake y regresé a la sala. Me senté a lado de los sobres, bebí directo de la botella, y tomé el primer sobre amarillo.

 

 

Era de la primera víctima, Rin Touya. Fue encontrada muerta el día 18 de Agosto del año 2010, según el forense falleció aproximadamente 6 horas antes de ser encontrada. Su cuerpo sin vida fue visto en una laguna a las afueras de la ciudad, pero lo que causó su muerte fue un disparo en la nuca. En la autopsia fue encontrada la herida de bala y sus pulmones no tenían agua.

Me sorprendí mucho cuando leí el nombre, “debe de ser una coincidencia” me dije. En el pasado, había salido con una chica llamada Rin; rubia y de estatura baja con unos hermosos ojos azules. No podía creer que estuviera muerta, o peor: que hubiese sido asesinada de esta manera. Busqué en el historial fotos. Las primeras eran fotos sacadas por los forenses, las cuales mostraban el estado del cadáver al ser encontrado. Al final encontré una fotografía de cuando aún estaba con vida; era ella, no había duda. Me revolví un poco en el sofá, comencé a incomodarme. Opté por olvidar el primer caso y continuar.

 

Abrí el segundo sobre, leí el nombre con cuidado: “Akiza Shiroyama”. A ella la recuerdo más que a Rin. Con Akiza estuve saliendo por casi 6 meses, fue una relación a espaldas de mi pareja, tenía el cabello rojo y ojos verdes, era muy animada y me hacía pasar buenos ratos. Claro, era solo una aventura, la cual terminó cuando mi pareja me encontró. Lo había engañado ya varias veces, y él lo sabía, pero nunca me había visto con alguien más, aún puedo recordar sus ojos azules reteniendo las lágrimas e inyectándose de sangre, sus dientes castañeando por la ira contenida, y como sólo se dio la vuelta y se marcho de la habitación, nuestra habitación. Fue la última vez que lo engañé, pero no la última vez que lo vi.

Notas finales:

¿Que opinas? ¿Te gustó? ¿No? Dejame un review :D

Akane S.


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