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Me encontré un niño por Vampire White Du Schiffer

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Notas del capitulo:

Gomen, el capítulo de hoy será tan rápido como el anterior. XD 

Capítulo II. El baño del bebé no tiene que ser baño del padre.

No había dormido en toda la noche.

-¡Buaa! ¡Buaaa!

-Ya voy, ya voy –tener dinero le había hecho fácil el hecho de ir a comprar, furtivamente, una cuna.

Eran cercanas cuatro de la mañana.

-¿En qué lío me he metido? –dijo cargando precariamente al bebé sobre sus jóvenes brazos, empezó a dar vueltas sobre la habitación.

-¡Buuaa!

Usami suspiró con ganas. Debía obtener ayuda cuanto antes, pero ¿A quién le pediría el favor?

+Horas después+

-Ah, muchas gracias por venir, Sattella-san –recibió con profundo agradecimiento a su querida ex nana. Una persona que sería mucho mejor confidente que un Padre y mejor ayudante que un viejo amigo.

-¿Y bien? Para que te acuerdes de mí a las cuatro de la mañana… -y no tuvo que terminar su oración la tierna, pero sarcástica, ancianita, en seguida se escuchó el llanto del pequeño bebé en una de las habitaciones. La mujer le lanzó una mirada entre asombro e histeria a Usami.

-Le explicaré.

Hora después.

-Eso es todo lo que puedo hacer –le dijo entregándole al niño, ya tranquilo y durmiendo, al estudiante. Estaban los tres en la sala –. Ya te expliqué lo básico, aunque a mi parecer…

-Ya lo sé –le interrumpió –, pero no quiero dejarlo solo. Porque yo si lo estuve y no me gustó nada.

La nana suspiró hondamente.

-Lamento no poder quedarme de tiempo completo, pero sí frecuento este apartamento creerán que sigues mojando la cama.

-Deje esas bromas, por favor –comentó avergonzado de aquel imposible suceso. Además mi abuelo espera de su compañía en Inglaterra, no puedo detenerle más.

-Jajaja, de acuerdo, espero puedas manejar esto, te esperan grandes obstáculos, sobre todo con la familia que te cargas si es que planeas seguir con este plan.

-Estoy resuelto a darle lo mejor.

-Ah, deseo que nunca flaqueen tus fuerzas.

Cuando su ayuda exprés se despidió, Usami quedó a solas, de nuevo, con el niño de ojos verdes.

-Te ves tan lindo cuando no lloras –dijo como tremendo halago.

Pero…

-¡Buaa! ¡¡Buaaa!!

-¿Ahora qué pasó?… calma, calma, Usami –si. Su locura iba en aumento que ya hasta hablaba solo –. Tienes que concentrarte, ya te dijeron lo que debes hacer –llevó al pequeño humano a la mesita donde había una maletita de bebé y empezó la faena. Lo revisó y efectivamente, el nene había hecho del baño en el pañal y ahora necesitaba un cambio con urgencia.

Usami le echó todo el empeño del mundo. Y después de atar los seguros de mala forma por tres veces, logró lo que nunca creyó posible: parar el llanto.

-Ah, me siento poderoso –dijo con cierto orgullo. No pudo evitar el ataque de ternura que sufrió al ver los ojitos remojados del niño mientras se chupaba el dedo pulgar –. Lo bueno que mañana será fin de semana… un momento.

Comienzan otros problemas.

-¡La escuela! ¡Lo olvidé!

Dio una vuelta completa a la sala y regresó para no dejar más tiempo a solas al pobre infante.

-Tenía un examen, y la presentación del proyecto y… mejor me detengo –había empezado a dar su andanza, otra vez, con bebé en brazos y éste ya se estaba hartando –. Ah, ya veré qué hago.

Por hoy, y solo por hoy, dejaría de ser el alumno de impecable asistencia.

+Doce del día+

-Ya, Ya –le acurrucaba. Le besó la mejilla, ¡Era irresistible! Tan pequeñito y tierno que era imposible no verle fraternalmente y desear amarlo toda la vida –. Es hora de que te bañes.

Estando en la bañera se dio cuenta de que había olvidado comprar una tina.

-Diablos, perdón, no escuchaste eso –dijo como si el niño pudiera entenderle. Sin soltar al diminuto ser, templó el agua de la lujosa tina de baño, dejándole en un nivel mínimo. Sacó un par de jabones para piel delicada y desvistió al bebito.

No querrán saber cómo acabó el asunto. ¿O sí?

Usami tenía espuma hasta en el cuello.

-¿Quién se está bañando, tu o yo? –inquiría pasando con suavidad toda la blanca seda por los cabellitos caoba. El mayor pasó su mano por la frente, aún era demasiado torpe. Tanto que lo mojado también se le fue a su ropa.

Cuando estuvo completamente seco, junto con su inquilino protagonizó una Odisea muy común en la tarea que todo padre o madre llega a tener.

-Está claro que no puedo ir diciéndote “Bebé” toda la jornada, así que… hice una lista de los probables nombres –y fue en serio, le mostró una hoja con muchas palabras, que no entendía pero igual quería tener en sus manitas regordetas –. El primero, no sé, es más apellido, pero… ¿Te gusta Suzuki?

+Toc, Toc+

Eso despertó al joven padre de su ensueño.

Por inercia se levantó de la silla donde estaba y fue a abrir la puerta.

-Usami, ¿Qué ocurrió? –era realmente guapo, de ojos y cabellos color chocolate, la barbilla delgada y pómulos bien definidos, como su cuerpo juvenil; traía una mochila y varios libros en la mano izquierda -¿Por qué no llegaste a…?

-Ah, hola, Hiroki –le saludó jovial, con ojeras y todo, pero normal –. Lo que pasó fue… -y ambos se quedaron hechos piedra.

Lo que Hikori Kamijou vio fue a su mejor amigo con un precioso bebé en brazos.

Lo que Usami Akihiko vio, fue a su mejor amigo descubriendo su pequeño secreto.

-Usami… ¿De quién es ese niño?

¿Tenía otra opción, aparte de confirmarle la verdad?

-Bueno, bueno, Hiroki, verás… -se empezó a reír y en eso, el bebé también lo hizo y quiso ir al lado del moreno que tenía el ceño fruncido –. Te presento a Misaki –eso provocaría un shock de media hora –. Es mi hijo.

3

2

1

¡¡¿EH?!!

Notas finales:

Esperen el registro civil. XD 


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