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Cazadores por The Original Sasuke Uchiha

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Cazador



Su mente divagaba en recuerdos; desde aquella noche que pasó en el valle Letus y su visita al Cenit, su encuentro con los Wiz y su discusión con Milena. Estaba un poco aburrido de lo mismo, necesitaba un poco de acción en su vida. Nueva vez su vida se resumía a una escapada del Cenit y noches de parranda con los Wiz. Los chicos, si bien en un principio le habían caído de la patada, ahora resultaban un mal necesario sin embargo, necesitaba encontrar su panacea muy pronto aunque solo fuese un mito él lograría crearlo de lo que sea. Entró a la taberna luego de que su aburrimiento llegara al límite, ya estaba cansado de solo ver un horizonte en absoluto mutismo y un terreno tan árido como lleno de cenizas negras.


&&&&&&&&&&&&&& Cazador Vincent &&&&&&&&&&&&&&

— Hey, Caz. ¿Ya te aburriste de estar afuera? — el cantinero parecía tener un agudo olfato para detectarme, aun cuando el bar era tan amplio y estaba tan lleno de hombres apestosos como los que me rodeaban, tal vez mi aroma era diferente a los del resto, fuera de la basura podrida que se podía oler entre los presentes mi fragancia de vainilla era el mejor perfume que podía oler un Wizard en cuatrocientos metros a la redonda, solo que entre la peste nada era reconocible, tal vez por eso ni se acercaban por estos lugares, sin embargo el maldito cantinero tenia mucho secretos que desconocía como esa habilidad suya de detectarme. — Tu perfume es tan… exótico. — le vi suspirar cuando tomé asiento en la barra y solo pude bufar molesto, el pobre no entendía que no era mi tipo.

— ¿Exótico? ¿Entre todos estos exquisitos perfumes? — él pareció captar la idea y solo se carcajeó divertido mientras me servía una enorme jarra de cerveza.

— Pero no negarás que lo usas para atraer a tu presa, cazador. — esas insinuaciones a veces me ponían de los nervios, pero solo a veces.

— Sí, ya sabes; los Wizards me son “irresistibles”, no puedo vivir un día sin tener un encuentro con alguno de ellos así que como el “agradable aroma” de nuestros amigos presentes suele ahuyentarlos me he valido de esa pequeña táctica pero, no le digas a nadie, es un secreto entre tu y yo. — le susurré y guiñé el ojo en complicidad. — Ahora, dame lo que quiero. — de un solo intento agoté el contenido de la jarra, ya era como agua para mí. — ¿Dónde está Z y quién le acompaña? — como siempre el astuto cantinero sabía ponérmela. Cruzó la barra y se acomodó sobre mis piernas para empezar a frotarse contra mi y lamerme desde el pecho hasta las orejas, donde me susurraba unos que otros datos, sin embargo cuando vi que las cosas se calentaban tuve que resignarme a detener la “transferencia” de información, mejor poco que nada.

— Eres insufrible, Caz. — mi amigo cantinero volvió a su lugar un tanto molesto porque había detenido su curso en el mejor momento. Así que para mantener la “fructífera relación” tuve que inclinarme y darle un casto beso cerca de la comisura de sus labios. — Pero eres así y no te cambio por nada. —

— Ni por uno de ellos, lo sé Meet. — tomé mi sombrero y salí de la taberna mientras me despedía de los chicos, no podía arriesgarme a dormir en aquel lugar luego de aquella “negociación”. Alguien dijo: “Tómate la confianza que te ofrezcan pero, no toda, puede que luego se te trastornen los planes y entregues tu libertad”. Ahora me dirigía a cumplir una misión “auto-impuesta”. ¿Mi destino? Ya casi era hora de mi siesta así que viajaría rumbo al sol para ganar tiempo, con suerte y encontraré algo con qué divertirme antes de dormir.


Y así nuestro cazador partió rumbo al horizonte, en busca de “sueño” o de echar un sueño, una siesta… lo que sea, lo increíble es que en tan solo dos minutos había cruzado la línea de los cuatrocientos metros y un enorme congregado de Wizards le estaba esperando.

— ¡Estoy aquí, nenas! ¡Es hora de empezar la fiesta! — gritó emocionado, alertando a cada uno de esos monstruos que, presurosos se lanzaron sobre él para devorarle.



Continuará…







 


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