En este preciso momento el gran Uzumaki Naruto se consideraba un… pervertido. No es que estuviera espiando a una que otra mujer viéndoles el cuerpo completo, no, era otra cosa, eran esas benditas palabras las que lo hacía un pervertido de primera.
—Itachi, sácala de ahí — exclamó Sasuke, que se encontraba dentro de la habitación del mencionado.
Naruto ante lo dicho, rápidamente abrió poco la puerta y observó como Itachi trataba de sacar algo que se encontraba entre la cama y la pared. El rubio soltó un suspiro frustrado. Se alejó y caminó hacía la cocina, buscando algo para comer.
Después de varios minutos, quizás hasta horas, la casa estaba en total silencio. El rubio arqueó una ceja y camino, de nuevo, hacía la habitación de Itachi.
— ¡Ah!~ — Naruto paró en seco al escuchar ese gemido, esa voz era de… Itachi. —Que bien lo haces, hermanito — agitó su cabeza y se acercó aun más a la puerta de la habitación.
—Lo sé, por algo soy un Uchiha — eso lo dijo el Uchiha, con su típico tono de arrogancia.
—Mmnh… Se siente tan bien — Itachi continuó disfrutando de aquello que Sasuke le hacía.
Agarró la perilla de la puerta y como una película la giró lentamente, como si no quisiera ver lo que se encontraba ahí dentro. No quería saber que su novio lo engañaba con su hermano.
Sasuke y Naruto llevaban de relación aproximadamente más de un año. Eran tan tercos que no querían ver sus sentimientos que su declaración fue muy… patética. Claro, sin contar lo que pasó después.
—Bueno… Habla rápido que me quiero largar a mi casa — le habló Sasuke, con su tono de voz tan amable (sarcasmo).
—Si, si, pero lo que te voy a decir es muy importante Sasuke — le dijo inusualmente serio. — Así que no te lo voy a repetir… — inhaló una gran cantidad de aire y la exhaló. — Tú, siempre, desde que te vi me… — titubeó al decir eso, para él era muy difícil.
— ¿Me vas a decir o no? — le preguntó el Uchiha menor fastidiado y amargado como era costumbre.
—Si te voy a decir y no me interrumpas que me desconcentro — lo regañó de forma infantil — ¿Qué te estaba diciendo?... ¡Ah sí! Ya me acorde… Desde que te vi… — iba a continuar pero de nuevo el de cabello azabache lo interrumpió.
—Eso ya me lo dijiste, no podrías simplemente ir directo al punto… Inútil — lo insultó y esbozó una sonrisa cargada se superioridad.
— ¡No soy un inútil, imbécil! — lo contraatacó y cruzó sus brazos molesto.
—Ya, ya… Dime de una vez que ya me voy a ir — le ordenó y a Naruto nunca le ha gustado que le ordenaran y menos Sasuke.
—Te lo voy a decir y no es porque me lo ordenaste... — soltó un largo suspiro y el Uchiha levantó las cejas — ¡Me gustas, bastardo! — sí, le había gritado. El rubio se sorprendió a sí mismo, lo había dicho y se sentía orgulloso, pero, Sasuke estaba más sorprendido que el. Naruto al darse cuenta de lo que había dicho, decidió escapar lo más pronto posible, se giró y casi corre, pero la mano del “bastardo”, como cariñosamente le dice, se lo impidió.
—Tardaste mucho — y al decir eso lo besó sorpresivamente, que, luego el rubio recibió el beso gustoso.
Naruto, al recordar eso, sonrió ampliamente, aunque desapareció al escuchar otro gemido de Itachi.
—Ahm… más — el rubio estaba muy enojado, estaba a punto de abrir la puerta pero otro recuerdo pasó por su mente. Cuando habían anunciado oficialmente su relación.
—Nee, Naruto — le habló de forma melosa Sai. — ¿Qué harás esta noche?... — el rubio iba a preguntar que para que quería que fuera pero el de cabello negro se le adelanto — Un trío sería genial, Gaa-chan, Naru-chan y yo — y al acabar, Sai recibió tres golpes. Uno de Gaara por la proposición de su novio. Naruto porque Sai era demasiado directo. Y Sasuke por decirle cosas indecorosas a Naruto.
— ¿Y por qué le pegas a Sai, Sasuke-kun? — le preguntó extrañada una chica de cabello rosa y ojos verdes.
—Cierto, cierto, tú no tienes nada que ver con ellos tres… ¿O sí? — dijo de forma pícara una chica rubia y ojos azul claro, llamada Ino.
—Si, Naruto es MI novio y es mío Sai — le dijo de la forma más posesiva posible. Y la única sorprendida era Sakura. Sai y Gaara ya lo veían venir e Ino ya lo sospechaba.
—No soy un objeto, bastardo — se quejó Naruto con un leve, casi invisible rubor por lo que había dicho su novio —ahora si— oficial.
Soltó una pequeña risa divertida y de nuevo la borró de inmediato. Quería entrar y gritarles a los dos “Incestuosos” y largarse de ahí, pero analizándolo bien eso era muy infantil. Inhaló de nuevo, giró la perilla de la puerta y…
— ¿Qué hacen? — preguntó mientras fruncía el ceño, viendo que Itachi estaba boca-abajo en la cama y Sasuke arriba. Y ante esto los dos volearon rápidamente hacia el rubio.
—Mi hermano es bueno dando masajes — el mayor de los Uchihas alabó al menor, que, sonreía arrogantemente.
—“¿Un masaje?” — prensó Naruto — “No puede ser, yo maldiciendo a Sasuke y el no hizo nada” — y se regañó a sí mismo por pensar otra cosa.
— ¿Por qué preguntas? — cuestionó Itachi.
—Por los gemidos que dabas… — al decir eso Itachi se sonrojo un poco. — Hasta pensé que era otra cosa — lo dijo bromeando y soltó una risa divertida al ver que los dos hermanos se alejaban rápidamente uno del otro.
—Que asco — habló por fin Sasuke
—Ni que estuvieras tan guapo hermanito — y ante eso Naruto rió de nuevo, Itachi se estiró y soltó un suspiro de alivio — Ya no me duele la espalda… Entonces me preparare para mi cita — dijo alegremente y se dirigió a la ducha.
—Quiero ver la tv — dijo Sasuke, caminó a la sala encendiendo la televisión. Naruto, se encogió los hombros y siguió al Uchiha menor.
Pasaron unas horas y el gran Itachi salía ya presentado para su cita.
—Me voy, no me extrañen, ni me esperen — les avisó, hizo una pose y sonrió de lado.
—Adiós — dijeron al unísono Naruto y Sasuke, escucharon un portazo y todo se quedó en silencio.
—Naruto… ¿No te apetece jugar? — su tono se notaba un poco divertido.
—“¿Jugar?” — prensó y varias imágenes no sanas pasaron por su cabeza — “Ya no debo pensar así… ¡Me estoy volviendo un pervertido!” — Y sacudió su cabeza y le sonrió a Sasuke — ¿A que vamos a jugar? — preguntó de forma emocionada.
—A esto — Sasuke se arrojó a besarlo de forma apasionada y a manosearlo todo lo que podía.
Esta vez Naruto no estaba equivocado.
FIN