Doki Doki! por Misa_Love

Era de mañana, temprano. El reloj despertador ubicado al lado de una cama marcaba las 6:29.
El sol se colaba por las ventanas iluminando tenuemente la habitación y el bulto que yacía sobre la cama, ocultando con las sábanas hasta el más mínimo rincón de su ser.
El reloj marcó las 6:30 y la alarma comenzó a sonar, haciendo que el pequeño bulto se revolviera con molestia, intentando sacar un brazo de debajo de las cómodas telas para así apagar el aparato.
—Mhhg...— Un quejido se escapó de los labios del chico que intentaba salir lentamente de su cama.
Se sentó sobre ésta tallándose un ojo y tras un prolongado bostezo, inició lo que sería su primer día de clase.
Nuevo año, nuevo instituto.
Nuevos amigos...

Bajó las escaleras a paso lento, envolviéndose en el frío de la casa, tan común en las mañanas.

—Buenos días Takanori—Le saludó su madre una vez había llegado a la mesa y le servía un jugoso desayuno.
—Buenos días má...—Contestó aún soñoliento.
—Bueno hijo, como sabrás, hoy es tu primer día de clases...—Esperó a que el chico asintiera y continuó.
—Todo este tiempo, has traído buenas notas a esta casa. Este año no puede ser excepción.—Le dijo con mirada severa—Y al igual que todos los años, yo no te podré ayudar...— Takanori la observó con mirada aburrida.
Otra vez la misma historia.
—Si má. Tu tranquila. Traeré buenas notas, como siempre. Me comportaré bien, me cuidaré cuando vuelva. Ya sé la historia— Dijo mientras terminaba su desayuno y se levantaba para tomar sus cosas e irse.
—Eso espero...— Escuchó el último susurro de su madre, antes de cerrar la puerta de su casa y marcharse a lo que sería su nuevo instituto.

Caminaba lentamente. A medida que se iba acercando veía más y más chicos vistiendo el mismo uniforme que el.
 Suspiró. Ya faltaba poco para llegar al instituto.

Un edificio de grandes dimensiones se hizo notar aún cuando faltaba una cuadra para llegar.
Ocupaba casi una cuadra entera, y su inmensa entrada, estaba repleta de chicos y chicas.

Tras un largo rato de caminar dentro de aquel lugar, llegó al piso correspondiente de su salón.
—35...36...¡37! ¡Este es!— Sonreí al momento que golpeaba suavemente la puerta esperando que me abrieran.
—Pase...—Escuché al otro lado y entré.
Un salón bastante grande, con más de 10 ventanas y paredes café fueron lo primero que vi.
—Por favor, tome asiento—Me sonrió la que deduje era la profesora. Una mujer un poco gorda, de no más de 50 años.

La clase pasó aburrida la primera hora, ya que debido a que no mucha gente se conocía, nadie se atrevía a hablar mucho. Solo la voz de la profesora y nuestros lápices o bolígrafos tomar apuntes, ya que la profesora al parecer venía decidida a no perder tiempo.

El timbre sonó sobresaltándonos a todos. Algunos tomaron sus cosas o las guardaron, pero yo preferí dejar todo en mi banco así como estaba, no me tomaría muchas molestias o se me acabaría el receso.
—Oiga...Joven...—
—Matsumoto.— Contesté a la profesora que luchaba por colocar todas sus cosas y libros en un bolso.
—¿Me podrías llevar estos papeles a la dirección? Si sabes donde queda, claro— Me dijo con una sonrisa entregándome una montaña de papeles.
—Claro...—Dije desganado. Después de todo, no conocía a nadie, y esta parecía una buena excusa para explorar un poco este lugar.
—Gracias, ahora ¿Podrías salir? Cerraré el salón.—Finalizó sacando unas llaves del bolsillo, mientras yo me ponía en marcha.
—Dios... ¿Por qué soy tan bajito?—Chillé por lo bajo, ya que la montaña de papeles apenas me dejaba ver por donde iba.
—Déjame ayudarte—Me dijo una voz grave, al tiempo en el que sentía que alguien me sacaba casi todo el peso que llevaba en mis manos.
Levanté mi mirada encontrándome con un chico de hermosos ojos verdes que sujetaba una gran pila de papeles.
—Gra-gracias...—Dije escondiendo mi mirada.
¿Por qué tartamudeaba? ¡Momento! ¿¡Acaso esto es un sonrojo?! ¿¡Que me está pasando?!

Por alguna razón presiento que este año... Será muuuuy distinto a los demás....