Capitulo 1: Estoy loco o… ¿El gato hablo?
Esa era la quinta vez que la alarma de su despertador le avisaba que ya era hora de levantarse… o algo parecido, pues ya se había pasado por mucho su hora.
De nuevo, como las cuatro anteriores veces presiono el botón para acallar el molesto sonido, sin la más mínima intención de levantarse…se volteo perezosamente tapando nuevamente su cuerpo con las cobijas hasta la cabeza, pues la luz de la mañana le complicaba la tarea de dormir.
No paso mucho tiempo cuando exaltado se levanto de su cama.
- ¡Ah! ¡Es tarde! – dijo corriendo a arreglarse
- ¡Ruki! ¿Estas despierto? – ahí estaba el grito diario de su querida madre, para tratar de levantarlo, ya que eso le era imposible para el despertador.
- ¡Acabo de levantarme! – respondió ya con el uniforme escolar puesto… arreglo superficialmente su cama, se miro en el espejo y salió corriendo de su habitación.
- Buenos días…
- Eres un caso…poner el despertador no te sirve de nada – Ruki tomo su almuerzo, lo metió a la mochila y se dispuso a salir de casa.
- Hasta luego…
- ¿No vas a desayunar? – le pregunto su madre. – ¡esta buenísimo! – dijo mientras mordía un pan tostado con un delicioso huevo y lechuga encima, a Ruki le rugía el estomago y lo miro con antojo, pero no había tiempo… eso se ganaba por dormir unos minutos más, no poder desayunar.
- ¡Desalmada! – grito asomándose por la puerta, pues le dolía bastante no poder comer de eso tan delicioso, y su madre se divertía con ello.
- Adiós Ruki.
Ruki corrió lo más rápido que sus pequeñas piernas le daban, aunque ya estaba acostumbrado a esa rutina, pues siempre se quedaba dormido no importa cuantas veces intentara levantarse temprano, acorto el camino cruzando unas cuantas jardineras, atorándose en algunas ramas que no le costaba mayor esfuerzo zafarse de ellas. Siguió corriendo, hasta que al subir una banqueta su zapato se salió de su lugar quedándose atrás.
- ¿Aaah? ¡Oh no, mi zapato! – regreso sin que su pie descalzo tocara el suelo, pero cuando mas cerca vio a su amado zapato… fueron separados por una multitud de gente que parecía interminable… luego de unos cuantos minutos, por fin lo alcanzo otra vez.
Para su tan común mala suerte en ese día, llego al colegio cuando las clases ya habían comenzado, para evitar vergüenzas opto por entrar por la puerta trasera y llegar hasta su asiento escondiéndose tras sus compañeros de clases que ya estaban concentrados en clase. Pero no salió como el se lo esperaba… pues su tan perceptivo profesor se dio cuenta.
- Matsumoto… ¡no pierdas el tiempo escondiéndote y ve a tu pupitre! – le dijo, como si su meta fuera ridiculizarlo frente a toda la clase, cosa que logro –
- ¡Sí! – dijo poniéndose derecho y caminando rápidamente a su lugar, al instante todos comenzaron a reír, menos Uruha, su mejor amigo… quien lo miraba preocupado
- Ah… se ah dado cuenta… - le dijo, Ruki no atinaba mas que agachar la mirada apenado, y dirigir su mirada hacia el chico que le gustaba más que nadie en el colegio, se apeno aun más al descubrir que el también reía.
Ya era oficial, ese definitivamente no era su día… así transcurrió todo su día escolar, sucediéndole desgracia tras desgracia, hasta que al fin vio el final, la ultima clase había terminado y ya podía volver a casa.
- ¡Oh! Ha sido horrible… - dijo mientras se ponía sus zapatos, Uruha lo alcanzo y salieron juntos del instituto – He llegado tarde y me han avergonzado delante de todos… incluso Tora se burlo
- ¡Sí, se partía de risa!
- Sí, no entiendo porque… ¡tampoco era para tanto! – dijo un poco molesto –
- Mmmm – Uruha levanto el rostro, pensando que decirle para animar un poco a su amigo – Me parece que esto es un mal presagio… seguro que ahora te pasara algo mucho peor…
- Pues vaya animo que me das – reprocho con un lindo puchero en el rostro.
- ¿Pero tú que le ves a Tora?
- ¿Qué va a ser? ¡Que es guapísimo!
- ¿Te has declarado? – pregunto Uruha –
- No… me han dicho que ya tiene novio – desvió la mirada Ruki, el tema le incomodaba un poco
- Es uno de primero… ¡también es muy guapo!
- ¿¡Así que lo sabias!? – dijo casi gritando, mientras golpeaba a Uruha en su brazo.
- ¡Supongo que cuando te rechace tendré que ser tu paño de lágrimas! – corrió, pues sabia que después de haber dicho algo así Ruki lo perseguiría para darle un golpe que seguro le dolería muchísimo. Y tal como lo pensaba el más pequeño lo persiguió más que enojado
- ¡Como eres!
- ¿¡Pues que crees!? Yo creo que Aoi es mas guapo – le dijo al tiempo que miraba hacia abajo, un gato negro que llevaba una caja amarilla con un moño rojo en el hocico le llamo la atención
- ¡Pues cuando Aoi te recha… - no termino de responderle, se quedaron mirando al gato que pasaba por entre ellos -
- Llevaba algo en la boca… - se miraron unos segundos
- ¿Robado?
- No lo sé… - cuando volvieron la mirada al gato se encontraron con que este iba a cruzar la avenida, este miro a ambos lados, no había peligro pues el semáforo estaba en alto
- Va a cruzar la calle… ¡Hey, gato… ten cuidado! – grito Uruha como si el gato realmente pudiera entenderle
En el mismo momento en que el gato comenzó a caminar, el semáforo cambio a verde, los autos comenzaron a avanzar.
- Bueno… ya la librara… - el más alto se dio la vuelta restándole importancia a lo que sucedía, pero Ruki se quedo mirando un poco preocupado-
- ¿No lo atropellaran, verdad? – el gato siguió caminando y le habría dado tiempo de cruzar a tiempo sino fuera porque la caja que llevaba entre los dientes se le cayo, trato de levantarla, pero otra vez se le resbalo… mientras intentaba tomarla de nuevo, un camión se acercaba peligrosamente… y Ruki no pudo esperar mas.
- ¡Cuidado Ruki! – grito Uruha al darse cuenta que su amigo iría por el gato, el pequeño corrió lo más rápido que pudo, logrado agarrar al gato en el ultimo momento, tropezó con la banqueta… el felino se le resbalo de los brazos y cayeron a lados separados.
Se quedo sentado unos momentos, agitado por la adrenalina que su cuerpo experimento por la locura que acababa de cometer.
- Gato… ¿Estas bien? – pregunto levantando la mirada, se sorprendió mucho cuando su cerebro capto lo que sus ojos veían, el gato negro estaba parado sobre sus dos patas traseras, mientras que con sus patas delanteras se sacudía el polvo de todo su cuerpo. Lamio un poco sus patas y al final se percato de la mirada incrédula del rubio que le había salvado la vida, le sonrió.
- ¡Ah! Te pido disculpas… me estaba aseando, te agradezco que me hayas salvado… - hizo una reverencia - ¿Tu no estas herido, verdad?
- Aaaa…. ¿Aaa? – su mirada no cambiaba… estaba totalmente sorprendido que las palabras no le salían
- Lamento ser tan descortés… pero ahora tengo mucha prisa, más tarde te agradeceré tu ayuda… - volvió a inclinarse –
- ¡No, no hace falta! – dijo al fin Ruki y se inclino también – ¿Ah? – observo que el felino había tomado de nuevo su cajita y se marchaba, le siguió con la mirada hasta perderlo de vista.
- ¡Ruki! ¡Anda! ¿Estas loco? Bueno… al menos el gato esta vivo
- ¿Viste lo que hizo?
- ¿Qué cosa?
- El gato… hablo…
- ¿Te golpeaste en la cabeza? – dijo incrédulo –
Y sin hablar más sobre el tema, siguieron camino a casa.