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Amor Ciego. por Naru_Naru

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Notas del fanfic:

Bueno, estoy muy nerviosa y después de pensar más de mil veces si subir esta loca idea que tuve, me he arriesgado. Creo que en el resumen quedo todo claro, ¿no? si no es así pueden decirme sus dudas que, por supuesto, contestaré. En fin personas, lean y espero de todo corazón esto sea de su agrado.

Notas del capitulo:

Bueno aquí en mi país es la una de la mañana y ya el sueño me mata pero me he quedado a subir el primer capítulo y a ver Dragón Ball Z y Naruto. :3 Este cap es algo aburrido, yo lo veo así, pero para el desarrollo de la historia es necesario.

 

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertencen, estos sólo pertenecen a Masashi Kishimoto. Más el drama de la historia si es mía.

 

Amor Ciego. Por Naru_Naru.

 

¡Día de Perros!

 

"Simplemente.... ¡hoy no es mi día!"

 

 

El despertador sigue sonando, sus vibraciones se transmiten en el aire y llegan justo a mi tímpano torturándolo con aquel chillón ruido, mis ojos se cierran más si es posible y entre las suaves sábanas me remuevo en busca de comodidad. Hoy era Lunes, día de trabajo, pero mi pereza era enorme no quería levantarme de mi acogedor escondite. Los ladridos de mi perro taladran toda la habitación, él y el despertador habían conspirado contra mí; mi manta es alejada de mi cuerpo y una corriente de aire acaricia mi piel, tan fría como el polo norte.

 

—Joder, que hace frío. —Me quejo he intento recuperar aquel cálido ambiente que dejaba mi sábana al estar sobre mi, pero no la encontraba. Me levanté perezosamente con el peor humor de la semana y este se incremento al ver a mi perro con la cobija en la boca mientras movía la cola y ladraba, tratando de decirme "¡Ja! he ganado, te he despertado". — Estúpido Hachiko, trae acá esa manta. —Grité y me lancé a él, que por supuesto, huyó ante mi acción y así estuvimos por todo mi departamento hasta que caí rendido en el sofá.- De acuerdo, tú ganas. Ya me he levantado, me iré a bañar. -Susurré como un zombi y camine en dirección al baño para darme una ducha caliente. Salí ya con mi uniforme de trabajo puesto y la bandana en la cabeza que decía mi apellido.

 

¡Oh! se me ha olvidado lo más importante; Mi nombre es Naruto Uzumaki, tengo diecisiete años de edad y soy parte de las fuerzas armadas de Konoha; cuando tenía quince trabaje por unos meses como fotógrafo de muchos artistas que ahora son muy conocidos pero cambié de profesión al no sentir nada de acción; mi personalidad es hiperactiva, por lo tanto no puedo permanecer sin movimiento por mucho tiempo, sin embargo, este cambio de trabajo no me ha traído resultados favorables ya que todo el día me la paso en una oficina sentado frente al computador haciendo el papeleo a mi feje, Iruka. Es tan injusto soy un gran policía, merezco algo de acción.

 

Al salir, mi perro se acercó a mí y dejó el calendario en mis manos.

 

—¿Qué día es hoy? a ver... ¡Hoy es primero de Febrero! —Grité de la emoción y empecé a saltar, ustedes han de preguntarse ¿Que cojones tiene de especial el primero de Febrero? pues les explicaré así, piensen que han estudiado mucho este año y que el primero de Febrero es el boleto de sus vacaciones. ¡Ya entenderán mi emoción! aunque ese no sea mi caso, el mío es más bien al revés. Después de dos años en una oficina el primero de Febrero tendré mi primera misión, ¡Oh si! — ¡Bien Hachiko! Vamos a comer para irnos a trabajar. —Dije con una gran sonrisa entrando a la cocina y dejando en su plato una buena porción de comida para perros y en el mío un sabroso ramen instantáneo y para beber algo de leche. Cuando acabamos de comer salimos de mi departamento, juntos.

 

Se me olvido mencionarles, Hachi trabaja conmigo en las fuerzas armadas de konoha, es un perro detector; su olfato es uno de los mejores. Tomé mi cazadora, era un día frío y hasta había empezado a nevar, así que me coloque mejor mi cazadora mientras caminaba por las frías avenidas llenas de personas circulando.

 

Iba muy tranquilo y calmado pero mi perro era todo lo contrario, estaba ansioso y hasta agitado. No sé que demonios le pasa. Él con ladridos apunto a mi reloj de mano el cual observé. Grité todas las groserías que pude hasta algunas que no sabía que existían, los adultos que pasaban por allí le tapaban los oídos a sus niños y me dirigían miradas reprobatorias, ¡a la mierda! que llego tarde a mi misión. Corrí apresurado llevándome a muchas personas de por medio gritando unos cuantos "Lo lamento, voy tarde." Hachi corría junto a mí y ladraba desesperado, como si quisiera decirme...

 

—"Corre más rápido que vamos tarde por tu culpa, ¡holgazán!". —O eso fue lo que pude interpretar, a veces creo que puedo entender a mi perro, ustedes tal vez me creerán loco pero no lo estoy. En esos momentos pasábamos por un rayado.

 

—Hachi, deja de quejarte y anda más... ¡Ahhhhh! —Un agudo grito escapó de mis labios al ver como el suelo se acercaba cada vez más a mi cara y ¡Plaf! me estampé en el duro concreto del cruce, lo bueno es que el semáforo estaba en rojo y ningún carro ha de cruzar. Me levanté adolorido acariciando mi cara, Hachi que estaba a mi lado ladraba y gruñía pero en esos momentos mi cara tenía toda mi atención. Abrí los ojos y todas las personas que estaban en la acera me miraban como un demente... ¡¿Qué les ocurre?! Que acaso nadie piensa auxiliar a un herido; Hachi jala de mi cazadora y eso hizo que terminara de explotar.

 

—¡¿Qué quieres?! —Le grité y un camión se dio a conocer mientras tocaba su bocina, giré mi rostro y vi como este se dirigía a nosotros. Sentí que mi cuerpo se movía solo lanzándose a la acera junto a Hachi. ¡Gracias a Dios por otorgarme estos reflejos! Mi cuerpo temblaba y sentía que me faltaba el aire, estuve tan cerca de la muerte. El camionero gritó algo parecido a... "Ten más cuidado, maldito infeliz." y una chica se acercó a mi.

 

—Hey... ¿estás bien? —Dijo una morena de ojos negros. — Casi te envían al cielo.

 

—Y-yo... —Había enmudecido, roce la muerte con la punta de mis dedos, no podía salir de mi asombro. Ustedes se han de preguntar... ¿Por qué un policía esta tan anonadado por estar cerca de la muerte si siempre arriesgan su vida? Pues déjenme recordarles que yo soy uno de esos policías que los dejan en la oficina haciendo un tonto papeleo, algo así como un secretario.

 

—Venga, yo te ayudo. —Dijo mientras tomaba mis manos y me ayudaba a levantarme. — Debería tener más cuidado Oficial Uzumaki.

 

—¿Cómo sabes mi apellido? —Hablé mejor que antes.

 

—Por tu bandana de oficial. —Me tocó la bandana que llevaba en la frente, cada policía debía tener una y esta llevaba su apellido. Yo sonreí y le agradecí por última vez hasta volver a retomar mi rumbo junto a mi perro, él me miraba retadoramente. Exigiéndome unas disculpas.

 

—Esta bien, Hachi, lo lamento. De ahora en adelante te haré más caso amigo. Pero debemos ser rápidos el tren saldrá en cinco minutos. —Empezamos a correr cuando terminé aquella frase, llegaría todo maloliente y sudoroso a la misión pero que se hace, es la misión que he estado esperando por dos años, ¡Joder! no podía dejar pasar esta oportunidad.

 

Al llegar a la estación y entrar en esta vimos claramente como el tren nos cerraba sus puertas en la cara, maldije en voz baja mientras decidía si caminar o esperar quince minutos por otro tren.

 

—Si corremos tardaremos quizá unos veinte minutos y si esperamos al otro tren que se tardará en llegar unos quince minutos, más el recorrido que tal vez sean diez serían... ¡veinticinco minutos! me ahorro cinco minutos si me voy corriendo, ¡genial!... espera, más el tiempo que llevo calculando, ¡ya he perdido dos minutos.! ¡Ostias, Hachi a correr! —Dije mientras salíamos corriendo de la estación, no podía negar que estaba extremadamente agotado por tanta carrera al igual que mi chucho pero debía llegar a tiempo a mi trabajo sino... tal vez nunca más tenga una oportunidad de formar parte de la verdadera fuerza policiaca, todos mis compañeros ya han afrontado al menos un caso, un maldito caso y yo nada, ni me mandan a comprar las rosquillas. Hachi y yo entramos estrepitosamente al cuartel oficial donde vimos a Ino en su puesto, ella era parte de la gerencia o más bien una secretaria. — Hola Ino lamentaos el retraso pero ya estamos aquí. —Dije jadeante y mi perro se acostó en el suelo. Ambos estábamos exhaustos.

 

—Naruto, llegas muy tarde. Ya son las siete y veinte. —Me regañó levemente y yo me rasqué la nuca, nervioso porque se lo contara a nuestro feje. — Pero esta vez lo dejaré pasar. —En mi cara nació una radiante sonrisa y Hachi ladró en manera de agradecimiento.- Listo, ya puedes pasar. ¡Por cierto! Hachi, a ti te necesitan en el escuadrón siete, tienen una misión para la cual requieren tu olfato.

 

—Ino, ¿Que hay de mí? Hoy tengo una misión con el escuadrón número uno, ¿lo recuerdas? Primero de Febrero. —Dije sonriente mientras veía como Hachi se alejaba de nosotros.

 

—Oh, eso. Al ver que no llegabas fuiste sustituido por la frente de marquesina, quiero decir, Sakura Haruno. —¿Que...? deben estar en broma.

 

—Debes estar jodiéndome, Ino. —Ella negó y fue allí cuando exploté. — ¡Pero que mierda! ¡¿Cómo han podido hacerme esto?! ¡Acaso saben cuanto tiempo he esperado por esto! No señor, yo no me quedo aquí. Ino dime donde se han ido para retomar mi puesto. —Me quejé en voz alta mientras le insistía a Ino que me dijera aquella información esta, obvio, se negaba. Rayos, me estaba saliendo de mis cabales y estaba consciente de ello, pero la ira era más grande. En ese momento se oye una voz autoritaria que yo conocía de maravilla.

 

—Naruto, sino te calmas tendré que tomar medidas drásticas. —Dijo mi jefe, Iruka, mientras colocaba su mano en mi hombro.

 

—Pero Iruka, ¿quién ha podido hacerme eso? Acaso no saben todo lo que llevo esperando por esto, ¡joder! Me sustituyen así de fácil. —Me quejé con Iruka, al principio no le tenía ni un poquitín de confianza para quejarme así con él, pero luego tomé un lazo de más que compañeros, se convirtió en algo así como mi familia. Él suspiro mientras colocaba una de sus manos en su frente.

 

—Naruto, he sido yo quien ha tomado esa decisión. —Dijo serio, yo abrí mi boca tanto que pensé que mi mandíbula tocaría el suelo. — Y no me mires así, esto ha sido tu culpa.

 

—P-pero Iruka, lo que ocurre es que... —Y allí le empecé a explicar todo lo que había ocurrido tal cual, bueno alteré un poco mi despertar pero si le dije la verdad. Ino me miraba impresionada e Iruka sólo suspiraba. — Simplemente... ¡Hoy no es mi día! —Dije mientras me tomaba algunos de mis mechones rubios y los jalaba con desespero.

 

—Naruto, de verdad lamento todo lo que ha pasado pero un policía ha de ser muy responsable. —Dijo con un deje de tristeza y yo bajé la mirada. No había nada más que hacer.

 

Él volvió a colocar su mano sobre mi hombro.

 

—Sabes que eres como mi hermanito pero esta vez no puedo hacer nada por ti, sólo ve a tu oficina y vigila los acontecimientos de hoy hazlo en un informe y mándalos a mi oficina, por favor. —Yo asentí y me fui de allí hasta mi oficina encontrando a mis compañeros. Hinata Hyuga y Kiba Inuzuka, al ver mi silenciosa entrada ambos me hacen la misma pregunta.

 

—¿Qué acaso hoy no sería tu primera misión? —yo asentí perezosamente dejando caer mi cuerpo en el asiento que estaba frente a un montón de papeles.

 

—¿Qué mierda es esto? —Dije sin ánimo de nada.

 

—Las misiones que fueron asignadas hoy y los policías que fueron enviadas a estas. Tienes que hacer el informe y luego... —Pero yo no escuchaba más, sólo con ver ese papeleo en mi escritorio me daban ganas de huir por la puerta, odio los papeles, las letras, el escribir. Todo lo que tenga que ver con usar la cabeza. Temblaba ligeramente en mi asiento y al parecer Hinata lo notó.

 

-Naruto... ¿Estás bien? —Preguntó acercándose a mi y como de costumbre sólo asentí. Hinata tomó algunos de los papeles que estaban en mi escritorio, yo le miré extrañado y ella sólo sonrió con un pequeño sonrojo. — T-te ayudaré un poco.

 

—Oye, cuéntanos que ocurrió, ¿por qué no estás en esa dichosa misión? —Dijo Kiba.

 

—Una historia muy larga. —Dije pero aun así les conté todo lo que me había pasado ese día, todas las desgracias que habían ocurrido y el resultado de esto. Kiba frunció el ceño y Hinata estaba impresionada.

 

—¡Pero que idiota eres! Eso paso por no haberte despertado más temprano. —Fue como un balde de agua fría y Hinata se fijo en eso pues le envió una mirada reprochadora a Kiba. — Quiero decir, no estés así. Habrán más oportunidades... creo.

 

—Kiba eso no sirvió de nada'ttebayo. —Murmuré aún cabizbajo con el aura negra rodeándome y sentí una mano de Hinata en mi hombro.

 

—Naruto, piensa que... todo pasa por alguna razón. Es decir, todo tiene un motivo. —Yo suspiré y le miré con una sonrisa, si había logrado animarme un poco. — Tal vez te den hasta una misión más importante que esta... ¿Quién sabe? —Dijo y yo le abracé mientras dejaba muchos besos en su rostro, esta rio avergonzada con ese lindo rubor que le caracterizaba.

 

—Oh Hinata, estoy tan agradecido que hasta te besaría en la boca. Pero mejor no lo hago. —Dije con una sonrisa y esta se quedo paralizada en mis brazos, con una cara que ni las palabras la pueden explicar. Kiba rio.

 

—Si hicieras eso, Hinata caería muerta aquí mismo y tendríamos que llamar a una ambulancia. —Dijo mientras se reía y Hinata recobraba la compostura. — Venga ya, dejemos el parloteo y empecemos con lo nuestro que hoy deseo irme temprano a casa. —Exigió mientras se dirigía a su asiento, Hinata y yo seguimos su ejemplo, las horas pasaron relativamente rápidas, ya no me sentía tan desdichado como antes pero tampoco estaba feliz, ahora tenía nueva meta, conseguir una jodida misión antes de cumplir mis dieciocho, que por cierto son en octubre, aun falta.

 

Ya Hinata se había ido con su primo Neji y Kiba se fue al ver que Akamaru llegaba de una misión, el único que se encontraba en la estación era yo, pues hasta Ino se había marchado. Ya eran las nueve de la noche y el escuadrón de Hachi aún no llegaba, joder, que empezaba a impacientarme. Después de unos quince minutos vi como llegaba un auto policial y se paraba frente a mí; de el bajo Hachi, Sakura e Iruka. Hachi corrió hacia mí y se me lanzo encima, yo con una risa le aparte y los demás presentes se acercaron.

 

—Y... ¿Cómo les fue? ¿Qué tal la misión? —Pregunté acariciando la cabeza de Hachi que ladraba emocionado.

 

—Fue de lo más genial, a pesar de ya tener muchas misiones encima, esta es la que más me ha gustado, primero fui con el escuadrón número uno a investigar un homicidio pero ese mismo momento se presento un robo en el centro comercial de parte del asesino y le capturamos. —Dijo Sakura muy inspirada y sonriente, si supiera que eso sólo me bajaba el ánimo; Iruka lo notó y le dio un ligero golpe en el hombro para que se callara de una puñetera vez. — ¡Oh! y espero no estés molesto conmigo por... tu sabes...

 

—No tranquila, sin resentimientos. —Dije con una sonrisa torcida, no tenía resentimientos pero... venga, que soy humano, aun así estaba molesto.

 

—Y la mejor parte... Fuimos a un caso de Rächer. —Susurró con un brillo especial en los ojos. No puede ser, ¡no puede ser! Joder que su día había sido emocionante, sino hubiese llegado tarde, tal vez yo halla hecho todas esas cosas, que hasta vieron a Rächer, el ladrón más buscado de todo Japón, un solitario que roba joyas, reliquias y objetos, de valor pero nunca dinero; que aun nadie sabe para que, tal vez contrabando. El ladrón que nadie ha podido atrapar, que se infiltra como una serpiente, el ladrón que todo Japón ha buscado desde hace tres años.

 

—¡¿En serio?! —Exclamé impresionado e Iruka asintió con los puños apretados, al parecer seguía resentido con lo que hizo Rächer, hace ya un año que este sedujo a la hija de Iruka y se la llevo a la cama, desde entonces este solo ha intentado detenerlo y tal vez... vengarse. Curioso, todas las víctimas de Rächer, o por lo general la mayoría, desean venganza por lo que este hizo, venganza... lo mismo que significa su nombre pero en alemán... "Rächer"

 

—Y... Sakura, ¿Tu no caíste en su juego, no? —Pregunté con un deje de inseguridad, Rächer es conocido por su forma de seducir, su forma de manipular, un extraño poder que tiene el cual utiliza contra las chicas. Ella se sonrojó y negó rápidamente, que alivio, la verdad si Sakura había sido seducida y follada por Rächer, no me impresionaría ni un poquito.

 

—Sólo pude verle un poco, cuando se escabullía entre nosotros lo sentí, hasta pude... olerlo. -Susurró sonrojada. — Su olor es tan... excitante. desearía volverlo a ver...

 

—¡¿Qué mierda?! ¿Cómo puedes decir una blasfemia así? ¡Eres una policía! ¡¿Lo recuerdas?! —Quise gritar cada una de esas palabras pero sólo me mordí la lengua mientras fruncía el seño, no le podía decir eso a Sakura, ella me ha gustado desde... desde que era un niño, ambos estudiamos juntos pero ella al parecer no se acuerda ni en lo más mínimo de mi. — Bueno... yo... creo que eso era parte de su plan, Sakura. Que le parezcas excitante.

 

—Pues... no lo sé. —Dijo pensativa. Un ladrido de Hachi me regreso a la tierra dándome cuenta que teníamos que irnos ya.

 

—Pues, nosotros ya nos vamos. —Dije en modo de despedida.

 

—Oye, Naruto, si quieres te puedo dar un aventón, tío. Que no es mucho problema. —me propuso Iruka y yo asentí y con una sonrisa me monte en el automóvil policial junto a Hachi, Sakura se despidió de nosotros y se alejó, su casa no queda tan lejos.

 

Cuando llegamos a la casa sólo le coloque algo de comer a Hachi y me dispuse a ponerme el pijama, ¿bañarme? naaah, mejor mañana. Me acosté y deje que el sueño me invadiera, desde hoy me esforzaría más que nunca.

 

Notas finales:

Espero haya sido de su agrado, este es el final del primer capítulo. Ahora me iré a ver Naruto :3. Exprecense todo lo que quieran, me gustaría leer sus reviews pero no las obligaré :3

 

¡Nos leemos! ¡Paz!


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