FORSAKEN
BY LUNA SHINIGAMI
Harry Potter
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Nota: los personajes de Harry Potter no pertenecen, este fic es sin animó de lucro.
Luchemos contra el plagio entre más seamos, más se escucharan nuestras voces, no dejemos que personas inescrupulosas se lleven nuestro trabajo… propuesta liderada por Katrinna Le Fay y adoptada por Luna Shinigami.
Si el fic no es de tu agrado, no te gusto el final, el comienzo o las notas de autor, no te gustan los personajes, ni te agrada la autora, por favor, a riesgo de ser grosera, no comentes, pero si tienes una crítica constructiva decente, soy toda oídos. Y tratare de mejorar.
Atentamente Luna Singani
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Baila exóticamente, bajo el fulgor de la luna llena, baila y se deleita de sus pies descalzos, su cuerpo toma vida propia y su mente allí no está.
No, está perdida ha perdido la batalla… así que solo hay un cascaron vacio lleno de sensualidad y sexualidad.
A su alrededor, se escuchan los aullidos de una manada excitada, por aquel efímero ser que pasa sus manos por su cuerpo engalanado solo de una camisa negra y un pantalón del mismo color.
Sus cabellos brillan al compas de aquella luna que seguramente se convertirá en sangre… los ojos le brillan, en alguna parte de su humanidad fueron platas, ahora, Son casi blancos, sus uñas son largas, pulidas y afiladas, de su hermosa boca pálida y majestuosa se asoman dos hermosos colmillos largos.
Varios licántropos huelen el aire, excitados.
Los humanos y los magos decidieron crear entre ellos, una rivalidad que jamás existió, los hicieron odiarse y perder el camino, enfrentarse entre castas más viejas que la misma humanidad o los mismos magos, pero era hora de retomar el camino, recordar que ambas razas habían sido hermanas, que ambas se cuidaban de la luz que planeaba arrasarlos.
Ahora los licántropos aúllan alborotados y descompuestos de placer, dos veces más grandes que el pequeño cuerpo que danza para ellos… son bestiales, a su lado los vampiros emiten chillidos de placer, acariciando el suave pelaje de aquellas bestias.
Son bestias todos, eso debe ser recordado, criaturas oscuras, que el ministerio de magia quiere censar, que los humanos quieren acabar lanzando cazadores, son criaturas que deben unirse para evitar se exterminadas por seres inferiores a ellos mismos, seres que morirían con solo clavar s colmillos o que se encajara una de sus garras.
Seres temerosos que piensan solo en domesticarlos.
Solo se tienen ellos mismos.
Los aullidos van en aumento, las manos largas y frías de aquellos que alguna vez estuvieron frías, acarician y rasgan los pelajes sintiendo la sangre en sus dedos y excitándose con esto, se refriegan contra ellos, sus ojos blancos velados, mientras la criatura preciosa los sigue llamando a una copula bestial.
Uno de los licántropos se acerca… lo huele, no es un vampiro cualquiera aquella pequeña criatura que se mueve con indecencia, con el mesmerismo vampírico, no, aquel muchachito rubio convertido demasiado pronto, es hijo de la oscuridad, fue convertido por el mismo padre de los vampiros, por el Lord de los vampiros, su olor atrae… es sanguinolento y bestial.
Los ojos dorados del licántropo brillan al saberse reconocido por la criatura bella que baila como si fuese una veela en celo, el chico sonríe acercándose a él a pasos felinos.
La bestia es dos veces más grande, es una alfa convertido, eso al rubio le eleva la poca temperatura que puede tener su cuerpo, su manos pasan despacio por el pelaje tocando, experimentando, las texturas y cicatrices que tiene debajo del pelaje cobrizo, gime de placer, su cuerpo pequeño se amolda al animal y pide un sutil permiso para probarlo, permiso otorgado por el licántropo, que solo sintió los colmillos perforar su cuello con dos afilados colmillos, más aquel mordisco cruel solo excitaba mas al animal, se veía por lo crecido de su miembro peludo deseoso de reclamar a aquel precioso vampiro.
Luego de un corto festín, el vampiro rubio se quito las prendas lentamente… deleitando los ojos dorados de aquel licántropo y con sensualidad movió las caderas acostándose en una especie de lecho sangriento…
El lobo aulló lleno contra el pequeño, lamiendo la sangre con la que estaba cubierto ese cuerpo marfilado...Haciendo al vampiro jalar el pelaje del animal, gimiendo entre cortado, sus ojos casi blancos eran excitantes, en la noche brillaban con fuerza, ambos blancos y dorados se miraban, se excitaban, las piernas del rubio se abrían apresando al licántropo, ni completamente lobo, ni completamente humano… aun podía caminar a dos patas, sus garras sostuvieron la pequeña cadera y sin ningún tipo de preparación abrieron las nalgas para meterse o trato de hacerlo.
Su grito se escucho, más no era un grito de dolor, era de un placer sádico de sentirse partido en dos por el miembro monumental de la bestia – mas- salió de esa pequeña boca pecaminosa y oscura.
El lobo también quería mas, así que de nuevo empujo, sintiendo que aquel cuerpo estaba albergando la mitad de su pene, pero aun faltaba; quería partirlo, quería marcarlo, las garras se encajaban con fuerza haciendo que empezara a caer sangre de las delicada piel, gotas sagradas, y no solo de sus caderas, no, el lobo y el vampiro podían oler la sangre que emanaba de su ano, lubricando aquel bestial instrumento, pero no se detiene, ambos saben que deben y tienen que seguir.
El licántropo termina por entrar completamente en el vampiro gruñendo de placer, el vampiro chillando fuertemente, no hay gemidos humanos, distan de serlos, ahora son animales, criaturas oscuras en un orgia de sangre y placer, porque no solo son los aullidos animales de la pareja en el claro del bosque, no, son la reunión de vampiros y licántropos que estaban ya unos sobre otros disfrutando la nueva alianza.
El rubio jala los pelos cobrizos de los brazos que paren troncos, instándolo a moverse, el otro accede más que encantado, su miembro entra y sale a una velocidad escabrosa poco gentil, bruto, cruel, disfrutando mutuamente del sadismo de aquel acto, el vampiro sabia que el lobo estaba en celo y disfrutar de el con gusto, el lobo sabia que a pesar de la apariencia delicada del vampiro, este no se partiría en dos como en verdad lo haría un humano.
El rubio gemía, chillaba, ululaba con placer, sintiendo que estaba cerca de su liberación… miro la luna, la noche y lamio el pecho peludo de amante animal, el licántropo también estaba cerca de su liberación, estaba cerca del fin... lo sabían ambos y en un acto morboso, se besaron, bueno, el rubio beso el hocico inmenso del licántropo, decorado con esos dientes capaces de destrozar su delicado cuello, mas no importaba, solo el placer que los arrastro a ambos con fuerza a un orgasmo único y bestial.
Claro que en el momento del orgasmo ninguno cerró los ojos.
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Faltaban solo pocos minutos para que el sol saliera, los licántropos ya eran humanos de nuevo y los vampiros debían huir de aquellos rayos que podían acabarles, abrió pesadamente sus ojos y sonrió sádicamente al ver a aquel hombre encima suyo y dentro suyo.
-es hora de despertar… Profesor Lupin- dijo aquella vos seseante y deliciosa, Remus abrió sus ojos castaños y de paso con el brillo aun dorado, primera transformación que no trato de amputarse los miembros, primera trasformación que disfruto y supo porque.
Su lobo y él habían llegado a un acuerdo.
-fue una buena noche-dijo el alfa sonriendo lobuna mente cosa rara en el adusto hombre.
-si lo fue, los pactos fueron reiniciados y el mundo mágico sabrá que a las criaturas no nos deben censar como animales... así lo seamos- dijo el hermoso rubio levantandose- espero que cumpla su palabra… quiero la cabeza de Harry Potter… quiero tener sexo sobre su sangre, despues de todo.. El también te quito todo- se acerco despacio – por el murió Black… por el murió Tonks y por el murió severus… tu pareja, tu todo-
El licántropo aulló de rabia contra el muchachito que le había arrebatado la vida entera y en un beso salvaje, beso al pequeño rubio- lo tendrás, y podrás torturarlo como hiciste con Grey back- rio bajando la mirada viendo un cuerpo destrozado donde habían hecho el amor, el cuerpo de Fenril, partes que ya no eran reconocidas por nadie, más que carne consumida y en pedazos –y luego frente de el aun moribundo te cojera en forma de licántropo, mostrándole que jamás fue un hombre de verdad... Draco-
El rubio sonrió lamiéndole los labios –No necesito un hombre, necesito un lobo-dijo alzando la mirada viendo el primer rayo del amanecer y moviéndose con agilidad desapareciendo de allí.
Remus sonrió, el pacto estaba hecho y esta noche si bien no habría reinado de Voldemort el mudo mágico y el humano sabría porque ellos eran criaturas oscuras… aulló a los demás lobos que desaparecieron y Remus fue comiendo chocolate hacia el castillo, con una sonrisa oscura y vetada por primera vez en toda su lucana vida.
Lo que se puede cambiar, por un vampiro rubio.
Owary