Cáncer, no puedes dejar de oír esa palabra, sientes como se repite una y otra vez en tu cabeza, no importa que te lo dijeran ya hace unos 15 minutos, simplemente no puedes dejar de oírla.
El médico salió de la sala hace ya mucho, no notaste su salida, pero si la mirada de lástima que recibiste por parte de él.
Demonios! no puede ser cáncer, simplemente no puede ser; no has cumplido dieciocho, aun no tienes edad legal para beber, o para conducir, pero tienes cáncer…
Como se lo dirás a tu padre, insististe en ir tu solo, tenias un buen presentimiento, habías dejado de sentirte mal, ya no te sentías enfermo, supusiste que había sido una falsa alarma, que la misma enfermedad por la que murió tu madre no te estaba matando a ti también.
No puedes moverte, simplemente estas paralizado, es una suerte el que te encontraras sentado en el momento en que entro el doctor, ya estabas aburrido de esperar, pero simplemente en este momento habrías preferido que nunca entrara, no te importaría esperar durante toda la vida, con tal que no te diera esa noticia.
Te parece que ya es hora de irte, sientes que has estado allí toda una eternidad, aunque supones que solo han sido unos 20 minutos.
Ya es hora de enfrentar la realidad, de decirle a tu padre y acabar así con todo lo que habías pensado después de la muerte de tu madre, que tú vivirías, que tú lograrías resistirte a esa enfermedad que acabo con ella.
Pero no puedes moverte, simplemente las piernas no te funcionan, empiezas a hiperventilar, logras pararte pero caes en el acto, supones que el ruido alerto a las personas al otro lado de la puerta, sientes como alguien intenta ayudarte a pararte, pero simplemente no puedes, no puedes salir de ese lugar, porque eso significaría aceptar lo que el doctor acaba de decirte, que vas a morir, que no importa todos tus esfuerzos, que ya no importaran tus calificaciones, ni tus planes para el futuro, porque morirás, y si, sabes que todos mueren en algún momento, pero no puedes aceptar el hecho de que no tendrás hijos jamás, el que morirás antes que tu padre, simplemente no puedes aceptar que estarás dejando al único hombre que siempre se ha preocupado por ti.
Y lloras, lloras por todos aquellos que se enteran de lo mismo que te has enterado tu, lloras por ti, por tu madre que aunque apenas la recuerdes sabes que también lloraría esta noticia, lloras por tu padre, porque serás otra persona que lo abandona, por tus amigos, mierda lloras por todos, porque no es justo, no es justo que tu o que nadie tenga que recibir alguna noticia así.
Y es entonces cuando lo vez, vez a tu padre entrar por la puerta, supones que no hiso caso de tu petición y de todas formas quiso acompañarte, y puedes verlo parado en la puerta, paralizado igual que como tú lo estabas hace unos momentos, y corres, porque de alguna forma tus piernas volvieron a funcionar, y te abrazas a él como si fuera lo único que existiera, porque todo lo demás se desintegra con el paso del tiempo, y solo él puede salvarte.
No es sino hasta unos momentos después que sientes como sus brazos te abrazan de igual forma, más fuerte incluso te atreverías a decir, y notas, notas como tu camisa se humedece, notas como el llora, como llora de igual forma que tu, y es como si estuvieran solos, como si nadie los estuviera viendo, como si las enfermeras, los pacientes, los doctores, como si nadie estuviera allí, como si fueran solo ustedes dos, y notas como te dice suavemente en el oído “todo estará bien”, pero tú lo sabes, él lo sabe, simplemente todos saben que no es así, todos saben que ese cáncer es una mierda “silenciosa”, que no se siente ningún tipo de malestar sino hasta que es tan avanzado que no hay nada que hacer contra él, sientes como si todos pudieran ver marcado en tu frente tu destino, y ese no es otro más que la muerte.
No te enteras de cuando salieron del hospital, ni de cuando subiste al auto de tu padre, o cuando llegaron a casa, solo reaccionas cuando te encuentras solo de nuevo, en la privacidad de tu habitación, rodeado de posters de tus bandas favoritas, y piensas que quizás dentro de poco no escucharas nuevamente esos melodiosos sonidos, que nunca podrás ir a alguno de sus conciertos, y te sientes tan condenadamente egoísta, porque deberías estar pensando en tu padre, en ese hombre al que no le importo lo que decían sus amigos, de que debería volver a casarse, para que alguien se hiciera cargo de ti, no, ese hombre mando a la mierda a todos esos amigos, y se dedico a criarte, si, no podía mentir, claro que al principio no fue fácil, como iba serlo, apenas sabia cocinar, como sabría lidiar con un niño de no más de seis años.
Pero lo hiso, es por eso que se sentía orgulloso, era por eso que nunca desobedecía a su padre, pero ahora lo dejaría solo, y tenía miedo, miedo por pensar que haría su padre cuando el ya no estuviera.
Pero debía aceptarlo, no tenia de otra, simplemente iba a morir, y eso no cambiaría nada en el mundo, la gente continuaría muriendo, los niños seguirían naciendo y nada cambiaria.
Ya era hora de aceparlo.