VERDE ESMERALDA
Capítulo I
Draco Malfoy,el príncipe de Slytherin,ese chico soberbio y arrogante que adoraba tratar con inferioridad a cualquiera que se le pusiese por delante,se encontraba desde hacía unas cuantas semanas envuelto en una dulce pesadilla. Temía toparse con él por los pasillos,verle lucir su linda sonrisa,hablar y compartir sus mayores secretos y preocupaciones con La Sangre Sucia y La Comadreja,observar su cuerpo cuando andaba,que a pesar de ser pequeño,tenía unas hermosas curvas y un moldeado trasero que se balanceaba descaradamente de un lado para otro cada vez que daba un paso,pidiéndole a gritos que dejase de devorarlo con la mirada para dar rienda sus más ocultos deseos. Y su rostro,el más hermoso rostro jamás visto era propiedad del Niño que Sobrevivió;su piel tostada,su aroma a canela que dejaba una deliciosa estela cada vez que pasaba por su lado,sus labios carnosos y rosados,que observaba embelesado cuando el moreno pronunciaba palabra alguna,su nariz respingona y ,sobre todo,esos enormes ojos color esmeralda. Verde,era el color preferido de Draco,y cuando los admiraba desde la distancia,podía apreciar un brillo especial que los convertían en una verdadera belleza. También el sonrojo que adoptaba sus mejillas cada vez que se miraban cara a cara,fijamente,como si el tiempo se detuviese y nadie más en todo Hogwarts pudiese interrumpir ese mágico momento. A pesar de su devoción hacia Harry,el rubio comprendía que tenia que guardar las apariencias y tratarlo como siempre lo había hecho;como a un ser despreciable,como si fuese la persona mas repugnante y odiosa del universo.Y cuál era su desgracia,que sentía como si un frío inmenso congelase cada gota de su sangre cada vez que lo insultaba o lo humillaba delante de los demás.Porque amaba a ese chico como nadie podría hacerlo jamás y porque cada segundo que pasaba sentía que debía confesarle sus sentimientos de una vez por todas,porque anhelaba acariciar con delicadeza su cabello negro azabache,besar suavemente sus labios,tomar cada centímetro de su piel y llevarlo hasta el mismísimo paraíso entre sus brazos. Un sábado por la noche,una de tantas en las que no podía conciliar el sueño,decidió que haría todo lo posible para lograr que Harry Potter se enamorase de él,y por supuesto no seria a través de una poción Amortentia,sino a través de la seducción,el encanto y la elegancia que caracterizaba a la familia Malfoy.
Al día siguiente,Draco decidió empezar con sus planes de conquista. Durante toda la mañana,estuvo observándolo constantemente,clavando sus ojos de plata líquida sobre las dos hermosas esmeraldas de Harry. Éste,curiosamente,correspondía sus miradas y las adornaba con una cálida sonrisa,que esté agradecía con un guiño. Cuando esto ocurría,el moreno no podía evitar ruborizarse y tener que comenzar una absurda conversación con algún compañero que estuviese cerca de él como excusa para retirar a ese atractivo rubio de su vista. Al terminar las clases,Draco encontró a Harry por los pasillos junto a sus dos mejores amigos y ,para la sorpresa de estos dos,el Príncipe de Slytherin no se dirigió a él para insultarlo o humillarlo,sino para dirigirle una pregunta algo enigmática:
-Potter,¿puedo hablar contigo a solas sin tus amiguitos de por medio?
-Vaya vaya,ya decía yo que este estaba muy tranquilo hoy-dijo Ron con suma ironía.
-Déjalo,Ron,no merece la pena que te enfades. Nos vemos Harry-dijo Hemione,intentando calmar a su novio.
Acto seguido,la castaña lo tomó del brazo y desaparecieron entre la multitud.
-¿No te preocupa lo que le pueda hacer Malfoy a nuestro amigo o qué?-preguntó el chico pelirrojo a Hermione.
-No es que no me preocupe,pero si Harry desea hablar con él,nosotros no somos nadie para impedirlo-contestó ella.
-Sí somos,somos sus amigos,pero tal vez llevas razón. Supongo que ya es mayorcito para hacer lo que él vea conveniente.-Confesó Ron,algo indeciso.
Mientras,Harry se encontraba frente a Draco,nervioso y algo avergonzado,esperando que éste iniciara la conversación de una vez.
-Bien,creo que ya somos lo suficientemente maduros para andarnos con estas tonterías,¿no crees?
-¿A qué te refieres exactamente,Malfoy?-preguntó El Niño Que Sobrevivió. Pensó que era algo innecesario,pues él sabía perfectamente a lo que el otro se refería.
Draco,poco a poco, fue acortando la distancia que había entre ellos dos. Puso a Harry contra su pecho y tomo las caderas de éste,pero de una forma sutil. El pelinegro,al ser IO centímetros más bajo que él,levantó la cabeza lentamente y se encontró con el rostro del dragón. Todo era tan surrealista;jamás hubiera pensado que se podría dar una situación como esa;hace unos cuantos años era su mayor enemigo y no soportaba verlo u oírlo,pero ahora se encontraba sumido en la más hermosa realidad. Draco tenía unas facciones algo pronunciadas,su tez era blanca y pura como la nieve que abriga a una flor en invierno;su cabello era rubio,pero un rubio pálido;tan lacio y sedoso que parecía hecho de oro y platino,lo había dejado crecer hasta la cintura y lo tenía recogido con un lazo negro de satén. Sus labios eran finos,pero bonitos;su nariz era perfecta y sus ojos un mar de plata envuelto en unas orbes alargadas y no demasiado grandes,sin dejar de ser llamativas. El aura fría y siniestra que solía rodear su rostro había dejado paso a un cara expresiva y llena de luz. Harry estaba tan sumido en sus pensamientos que parecía estar fuera de este mundo,por lo que su rubio tuvo que sacarlo de su trance.
-Y bien¿hasta cuando piensas estar ahí parado admirándome y sin decirme nada?-Preguntó sonriéndole abiertamente,algo que no hacía demasiado a menudo,por cierto...
-¿Qué?-preguntó Harry de la manera más estúpida que hubiese podido conseguir.
-Que te amo- contestó el rubio. Sin pensárselo dos veces,atrapó los labios del Gryffindor con los suyos. El beso comenzó siendo suave,calmado y dulce,pero pronto pasó a ser apasionado y violento. El rubio introdujo su lengua con desesperación en la cavidad del moreno;cuando la de éste tomó contacto con la suya y sintió como ambas de envolvían en una deliciosa danza,ambos sintieron como un inmenso calor recorría cada centímetro de sus cuerpos y acababa liberándose por los poros de sus pieles. La falta de oxígeno les obligó a separarse bruscamente,y cuando lograron calmar sus respiraciones,Draco dijo:
-Esta noche te espero,a las I2:OO,en el Baño de los Prefectos. La contraseña es Verde Esmeralda. No faltes.
Y sin más,le dió un beso en la mejilla y se dirigió a su Casa. Tenía mucho que idear en unas cuantas horas,pero todo acabaría siendo perfecto,tan perfecto como los ojos de su amado Harry Potter.