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Pierrot por hana midori

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Notas del capitulo:

bueno aqui el proximo cap de pierrot, una cosa antes de empezar, acabo de comenzar las clases entonces....tal vez tarde mas en actualizar ya que no tendre tanto tiempo como hacia unas semanas.

Pero fuera de eso espera algo especial en este episodio, jejejeje la cosa se pone buena.

El edificio era bastante viejo, con un enorme letrero que decía con grandes letras:

 

UNDERTAKER

 

La castaña se bajo con rapidez, su plan era esconderse a un lado del carruaje y seguir a Ciel para darle una sorpresa…

 

-¡ahh!—algo la agarro con fuerza del brazo, intento zafarse pero no podía.

 

--bocchan mire quien decidió venir—la chica volteo y la mirada de el Conde y la de ella se cruzaron.

 

--te dije que te quedaras en la mansión—le dijo con voz dura.

 

--lo siento…

 

--Sebastian suéltala. —el mayordomo acato la orden, Roxanne se sobo un poco el área donde la habían cogido, le ardía un poco.

 

--¿Qué hacemos con ella?

 

--que venga con nosotros, aunque le digamos que se quede aquí no hará caso. —Se acerco a la joven, tomando de nueva cuenta su brazo—escucha, tuviste suerte en la mansión pero aquí es diferente, todo lo que digamos lo olvidaras ¿entendido?—asintió con miedo, jamás había visto una mirada tan tenebrosa. —nada de decirle a nadie ¿si?

 

--s-si.

 

--muy bien—la soltó. —vamos, quiero terminar con esto.

 

Sebastian abrió la puerta y dejo que los dos adolecentes entrar primero, una vez que todos estuvieron dentro, cerró la puerta.

 

--¡Undertaker!—llamo Ciel en voz alta, con la intención de que le respondieran.

 

--oh, Conde ya llego—el peliplata se apresuro en llegar a la parte delantera de la tienda, encontrándose con sus ya conocidos visitantes y una chica nueva.

 

--eh, veo que el Conde ya tiene novia nueva.

 

--¡¿Qué?!

 

--no pensé que se fuera aburrir tan rápido de su mayordomo. —dijo con una enorme sonrisa.

 

--¡cállate!—le grito el niño, con un sonrojo bastante evidente—yo no…

 

--yo no soy su novia—agrego la muchacha rápidamente—aunque creo que su segundo comentario esta fuera de lugar. —Undertaker la miro con curiosidad, para después volver a sonreír.

 

--si supiera señorita que…

 

--lamento interrumpir su conversación pero…--el demonio se puso frente a Roxanne, como queriendo que no la vieran.--¿para qué ha citado a mi amo?

 

--jejeje, se lo diré, mas me gustaría que la señorita no estuviera presente, estoy seguro de que esta conversación le podría causar...ideas erróneas.

 

--Roxanne espera en el carruaje. —le ordeno Ciel, la castaña rápidamente obedeció, cosa que sorprendió a todos los presentes. Una vez que se fue, el niño fue el primero en hablar.

 

--deberías contener tu lengua sepulturero—su enojo era evidente.

 

--ni usted ni su mayordomo me dijeron que su relación era… “secreta” jijijiji.

 

--imbécil ¿solo para eso me hiciste venir?

 

--no, de hecho, no era a usted a quien cite—admitió mirando fijamente a el pelinegro.

 

--¿para qué quieres hablar con él?

 

--supongo que recuerda a Magus ¿no?—Ciel abrió los ojos con asombro, la pregunta lo había agarrado totalmente desprevenido, y recuerdos bastante incómodos se hicieron presentes en su cabeza. Undertaker al no recibir respuesta verbal, continúo.

 

--la muñeca que hizo de usted…me la han robado.

 

--¡¿eh?!

 

--si, y quería saber si de casualidad no había sido su mayordomo el culpable.

 

--¿para qué me la robaría?—cuestiono Sebastian un poco indignado. —ademas, yo te la di en primer lugar.

 

--lo sé.

 

La puerta se abrió de manera suave, todos dirigieron su vista hacia la persona que había entrado, y curiosamente no era quien esperaban, si no que, era un joven de cabello rubio…

 

--¡Magus!—de un movimiento Sebastian empujo a Ciel detrás de él, sus ojos se volvieron rojo sangre y amenazaba con atacarlo si se movía.

 

--tranquilos, tranquilos—el peliplata se puso entre el demonio y el hechicero—no tienen que temer, es mi marioneta.

 

--¿marioneta?—el niño quería ver, pero el demonio se lo impidió—explícate Undertaker.

 

--bueno—hizo pasar a Magus, este camino de manera lenta y cerró la puerta detrás de él. —despues de que tú me trajeras la muñeca note algo…me pareció interesante, así que fui hasta lo que quedaba de la casa de Magus y pues…

 

--reconstruiste su cuerpo—le interrumpió.

 

--exacto, lamentablemente es un cascaron que sigue ordenes, no tiene alma.

 

Depuse de oír eso, el ojirojo se relajo de sobremanera, permitiéndole a su amo ver.

 

En efecto, era físicamente el mismo joven que habían conocido en el pasado, solo que sus ojos no expresaban nada, estaban vacios. También notaron unas cuantas cicatrices en su cara y brazos, muy parecidas a las del sepulturero.

 

--¿Por qué lo hiciste?—pregunto Ciel con curiosidad.

 

--necesitaba un ayudante, y quien mejor para hacerlo que un amigo—le respondió sonriendo—Magus ven aquí—el rubio acato la orden, quedando a lado de su amo. --¿hiciste lo que te pedí?

 

--si amo.

 

--muy bien, deja el paquete atrás y quédate ahí hasta que te llame ¿entiendes?

 

--si. —Magus ni siquiera miro nuevamente a los invitados, simplemente se retiro como se le había ordenado.

 

--es un buen chico—dijo riendo el peliplata.

 

--supongo que el verdadero motivo no era la muñeca en si. —mascullo el mayordomo.

 

--solo era una parte, quería ver como reaccionaban al ver a mi pequeño aprendiz.

 

--bueno si es todo nos retiramos—anuncio el Phantomhive, dándose la vuelta.

 

--un momento Conde.

 

--¿Qué?

 

--tengo una última pregunta…para su mayordomo.

 

--hazla.

 

--¿no noto algo especial en la muñeca cuando la tuvo en su poder?

 

--¿especial?—repito el demonio confundido.

 

--si, algo como…no sé, una presencia—la sonrisa del Shinigami se ensancho mucho mas.

 

Sebastian capto rápidamente el significado de “presencia” mas el niño tardo un poco más.

 

--no me digas que…

 

--quien tenga la muñeca—dijo, retirándose a la parte trasera—tiene el alma de Magus. —lo ultimo casi lo grito pues de haberlo dicho con tono normal solo Sebastian lo hubiera escuchado.

 

Ambos, amo y sirviente se quedaron consternados, la pelea que había dado por terminada hacia unos meses parecía resurgir de las profundidades del abismo.

 

--vámonos Sebastian.

 

--como diga.

 

Salieron de la tienda, encontrándose con Roxanne, quien estaba recargada en el carruaje.

 

--¿ya terminaron?

 

--si, nos vamos a la mansión.

 

--¡yupi!—exclamo emocionada ella. Todos subieron al vehículo y este se puso en marcha. Era un alivio para la joven viajar dentro y no fuera, como había hecho al principio. El ambiente dentro del carruaje era algo pesado, Ciel miraba hacia fuera, pensando en que podían hacer para resolver la situación. En cambio Sebastian se recriminaba así mismo por haberse descuidado de esa manera.

 

--falle.

 

--¿eh?—dijeron al mismo tiempo los chicos.

 

--falle como mayordomo de la familia Phantomhive—repitió un poco más alto, esa era una manera de pedir disculpas a Ciel, por no haberlo protegido como él siempre se lo decía, ahora quien quiera que se hubiera robado la muñeca, iría tras su amo.

 

--Sebastian…--¿Qué podía hacer? Tenía tantas cosas que decir, pero, estando Roxanne ahí, no podía decir lo que realmente quería.

 

“Maldición,  porque tenias que venir”

 

Al final, lo único que hizo fue recargarse un poco sobre el pelinegro, y susurrar lo más bajo que pudo:

 

--no hay necesidad de disculparse.

 

*********************************************

 

Ahora estaban solos, nadie los molestaría hasta el día siguiente pues ya era media noche, se miraban sin decir nada, la habitación se encontraba iluminada por un simple candelabro, el cual solo daba la luz suficiente para verse.

 

--¿Quién podría tenerla?

 

--no lo sé, Magus trabajaba solo, y cuando investigamos sobre él no había registro alguno por lo que cabe mencionar que no tenía amigos.

 

--él menciono que una de sus muñecas estaba viva…

 

--la investigue, es una simple humana que apenas lo recuerda.

 

--tks.

 

Muy bien, para ese punto se habían quedado sin sospechosos de manera oficial. Un silencio pesado se apodero de ellos… ¿Quién se la había llevado?

 

--bocchan.

 

--¿Qué?

 

--puedo pedirle un favor. —El niño asintió—recuerda el collar que Lady Elizabeth le dio.

 

--si, pero ¿que tiene que ver con Magus?

 

--me gustaría que de ahora en adelante lo tuviera siempre encima. —le dijo serio, Ciel iba a preguntar nuevamente para que mas recordó la conversación que había tendió con el demonio que día que se lo dieron.

 

--¿crees que haya sido un demonio?

 

--no lo sé, pero esta es la segunda ocasión que me descuido de esta manera y no quiero lamentarme de nada.

 

Sebastian saco el pequeño dije del cajón que había en la mesita de noche y se lo puso a su amo.

 

--¿segunda vez? ¿Y cuál fue la primera?

 

--cuando Magus se lo llevo. —una carga de odio surgió de la voz del mayor en cuanto lo dijo.

 

--deberías saber que eso fue culpa mía—admitió riendo de manera nerviosa.

 

--aun así yo tenía la obligación de protegerlo y no lo hice.

 

--estoy aquí.

 

El ojirojo iba a decir otra cosa pero se guardo silencio, tenía el presentimiento de que seguía con ese tema terminaría peleado con su niño, y en esas circunstancias era lo que menos necesitaba.

 

--será mejor que se vaya a dormir, mañana seguiremos con la búsqueda.

 

--está bien—Ciel se metió  de nueva cuenta en la cama y el mayordomo lo arropo rápidamente.

 

--descanse.

 

--Sebastian.

 

--¿si?

 

--¿te puedes quedar aquí…hasta que me duerma?—Sebastian se sorprendió un poco pero luego sonrió con dulzura.

 

--como ordene. —se sentó al filo del colchón, y con una de sus manos comenzó a acariciar el cabello del pequeño. Este cerró los ojos, le reconfortaba sentir las manos de su demonio, la realidad es que estaba un poco asustado, ya que el que el pelinegro actuara tan seriamente le ponía nervioso.

 

Un ruido, había sido mínimo, casi imperceptible…

 

--¡bocchan!—de un movimiento lo arrojo fuera de la cama, al lado contrario de donde se encontraba él. Le golpe le dolió  ya que cayó de espaldas, pero rápidamente se incorporo ¿Qué demonios estaba pasando? Miro hacia su cama, y 3 enormes dagas estaban clavadas donde el antes estaba durmiendo.

 

--¡Sebastian!—él tenía dos calvadas en el brazo, seguramente resultado de quitar a su amo.

 

--¡maldición!—saco sus cubiertos y los arrojo hacia las sombras. Esa noche no había luna, por lo que solo las velas alumbraban.

 

--jajajajajaja—una risa demente se escucho por todo el cuarto, haciendo estremecer al más pequeño y enfurecer al más grande.

 

Después de eso, todo quedo en silencio.

 

Ni Sebastian ni Ciel se movieron, intentando comprobar si su atacante aun estaba presente.

 

--lo siento bocchan—dijo él mientras rodeaba la cama con paso veloz.

 

--¿estas bien?—pregunto al ver las dagas aun clavadas en el brazo del demonio, este también siguió la mirada de su amo.

 

--no se preocupe por pequeñeces ¿usted como esta?

 

--bien… ¿Qué fue eso?

 

--al parecer fue el que robo la muñeca—luego de decir eso, se arranco la primera daga, hizo una mueca de incomodidad y después retiro la segunda.

 

--estuvo muy cerca…--susurro—si yo no te hubiera pedido que te quedaras…

 

--no lo diga—lo interrumpió—no se atreva ni a pensarlo, yo lo hubiera sentido antes de que lo tocaran.

 

Él solo asintió, conmocionado aun por los hechos pasados.

 

--lo mejor será que lo lleve a otra habitación ¿de acuerdo?

 

--si.

 

Lo tomo en brazos como si fuera una doncella, no recogió otra cosa, incluso dejo ahí el candelabro. Ciel apoyo su cabeza contra el pecho de Sebastian y cerró los ojos.

 

“¿Quien demonios había sido ese?”

Notas finales:

se que este ciel y sebastian no se parecen a los verdaderos pero es que no pude evtiar hacer esas tiernas escenas *O* ademas como aqui son pareja supongo que su relacion se haria menos "formal"

espero les haya gustado y dejen comentarios ^^


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