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Pierrot por hana midori

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Notas del capitulo:

bueno....como dije, aqui haciendo la mega actualizacion!!!!! empezare primero con este ultimo cap de pierrot, espero que les guste y muchisimas gracias a todas las chicas que me han seguido desde el comienzo de esta historia (Muñecas de porcelana) se los agradezco muchisimo.

Ahora, sin mas preambulos el final.

P.S siento que no me quedo muy bien, pero ya diran ustedes

Abrió la puerta suavemente, no queriendo hacer más ruido del necesario. Ciel tenía los ojos cerrados, mas no dormía. El demonio lo recostó con cuidado en la cama, como si fuera a romperse con cualquier movimiento.

 

--bocchan—le llamo suavemente. El menor le miro. Sus ojos parecían vidriosos.--¿quiere que le prepare el baño?

 

--si.

 

Sebastian cruzo la habitación y entro en el baño, abriendo la llave de la bañera.

 

--Sebastian—escucho desde el otro lado.

 

--¿sucede algo?

 

--tu…tu me dijiste que tenias otra cosa además del diario de…de Sophie.

 

No tenia caso recordarla como la chica llena de odio llamada Roxanne, valía más que la recordaran como una niña de nombre Sophie.

 

El pelinegro guardo silencio unos segundos, pensando en si sería buena idea enseñárselo en las condiciones en las que se encontraba.

 

--si bocchan, pero mejor se lo enseñare mañana…

 

--quiero verlo ahora—escucho como su amo se levanto, al momento en el que se giro encontró al peliazul en el marco de la puerta.

 

El demonio suspiro.

 

--iré por él, por favor espéreme—cerro el grifo y camino hacia la salida. Una vez que el niño se quedo solo fue hacia el espejo de cuerpo completo que había en el baño. Miro su reflejo un rato. Retiro el parche que ya no era necesario que llevara, viendo sus ojos azules.

 

Era cierto, el no merecía ser feliz y aun así lo era. La persona que se suponía que lo mataría ahora lo amaba, y no solo eso, si no que era capaz de morir por él. A pesar de los pecados que había cometido su vida ya no era tan mala.

 

Oyó la puerta abrirse.

 

Salió con paso apresurado del baño para entrar en su cuarto. Vio al ojirojo de pie; este le miraba con seriedad.

 

Se acerco con paso lento. Una de sus manos estaba detrás de su espalda, algo tenia oculto.

 

--eso es…

 

--si…es la muñeca de Adeline.

 

El juguete era precioso. Una hermosa muñeca de cabellos castañas, vestida con un precioso vestido rosa.

 

Ya sabían que había sido de la chica.

 

--ella… ¿la mato?

 

--tal vez, es una especulación pero creo que lo hizo como una prueba. Quizá Magus quería estar seguro de que en verdad estaba comprometida.

 

Genial, ahora podía agregar a la lista que la había obligado a matar a su mejor amiga.

 

--bocchan…

 

--estoy bien—dijo en voz baja. Si lo estaba, pero no podía evitar sentir pena. Tomo la muñeca de las manos de su mayordomo y la miro fijamente; de verdad había que admitirlo, Magus había sido realmente bueno en su trabajo.

 

--¿quiere que lo bañe?

 

--por favor—admitió él. Quisiera o no, el olor a callejón se le había impregnado.

 

El demonio rápidamente hizo los arreglos necesario para tener todo listo. Ciel esperaba sentado en la cama, sin dejar de observar a Adeline.

 

“Si hubiera sido más cuidadoso…”

 

--ya está todo listo.

 

--muy bien—con cuidado dejo el juguete en la mesita de noche. Justo en ese momento noto que su cajón estaba semi-abierto. Con curiosidad termino de abrirlo, notando algo ovalado y de color dorado dentro de el.

 

Era el dije que Elizabeth le había dado.

 

Pero estaba cambiado, los bonitos dibujos que había tenido estaban totalmente desfigurados, como si algo los hubiera borrado. No recordaba habérselo quitado después de que su mayordomo se lo pusiera.

 

 

 

Flash back.

 

De golpe las criaturas lo soltaron, esfumándose en el aire, Ciel no supo que sucedió pero no tenía tiempo ni interés en averiguarlo.

 

Fin del Flash back.

 

 

 

--así que eso fue—susurro.

 

--¿el que bocchan?—Ciel dio un brinco hacia adelante, girándose de golpe. No se esperaba que Sebastian apareciera.

 

--¡no me asustes!

 

--lo siento… ¿pero de que hablaba?

 

--esto—le enseño el collar—esto nos salvo la vida—dicho lo ultimo lo abrió, escuchando la melodía.

 

El demonio no dijo nada, el niño tenía razón.

 

Él había visto caer el dije del cuello de su amo; había visto como uno de esos demonios, víctima de la codicia lo tomaba y lo abría, y también como se habían asustado sus compañeros.

 

--a propósito…--cerro el collar.--¿Cómo nos encontraron?—pregunto comenzando a desvestirse.

 

--les dije que si para las 12: 30 no volvíamos fueran a buscarnos, menos mal lo hice sin que ella me viera.

 

Ambos entraron de nueva cuenta al baño. Sebastian ayudo al niño a entrar en la tina, este se relajo muchísimo cuando el agua caliente lo toco.

 

--ya veo…

 

Tomo algo de jabón, y con sumo cuidado empezó a lavar la herida del brazo de su amo.

 

--mmm.

 

--¿está bien?— pregunto preocupado.

 

--si…solo que no me lo esperaba—admitió.

 

--debería cuidarse más…

 

--soy humano, no puedo quedarme quieto. —bromeo.

 

--muy cierto…--respondió algo distraído. Pensaba en algo que tal vez sería una fantástica idea.

 

Termino de bañarlo, tomo una toalla y cubrió el delicado cuerpo de Ciel en ella. El peliazul iba a caminar pero Sebastian lo tomo en brazos.

 

--¿q-que haces?—cuestiono sorprendido, mas antes de que pudiera decir o pensar otra cosa, sintió los labios de su demonio sobre los de él.

 

Se sorprendió, mas le correspondió gustoso el gesto.  Sentía la lengua del mayor recorrer su boca, y jugar con la propia. La falta de aire los obligo a separarse, mas sus bocas estaban unidas por un fino hilo de saliva.

 

--bocchan quiero proponerle algo.

 

--¿Qué?

 

Sebastian se acerco a su oído, susurrándole algo que hizo sonrojar pero sobretodo abrir muchísimo los ojos al menor.

 

--¡¿Qué tu qué?!

 

--¿Por qué no? Yo le amo y usted a mi ¿no?

 

--s-si pero…

 

--además—le interrumpió—no me gustaría que el dicho “la tercera es la vencida” se nos aplicara. —dijo sonriendo.

 

--¿tantos enemigos tienes?

 

--no, pero mejor prevenir que lamentar. Entonces ¿Qué dice?

 

--yo…--miro hacia abajo.

 

Lo que le ofrecía cambiara por completo su vida.; tendría que renunciar a muchas cosas…

 

“¿y qué?”

 

Nuevamente acerco su rostro al de Sebastian, dando un sí con un beso profundo.

 

*******************************************************

 

Tenía prisa por llegar, necesitaba verla. El carruaje no había parado cuando de un salto ella bajo de él, topándose con el mayordomo negro.

 

--¿lady Elizabeth porque la prisa?—cuestiono con una mirada curiosa.

 

--¿Dónde está Roxanne?—la chica miro atentamente el rostro de Sebastian, notando como este se sorprendía ligeramente por la pregunta.

 

--lo siento lady Elizabeth pero la señorita Roxanne se fue hace unos días…

 

--¡¿y porque no me dijeron?!

 

--bueno lo que sucede es que…

 

--¡déjalo! Hablare yo misma con Ciel—la rubia paso a un lado del adulto. Este la observo avanzar, jamás la había visto así. La siguió hasta el interior de la mansión, y una vez ahí, la rebaso.

 

--iré a buscar al bocchan si lo desea.

 

--quiero ir yo misma. —dio unos cuantos paso pero el ojirojo nuevamente la llamo.

 

--insistió en que usted se quede aquí…

 

--estoy bien, se donde que su…

 

Algo la abrazo por detrás, cosa que la sorprendió y asusto. Giro su rostro.

 

--C-Ciel—su prometido la abrazaba con fuerza.

 

--gracias Lizzi—dijo, sonriendo—muchas gracias.

 

La alegría y la sorpresa de la joven se vieron expresadas en su cara, lagrimas comenzaba a caer por sus mejillas.

 

--CIEL—grito llorando mientras le correspondía el abrazo. El demonio los veía, un toque de celos podía ser notado en su mirada mas no dijo nada, sabía de antemano lo que sucedería después de ese día.

 

--tranquila Lizzi—intento consolarla el chico—no llores.

 

--e-es q-que estoy m-muy f-feliz—respondió entre sollozos. Después de todos esos meses por fin podía ver de nuevo la sonrisa sincera de Ciel.

 

--ven quiero enseñarte algo—la tomo de la mano y la condujo al salón.

 

Ahí, ambos bailaron durante horas. Primero con las piezas que tocaba ese aparato enorme, al rato con música que el mismo ojirojo tocaba.

 

Luego  de eso, la llevo a comer al jardín. Devoraron pastel tras pastel mientras hablaban de cosas que hacía mucho no decían.

 

Ese había sido el mejor día de la vida de la rubia.

 

Pero nada es eterno, y el día llego a su fin.

 

--dime Ciel. —hablo ella mientras la acompañaba al carruaje.

 

--¿si?

 

--¿Por qué tu…cambiaste?—el chico se sorprendió mas después sonrió.

 

--decidí que de ahora en adelante quiero hacer las cosas bien…pero antes quería agradecerte todo lo que hace hecho por mí.

 

--¿yo?, ¿pero qué he hecho yo por ti?

 

--jeje, me diste algo que literalmente me salvo la vida—miro hacia abajo—y no solo a mi si no también a otra persona muy importante para mi…--la miro—y no quería dejar esa deuda.

 

Las palabras del Conde la confundieron, y en lo más profundo de su subconsciente la asustaron, mas no dijo nada, tenía el presentimiento de que si decía algo mas, arruinaría el momento.

 

La ayudo a subir al vehículo y este de inmediato se puso en marcha.

 

--¡ADIOS CIEL!—grito ella desde la ventana, haciendo un gesto con la mano. Ciel imito el movimiento. En ese momento su mayordomo apareció detrás de él.

 

--¿sabes Sebastian?—empezó—la extrañare, no era una niña tan fastidiosa después de todo.

 

--aun puede arrepentirse,  bocchan.

 

--nunca daré un paso hacia atrás, recuerda quien soy—le dijo sonriendo—además, es lo mejor para todos, nunca le corresponderé de esa manera…ya tengo a alguien en mi corazón.

 

--me pregunto quien será—el tono de broma se noto inmediatamente.

 

--tonto—le regaño con falso enojo—es hora de irnos Sebastian.

 

--yes, my lord.

 

En el interior del carruaje, la chica tenía una sonrisa de oreja a oreja. Recordaba todos los lindos momentos que había pasado con su primo, esos que ella guardaba en el fondo de su corazón…

 

Entonces recordó el porqué había ido a buscar a su prometido en primer lugar.

 

“¡diablos! Olvide preguntarle que sucedió con Roxanne…”

 

Miro por la venta, más después rio suavemente.

 

“mañana le preguntare”

 

Se dijo a sí misma.

 

******************************************************

 

May Rin barría la banqueta que se encontraba frente a la entrada, parecía hacerlo con más esmero de lo habitual. Fue cuando escucho el ruido de los caballos, levanto la vista y vio un carruaje que no conocía, acercarse a gran velocidad. Ella rápidamente soltó la escoba y corrió dentro de la mansión, gritando como loca el nombre de los demás sirvientes.

 

Estos rápidamente le preguntaron que sucedía pero la chica no les respondió, jalo a los 3 (Bard, Finnian y Tanaka) como pudo y los llevo fuera de la casa. Cuando salieron pudieron ver que una joven de hermosos cabellos rubios bajaba de él.

 

--¡¿Lady Elizabeth?!—preguntaron todos sorprendidos, no era la persona que esperaban pero igual era algo que los alegro.

 

--jejejeje buenas—los saludo. Ya no era más la niña dulce que ellos habían conocido, ahora era toda una dama de la nobleza.

 

--¿qu-que está haciendo aquí lady Elizabeth?—pregunto Finnian. La joven los miro algo asustada.

 

--¿acaso no querían verme?

 

--no, no, no, no—se apresuro a contestar May Rin.

 

--lo que sucede Lady es que nos asombra mucho que usted viniera a vernos.

 

--no creo que tenga nada de malo hablar con viejos amigos. —respondio sonriendo.

 

--¿amigos?

 

--si, además, quería ver a hablar con ella…

 

--se refiere a…

 

--¿sucede algo?—una mujer de 30 años apareció detrás de ellos.

 

--¡señora Marissa!

 

--chicos, cuantas veces les he dicho que me llamen Marissa…--miro a la chica que estaba con ellos—hola, ¿Cómo te llamas?

 

--Elizabeth, yo era la prometida de Ciel Phantomhive señora. —al escuchar ese nombre, todos sin excepción bajaron la vista.

 

--la recuerdo…veo que ha crecido mucho, ¿desea algo de té?

 

--claro—dicho eso todos entraron dentro de la casa, menos Bard que se quedo a fuera para dar instrucciones al cochero.

 

Los pasillos de es mansión no habían cambiado, era exactamente iguales a los que ella recorría cuando era niña.

 

--me alegro—susurro.

 

--¿dijo algo?

 

--bueno es que yo…--un leve sonrojo apareció.

 

--oh, se refiere a la casa ¿no?, yo nunca podría quitarle nada, después de todo solo soy una invitada.

 

Una parte de Elizabeth se alegro muchísimo al saber eso, le asustaba el hecho de que esa mujer cambiara su “infancia”.

 

Llegaron al jardín, donde estaba esa mesita en la que Ciel siempre la recibía…

 

Desde ese día ella no volvió a poner un pie en la mansión. Era la primera vez en 10 años que lo hacía.

 

--tome asiento—le invito la señora, antes de sentarse ella. Sin pensarlo dos veces la joven acato la orden. —creo saber que no viene a recordar buenos tiempos ¿no?

 

--tiene razón—admitió. —yo…quisiera saber algunas cosas.

 

--pregunte, si esta a mi alcance responderé sus preguntas.

 

--usted… ¿de dónde conocía a Ciel?

 

--lo conocí una noche en que él y su mayordomo investigaban las muertes de varias amigas mías…antes de eso nunca lo había visto en mi vida.

 

La respuesta saco de onda a Elizabeth. Si su ex –prometido no la conocía ¿Cómo había sido posible que la nombrara su heredera universal y la dueña de todas sus empresas?

 

--se lo que pensara, ¿Cómo yo, una mujer cualquiera con un pasado dudoso termine convirtiéndome en lo que soy ahora? Bueno, déjeme le cuento que sucedió.

 

 

 

Flash back

 

La noche hacia mucho que había caído, cosa que ponía nerviosa a la mujer que se encontraba frente a la entrada del callejón. Parecía que llovería, y se dio cuenta que no fue buena idea pelearse es dia con ese hombre.

 

--¿señorita Marissa?—escucho a su lado. Reconoció la voz al instante y se giro.

 

--¡ustedes!

 

--buenas noches—saludo el niño.

 

--¿la encontraron?—ambos se miraron con duda, como preguntándose quien le daría la noticia.

 

--Adeline…lo lamento—al final el amo había sido el encargado de decirlo. Marissa lo miro, confundida.

 

--¿ella…?

 

--temo que sí.

 

--Adeline…--susurro al borde de las lágrimas. Las dos únicas amigas que realmente le importaron  ahora se habían ido para siempre.

 

--escuche señorita Marissa, sentimos mucho su perdida, pero quería darle esto—Ciel se acerco a ella y le dio una carta cerrada.

 

--¿Qué…es esto?

 

--es mi testamento, en el la declaro mi heredera universal.

 

--¡¿usted qué?!

 

--hay un carruaje en la esquina, la llevara a su nuevo hogar.

 

--¡¿p-pero porque?!

 

--no puedo corregir los errores del pasado—dijo con tristeza—pero puedo ayudar a mejorar el futuro.

 

La mujer estaba realmente sorprendida.

 

--es su decisión si lo toma o no—se dio la vuelta, dándole la espalda. —vamonos Sebastian.

 

El mayordomo hizo una leve reverencia a modo de despedida y alcanzo a su amo. Los observo hasta que sus sombras se confundieron con la misma noche.

 

Fin del flash back

 

--después de eso busque el carruaje, para mi sorpresa estaba ahí así que decidí tomarlo. —tomo un sorbo de té. Hacía cinco minutos que Finnian lo había traído.

 

--entonces… ¿simplemente se lo dio y ya?

 

--si, luego de que llegue aquí los demás me explicaron que el amo se había ido y que ellos ahora me servirían a mi… honestamente en ese momento y aun ahora, me siento como una invitada cuya estancia se alargo demasiado.

 

La rubia la miro.

 

--¿sabe a donde fue?

 

--no, lo lamento. No entiendo porque se fueron caminando, tal vez tenían otro carruaje más abajo pero lo dudo, ahí no había  mas que ruinas y caminos que no llevaban a ningún lado.

 

--todos los caminos llevaban a algún lado, si no, no serian caminos.

 

--cierto, pero yo me refería a alguna calle de Londres—una sonrisa se asomo por sus labios—su manera de pensar a cambiado mucho señorita.

 

--he madurado…

 

--entonces ya puedo darle esto—del interior de sus ropas saco una carta.

 

--¿Qué es esto?—cuestiono mientras lo tomaba.

 

--algo que he recibido esta mañana.

 

Elizabeth volteo la carta, viendo el escudo de armas de los Phantomhive.

 

--¡¿esto…?!

 

--tome—le dio un abre-cartas. La chica rápidamente recogió el objeto y abrió el sobre, saco la carta sin mucho cuidado.

 

 

 

Elizabeth:

 

Seguramente me odias ¿no?, después de todo lo que te hice pasar estos años. Todas las noches que te hice llorar…me sentiría mejor si me dijera que realmente me odias. Y es que fue muy cobarde de mi parte haberte hecho pasar el mejor día de tu vida, y haberte regresado viejas ilusiones para luego romperlas como cuando la mansión se quemo.

 

¿Te puedo confesar algo? Yo no quería escribirte, y no es porque no te quiera, eres mi prima, y una persona maravillosa. Pero no quería hacerlo, sé que esto te traerá nuevamente esas ilusiones y que al final de esta carta quedaran hechas pedazos. Mas lo hago por una razón…quiero de cierta manera disculparme, por todo lo que te hice y por lo que seguramente te hare.

 

Todos se deben estar preguntando qué fue de mi, el porque me fui y de mas. Déjame decirte que todos los rumores que la gente dice son falsos, todos y cada uno son hechos por gente que no me conoce. Te preguntaras ahora el porque me fui, y aunque quisiera decírtelo sé que no me creerás, además de que, con seguridad encontrarías la manera de maldecirme.

 

No volveré, eso es lo único que te puedo asegurar. No es que no pueda, pero si lo hago te asustare, y no desearas verme nunca más. Prefiero que te quedes con el recuerdo de mi antiguo yo a que veas este nuevo yo.

 

Espero que puedas perdonarme, me encuentro bien, y sé que tu también lo estas.

 

Me hubiera gustado ir a tu boda, debiste verte muy bien con un vestido blanco…

 

Solo me queda decirte que…me perdones, perdóname por todo. Y nunca olvides que, a pesar de que nunca te lo dije, te quiero.

 

Adiós, Ciel Phanthomhive.

 

P.S en el sobre esta algo que tú me diste hace 10 años. Ahora ya no puedo usarlo, pero creo que te gustaría tenerlo. Ese el regalo que, me salvo a mí y a la persona más importante en mi vida. Es el regalo por el cual te debo la vida y mi actual felicidad.

 

 

 

Lagrimas caían por el rostro del la joven.

 

Era una mezcla de felicidad por recibir noticias de su querido primo, pero también de tristeza al saber que jamás volvería a verlo, y que además, había encontrado el amor.

 

Con la mano temblorosa, busco dentro del sobre. Toco algo frio, y cuando lo saco se sorprendió.

 

Era ese dije que le compro, pensando que alejaría a los fantasmas que le provocaban tristeza.

 

Pero estaba muy maltratado, como si lo hubiera puesto al fuego…

 

--Ciel…--susurro antes de tirar en llanto, tal y como lo hacía cuando tenía 12 años.

 

******************************************************

 

--¿segura que se siente bien?

 

--si, discúlpeme que le haya causado tantas molestias—se disculpo Elizabeth.

 

--no causo molestias se lo aseguro, ¿no desea quedarse a dormir? Digo, ya es tarde y no quisiera que le sucediera algo.

 

--¿de verdad?

 

--claro, puede quedarse en el cuarto de Ciel. —la ojiesmeralda bajo la vista.

 

--muchas gracias.

 

********************************************************

 

Miro la gran cama blanca, no tenía el valor de acostarse.

 

Observo de nueva cuenta la habitación, estaba exactamente igual que hace 10 años. Si no fuera porque ella estaba cambiada, nunca lo hubiera creído.

 

Se sentó en el borde del colchón. Luego se recostó en el. Podía sentir el olor de ese niño, pero también noto uno que no reconoció. Presto más atención, intentando reconocerlo.

 

“Sebastian”

 

¿Por qué el olor de Sebastian se mezclaba con el de Ciel?

 

Recordó la carta

 

Aunque quisiera decírtelo sé que no me creerás, además de que, con seguridad encontrarías la manera de maldecirme.

 

--por eso te fuiste…tu lo amas…--susurro, eso explicaba el porqué también él había desaparecido. Para su sorpresa no lo odio, solo sonrió de medio lado. De cierta forma siempre sintió que ese hombre era un rival, y al final resulto que le gano. Le había robado a su Ciel. Pero…si su Ciel estaba feliz así, ella también lo seria.

 

Cerró los ojos, y se quedo dormida al instante.

 

*************************************************

 

Una figura oscura observaba desde la rama de un árbol a la chica dormir. Sus ojos no parecían humanos…

 

--pensé que no querías que te viera—dijo un hombre de cabellos negros y ojos del mismo color que el de la pequeña sombra.

 

--no me está viendo, solo quería saber su reacción…a cambiado mucho. —agrego.

 

--jeje pero usted no…bocchan—Ciel sonrió.

 

--es un privilegios de ser demonio ¿no? El no envejecer…el no cansarse—susurro lo ultimo mientras rozaba sus labios con los del mayor.

 

--no me tiente—le advirtió al tiempo en que sus ojos se encendían.

 

--jeje ¿Qué me harás?—pregunto juguetón.

 

El demonio más grande sonrió. Lo tomo de la nuca, y abrazo la cintura del peliazul.

 

--lo hare gritar mi nombre.

 

--eso lo veremos—le reto, antes de besarlo de manera apasionada.

 

***************************************************

 

Marissa se encontraba en su cuarto, leyendo otra carta que había recibido, además de la que le había entregado a Elizabeth.

 

No era muy larga, solo decía:

 

Usted la cuidara mejor que yo.

 

Lo siento por todo.

 

Lo que realmente le  sorprendido era lo que venía con la carta. Una hermosa muñeca, muy parecida a Adeline. Sonrió, la tomo y la abrazo con fuerza contra su pecho.

 

Dejo el precioso juguete en una repisa, justo al lado del diario de Sophie.

 

--Sophie, Adeline… perdónelo por sus pecados, él no quiso hacer ningún daño a nadie. –se acerco a la ventana, abriéndola de un movimiento. La luna llena era hermosa, era una noche perfecta.

 

--ya no hay un porqué de sentir odio, estamos juntas de nuevo ¿no?

 

Un viento cálido soplo suavemente, acariciando su rostro.

 

Si, ya no había un porque de sentir odio…ya no lo habia.

Notas finales:

en mi defensa, no es facil inventar un final con tu hermana a un lado cantando sin parar el eding de hetalia (?) ni al caso pero bueno xDDDDD

lamento si el final decepciono, a mi la verdad aunque si me gusto, siento que le pude hacer uno mejor, pero ya me diran ustedes....

de nuevo, muchas gracias por seguirme tanto tiempo (y soportar mis estupideces xDDD)

byeeeeeeeeeee

P.S subire lo demas ahorita, no desesperen xDDDDD


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