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Pierrot por hana midori

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Notas del capitulo:

bueno...primero que nada LO SIENTO no planeaba tardame mas de una semana pero aqui les explico por que:

a mi madre se le ocurrio la gran idea de empeñar mi lap una semana, pero dije bueno la de ella me sirve...pues se le descompu.so el teclado, y despues de un dia de estarlo arreglando funciono pero despues vino lo peor...la fuente de poder de la compu se quemo, asi que estuve toda una semana sin computadora y por eso me tarde. Ya se que son pateticas excusas pero bueno....perdon la espera

pero aprovecho para dar mi especial agradecimeinto a princesa lunar y kaname que me han seguido desde el fic anterior, niñas ¡las adoro! pero gracias a todas las demas por sus comentarios, no saben lo feliz que me hacen *O*

--¡ah que rico!—exclamo totalmente maravillada la chica, nunca, en toda su vida había probado tan delicioso desayuno.

 

--me alegro que le guste lady Roxanne—dijo Sebastian sonriendo, siendo un demonio los halagos eran algo que le agradaban de sobremanera.

 

--eres muy bueno Sebastian.

 

--no es nada, como mayordomo de la familia Phantomhive ¿que pasaría si no pudiera hacer algo tan simple como esto?

 

--jeje…hablando de Phantomhives ¿donde está Ciel?

 

--el joven amo está descansando, al parecer no se siente muy bien…

 

--¿de verdad?—pregunto preocupada la joven.

 

--no tiene de que preocuparse lady Roxanne, es común que él haga este tipo de cosas—volvió a sonreír. La castaña continúo comiendo, pensando en algo para alegrar un poco al chico.

 

**************************************************

 

--Ciel…Ciel…--el chico se dio la vuelta, ese demonio no lo dejaba dormir.

 

--Ciel. —en ese momento se percato de algo… ¿porque lo estaba llamando por su nombre sin permiso?

 

--que quieres Seba…

 

Su comentario murió en su boca, no era Sebastian quien lo llamaba.

 

--mire señor Alegría, el pequeño niño al fin despertó.

 

--tiene razón señora Felicidad.

 

Al pie de la cama había un teatro de marionetas, con 2 títeres, uno era un payaso y el otro un hada. Ciel parpadeo un par de veces, pensando que aun estaba soñando.

 

--hola Ciel, venimos a ver como estabas—dijo el payaso.

 

--si, alguien nos dijo que no te sentías bien.

 

--¿quien demonios eres?—pregunto bastante confundido el Conde, aun no pudiendo asimilar muy bien la situación.

 

--yo soy el señor Alegría y ella es mi amiga la señora Felicidad…

 

En ese momento la puerta se abrió, dejando ver a Sebastian con un carrito de metal, el cual tenía el té de la mañana.

 

--bocchan ya se…—noto el pequeño teatro y un muy confundido amo--¿lady Roxanne que hace aquí?—la chica asomo la cabeza por encima del escenario, para poder ver bien a el mayordomo

 

--creí que a Ciel le gustaría algo para sentirse mejor—dijo sonriendo, para luego volver a su antigua posición.

 

--estábamos muy preocupados—hablo el payaso.

 

--Roxanne basta—le advirtió el peliazul, totalmente incorporado he algo irritado.

 

--Roxanne no está aquí solo estamos…

 

--no tengo tiempo para juegos niña, hazme el favor de retírate—la mirada de Ciel era bastante severa, Roxanne se quedo inmóvil en su sitio, meditando si debía acatar la orden del muchacho. Este al no notar algún movimiento se acerco y le arranco los títeres de las manos.

 

--fuera de mi habitación—volvió a repetir, esta vez la castaña salió corriendo del lugar, empujado a Sebastian para poder salir.

 

Una vez que la puerta se cerro, Ciel arrojo los juguetes lejos de él, ese tipo de cosas no podía soportarlas.

 

--bocchan eso no fue muy amable…

 

--lo sé, pero sabes de antemano que odio esas cosas…vamos, vísteme.

 

El demonio rápidamente lo cambio, poniéndole su típico traje verde.

 

--¿que tengo que hacer hoy?

 

--debe revisar algunas cosas de la compañía

 

--muy bien, iré al estudio así que haz que esa chica no se me acerque ¿entendido?

 

--como ordene—acto seguido hizo una reverencia, el joven Conde simplemente asintió con la cabeza y se retiro de su cuarto. Una vez solo, Sebastian soltó un suspiro cansando, al parecer Ciel se había levantado de muy mal humor, ya que ni siquiera había tocado el té.

 

Tomo el carrito y se dirigió a la cocina, fue cuando escucho un suave suspiro en una de las habitaciones. Más por deber que por curiosidad, se asomo dentro del cuarto, encontrando a Roxanne sentada a mitad de este…llorando.

 

--¿lady Roxanne se encuentra bien?—pregunto con falsa preocupación mientras entraba, realmente le daba igual lo que le pasara a la chiquilla. La castaña se puso de pie en un salto, secándose los ojos.

 

--s-si—dijo con el típico tono de voz que los humanos tienen después de llorar mucho rato.

 

--¿el joven amo la hizo llorar?

 

--es que yo…yo solo quería…--nuevamente las lagrimas amenazaban con salir, Sebastian simplemente la veía, no sentía ni la mas mínima simpatía con ella, pero como un mayordomo era su deber consolar a las mujeres de la alta sociedad.

 

--tranquilícese—le susurro, acercándose lo suficiente como para limpiar esas perlas saladas—no se lo tome personal, es solo que el joven amo despertó de mal humor, es todo.

 

Roxanne seguía gimoteando, al parecer tenía que esforzarse más.

 

--deje de llorar, una linda dama como usted no debería hacerlo—le dijo sonriendo, haciendo que un leve sonrojo apareciera en la cara de la chica.

 

--pero…yo…por mi culpa me odia.

 

--no la odia, simplemente no despertó de buen humor, le aseguro que dentro de unas horas se disculpara con usted.

 

--¿de…verdad?

 

--si—Roxanne suspiro profundamente, con intenciones de no llorar mas.

 

--gracias Sebastian.

 

--no tiene de que…--la joven se arrojo sobre el mayordomo, tomándolo por supresa.

 

--muchas gracias—volvió a repetir al tiempo en que lo abrazaba más fuerte, el ojirojo seguía algo sorprendido, por lo que no se movió. La castaña se aparto con una sonrisa en la cara.

 

--se me ocurre otra cosa para que Ciel se alegre—le confeso, y antes de que Sebastian pudiera decir otra cosa, Roxanne dejo la habitación.

 

*************************************************

 

Había pasado una hora y nadie sabía del paradero de la joven, eso preocupo un poco a él pelinegro, no por la seguridad de ella, si no porque si hacia lo que según ella “alegraría a Ciel” se metería en unos cuantos problemas.

 

Aunque en esos momentos tenía una misión mucho más importante, por no decir que imposible…cuidar que Bard no hiciera muchos destrozos en la cocina.

 

--yo cocinare el filete—dijo el cocinero sacando un lanzallamas.

 

--ni se le ocurra usar eso señor Bard—le advirtió Sebastian mientras pasaba a partir otra papa.

 

--¿Sebastian-san puedo ayudar?

 

--no, ahí estas bien Finnian...

 

--¡Sebastian-san!—entro gritando May Rin a la cocina.

 

--¿Qué sucede?

 

--un chico en la entrada me dio esto, dijo que era para usted y que se lo diera cuanto antes.

 

Era un sobre negro, sin nada escrito en la parte de arriba, la volteo, viendo que estaba sellada con un escudo en forma de calavera.

 

--esto es de…

 

--¡al suelo!—grito Bard, había encendido el lanzallamas y no podía apagarlo.

 

--AAHHH/KYAAAAA

 

**************************************************

 

En el estudio todo era más tranquilo, estaba terminando de firmar los últimos documentos cuando alguien toco a su puerta.

 

--pasa.—esta se abrió, pero nadie entro.

 

--¿pero qué diablos?—se levanto de su asiento, acercándose cautelosamente, llevando una de sus manos a el arma que llevaba escondida en la ropa. Cuando quedo frente a la puerta, con la mano derecha la empujo suavemente…

 

--¿eh?—una mesa grande estaba frente a ella, pero esta estaba tirada, con las patas hacia él. Unas bolas de color marrón estaban amontonadas a un lado de esta, con una nota encima. Se agacho y recogió el pedazo de papel.

 

 

 

Creo que esto te animara…diviértete.

 

P.S asómate por sobre el fuerte.

 

 

 

Confundido, acato la orden y en ese momento una bola enorme (según Ciel) de barro le rozo la mejilla, estampándose con la pared.

 

--¡diablos falle!—dirigió la vista hacia donde escucho la voz y vio otra mesa, puesta en la misma posición, alcanzando a ver a una niña agachada.

 

--¡Roxanne!—grito el peliazul enojado, parándose de un salto.

 

“error”

 

En esta ocasión, el lodo logro darle en el pecho, manchándolo por completo.

 

--¡si!

 

--ahora veras niña—guardo el arma en su pantalón, tomo una de las bolas de barro y se la arrojo con fuerza, logrando golpear a la mesa pero no a la chica.

 

--fallaste

 

--¡cállate!—otro de esos proyectiles le rozo el cuerpo, entonces de cierta forma entendió el porqué las mesas estaban así, volvió a agacharse, buscando una posición cómoda.

 

Después de unos cuatro intentos, por fin Ciel logro darle a Roxanne, pero esta rápidamente se lo devolvió.

 

--tks.

 

--tienes mala puntería.

 

--eso quisieras.

 

Pasaron los minutos, las paredes, el piso y alguno que otro cuadro estaban completamente cubiertos de lodo y barro, pero los niños seguían “jugando” con las bolas de tierra.

 

--maldición—los proyectiles se le acaban, había desperdiciado muchos de ellos. Asomo la cabeza por un lado de la mesa, esperando ver a la castaña. Se quedo un rato, observando, no noto que alguien se acercaba por detrás, ni mucho menos que esa alguien se incaba a su altura…

 

--bu—le susurro ella muy cerca del oído, el pequeño Conde, en lugar de gritar saco el arma, colocando el cañón sobre la cabeza de Roxanne.

 

--¡espera soy yo, soy yo!—se apresuro a decir esta, Ciel rápidamente la reconoció.

 

--lo siento, lo siento—la guardo nuevamente para luego mirar a la aterrada joven. —Lo siento—volvió a repetir—es un auto reflejo…

 

--es...está bien—se miraron unos segundos, ambos estaba totalmente sucios, las ropas necesitarían bastante lavado…

 

--¿ya me perdonaste?

 

--¿eh?

 

--por…por lo de esta mañana…yo no quería hacerte enojar—ella miro el piso mientras lo decía, jugando con sus manos. ¿Qué podía perder al decir que si? Pensaba el niño, después de todo ya se le había olvidado.

 

--yo también me comporte indebidamente…--empezó, era muy difícil que él se disculpara, pero hasta un Phantomhive sabe a quién puede (y debe) pedirle perdón.

 

--¿amigos?—pregunto la muchacha, extendiendo la mano.

 

--amigos—la tomo.

 

--¿bocchan?—los dos se sobresaltaron al oír la voz del pelinegro, más que nada porque no esperaban oírla.

 

--¡Sebastian!—el niño se paró de un salto, avergonzado, en ese momento se dio cuenta de que cayó en el juego de la chica.

 

--¿Qué sucedió aquí?

 

--estábamos jugando guerra de barro—dijo Roxanne mientras se paraba. Ciel ya esperaba un comentario burlón por parte del demonio, algo como:

 

“no sabía que al bocchan le gustaba jugar con tierra”

 

O

 

“¿también hicieron pasteles de lodo?”

 

--entiendo…luego limpiare esto bocchan, por ahora debe irse a bañar.

 

--¿para qué?

 

--tiene una cita que no estaba programada—del interior de sus ropas saco la carta, Ciel rápidamente pensó en algo.

 

--¿de la Reina?—cuestiono mientras la tomaba.

 

--no, es de…--Roxanne se asomo por encima del hombro del niño, para poder ver el papel, Sebastian con mucha rapidez se la arrebato a su amo. —Lo siento pero debe prepararse ya—la mirada del ojirojo demostraba seriedad…una seriedad que Ciel solo había visto una vez en su vida…y no predijo cosas buenas.

 

--de acuerdo, prepara mi baño…y el de Roxanne también.

 

--como ordene.

 

Tanto amo como sirviente se fueron juntos mas se separaron ya que uno iba a su habitación y el otro iba a la de Roxanne, la chica simplemente los vio irse.

 

************************************************

 

Ya todo estaba listo, solo había que dar la orden de partir pero…

 

--anda déjame ir contigo.

 

--ya dije que no.

 

--por favor.

 

--no

 

--por favor.

 

--¡que no!

 

Roxanne quería ir con Ciel a donde la carta lo había citado, pero este no quería dejarla ir, llevaban peleando unos 5 minutos y durante todo ese tiempo el chico se dijo así mismo que, ni Elizabeth era tan insistente y molesta como esa chica.

 

--por favor.

 

--no y no Roxanne, esto es algo de trabajo, no sé si Elizabeth te lo dijo pero soy alguien muy ocupado.

 

--pero…

 

--además—le interrumpió—si te quedas podrías hacer más cosas como con las que jugamos esta tarde.

 

--¿de verdad?

 

--si, aun me debes la revancha.

 

--muy bien…me quedare.

 

--de acuerdo, Sebastian vámonos.

 

--yes my lord—ambos subieron al carruaje, y este empezó a avanzar. Roxanne sonrió, corrió lo más rápido que pudo, trepándose a la parte trasera del vehículo, cuando ella quería algo, lo conseguía.

 

--¿de verdad volverá a jugar con ella bocchan?—escucho, al parecer había escogido un excelente lugar.

 

--claro que no, simplemente se lo dije para que se quedara, nada más.

 

--parecía que de verdad se estaba divirtiendo…

 

--ese tipo de cosas ya no me divierten…tu mejor que nadie lo sabes…

 

Ella no podía ver nada, pero si escucho movimiento, solo eso, movimiento.

 

--usted es un niño bastante precoz.

 

--pero parece ser que a ti no te molesta.

 

--la verdad no…

 

Un suave suspiro llego hasta los oídos de Roxanne, estaba bastante confundida, ella sabía lo que podría estar pasando mas sin embargo intento convencerse de lo contrario.

 

--lamento tener que bajarlo de su nube bocchan pero…

 

--si lo sé, ¿Qué querrá ese inútil?

 

--ni idea, pero por su carta parece bastante urgente.

 

--odio que me molesten…

 

--jeje, duerma un rato, lo despierto cuando lleguemos.

 

--si…

 

De repente el interior quedo en silencio, sin hacer mucho ruido, la chica se acomodo en otra posición mas cómoda, ahora solo le quedaba esperar.

Notas finales:

de nueva cuenta ya se, este si no estuvo muy emocionante que digamos....super aburrido >.<

pero el proximo ya sera muchisimo mejor ^^

jejeje espero sus comentarios chicas mil gracias  por su apoyo.

P.S esa niña salio peor que elizabeth xDDDD


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