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Make Up!!! por KaitoShionKS

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Notas del fanfic:

Inspirado en Shadow Lady de Masakazu Katsura.

Notas del capitulo:

nippa!!! iniciando!!!

 

 

¿Por qué mis pies ya no tocan el suelo?, es más ¿por qué dedito a dedito me aproximo más a la muerte?

No planeaba pasar la tarde del viernes colgado a unos ciento cincuenta pisos de la avenida más cercana. Sólo mirar abajo convierte mi estómago en un acordeón. Frente a mí, la sombra impávida de un enfadadísimo Natsue Murayama me mira como si fuera un bicho raro, irritadísimo y bufando "como héroe eres un completo inútil" con ambas manos en forma de asa apoyadas sobre las caderas. Más arriba, en otra cornisa, un extraño hombre de cabellos negros tiene el dedo índice sobre los labios, lanzando miraditas intencionadas a mi esforzado cuerpo que lucha afanosamente por incorporarse sobre el borde del edificio. 

¿Qué hago vestido de cosplay acompañado de un kouhai de instituto? ¿Por qué uso capa al peor estilo de los desaliñados cómics de los 50´s? ¡¿Qué debo hacer si el villano me guiña el ojo y su sonrisa me acaba de mostrar un edén pecaminoso de perversiones que no estoy dispuesto a compartir?!

Pensar que el principio de este día fue completamente normal...

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Viernes en la mañana.

Dormía calentito envuelto en mantas de doble forro, estampadas de círculos y cuadraditos de colores, mis cabellos desordenados estaban levantados al mejor estilo sayajin y enterraba a tal grado las mejillas en la almohada que si seguía así iba a hacer un hueco sólo con mi nariz. Estaba tarde pero eso no era un problema porque a base de esforzarme había ahogado todo remordimiento o sentido de responsabilidad. Me conocían en todo el colegio como "El demorón Hasegawa" y la primera hora me sonaba más leyenda urbana que a realidad. Primero nacía un unicornio bebé de la fuente del patio que verme traspasar el umbral para ir a formación.

- Biiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiip - se agitó la molestia de mi mesa de noche.

Bastó un manazo para mandar contra el muro al reloj de honguito que ya empezaba a fastidiar con: "Hoy es un nuevo día, a levantarse, a levantarse, a levanpppppppppptrrrrrpum". 

"Púdrete" - le dije mentalmente - "regresa al país de los hongos y no te atrevas a interrumpir mi marmoteada jaja..."

El segundo obstáculo para permanecer en el mundo de los sueños lo representaba mi único pariente vivo. Éste era mi hermano mayor, un hiperactivo teniente en exceso responsable, demasiado guapo a ojos de todas las vecinas que se la vivían enamoradas de él. Era bastante alto, de ojos claros y soñadores, cabello azul ondulado echado hacia un lado y excelente forma física. Me daba coraje lo bien armado que estaba a diferencia mía. A su lado me hacía lucir como un pordiosero barato. Por lo general se comportaba como un caballero excepto en el jaleo matutino cuando mi porfía a levantarme le sacaba el lado bestia.

- ¡Shioriiiiiiii! ¡Que te deja el autobús! ¡Ya estarás cambiado! - gritaba Sugizo al otro lado del cuarto tocando como si fuera a tumbarme la puerta. 

- ¿El bus gato de totoro? weeeeeeeeee - me revolví sin consecuencias -...dile que no estoy....zzzzz.... 

- ¡Shioriiiiiiiiii, Shioriiiiiiiiii en verdad no tengo tiempo para esto! - repitió haciendo temblar los goznes con más fuerza. Nuestra ceremonia de stress empezaba a dar sus frutos.

- Ñññññummm... Shiori no puede atenderloñjmmmm... deje su mensaje despues de la señallllñmmmm weeeeeeeeeee- respondí fundido arrebujándome cada vez más, a punto de entrar en estado de hibernación.

Eso no lo iba a detener. Sugizo sabía cómo manejarme.

- ¡Sal de una buena vez, holgazán! ¡Te llevaré a rastras si es necesario! ¡Cómo se las arregla alguien de tu edad para ser tan dejado! ¡Vamos! ¡Vamos! 

¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!

De tres tiros acababa de tumbarme la puerta. ¿Para eso le daban el revolver? Lo que diría su superior si supiera que el agente del orden pasaba las mañanas descargando el arma contra el refugio dorado de su hermano pequeño.

- ¡Yayyyyyyy cuida dónde das con eso! ¡No volverá a crecer si le das! - decía riéndome nerviosamente y haciéndole cruces.

- ¡Ya se fue el autobús, ahora si te coseré a tiros, Shiori!

Y tenía una puntería el maldito. Casi siempre sentía el calor de la bala rozándome la cola, yo tenía que resucitar de entre las sábanas, semidesnudo y correr a saltos con cada casquillo lamiendo mis pies. Así entraba en la ducha y me  bañaba-peinaba-cambiaba al mismo tiempo. Luego agarraba la maleta con igual descarga y terminaba cogiendo la mitad del pan, el reproductor mp4 y un bocado para el camino. 

Así fugaba y con todo para variar, llegaba tarde, mojado como un castor y completamente desaliñado. El tío de normas estaba hecho un toro, cuando se ponía así, halaba de mis patillas hacia adelante con fuerza. Curiosamente esta vez se contuvo y con una sonrisa me pasó el temido sobre rojo.

Todos sabían que el sobre rojo traía problemas. En mayor o menor grado pero los traía y por la sonrisa de Orimasa-sensei seguro que venía un auténtico castigo del cielo.

- ¿Detención? - pregunté resoplando hasta por las orejas.

- Mucho mejor - se abanicó mirándome como un simio feliz.

- ¡Tutoria!

- Eres una desgracia, Hasegawa-kun. Mira quién será tu asesor a partir de ahora... jo!

- Etoo... Natsue... Murayama... pero él...!

- Sí. Está un año por debajo de tu grado. Tus malas notas y escandalosa libreta serán mejoradas por un chico menor que tú. ¿No te da vergüenza ser el único que necesita tutor? 

- ¿Qué pasa si no voy? - me atreví a mirarlo con cierta rebeldía.

- Entonces iré a tu casa a hablar con tu hermano mayor personalmente.

Uyyyy la escena iba a quedar genial. Esta vez me iba la iba a cargar. Sugizo estrenaría la bazooka conmigo. No iba a necesitar puntería, más bien recogedor para barrer mis huesitos o sobrantes.

- Maldita sea - rezongué.

- Ese vocabulario será tu ruina, Hasegawa, ahora anda a la biblioteca que te están esperando.

- ¿Ahora?

- Ahora.

- Vale.

Resignado me moví pesadísimo cargando la gravedad entera sobre mis espaldas a medida que subía la escalera.

"Menudo niñato creído que me habrá tocado. Seguro es un cuatro ojos verraco de lo peor. Esto sí se llama castigo"

Después de rumiar estos pensamientos divisé al chico que miraba su reloj, fastidiado. Era pequeño y menudo, con ojos vidriosos detrás de unas inmensas gafotas. Su piel demasiado blanca no se diferenciaba de la camisa que vestía y la forma como fruncía la nariz me decía que tenía bastante orgullo. Sus cabellos eran completamente lacios de color celeste y el color de sus ojos era extraño como el de un gato o un lince salvaje. Tenía pulcramente dispuestos los útiles y hasta se había sacado un cartelito que decía "Natsue Murayama, tutor".

Estaba mirando hacia la ventana y el aire empezaba a desordenarle los cabellos. No se por qué no fui naturalmente donde él, sino que me quedé observando cómo bailaban sus dedos sobre la mesa. A pesar de ser un gafotas, no se veía tan mal...

De alguna forma, se dio cuenta de que le espiaban porque volteó rápidamente y me apuntó con el dedo.

- ¿Hasegawa Shiori? - dijo animado.

- Si... - 

- ¡Gusto en conocerte! Soy Natsue Murayama y juntos vamos a subir tu promedio a...

- No lo intentes - dije bajando la mano - no estoy interesado en los estudios. 

Ahí si me gané con su carita enfadada. Me parecía que se veía monísimo así, pequeño y molesto. Cómo se cubrieron de rubor sus mejillas y se animaron aquellos ojos tan grandes. 

- ¡Y en qué otra cosa podrías estar interesado! - preguntó.

Le ofrecí mi media sonrisa de vago irremisible.

- Juegos, mangas, musica, animes, películas, muñecos de colección, posters, dormir... - dije tomando asiento, volteando la silla, tendiéndome en la mesa para apoyarme sobre mis brazos sin quitarle el ojo de encima.

Si lindo era la palabra se le podía aplicar correctamente. No me daban ganas de concentrarme en nada, pero él llamaba extrañamente mi atención.

- ¡No me importa si eres una bestia! - dijo cerrando el puño - ¡ni si tienes el cerebro de un nabo espacial! ¡Yo levantaré tu promedio sea como sea!

"Oye... creo que en el espacio no hay nabos..."

Me distraje preguntando dónde crecerían las potenciales raíces de estos especímenes vegetales.

- ¿No estás escuchando neardenthal? ¡Dije a estudiar! ¡Conoce al señor Algebra! ¡Muéstrale tus respetos!- gritó.

Para ser pequeño tenía la fuerza de mil diablos. Me dio en la cabeza con un libro de mil hojas, semejante mole casi me descalabra. Hasta vacío de pensamientos me dejó. Desperté luego de varias horas en la enfermería. Ya no estaba pero me dejó una nota que decía "el lunes empezaremos, alumno holgazán"

Liberarse de él era tarea imposible. Y por alguna razón no lo deseaba. 

"Natsue Murayama..."

Si hubiera sabido que lo iba a ver mucho antes...

Y que mi concepto de "lindo" cambiaría radicalmente...

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Al volver me esperaba una terrible sorpresa.

Mi hermano limpiaba el arma en violentos presagios.

Sobre la mesa había un delineador de ojos de color azul. ¿Acababa de invitar a una chica? ¿Se había echado novia o algo así?

- Me llamaron de la escuela - dijo mirándome dudoso.

- Ahhh lo del tutor pues la verdad que...- tenía que sacudir el temporal lo más posible.

- Ya no tenemos tiempo. Creía que podías ser un poco más responsable, pero no he logrado hacer nada bueno de ti...- prosiguió como si mi interrupción no valiese la pena.

- Je, je...no hables así, hermano no estoy tan mal- reí nervioso. Ya ubicaba mentalmente las salidas más cercanas.

- ¿Sabes qué día es hoy?- preguntó directo clavando sus ojos en mí.

- ¿El día del abuelo?- respondí suplicando a la suerte dar en el blanco.

- Mi cumpleaños...- cortó desalentado.

- ¡Rayos, lo olvidé por completo! ¡Lo lamento mucho, lo lamento en verdad!

- ¡No lo entiendes!

- Claro que sí, ahora mismo iré a comprarte un dulce y...

- ¡No se trata de eso! ¡A partir de hoy ya no podré hacer nada...! ¡Todo quedará en tus manos! ¡Ni siquiera puedo hacer que vayas a la escuela temprano! ¡Qué tipo de guardián seras! ¡Es un desastre completo!

- Eto... guardían...

- Tengo ya ventiséis... mis habilidades me abandonarán para pasar al sucesor de línea masculina más próximo. Y ese, Shiori, eres tú, por maldición de dios. Nunca la ciudad quedó en peores manos. Estuve tan ocupado que nunca pude ponerte en vereda... si te envío ahora, Lord Millenium acabará contigo rápidamente. Creía que acabaría con él mucho antes de que estuvieses en edad de heredar.

- ¿Heredar? 

Iba deslizándome hacia el cuarto. A lo mejor tantos años de servicio le habían enloquecido. Cualquier cosa podía pasar con el arma cargada y él hablando de esa forma tan frustrada.

- No lo entenderás si te lo explico - apuntó directamente hacia mí. -... ahora, píntate los ojos con ese delineador.

- ¡Whaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! - grité negando con todo lo que podía -... oh no, no soy de esos... no sabía que tú lo eras, pero fetiches y entre hermanos, disculpa, no soy de esa tribu...

- He dicho... píntate los malditos ojos, Shizue o te volaré los sesos.

Temblando me acerqué al extraño artículo, lo destapé y pasé la punta por la parte inferior de mi pestaña derecha.

De inmediato una luz azul envolvió el cuarto y la parte inferior del pantalón cambió. 

- ¡Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!

- Así es Shiori, hasta la noche de ayer, tu onisan era un superhéroe en esta ciudad y a partir de hoy, esa tarea la tienes que cumplir tú.

No escuché el resto porque caí cuan largo era sobre el piso.

Notas finales:

n.n pronto el capi 2!!!

Ire a escuchar...

http://www.youtube.com/watch?v=xXK9ShllebQ


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