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Amor del Inframundo. por Naru_Naru

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Notas del capitulo:

¡Hola! Bueno vengo a dar la cara con este fic, ¿qué ha pasado con Amor Ciego? Bien os manda saludos a todos. ¿Qué es Amor Ciego? Uno de mis fics.

 

En fin volviendo al tema. No lo actualizé ayer porque estoy recopilando capítulos, creo que la verdadera actualización será el jueves. Lamento si me tardo mucho, de veras, pero pido un poco de paciencia, ¿Si?

 

Gracias a: Kira2, Katty, Princes Uchiha, Naruko86, No te interesa xD y a Damian_96.  Sus comentarios son geniales

 

  ¿Y? ¿qué hacen aquí? ¡A leer! :)

Amor del Inframundo. Por Naru_Naru.

El chico nuevo.

"Tenía una presencia, una vibra muy extraña; algo que Naruto no pudo explicar, algo que le llamaba la atención."

-Naruto, es hora de que te levantes. -Dijo la voz suave de una mujer en la habitación de su único hijo, quien dormía plácidamente en su cama. Le revolvió un poco al ver que no se levantaba y sonrió al escucharle pedir cinco minutos más.- Amor, no creo que desees llegar tarde a tu primer día de clase. Recuerda que hoy irás a la Universidad católica La mano de Jesús. -Le recordó mientras se sentaba a un lado del joven que estaba entre las sábanas. Sacó su rubia cabellera y la miro con sus hermosos ojos azules.- Vamos, tu papá y yo hicimos un delicioso desayuno para ti.

-¿Ramen? -Preguntó esperanzado con una sonrisa en sus labios y su madre rió suavemente mientras negaba con la cabeza y Naruto suspiró.- Bueno, tenía que intentarlo. ¡Oh! Bendición Madre.

-Dios te bendiga mi bebé. -Dejó un beso en su frente mientras se levantaba.- Procura estar listo dentro de treinta minutos. -Se levantó de la cama y señaló su armario.- Allí he dejado tu uniforme y tus maletas ya estan listas. Te espero en el comedor. -Setenció mientras salía de la habitación y dejaba privacidad a su hijo para que se aseara con normalidad. El rubio se levantó de su cama mientras se miraba en el espejo, su nombre era Naruto Uzumaki y es hijo de una familia católica que viven a las afueras de Estados Unidos. único hijo de una familia millonaria.

Se aseó de manera lenta y con calma como siempre solía hacerlo, su manera de ser era hiperactiva, si, pero en su hogar debía actuar de otra manera, la forma en que sus padres le habían enseñado; según ellos, la forma en que Dios deseaba que fuera. Se colocó su uniforme mientras se veía en el espejo, peinando sus revoltosos mechones rubios, que después de unos cinco minutos yacían acomodados todo hacia atrás; tal cual como los odiaba.

 Bajó las escaleras hasta llegar al comedor donde se encontraba su madre y su padre esperándole.

-Buen día, padre. Bendición. -Dijo sentándose en la silla frente a su desayuno.

-Que Dios te bendiga, hijo. Estabamos esperando por ti para que hicieras la oración del día. -Explicó el hombre rubio de ojos azules que estaba al lado de Naruto; asintió mientras se coloca en forma de rezo, seguido por sus ascendentes para iniciar la oración del desayuno. Se comió en silencio como todos los días de sus dieciocho años. Al terminar fueron a buscar las maletas del rubio, pues ya era tiempo de que le llevaran a su nuevo hogar.

-¿Cómo te sientes, hijo? ¿Estás emocionado? -Dijo Kushina con una sonrisa al momento que acariciaba el cabello rubio de su hijo.

-Pues, un poco mamá. Espero conocer a alguien especial allá. -Se emocionó el rubio pero la faceta de la peliroja cayó de inmediato. Miró a los lados asegurándose de que su esposo no estuviera allí.

-Naruto, tu padre y yo ya te hemos hablado de las relaciones. No queremos que tengas alguna relación hasta que te conviertas en lo que deseas, en ser un papa. Tampoco nos gusta la idea de que tengas relaciones sexuales o, como vulgarmente se dice, sexo. Tienes que esperar a casarte con una linda chica, que sea católica y ame a nuestro señor tanto como nosotros. ¿Entiendes eso? -Naruto bajó su cabeza y asintió con un suspiro, mejor no decir nada. Tal vez su padre escuche y le castigue por el resto de su vida.

Los tres subieron al auto, Minato conduciendo, Kushina de copiloto mientras leía la biblia y Naruto en el puesto de atrás mirando a su hogar, dejándolo atrás para formar una nueva vida, una vida alejada de sus padres, de sus reglas. No es que odiara todo lo que le habían implantado, lo apreciaba mucho, pero ya tenía dieciocho, estaba listo y dispuesto a formar la vida que él quisiera. Con esas ilusiones y metas quedó dormido recostado de la ventana.

 

-Amor, despierta. Hemos llegado. -Dijo Kushina mientras movía lentamente el cuerpo de su hijo, quien con pesar abrió los ojos paseándolos por la gran universidad que había ante sus ojos.

-¿Es aquí? -Preguntó el menor anonadado; Minato asintió y los tres bajaron del automóvil. Kushina ayudó a Minato con las maletas mientras que Naruto se estiraba un poco y admiraba la belleza de aquella universidad; era grandísima y había mucha gente entrando y saliendo. Sonrió al ver lo social que eran las personas pues al salir le veían con una sonrisa mientras le saludaban. Caminó un poco más hasta ver al lado de la universidad un cancha de Futbol. Sus ojos se iluminaron, su mejor pasatiempo era hacer deporte entre ellos el fútbol. Miró como uno de los chicos pateaba fuertemente el balón que por desgracia paso de todo hasta llegar a su cara. Escuchó los pasos apresurados de alguien y al sentir como le tocaban la cara abrió los ojos.- ¿qué paso?

-Oye amigo ¿estás bien? lamento haberte dado con el balón, aveces no controlo mi fuerza. -Dijo mientras se levantaba y le daba una mano a Naruto para ayudarle.- ¿Estás bien?

-Si, si lo estoy. -Se quejó mientras acariciaba su adolorido rostro.- Sólo que esta bienvenida me ha dejado ganas de no volver nunca más. -Escuchó la risa del rubio y abrió más los ojos.

-Así que eres un chico nuevo. Bueno, lamento lo de la bienvenida. Soy Deidara. -Le ofreció su mano y Naruto no dudó ni un minuto en tomarla. Se sentía victorioso y poderoso, ya tenía su primer amigo. Si, asi es, primer amigo ya que sus padres nunca le habían dejado socializar mucho.

-Yo soy Naruto'ttebayo. -Estrecharon sus manos y se soltaron, Naruto algo sonrojado. ¿Por qué? Pues debía admitir que aquel chico era muy guapo además tan amable. O por lo menos esa era su impresión, tal vez no había conocido a muchos chicos en su vida. Sintió como alguien llegaba a su lado imaginándose de quien se trataba.

-Hijo, ¡¿Estás bien?! -Exclamó Kushina acariciando su rostro de manera preocupada, como sólo una madre puede.- Lo hemos visto todo.

-¿Se puede saber de qué hablaban? -Preguntó serio el rubio mayor.- y ¿por qué le pegaste a mi hijo?

-Papá, mamá... Él sólo...

-Naruto, hablo con el joven, por favor. -Dijo Minato serio y el rubio sólo pudo asentir con el entrecejo fruncido por la impotencia; esa era una de las razones por las que se alegraba el poder alejarse de sus padres.

-Señor sólo fué un accidente lo que pasó, estaba pateando el balón con tal fuerza que le di a su hijo y hablábamos de los cursos de exorcismo que se hacen en el vaticano, ya que yo deseo ir a uno de esos. -Explicó tranquilo Deidara; Minato miró a Naruto y pudo ver un leve rubor en sus mejillas, pero creería en aquel chico.

-De acuerdo, me gusta lo de ese curso muchacho pero mi hijo debo llevarlo a la enfermería, con tu permiso.

-¡No! Yo estoy bien padre, de veras. -Sonrió el rubio esperando a que su padre le dejara un rato más por allí investigando la universidad.- Quisiera saber si Deidara podría... Quiero decir, si él quiere... -Se trabó por los nerviosos mientras se rascaba la nuca.

-Me encantaría darte un recorrido por el instituto, amigo. -Naruto miró suplicante a sus padres y estos se miraron ambos suspirando. Su hijo tenía una nueva amistad y ya les dejaba de lado.

-Bien, nosotros nos iremos entonces, Naruto. Pórtate bien. -Abrazó Kushina a su primogénito, mientras dejaba muchos besos en su rostro.- Recuerda de lo que hablamos Naru. Dios siempre será tu mejor amigo. No lo olvides. -Le susurró para que sólo el supiera lo que le decía. Asintió en un cabeceo y luego se despidió de su padre quien le dió muchos consejo para su mejora. Después que se retiraron, Naruto le sonrió a Deidara.

-¿Por qué le contaste esa mentira a mi padre? -Habló mientras empezaron a caminar dentro de la Uni.

-Pues para ganármelo. -Le guiña un ojo y Naruto sonríe atontado.- Por cierto bienvenido a la Uni La mano de Jesús. Tengo veintiún años de edad y estudio arte plásticas y por supuesto teología. -Mientras charlaban y caminaban, Deidara le mostraba cada una de las instalaciones que habían allí; así hasta que llego la noche y debían instalarse en las habitaciones. Naruto rogó porque le tocara con Deidara pero no fue así. Tomó sus maletas y caminó hasta llegar a la habitación predestinada; sacó las llaves y abrió notando que sólo habían dos camas y una de ellas tenía una maleta encima.

-¿Quién eres? -Una voz profunda y masculina atravesó los oídos de Naruto que del susto soltó las maletas al momento que daba un pequeño brinco.- Supongo que te debes de llamar torpe o algo así. -Se burló y el rubio sonrojado tomó sus cosas del suelo.- Pasa rápido que deseo cambiarme. -Naruto entro molesto y de un golpe cerró la puerta.

-¿Sabías que eres grosero?. -Exclamó el rubio viendo mejor al moreno que estaba allí. Pelo negro con reflejos azules, ojos del mismo color que la noche y tez blanca; sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal al sentir algo relativamente extraño, un sentimiento de miedo, incomodidad. El moreno tenía una presencia, una vibra muy extraña, algo que Naruto no pudo explicar, algo que le llamaba la atención.

-Si, lo sé. Pero eso me da igual. -Dijo con simpleza mientras se colocaba un pijama para dormir. Sus palabras eran frías al igual que sus expresiones; Naruto no pudo evitar sentirse intrigado por su actitud, tanto que de inmediato quizo hacer amistad.

-Y... ¿Cómo te llamas? ¿Qué estudias? ¿hace mucho qué estás acá? ¿eres nuevo? Quiero decir... puedes responderme si quieres... ¿Quieres? -Preguntó de manera apresurada. Naruto al estar nervioso se volvía un parlanchin inconcientemente. El joven le miró extrañado y luego contestó.

-Puedes dejar de hablar, ¿qué es esto? ¿un interrogatorio? -Exclamó brusco al sentirse presionado por tantas preguntas. Naruto bajó la mirada apenado por su comportamiento es que... nunca había tenido una conversación con alguien que no fuese conocido por él y ahora que había más personas por conocer no sabía muy bien como actuar.

-Lo siento, yo sólo quería ser amable... Porque...-Se intentó explicar pero fué callado por el suspiro del chico que yacía sentado sobre su cama mirándole de manera cansina.

-Bien, mi nombre es Sasuke Uchiha, estudió Psicología, apenas llegue hoy, soy nuevo, y si, si quiero. -Respondió a cada una de las preguntas del rubio, quien sonrió alegre al hacerle decir algo de información aquel chico misterioso.

-Yo soy Naruto Uzumaki, tengo dieciocho años y estudió Teología y Filosofía además... -Nuevamente fue interrumpido por Sasuke.

-¿Quien te preguntó todas esas cosas? -Otra vez sacó su lado frío y desinteresado haciendo que el rostro alegre del rubio se desencajara por completo.- Tú si que eres un chico muy extraño.

-No lo soy. -Comentó molesto y Sasuke rió de manera sarcástica.

-Bueno, Naruto. Si no te molesta, deseo dormir, he tenido un día muy agitado y lo último que deseo es tener una charla con un tonto rubio. Gracias. -Sasuke se acostó en su cama mientras se acomodaba mejor, dándole la espalda a Naruto. Que revoltoso se acercó a él

-Espera, ¡que no soy tonto! -Replicó cerca de su cama mientras hacía un infantil berrinche. Hasta que sin darse cuenta terminó en el suelo junto a sus maletas. ¿Le había tumbado? Había sido muy rápido

-No seas infantil. No estoy para tolerar a un nene.

-¿Me has tumbado? ¡¿Cómo te atreves?! -Se levantó torpemente mientras recogía sus cosas regadas por doquier dejando al aire miles de quejas.- Eres un teme y uno muy grande...

-Blah, blah, blah. ¿No te piensas defender? -Preguntó Sasuke mirándole levantar sus pertenencias y acomodarlas en algún lugar.

-La violencia y la venganza no son buenas... No las practico. -Susurró con simpleza y Sasuke soltó un bufido aburrido. Otro católico bueno más.- Aunque aveces se hacen muy tentadoras pero debo aprender a controlar mis emociones. -Se hizo un silencio prolongado en el lugar que fue roto por Sasuke.

-Defenderte no está mal; en esta vida tienes que saber hacerlo si no deseas ser pisoteado por todos. -Vió a Naruto recostado en su cama con la vista al techo, y espero alguna respuesta ante eso, pero sólo pudo escuchar un leve ronquido de su parte y escucharlo murmurar algo entre sueños.

-Mhm... Pequeño idiota. -Dijo Sasuke mirando al rubio mientras fruncía el ceño. Dirigió su vista a la ventana, a la terrible oscuridad que procreaba la noche; sabía que allí afuera él le estaba buscando y si no hacía algo rápido para romper la maldición, su alma sería condenada para siempre.

Notas finales:

Fin del segundo capítulo. Este y el primer capítulo me han parecido algo faltantes de acción pero es así como tiene que ser, apartir del tercero ya se verá el comienzo de un SasuNaru, se los prometo.

 Muchas gracias a las seis personitas que me comentaron, se les agradece ;)

¡Nos leemos! ¡Paz!


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