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Calm Storm por VerityMalfoy

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Notas del capitulo:

Tengo algode miedo, porque ya que todos mis fic son sobre ellos dos, estoy comenzando a temer que mis historias se vuelvan repetitivas e insulsas T.T!!! Por eso espero suscriticas y opiniones!!!!! Como siempre espero que se entieda cuando empieza un recuerdo y cuando este culmina!!!!!! y finalmenteeeee espero que disfruten tanto leyendolo cmo yo escribiendolo!!!!!!!!!!!!!! :D


 

Título/Vicio: #14 Licor  

Personajes: Matt, Mello y Near

Género: General, drama. 

 

Matt adoraba el olor del cigarro, para el siempre había sido relajante sentir el humo caliente escapar suavemente de entre sus labios. Era una sensación casi sedante que apaciguaba sus sentidos y lograba nublar su mente por completo.

 

Y no había podido sentirse así desde hacía bastante tiempo. Mello a diferencia de él no soportaba en lo mas mínimo el que fumara y menos dentro de aquel diminuto apartamento. Sin embargo, Mello no se encontraban condiciones de reclamarle nada en ese momento, así que no importaba que el piso se impregnara por completo con la fina neblina que emanaba de aquel pequeño cigarrillo. Y considerando la situación en la que se encontraba  necesitaba sentirse drogado de nicotina y quizás embriagarse con el poco licor con el que Mello no había acabado. 

 

Tomo la botella que se encontraba en la mesita delante de él, intentando hacer el menor movimiento para no despertar a su compañero, quien dormía profundamente, posando la cabeza sobre su regazo. Aunque sería casi imposible que Mello lograra despertarse, con la gran cantidad de alcohol que invadía sus venas. 

 

Apuro un trago directo de la botella, antes de enredar sus dedos y perderlos entre la cabellera dorada.

 

-Near- escapo por segunda vez de esos cetrinos labios que aun se encontraban teñidos de un intenso rosa.

 

No se sorprendió en lo mas mínimo esta vez, más bien se sintió aliviado de que el rubio se encontrara lo suficientemente borracho como para no recordar nada de lo que había sucedido esa noche, aunque para su desgracia él no había corrido con la misma suerte. Por más que quisiera el no podría olvidar.

 

-Ese maldito- vocifero cuando por fin había llegado al apartamento, cerrando de un portazo.

 

No se molesto en preguntar de quien hablaba, había presenciado esa misma reacción una y otra vez, cuyo nacimiento se remontaba a sus años en el orfanato, bien sabia que solamente una persona podía provocar ese tipo de cólera en Mello y ese no era otro que Near.

 

-¿Qué ha sucedido ahora?- pregunto sereno, sin apartar la mirada de su computador, intentando traspasarle su calma a Mello, quien comenzaba a patear todo lo que se le cruzara por el frente, mientras buscaba algo en la casi inexistente cocina.

 

- Se burla de mi- soltó nuevamente-Solo quiere provocarme.

 

-Me parece que estas exagerando- respondió 

 

Pero para su sorpresa, Mello no había estallado en insultos e improperios como era habitual en estas situaciones, en cambio recibió el sonido de un taladrante e inquietante silencio como respuesta. 

 

Se levanto de su asiento metiendo ambas manos en sus bolcillos y camino hasta la cocina. Para encontrarse a Mello quien la había destrozado por completo. Los pocos víveres que se hallaban en las despensas y en el diminuto refrigerador se encontraban esparcidos por todas partes. Supuso que estaba buscando sus preciosas barras de chocolate, pero no había encontrado ni pizca de ellas, el día anterior él le había dado la última y olvidado avisarle que no quedaban más.

 

En su lugar Mello se encontraba pegado de una botella, que el reconoció inmediatamente. Era uno de sus licores. Mello no era muy dado al vicio de la bebida, pero a falta de chocolate bueno era el alcohol para calmar las ansias.

 

Se la acabo de un sorbo, ante sus ojos. 

 

Había logrado escuchar algo que murmuraba entre dientes mientras tomaba una nueva botella, aunque no estaba muy seguro de cuales habían sido las exactas palabras de Mello,   pero había dicho algo como “ni siquiera me ha mirado.” Antes de apurar un nuevo trago.

 

-Mello- susurro posando la mano en la botella para quitársela- No estás acostumbrado a beber de esa manera, te hará daño.

 

-Tonterías- reclamo aferrándose con más fuerza a la botella y volviendo sus pasos hacia la sala.

 

-¿Qué ha ocurrido?- pregunto nuevamente, más interesado que antes en saber que era lo que le había ocurrido a Mello para que quisiera ahogarse en ron y vodka.

 

-Me he encontrado con Near- murmuro tirándose en el mugriento sofá y dando otro sorbo.

 

-Eso es obvio- respondió

 

-Me saca de quicio- continuo soltando un suspiro de frustración- Me hierve la sangre cuando lo tengo cerca.

 

“Eso tampoco es una nueva noticia” pensó sentándose a su lado. 

 

Mello conto con detalle todo lo sucedido. Como había amenazado a Linder, como había sido guiado al cuartel de la SPK y la forma en la que se había comportado Near en su presencia. Todo eso claro estaba entre sorbo y sorbo de alcohol.

 

El se había limitado a escuchar atentamente cada palabra, hasta que algo capto su atención inmediatamente. ¿Cómo había sabido Mello que Near poseía una fotografía suya? Ni siquiera el sabia eso y tendría que resaltar el hecho de que el permaneció un par de años mas en el orfanato que su compañero. 

 

Si alguien podía estar al corriente de ese pequeño detalle y hubiera podido avisarle a Mello de ello, ese era indudablemente él. Pero no tuvo conocimiento de eso hasta el momento en que Mello se lo menciono.

 

Cerró los ojos fatigado y confuso, mientras el rubio continuaba con sus quejas que ya no  escuchaba. 

 

No comprendía la relación que esos dos sostenían. Le intrigaba, fascinaba e irritaba a la vez. Nunca había querido admitirlo, pero lo que Near provocaba en Mello era algo que a él le molestaba de sobremanera-le ponía como decirlo, "Celoso", quizás era la mejor palabra para identificar ese sentimiento de rabia que le invadía- aunque nadie, siquiera Mello lo supiera.

 

-No estás escuchándome- pronuncio el rubio en un susurro que logro helarle la sangre. Ese tono de voz no era nada normal en Mello, abrió los ojos lentamente para encontrarse a su mejor amigo acorralándolo entre su cuerpo y el sofá, posando cada una de sus piernas envueltas en cuero negro a cada lado de las suyas. Tenía la mirada perdida y las mejillas enrojecidas, estaba borracho.

 

-Te dije que esto pasaría- dijo algo irritado, pensando que ahora tendría que hacer de niñera y soportar los quejidos del rubio por la resaca- Ven vamos a darte un buen baño de agua fría- dijo haciendo ademan de levantarse, pero Mello lo devolvió con brusquedad a su asiento.

 

-No quiero- murmuro esta vez posando sus labios sobre su oreja mordisqueándola levemente mientras las cetrinas manos se introducían bajo la camiseta de rayas- Aquí mando yo y se hace lo que yo digo.

 

Y antes de que pudiera decir algo o detenerlo, Mello había arremetido voraz e impaciente contra su boca. En ese momento no le importo que Mello se encontrara tan borracho, que podía sentir el licor en la lengua de este mientras recorría con desespero su boca. No le importo si así podía gozar de ese manjar por primera vez en su vida. No pensó, solo se dejo hacer, correspondiendo al beso con la misma pasión y desenfreno, gozando de ello mientras pudiera, ya encontraría una excusa la mañana siguiente, ya le explicaría a Mello y quizás por fin su amistad podría tomar otro tinte.

 

-Ah, Mello- jadeo sobre los labios de este al sentir las manos del rubio en su entrepierna.

 

 

-Ahja… Ne..Near, cuanto te extrañe.

 

Silencio. 

“Near”. Ese nombre que no era el suyo.

 

Aparto a su compañero y lo miro por un instante antes de que se fuera desplomando lentamente bajo los efectos del ron que comenzaban a adormilarlo.

 

Near. Ahora si podía decirlo con propiedad y solidas razones. Lo odiaba, sinceramente, lo detestaba.

 

Volvió a tomar otro trago mientras removía nuevamente la cabellera del rubio, saliendo de sus cavilaciones. El sueño lo estaba invadiendo a él también, miro el diminuto reloj de la laptop que se encontraba en la misma mesita que la botella, eran las 9 de la noche. Cerró los ojos unos instantes, para descansar un poco de todo lo que había sucedido ese día, para después llevar a Mello a su cama. Pero cuando abrió los ojos Mello ya no se encontraba en su regazo, en realidad no se encontraba en ninguna parte del apartamento, miro nuevamente el reloj del computador que ahora marcaba las 4 de la madrugada.

 

Observo la desolada sala y se dio cuenta de que Mello había dejado su chaqueta de cuero tirada en el piso, de la cual sobresalía un pequeño trozo de papel blanco de uno de los bolsillos.

 

“Querido Mello” se encontraba escrito en una letra extrañamente familiar e impecable en el medio del papel y al voltearla se encontró con su mejor amigo, un par de años más joven y con su angelical sonrisa pintada en sus labios, esos dulces y jugosos labios que no eran suyos.

 

Y de repente llego una nueva posibilidad  a su mente. ¿Y si a Mello nadie le hubiera advertido de esa fotografía? ¿Y si él lo hubiera sabido desde el instante en que ella cayó en las alvinas manos de Near?

 

Una amarga sonrisa curvo sus labios, mientras colocaba nuevamente la foto en la chaqueta. Y encendió otro de sus fieles cigarrillos, tratando de no pensar en donde estaría Mello, que estaría haciendo a esas horas de la madrugada y mucho menos con quien se encontraba.

 

 


 

 


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