Capitulo3: Despertar
El desagradable olor a desinfectante y antibiótico se percibía en todo el lugar, las paredes se alzaban en un blanco impoluto y el abrumador silencio sólo era roto por el constante bipido de las maquinas conectadas al cuerpo del Namikaze.
Los enormes ojos azules se iban abriendo con dificultad, la luz lastimaba la retina y tuvo que entrecerrarlos de nuevo hasta ir acostumbrándolos poco a poco; luego de un rato logró enfocar el blanco de los muros, la habitación era espaciosa; trató de incorporarse pero no lo logró.
Sentía la lengua pastosa y el cuerpo pesado, por un momento le entró el pánico, un escalofrío lo recorrió completo al recordar lo anteriormente acontecido, su pulso se comenzó a elevar llamando la atención de la enfermera de turno al escuchar el pitidillo de las maquinas que chequeaban los signos vitales.
-Sr. A despertado – sonrió cálidamente acercándose hasta él – tranquilo, todo va a estar bien, en un momento llamo a su doctora para que lo revise.
Naruto intentó preguntar algo, pero al abrir la boca sólo gemidos ahogados salían de su garganta.
-No se esfuerce señor, permítame llamar a su doctora para que ella le explique su condición.
El rubio mantenía una mueca angustiada en su rostro; asintió en aceptación para luego ver como la enfermera salía de su habitación.
Tres minutos después una rubia de sonrisa amable y ojos color miel entraba por la puerta, vistiendo su acostumbrada bata blanca.
-Buenos días señor Namikaze – saludó al entrar, quedando frente a la cama del paciente.
El rubio miró suplicante e intentó hablar de nuevo, llegando al mismo resultado que la vez anterior.
-Tómelo con calma – instó llevando la mano hasta una de las muñecas del rubio y ejerciendo presión en muestra de apoyo – me gustaría que me pusiera un poco de atención, voy a explicarle y asesorarlo en su padecimiento.
El ojiazul asintió poniendo toda su atención en la rubia, mientras ésta le explicaba, también comenzó a realizarle un chequeo de rutina midiendo la respuesta física de Naruto a estimulantes externos.
-Bien, parece que todo esta muy bien – afirmó al terminar la auscultación – espero que comprendieras todo lo que te e expuesto, tu recuperación física será un poco lenta, ahora mismo debes tener todos los músculos agarrotados, es normal; las terapias ayudaran a que recuperes tu movilidad paulatinamente; en cuanto a tus cuerdas bucales, esas se recuperaran con mas rapidez, sólo no te presiones, hay personas que se preocupan por ti, y estoy segura de que te ayudaran a salir adelante, ahora mismo dos de tus amigos se encuentran en la sala de espera.
-Sa… Sasu… ke - balbuceó el rubio con voz quebrada.
-Sí, ese es – reiteró complacida por el avance del paciente.
Apenas había despertado hace unos minutos y ya podía hablar; ese chico es sorprendente, pues en sus años de servicio nunca trató con alguien que reaccionara tan favorablemente a un ataque cataléptico y mucho menos rápido.
-Sas… uke – repitió con mas facilidad.
-Esta bien – asumió entendiendo a lo que se refería el oji azul –, lo hare pasar ahora y podrás verlo unos minutos sólo si prometes tomártelo con calma ¿De acuerdo?
El rubio asintió con una amplia sonrisa, pues si bien los músculos de su cuerpo estaban agarrotados, los de su rostro le respondían con toda naturalidad.
N&S
La doctora salió por la puerta de la UCI y a unos cuantos pasos se topó con las personas que estaba buscando.
El pelinegro y el de coleta se acercaron a ella tan pronto la vieron.
-¿Doctora, hay alguna mejoría? – se adelantó el Uchiha.
-Sí, – respondió con una amble y complacida sonrisa – el señor Namikaze ah recobrado la consciencia.
Sasuke y Shikamaru sólo atinaron a mirarse a los ojos para luego automáticamente fundirse en un abrazo, los dos estaban muy emocionados; tanto que no repararon en la presencia de la doctora, hasta que ésta carraspeó para llamar la atención.
Sasuke escuchó la falsa tos y un tanto apenado por sus impulsos se soltó del agarre del otro, volviendo a su semblante serio aunque con un ligero rubor.
-¿Podemos… podemos pasar a verle? – preguntó el azabache con visible vergüenza.
La rubia evitó dejar salir la risa que le causaba el ver la actuación del otro y contestó como toda una profesional.
-Estamos por pasarlo a piso, tan pronto este instalado, podrán pasar a verle de uno en uno.
-Bien – aceptó Shikamaru, mientras Sasuke sólo asintió.
-Ahora si me permiten, me gustaría que pasáramos a mi oficina, tengo que plantearles los cuidados y procedimientos que llevaremos a cabo de ahora en adelante con respecto al paciente.
Shikamaru miró a Sasuke, como preguntándole si quería acompañarlo a la oficina de la doctora; el Uchiha hizo un movimiento afirmativo con la cabeza; y así ambos caminaron tras la rubia rumbo a su consultorio.
N&S
Shikamaru Nara ansiaba ver a Naruto ahora que éste había despertado, sin embargo no era tonto y de sobra sabía que aunque su amigo le apreciaba, si le dieran a escoger, obvio escogería que Sasuke le viera primero, así que optó por incitar al azabache para que pasara primero, mientras él iba a informar a los demás conocidos del Namikaze sobre los avances obtenidos.
Sasuke caminó con cautela, sentía el corazón en la garganta y las palmas de las manos le punzaban por el nerviosismo; si bien se moría de ganas por ver a su rubio, también estaba consiente de que Naruto y él nunca antes habían tenido una relación estrecha, por lo que seguramente el rubio se mostraría extrañado con su presencia.
Tragándose todas sus dudas empujó la puerta y entró con sigilo, levantó un poco la vista y se topó con la azulina y brillante del que reposaba en la cama.
-Sasuke – emitió el rubio con voz ronca y temblorosa, regalándole una sonrisa ilusionada al de ojos negros.
Sasuke se paralizó por unos momentos, recorrió imperceptiblemente la habitación, centrándose en la camilla hospitalaria donde el rubio permanecía. Observó por unos segundos al ojiazul éste estaba cubierto hasta la cintura con una ligera manta, los aparatos en su pecho ya no estaban, por lo que ahora vestía una camisa tipo pijama color azul claro, y aunque ahora la piel lucía un poco mas pálida que en el pasado, se veía mucho mejor que dos días atrás.
-¿Sasuke? – volvió a llamar el ojiazul al ver que su visitante no se movía ni emitía palabra alguna.
El aludido tardó unos segundos más en reaccionar, pero al hacerlo se acercó más, hasta quedar en un costado de la camilla.
Como si estuviera hechizado, llevó una de sus manos al rostro del rubio y con suma lentitud rozó con las yemas de los dedos toda la superficie, delineando con suavidad los pómulos, las marquitas que se alzaban sobre las mejillas y por ultimo los carnosos labios.
Naruto enmudeció ante tal acción, los ojos del pelinegro le veían casi con adoración, él cerró sus orbes azules por instinto y al sentir aquellas cálidas yemas sobre sus labios, no pudo evitar besarlas.
-Naruto – murmuró Sasuke con voz apenas audible, alejó su mano y lo miró fijamente por unos segundos más, como si fuese algo irreal.
"Es increíble, un milagro" pensaba el pelinegro con el pecho hinchado de felicidad.
-¡Naruto! – volvió a pronunciar esta vez mas emocionado, y en un acto impulsivo se abalanzó a los brazos del rubio.
-Sasuke – musitó Naruto con los ojos muy abiertos, aspirando el aroma de los negros cabellos.
-No sabes… no sabes, lo difícil que fue creer que te había perdido – confesó el de ojos negros con voz ahogada.
A Naruto le costaba un mundo corresponder al abrazo, sus extremidades le pesaban toneladas, aun así hizo el esfuerzo y lo logró.
Aunque pobre, Sasuke sintió los brazos de Naruto sobre su espalda y casi lloró de felicidad, levantó la mirada pues había refugiado el rostro en el cuello del rubio; éste le correspondía con una enorme sonrisa y ojos brillosos por las lágrimas retenidas.
-Sasuke… yo, te amo – exclamó con un hilillo de voz.
El azabache le sonrió en respuesta, acercándose al rostro del otro y posando sus labios delicadamente sobre los de Naruto.
Fue un beso lento, sólo unos cuantos roces superficiales, sin llegar a profundizar, aun así les hizo vibrar todas y cada una de las células del cuerpo.
-Yo también te amo, Naruto, mucho, mucho – respondió volviendo a hundir el rostro en la curvatura del cuello del ojiazul.
N&S
Dos meses habían pasado desde que el rubio despertó en el hospital y su cuerpo ya estaba casi en optimas condiciones gracias a las terapias y cuidados de su ahora novio oficial y los empleados de la mansión Namikaze.
El rubio se encontraba en su despacho sentado tras el escritorio; aunque Shikamaru se hacía cargo de la mayoría de trámites para las empresas textileras, Naruto debía revisar y firmar documentos que sólo él como presidente podía autorizar, es por eso que justo ahora se encontraba dándole un vistazo a unos cuantos documentos.
-Naruto, es tarde, ya ven a dormir – reprendió una voz desde la puerta del despacho.
El rubio alzó la vista respondiendo el llamado y sonrió al encontrarse con la estilizada figura de su guapo novio, éste portaba ya el pijama de dos piezas conformado por el pantalón y la camisa manga corta de seda en color negro.
-Ya voy amor, sólo me falta uno mas y te acompaño.
-No Naruto, ya vamos – replicó caminando hasta ponerse tras la espalda del rubio – anda vamos ¿Sí?
Lo ultimo lo susurró sobre el oído, pues aprovechando la posición se inclinó un poco, apoyándolas manos sobre el respaldar de la silla y su barbilla sobre el hombro del ojiazul.
-Sasuke – gimió el ojiazul al sentir los labios del otro jalándole el lóbulo de la oreja.
-Vamos – susurró – prometo hacerte sentir muy bien.
Un escalofrío recorrió la columna del Namikaze al escuchar la sensual propuesta.
-Sé que te gustará – le volvió a tentar y ese fue lo que impulsó al rubio a seguirle.
-Esta bien, vamos – con un poco de dificultad se levantó y cogió el bastón en el que se apoyaba para caminar.
Las cosas de Naruto habían sido trasladadas a una de las recamaras en la planta baja debido a la imposibilidad del rubio para subir las escaleras.
Y hasta ahí se dirigieron ambos.
Sasuke se había mudado a la mansión dos días después de que el rubio saliera del hospital, y aunque en un principio tenia su propia habitación, a los pocos días comenzó a compartir recamara con su amado.
-Mfmf – se quejó el rubio al ser lanzado con un poco de brusquedad sobre la cama.
-Perdón – se disculpó postrándose sobre el cuerpo de su apetecible amor, mientras comenzaba a besarle la barbilla – es que ya no – beso – aguanto – beso – me comen las ganas por sentirte dentro de mi.
Y era verdad, pues aunque habían aprovechado el tiempo y se satisfacían con ardientes sesiones de besos y caricias, aun no consumaban la relación al cien por ciento por temor a que repercutiera en la salud del rubio.
Pero como el azabache había dicho, se moría de ganas por ser embestido por Naruto y que le rompiera el culo con fuerza; así que aprovechó esa tarde para hablar con la doctora Tsunade y preguntarle con vergüenza y todo, ¿Si su amado ya podía mantener relaciones sexuales sin riesgo?
Tsunade tuvo que tener un control absoluto para no soltar la carcajada, pues aunque estaba acostumbrada a ese tipo de consultas; le había tomado un gran cariño a Naruto y el rubio venía preguntándole lo mismo desde hace un mes, ella había preferido no arriesgarse a nada y se los prohibió de momento, sin embargo los avances y últimos estudios del rubio habían salido muy bien, por lo cual decidió levantarles el castigo y autorizar dicha actividad física.
Sasuke fue bajando lentamente sobre el cuerpo de Naruto; segundos antes de trepar a la cama se había desecho ya de su camisa y ahora mostraba su torso desnudo.
La brillante mirada azulina no perdía detalle del esculpido cuerpo que se cernía sobre él, había que reconocer que Sasuke era el tipo mas bueno que haya tenido en su cama.
Pero no era sólo eso, Sasuke no era sólo una cara y cuerpo bonito, detrás de ese semblante de amargado y orgullo fabricado, se escondía un hombre de ideales establecidos, dedicado para con los que apreciaba y lo más importante, sabía dar y recibir amor.
-Esta noche – besó – me desquitare de todo el tiempo que me haz tenido en abstinencia.
Naruto sólo sonrió ante las palabras dichas por su novio, respondiendo al apasionado beso, pues sabía que la vida sexual del azabache era nula antes de iniciar una relación sentimental con él.
-¿Sí? – Preguntó el rubito con un tinte de seducción – ¿Me vas hacer gozar esta noche?
-Luego de esta noche sólo podrás asociar la palabra sexo con mi rostro – contestó sonriendo con autosuficiencia.
Naruto se reprimió de nuevo, evitando soltarle una guarrada parecida a "Yo diría que en vez de tu rostro sería a tu apetecible culito"
Y aunque el Uchiha no le había escuchado decir nada, por la sonrisa lasciva que el rubio mantenía en su rostro, bien podía imaginarse las cosas pervertidas que el otro estaba pensando. Con fuerza mordió su labio inferior para tragarse los gemidos, pues había comenzado a restregar el trasero contra el miembro ya despierto y duro del Namikaze.
-Mmmm Sasuke – gimió el rubio apretando los aglobados glúteos de su amante con ambas manos, ayudando en los movimientos del otro.
-¿Qué pasa Naru, te gusta sentirme así? – comentó con tono morboso meneando en círculos el trasero, mientras sus traviesas manos iban desabrochándole los botones a la camisa del rubio.
-Ammm… no esta mal, pero me gustaría mas que la ropa no estorbara.
-Uhhh sí, tienes razón – jadeó terminando de quitarle la camisa, aprovechando el tener la canela piel desnuda a su disposición y chupando cada extinción a su alcance. – Sólo uhmmm hay que alargarlo un poco más.
-¿Mas? – cuestión apenas audible, sintiendo como el azabache arremetía contra su yugular y le propinaba semejante chupón.
-Mjmm
-No, - replicó el rubio empujando su pelvis en dirección al trasero del otro, acción un poco difícil tomando en cuenta que tenia que apoyarse en los talones y hacer impulso, y a pesar de las arduas terapias, sus músculos aun no le respondían como el quisiera. – Vamos Sasuke, no seas malo, quiero sentirte ya completamente.
El Uchiha emitió una sonrisilla sardónica, todo estaba resultando como él lo había planeado, haría gozar a Naruto como nadie antes y borraría del acanelado cuerpo cualquier rastro de caricias que no provinieran de sus manos.
-Esta bien, no te hare sufrir mas, voy a complacerte.
En un ágil movimiento se levantó y caminó un poco.
-¿A dónde vas? – preguntó el rubio contrariado
-Sólo quiero esto – contestó abriendo el buró y sacando un pequeño tubo de color verde.
Naruto no era tonto y enseguida se dio cuenta de que aquello era lubricante en gel.
-Oh – exclamó sonriendo.
El azabache se acercó de nuevo hasta la cama y se apresuró a despojar al rubio de los pantalones y calzoncillos que le cubrían.
-Abre mas las piernas – ordenó posicionándose entre las torneadas extremidades del rubio.
-¿Qué me vas hacer Sasu-chan? – inquirió con un dejo de lujuria.
-Ya lo veras.
Sin perder tiempo abrió el tubito y se embadurnó los dedos con un poco del aromático gel; inmediatamente las manos expertas apresaron el palpitante y erguido miembro del rubito, que dejó salir un gemido ahogado.
-Esta frio – se quejó el ojiazul.
Sasuke no le tomó en cuenta el comentario y siguió con su tarea, prestando toda su atención aquel pedazo de turgente carne.
-Mmmm… que bien lo haces Sasu – elogió el Namikaze al sentir aquellas habilidosas manos subir y bajar por toda su extinción.
-Uhmm… creo que estas listo – informó el Uchiha y cesó todo movimiento.
Naruto tenia los ojos cerrados y al sentirse abandonado los abrió, tapándose con la visión de su pareja desasiéndose de los finos pantalones de seda, que dejaron al descubierto las finas piernas y mas arriba las delineadas caderas y el excitado pene del azabache apuntando erecto hacia el vientre.
-¿Te gusta lo que ves? – preguntó el pelinegro con sorna, pues los ojos del rubio desprendían un deseo y lujuria casi palpable.
-No juegues Sasuke, ven aquí. – El moreno se trepó a la cama adoptando la posición del vaquero invertido.
Naruto podía ver la amplia espalda y los abombados glúteos, pensó que Sasuke se restregaría de nuevo por unos segundos o que tal vez realizarían el 69 para preparar al azabache para la penetración; mas no fue así, el moreno se agarró las nalgas y las separó indicando que estaba por empalarse ya.
-Vamos Naru, ayúdame un poco que no puedo hacerlo todo solo.
-¿Qué? – jadeó el rubio sorprendido.
Sasuke estaba ansioso, así que soltó uno de sus glúteos y tomó el pene de su novio posicionándolo en su entrada.
Es…espera Sasuke – interrumpió la acción del otro incorporándose, pues no quería hacerle daño.
-No te preocupes Naruto – empujó al rubio para que se recostara de nuevo y sacó el trasero para que Naruto lo pudiera ver bien – mira – señaló-
Naruto se quedó sin aire y casi se desmaya de la excitación con semejante panorama, pues Sasuke se empinó abriéndose el culo con dos dedos de cada mano, mostrándose en canal, con la cavidad completamente dilatada, de un color rosado y al parecer provista ya de lubricante.
-¿Cómo? – atinó a preguntar.
-Ya lo tenia todo planeado – contestó jadeante – hable con Tsunade y quise darte esta sorpresa, me prepare antes ahhh – jadeó al sentir como Naruto llevaba el dedo pulgar dentro de su entrada y jugaba con ella un poco – Naru ahhh…
-Vaya ufff – bufó.
-Anda, no me hagas esperar ¿Sí?
Naruto ya no opuso mas resistencia, sacó el dedo del chorreante culo y ayudó a su novio a que se sentara sobre su necesitado miembro, jadeando largo y caliente, acostumbrándose a la estreches de aquella bendita cueva.
-D… Dios, Sasuke… que, rico aprietas.
El moreno sudaba copiosamente, Naruto la tenia muy grande y aunque el lubricante ayudaba mucho, le costaba trabajo albergarlo de principio, así que retenía los quejidos mordiéndose el labio inferior.
Luego de unos cuantos segundos en completa quietud, Sasuke comenzó a moverse, primero en círculos, como acostumbrando a su entrada a la intrusión y después a subir y bajar aumentando el ritmo de los sentones.
-Ahhh… ahhh… Naru… Ahh que hummm rico…
Naruto bufaba, con la cabeza embotada por el placer, lo único que atinaba hacer era ayudar al azabache con los movimientos, tomándolo de las caderas.
Sasuke subía y bajaba frenético, apoyándose en los muslos del rubio, pero la posición era cansada y sus piernas comenzaban a resentirlo, por lo que el ritmo comenzó a bajar poco a poco.
Naruto notó el cansancio de su pareja y le instó a que se levantara, salió completamente de él por unos segundos y se hincó sobre sus rodillas, nuevamente tomó a Sasuke por la espalda y lo sentó en su regazo, introduciéndose de nuevo en él.
Sasuke tenía mejor punto de apoyo en esa posición y lo mejor es que ahora podía sentir el fuerte pecho de su novio pegado a su espalda.
Las manos del rubio serpenteaban acariciando el vientre y pecho del azabache, deteniéndose para jugar con los rozados pezones, los cuales pellizcaba y frotaba sacándole armoniosos gemidos a su pareja.
Esa posición era de lo mas útil, Sasuke subía y bajaba, mientras Naruto se impulsaba hacia arriba encontrándolo a medio camino, profundizando las embestidas y haciendo mas fácil el golpear repetidas veces la próstata del moreno.
-D… Dios… que... Bueno – pronunció Sasuke con los ojos entornados.
-Sí ahhh… mmm…
-Ahhh Naru… ya casi ahhh…
-Sí… ufff… yo también.
El rubio podía sentir como lava ardiendo acumularse en su bajo vientre, sabiendo lo que estaba por llegar y queriendo que su pareja le acompañara en el clímax, encerró el miembro de Sasuke con una de sus manos y empezó a bombear con fuerza, mientras besaba y chupaba cada porción de piel que tenía a su alcance.
-Ahhh… ahhh Naru ya… ya… AHAAAAAAA – gruñó ronco explotando en la mano de su novio, soltando aquel liquido viscoso y blancuzco.
Naruto vio estrellitas al sentir la presión por las contracciones anales de Sasuke, como si le exprimieran, aceleró el ritmo y un par de embates después, terminó caliente y espeso dentro de su compañero.
-Dios... – Sasuke respiraba agitado, recuperándose del sopor ocasionado por el orgasmo – eso… eso fue, increíble.
Naruto aun estaba atontado por el placer, apenas y podía sostener el cuerpo de Sasuke, el agotamiento era sumamente considerable.
Con un poco de dificultad debido a las piernas entumidas, Sasuke dejó libre el miembro del rubio y se levantó.
-Mjm – se quejó un poco dolorido por el ajetreo.
Naruto enfocó la mirada en el trasero del Uchiha y sonrió con petulancia al ver como del culo de Sasuke comenzaba a salir el semen que había depositado en él.
-Mmm – gimió Sasuke con una nota de placer; de momento le daba la espalda a Naruto y no podía ver su expresión, pero no le hacía falta, de sobra sabía la cara de pervertido que mantenía al contemplarle.
En silencio se retiró para asearse en el baño y minutos después volvió con una toalla húmeda para limpiar a Naruto.
-Hemos hecho un batidero – comentó mientras aseaba las partes intimas de su pareja.
-Yo cambiare las sabanas, no te preocupes – ofreció el de ojos azules.
-Ok – aceptó y se encaminó de nuevo al baño.
Namikaze procedió a cambiar la cama con rapidez y se enfundó en un albornoz de seda color naranja, caminó hasta su buró u sacó un cofre de madera, lo abrió, revolvió un poco dentro y sonrió al encontrar lo que buscaba; rápidamente devolvió el cofre a su lugar y se sentó en la cama.
Sasuke salió del baño sonriendo, igualmente cubierto por un albornoz de seda negro, se acercó hasta la cama, trepó y besó al rubio acomodándose sobre el pecho éste.
-Cariño – le llamó el rubio para obtener su atención. El azabache levantó la vista en contestación – hubiera querido que esto que voy hacer, fuera de otro modo, pero ya no me puedo aguantar mas.
-¿Qué sucede Naruto? – preguntó incorporándose un poco.
-Amor, – comenzó tomándole las manos entre las suyas – sé que no soy el mejor hombre del mundo y que tengo muchos defectos; probablemente no soy la mejor opción y habrá cantidad de parejas que te convengan mas que yo, sin embargo, me atrevo a – suspiró tomando valor –… me harías inmensamente feliz si aceptaras mi propuesta, de verdad.
-¿De que hablas Naruto? No te entiendo – increpó dejando ver un atisbo de inquietud en su mirada.
Namikaze suspiró hondo y sonrió, soltó una de las manos de su novio y buscó bajo la almohada, de donde sacó un morralito de seda rojo.
-¿Qué tienes ahí dobe? – inquirió soltándose del agarre e incorporándose hasta quedar completamente sentado, al igual que el rubio.
Naruto abrió el costalito y sacó una sortija de oro blanco con tres pequeños zafiros azules incrustados.
-Esto era de mi padre. Mencionó melancólico contemplándolo por unos instantes y agregó – Sasuke, ya no quiero estar sin ti ¿Me harías el honor de convertirte en mi esposo?
La cara de Sasuke era un poema, totalmente aturdido con la boca un poco abierta y las mejillas sonrojadas.
-¿Sasuke? – le llamó al no recibir respuesta.
El aludido parpadeó un par de veces y tragó saliva - ¿Es enserio? – susurró.
-¡Por supuesto que si Teme! – Respondió sonriendo – jamás podría jugar con algo así; si de algo estoy seguro es de mi amor por ti, quiero compartir mi vida contigo, despertar todos los días a tu lado y gritarle al mundo que eres MIO, dime Sasuke ¿Quieres casarte con este usuratonkashi?
-Sí, – contestó sonriendo, tomando la sortija de entre las manos de Naruto y colocándosela el mismo – si quiero y ¿Sabes por que? – Naruto iba a contestar, pero fue el mismo Sasuke quien se respondió – porque eres MI usuratonkashi.
Naruto estalló en júbilo y le abrazó con fuerza, apenas comenzarían a recorrer camino juntos, pero si era así, juntos, estaba seguro que la vida les pintaría mejor.
Fin…
DELIRIUM TREMENS
Llegaron mis amigos de colegio
Y absortos vieron mi cadáver frío;
«¡Pobre!» exclamaron, y salieron todos...
Ninguno de ellos un adiós me dijo.
Todos me abandonaron. En silencio
Fui conducido al último recinto;
Ninguno dio un suspiro al que partía,
Ninguno al cementerio fue conmigo.
¡Cerró el sepulturero mi sepulcro...
Me quejé, tuve miedo y sentí frío,
Y gritar quise en mi cruel angustia,
Pero en los labios espiró mi grito!
El aire me faltaba, y luché en vano
Por destrozar mi féretro sombrío.
Y en tanto.., los gusanos devoraban,
Cual suntuoso festín, mis miembros rígidos.
¡Oh mi amor! dije al fin, ¿y me abandonas?
Pero al llegar su voz a mis oídos
Sentí latir el corazón de nuevo,
Y volví al triste mundo de los vivos.
Me alcé y abrí los ojos. ¡Cómo hervían
Las copas de licor sobre los libros!
El cuarto daba vueltas, y dichosos
Bebían y cantaban mis amigos.
(Ismael Enrique Arciniegas)