Capítulo 1: El baile mortal.
-Bienvenidos. – alegó con elegancia Sakura mientras saludaba a los invitados que acababan de llegar. – Mi marido Sasuke está con los demás invitados. Vosotros sois los únicos que faltaban. Adelante, por favor.
El matrimonio Uchiha Haruno había decidido preparar una magnífica cena para celebrar su unión. Se habían casado hacía tres meses en una fantástica pero secreta boda y ahora deseaban celebrarlo con todas sus amistades.
Ino y Choji eran los últimos que quedaban, y acababan de llegar.
Se saludaron con la propietaria de la gran mansión, Haruno Sakura y ella les condujo hasta la planta de arriba, donde se encontraban los demás invitados escuchando a Sasuke, que les enseñaba en ese momento su más preciada colección de dagas del mundo.
-Bienvenidos, Ino, Choji. – alegó el moreno saludándoles debidamente.
-Te ruego que nos disculpes, Sasuke. – alegó Ino, una hermosa rubia que lucía un espectacular vestido violáceo que no dejaba nada a la imaginación. – Nos entretuvimos por culpa de mi marido, que a medio camino quería parar a comer. – dijo, observando de mala manera a su acompañante obeso.
-No te preocupes. Hemos llegado hace poco. Sasuke estaba enseñándonos la casa. – alegó Naruto mientras le sonreía al moreno. Sasuke asintió.
-¿Y en total cuantos seremos? – interrumpió Shikamaru. Sakura dio un paso delante, preparada para responder.
-Somos un total de doce personas, si me cuento a mí y a mí marido.
-Parecemos más gente. – añadió con una sonrisa Kiba mientras le pasaba el brazo por la cintura a su acompañante, Hinata.
-Ahora que estamos todos podríamos ir a la sala principal, ¿no? Me han dicho que hay un banquete y música.
-Así es, Temari. – alegó con una sonrisa entusiasta Sakura. – Vayamos todos abajo.
Los doce se dirigieron a la sala tal y como habían planeado. Había una orquesta de músicos tocando preciosas melodías y una mesa llena de delicias para el paladar. El primero de lanzarse a por la comida fue Choji, seguido por Naruto y Kiba.
-¿A cuantas parejas has invitado? – preguntó tímida Hinata, acercándose a Uchiha.
-Pues hemos invitado a Shikamaru, que ha llegado con Temari. A Neji, que está con Tenten. A Choji e Ino, que son los últimos que han llegado y a ti, que has venido con Kiba. Los únicos que han venido sin pareja han sido Orochimaru y Naruto.
-¿Orochimaru? – preguntó preocupada. – No le he visto entre los invitados.
-Es el que ha llegado primero, pero ha dicho que se encontraba mal y se ha ido a la habitación. Supongo que saldrá luego.
La chica asintió y se acercó a su pareja, que se encontraba peleándose a gritos con Naruto por un pedazo de pollo. Sasuke se apartó un poco de la multitud. No le gustaban para nada las personas y menos que irrumpieran de esa manera en su casa. Pero la idea había sido de su mujer…
En ese momento, los músicos empezaron a tocar una magnífica melodía de vals. Algunas parejas como Shikamaru y Temari o Neji y Tenten se pusieron a bailar. Sakura corrió hacia Sasuke.
-¿Bailamos? – preguntó entusiasmada.
-¿Tiene que ser ahora? – preguntó, sin muchas ganas. Sakura frunció el ceño.
-Sí, ahora.
-No me apetece.
-Eres un aburrido. Estoy harta del papel que haces de niño consentido. – gruñó.
-Mira quién habla.
Sakura gruñó enfadada y se marchó hacia la mesa con la comida. Agarró a Kiba del brazo y le arrastró hasta la pista de baile. Sasuke no sentía ni una pizca de celos. ¿El motivo? Le habían obligado a casarse con Sakura por el dinero que ella poseía.
-¿No vas a bailar? – preguntó una voz a sus espaldas. Sasuke se giró rápidamente, encontrándose de cara con Naruto, su mejor amigo. Policía del FBI.
-No me apetece.
-Pero a mí sí. – alegó con una sonrisa el rubio. Sasuke le frunció el ceño.
-¿Y porqué no buscas a alguien que quiera bailar contigo? Hinata estaría encantada.
-Puede, pero yo no quiero bailar con Hinata. Quiero bailar contigo.
Un sonrojo apareció en las mejillas del moreno.
-¿Estás ebrio?
-No, lo digo seriamente. ¿No te apetece bailar? – alegó. Sasuke le observó a los ojos: lo decía seriamente. El moreno se levantó para dirigirse hacia otra zona. No soportaba las bromas que le hacía su compañero. Naruto le observó partir con gesto serio.
Así, entre baile y baile, pasaron las horas. Llegó la medianoche y Sakura mandó a los músicos a casa, pagándoles los servicios. Ésa era una fiesta especial, por lo que los invitados se quedarían a dormir y al día siguiente continuarían la fiesta. Sakura se observó al espejo por un segundo y gimió.
-Madre mía, qué pintas. Con vuestro permiso, debo ir a arreglarme. – alegó.
Todos asintieron y la dejaron marcharse libremente.
-Yo… necesitaría ir al baño. – alegó el rubio sonrojado.
-Te acompaño. – alegó Sasuke. Naruto asintió y los tres dejaron el salón, que se quedó completamente en silencio por unos segundos.
-¿Sabéis qué me ha dicho Sasuke? – alegó Hinata para romper el silencio que se había formado en la sala. Todos se giraron a escucharla. – Que ha invitado a su antiguo profesor, pero que no se encontraba bien y que se ha ido a su habitación.
-¿A su antiguo profesor? ¿Te refieres al pedófilo? – preguntó con horror Neji.
-¿A Orochimaru? – se aseguró Tenten.
-Así es. – asintió Hinata.
-Ese hombre me resulta demasiado… problemático.
-Deja de usar la palabra “problemático” en todo, por favor. – se quejó la acompañante de Shikamaru.
Los invitados estuvieron unos diez minutos hablando de todo un poco cuando en la sala irrumpieron los dos que se habían ido al baño; Sasuke y Naruto. El moreno, les invitó a dar una vuelta por el jardín, que de noche se veía precioso.
Todos asintieron entusiasmados.
Sasuke les condujo por unas escaleras hasta la puerta de atrás, que daba a los jardines. Estaba todo lleno de luces de diferentes colores y había un ruidito agradable de grillos.
-Es hermoso. – alegó con una sonrisa Hinata.
-Qué envidia. Si lo llego a saber, me caso con Sakura. – dijo Neji con una sonrisa tranquila. Tenten se dio por ofendida y le gruñó. Neji se acababa de meter en un buen lío que resolverían al volver a casa.
-Qué bien, Sakura ya ha terminado de arreglarse. – interrumpió Sasuke, señalando una de las ventanas de la mansión. – Las luces están apagadas por lo que ya debe de haber salido y no tardará en venirnos a buscar.
-¿Ésa es la habitación de Sakura? – preguntó con una sonrisa Choji. Ino asintió.
-Bueno, creo que podemos ir entrando. Empieza a hacer frío. – alegó el moreno mientras hacía entrar a sus invitados. Todos estuvieron de acuerdo. Ya dentro, se sentaron en los sofás de una sala contigua a la sala de baile.
-Buenas noches, señores. – dijo una voz. Todos se giraron hacia la entrada, esperando encontrarse con Sakura. En su lugar, entraba Orochimaru.
-Ha tardado en venir, profesor. ¿Ya se encuentra mejor? – preguntó cortésmente Sasuke. Orochimaru le sonrió de forma lasciva y observó a los invitados. Luego, se dirigió a Sasuke.
-¿La zorra de tu mujer no está aquí?
-Bajará en unos momentos. – respondió el moreno, intentando pasar por alto el mote que acababa de recibir Sakura.
-¿No estarías mejor sin ella? Creo que si fuese tú, la habría matado. – alegó, con una sonrisa misteriosa. – O tal vez ya esté muerta….
Todos tuvieron un mal presentimiento.
Sasuke empezó a correr hacia la habitación de Sakura, siendo seguido por Naruto y después por todos los demás. Orochimaru se les quedó observando sin moverse, con una sonrisa en sus malignos labios.
El moreno subió los escalones de dos en dos hasta llegar. Empezó a llamar a la puerta y al no recibir respuesta del interior, se empezó a preocupar.
-¿Está? – preguntó Naruto, acudiendo a su lado.
-No la oigo. No lo sé, yo…
La patada de Naruto le interrumpió. Acababa de reventar la puerta de la habitación para poder entrar. Sasuke iba a quejarse por la acción, pero al mirar en el interior las palabras de regaño murieron en su boca. Sakura, su esposa, la señora de la mansión, yacía muerta en su cama, con una daga en el pecho.