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EL SECRETO por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no son míos, solo se prestan involuntariamente para contar historias

Notas del capitulo:

Hola, les traigo una nueva historia que está dedicada a todas las personas que leyeron Dulces sueños y me dijeron que les dio pena del bebé de Shun, bueno esta historia es para ustedes, espero que les guste

CAPITULO I.- LA NOTICIA


 


Seiya, Hyoga y Shiru estaban en el salón viendo televisión cuando la puerta se abre y escuchan gritos en el Hall


-         Ya basta nissan


-         Shun me tienes que decir


-         No te tengo que decir nada, esto es asunto mío


-         Tienes 15 años Shun


-         Yo se que edad tengo, gracias


-         No me respondas así y dime quien fue


-         - Para qué?, para que lo muelas a golpes?


-         Se tiene que hacer responsable de lo que pasó


-         Te dije que solo es problema mío


-         Habla mocoso, de quien es? – Ikky sacudía al joven por los hombros con violencia


-         Suéltame, no te voy a decir nada – dijo Shun mientras intentaba soltarse del fuerte agarre de su hermano mayor


-         No te voy a soltar hasta que me digas lo que quiero saber


-         Y qué me vas a hacer? Me vas a pegar? Dale pégame, no me sacarás ni una sola palabra


 


Ikky soltó a Shun que empezaba a llorar, el cual al verse libre se alejó corriendo y subió las escaleras para encerrarse en su habitación.


 


Ikky que ocurre? – Hyoga se acercó al peliazul con cautela pero su voz denotaba preocupación, el Fénix rara vez discutía con Shun y menos de la manera en que lo había hecho hace un par de minutos


 


El Fénix estaba inmóvil con la mirada perdida en lo alto de las escaleras donde su ototo desapareció, sin aviso alguno el peliazul cayó al piso de rodillas y empezó a llorar, los tres muchachos estaban atónitos, fue Hyoga el que se arrodilló junto a él y lo abrazó, el Fénix se aferró al rubio y lloraba intentando no hacer ruido, tomó un tiempo para que se pudiera tranquilizar, finalmente el rubio lo llevó al sillón donde el poderoso Fénix se dejó caer con actitud derrotada.


 


-         Ikky? – dijo el rubio acariciando su rostro – Qué pasó?


-         Shun se estaba sintiendo mal los últimos días, ustedes lo han visto, por lo que ayer prácticamente lo arrastré al médico y le hicieron unos exámenes y nos entregaron hoy los resultados


-         Y? Qué tiene Shun? – continuó el Cisne


-         De tener no tiene nada, está esperando un hijo – El Fénix volvió a hundir su cabeza desolado


-         Qué???? – dijeron los tres muchachos al unísono, atónitos con la noticia


-         El médico dice que lleva casi 8 semanas, yo creo que Shun lo suponía por eso no quería ir y la verdad no se sorprendió mucho con la noticia – El Fénix se quería morir


-         Cielos Ikky, pero quien es el padre? – el rubio tampoco lo podía creer


-         No me lo quiere decir – dijo el Fénix empezando a caminar por la sala apretando sus puños furioso – Ya lo escucharon, se niega a hablar del mal nacido que lo embarazó, dice que es solamente su problema


-         No te ha dicho lo que piensa hacer? – preguntó Shiru


-         A qué te refieres? – Ikky fijó la mirada en el Dragón


-         Tu sabes… - continuó Shiru un tanto incómodo


-         No me ha dicho nada, es mas terco que una mula, no le he podido sacar palabra, no me ha dicho nada de nada – Ikky se dejó caer nuevamente en el sillón y se cubría el rostro con las manos


-         Pero no entiendo, tiene novio siquiera? Salía con alguien? – Preguntó Hyoga


-         Pues de la escuela no, nunca lo he visto con nadie en especial ni nada – dijo Seiya que era su compañero de aula


-         Fuera no sale, salvo con alguno de nosotros, no lo entiendo – decía Shiru


-         Es alguien que entra aquí, pero como pudo hacerlo sin que alguno de nosotros lo hubiera visto – Ikky estaba entrando en desesperación


-         Nadie tiene acceso a él Ikky, esto es muy raro – dijo Seiya


-         No pierdas la esperanza Ikky, talvez no te lo quiera contar a ti, pero tal vez me lo cuente a mi – dijo Shiru


-         Si puedes intentarlo hazlo por favor, yo ya no puedo pelear mas con el – Ikky recostó su cabeza en el hombro del rubio que estaba a su lado que acarició su cabello suavemente.


 


Shun corrió y entró a su habitación dando un portazo, se recostó en la puerta y se fue resbalando en ella hasta que quedó sentado en el suelo, el joven lloraba en silencio tratando de controlar su agitada respiración, tenía una angustia muy grande en el alma, ahora su nissan ya lo sabía, el sabía que era cuestión de tiempo que todos se enteraran, se le cayó el teatro y la verdad salió a la luz, que solo se sentía, ahora mas que nunca necesitaba sentirse seguro y protegido entre los fuertes brazos de su amor, necesitaba sentirse amado y aceptado, ahora todo cambiaría para él, ya lo había aceptado pero era difícil, tenía que enfrentar las consecuencias de sus actos, suspiró profundamente y se levantó del suelo, fue hasta su cama y se acostó acariciando su vientre, sonrió, estaba equivocado, ya no estaba solo.


 


Cayó la noche y Shun no bajó a cenar, Shiru aprovechó esto para subirle algo de comer y conversar un rato, el Dragón entró en la habitación del menor y lo encontró dormido acurrucado sobre si mismo y abrazaba su conejo de peluche, a Shiru le dio mucha ternura verlo así pero también una infinita pena el pensar que un niño tendría otro niño, puso el charol de comida en el velador junto a la cama, se sentó junto a la criatura que dormía y acarició sus verdes cabellos despertándolo, Shun abrió los ojos pesadamente y al ver que su amigo le sonreía sonrió también y un suspiro escapó de sus labios


 


-         No bajaste a cenar, así que te traje tu comida, debes alimentarte bien en tu estado


-         Ikky les contó eh?


-         Claro, somos familia, te queremos y nos preocupamos por ti – Shiru acarició suavemente su rostro y lo sonrió otra vez


-         Gracias Shiru, en verdad, pero no te voy a decir quien es el padre de mi bebé – Shun se incorporó en la cama sentándose y acomodando las almohadas tomando el charol que Shiru le alcanzó


-         Ikky está muy preocupado, no deberías hacerle sufrir mas de la cuenta – reprochó Shiru


-         Lo se y de veras lo siento, pero… no puedo y por mas que mi nissan ponga el grito en el cielo no le voy a decir nada… y a ustedes tampoco


-         Está bien, no te enojes, pero dime, has pensado en lo que vas a hacer?


-         Lo que voy a hacer respecto a…?


-         Vas a tenerlo o…?


-         Claro que si – dijo Shun abrasándose a si mismo – mi bebé no tiene la culpa de nada, ya veré que hago Shiru pero lo voy a tener y lo voy a cuidar yo mismo, no me separaré de él nunca


-         Y la escuela?


-         Puedo retirarme ahora y graduarme del Secundario a distancia, la Universidad lo puedo hacer igual, créeme es lo de menos


-         Y el padre, lo sabe?


-         No voy a hablar de él


-         Solo quiero saber si lo sabe


-         No voy a hablar de él Shiru, no existe, este bebé es solo mío, está claro?


-         Está bien, está bien, no te exaltes y come que se enfría


 


Shiru bajó sintiéndose derrotado, les contó a los chicos lo que Shun había dicho, nada nuevo…, el ambiente de la mansión era de tristeza y con esa intranquilidad se fueron a dormir, pasada la media noche todos los habitantes de esa casa dormían, en la habitación del joven de cabellos verdes todo parecía normal pero el aire como que emitió una suave vibración y un hombre de imponente figura apareció de la nada, contempló con una sonrisa en su rostro al joven que dormía, se quitó la capa que lo cubría y se fue desvistiendo hasta que quedó completamente desnudo, se metió en la cama y besó suavemente en los labios al peliverde el cual despertó ante este suave y placentero contacto, abrió sus verdes ojos y vio el rostro de su amante que le sonreía y acariciaba sus cabellos, el joven lo buscó entre las sábanas y lo abrazó con fuerza, estaba en verdad contento de verlo, le hizo una falta tremenda todo el día.


 


-         Yo también te extrañé pequeño – dijo el mayor besando sus cabellos


-         Hoy fui al médico, tengo casi 8 semanas


-         En verdad?, cielos, Shun fuiste solo?


-         No, Ikky fue conmigo – dijo el joven en un susurro, se le escapó una lágrima y escondió su rostro en el poderoso pecho que lo acunaba


-         Ohhh, así que ya todos lo saben – ahora el mayor entendía la desesperación con la que su joven amante lo había abrazado al verlo


-         Si, ya todos lo saben


-         Yo creo amor mío que es tiempo de que hable con tu hermano, personalmente


-         No, estás loco?, si se enteran que eres tu… no se lo que podría pasar – el joven lo miraba con temor en sus ojos


-         Nada va a pasar


-         Cómo lo sabes?, no amor, no te puedo perder, tu eres mi vida


-         Y tu la mía pequeño, pero yo confío en que mi Señor entenderá


-         Y si no lo hace? Seguramente nos separará y no volvería a verte más, me moriría de la tristeza, no me puedes dejar, no lo voy a arriesgar, te necesito


-         Y yo a ti, a ustedes dos, pero así como estamos tampoco me tienes, nada me gustaría mas que gritar a los 4 vientos que te amo, que soy tuyo y que soy el padre del hijo que esperas


-         No, no podemos arriesgarnos, no lo podemos decir todavía, por favor mi amor, por favor…


-         Cómo negarte nada si me miras de la manera en que lo haces, me tienes ganado, estoy a tu completa merced, lo sabes verdad?


-         Bésame, me has hecho una falta terrible todo el día, bésame… bésame


 


Los amantes se unieron en un apasionado beso, se acariciaban dulcemente bajo las sábanas mientras fundían sus corazones en uno, se hundían lentamente en ese mar de sensaciones que despertaban el uno en el otro, el mayor fue desvistiendo al mas joven que se dejaba hacer y acariciaba cada centímetro de esa blanca piel que estaba a su alcance, sus besos se profundizaron, el mayor recorría con ansias el desnudo pecho del joven arrancando suspiros y gemidos de placer al besarlo, lamerlo, chuparlo y morderlo de esa manera tan deliciosa en las zonas que el sabía eran las mas sensibles en ese joven cuerpo que eran para el tan conocidas, el peliverde se arqueaba en la cama brindándole mas acceso, entregándose por completo al ser que amaba, lo besos anhelantes propinados al menor ahogaron los gemidos de dolor y placer que escapaban de sus labios al ser penetrado, sus movimientos eran rítmicos y enloquecedores, juntos llegaron al clímax entre jadeos, gemidos y palabras de amor.


 


Shun estaba exhausto y se acurrucó abrazando ese fuerte pecho que era su refugio mientras el mayor lo acariciaba con ternura y suavidad, el sueño los venció y cuando el joven despertó en la mañana estaba solo, como todos los días, suspiró profundamente, lo que no daría por despertar junto a su amor y bajar las escaleras de su mano a desayunar, pero no se podía, aún no.


 


Shun se levantó, se duchó, se vistió con su uniforme de la escuela y bajó, en la cocina estaba Hyoga que al verlo dejó el cartón de leche que tenía en las manos, se dirigió a el y lo abrazó con fuerza, Shun correspondió el abrazo un poco sorprendido pero contento de la reacción del rubio, cuando se separaron el mayor tomó el rostro del de Andrómeda en sus manos y mirándolo a los ojos le dijo:


 


-         Tu sabes que cuentas conmigo para lo que sea verdad?


-         Gracias Hyoga – dijo el joven en verdad agradecido por la actitud del rubio


-         Mi sobrino y tu – Hyoga sonrió


Shun sonrió y una lágrima amenazaba escapar de sus verdes ojos y el ruso lo volvió a abrazar, Ikky entraba a la cocina y molesto dijo


-         Claro, mímalo, consiéntelo, no ves que el es inocente es todo esto


-         Siento que pienses así nissan – Shun dio la media vuelta y salió de la cocina


-         A veces puedes ser muy cruel Ikky – reprochó el Cisne


 


Ikky salió también de la cocina y alcanzó a Shun que estaba en el estudio tomando su mochila para ir a la escuela


-         Espera Shun – llamó el hermano mayor


-         Para que? Pensé que se te acabaron tus insultos ayer, tienes repertorio nuevo?


-         Shun…


Ikky se acercó y abrazó a su hermano menor y rompió a llorar


-         Entiéndeme ototo, tu eres lo mas importante para mi, me siento… me siento…


-         Te decepcioné verdad? Oh nissan…


-         No, yo te fallé, no te cuidé lo suficiente, te dejé solo mucho tiempo y ahora tu esperas un hijo y yo…


-         No nissan, no, nada de esto es tu culpa, este bebé no es un castigo es una bendición


-         Es una complicación para tu vida, tu no deberías preocuparte por nada, deberías ser un adolescente normal como Seiya


-         En Seiya mides el estandar de la normalidad?


-         Sabes a lo que me refiero


-         Nissan, yo afrontaré las consecuencias de mis actos, voy a tener este bebé y lo querré y cuidaré como tu me quieres y me cuidas a mi


Los hermanos volvieron a abrasarse en clara reconciliación, Hyoga veía esta escena con una sonrisa desde el marco de la puerta, el Fénix podía ser duro, frío y cruel pero era también un ser muy dulce cuando quería y amaba por sobre todo a su pequeño hermano, daría la vida por él.


 


Se decidió que Shun iría a la escuela un mes mas y luego comenzaría sus estudios a distancia, Ikky lo acompañaba al médico y cualquiera de los otros chicos salían con el cuando necesitaba algo o simplemente cuando salían a comer o al cine o a pasear, como parte de las indicaciones del médico Shun caminaba todas las mañanas en el extenso jardín de la mansión, debería tener una dieta balanceada aunque a veces le venían antojos extraños que sorprendían al resto, al pasar al segundo trimestre de su embarazo su vientre se abultaba gradualmente y su piel había adquirido un brillo especial.


 


Notas finales:

Nos vemos en la continuación, gracias por leer


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