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Sin Recordarlo Te Amo por Eza-chan

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Notas del capitulo:

¿Qué si me arrepiento de ponerlo hasta ahora?... sí... ¿qué sdi no lo volveré a hacer?... la verdad no lo sé...

 

este anime y manga no es mío!

 

Kurogane miro a su alrededor sintiendo que regresaba a la realidad. Rápidamente su mente llego a una conclusión, no quería estar ahí, en definitiva no quería.

 

Podía sentir el ambiente del hospital, pero no quería darse cuenta del hecho de que Fye se encontraba en una camilla y era alejado de su persona por un enfermero que lo llevaba a no sabía dónde.

 

Amar a alguien es difícil.

 

 Todo el mundo dice que es maravilloso que sin el amor la vida no sería nada; cuando piensas en el amor piensas en colores como rojo o tal vez rosa, colores vivos y alegres. No piensas en negro. Nadie relaciona al amor con el negro.

 

Kurogane Ichihara en este momento lo estaba haciendo. Había decidido que Fye era muy importante para él, y justo cuando decide que posiblemente lo ame, se encuentra al rubio inconsciente en el suelo.

 

En definitiva ese sentimiento que tenía ahora era negro, tan negro que no lo dejaba ver, tan negro que no podía respirar, tan negro que no podía ni siquiera tragar saliva para humedecer su seca garganta.

 

Nunca le había molestado tanto el negro, aún sin recuerdos podía asegurarlo.

 

Un golpe en su rostro lo saco completamente de sus pensamientos, al regresar a la realidad se dio cuenta de que Sakura estaba frente a él, ojos inundados de lágrimas y mejillas mojadas. Atrás de la chica estaba Watanuki con una cara de sorpresa total.

 

-¡¡¡Todo es su culpa, si Fye-san pierde al bebé, será su culpa!!!- gritó la mujer lo más fuerte que su voz se lo permitió. Al instante se dio cuenta del error que había cometido, comenzó a dar pequeños y lentos pasos retrocediendo, tratando de alejarse de Kurogane.

 

El ojirrojo no estaba mejor las palabras pierde más bebé más Fye, desencadenaron cientos de imágenes repitiéndose en su cabeza, distintas sonrisas y lagrimas vistas en la cara del rubio, la pequeña niña de cabello negro y ojos rojos que había visto, Fye en el suelo.

 

Rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

 

 

=p

 

Kurogane se encontraba en su oficina a punto de desarrollar una ulcera por lo estúpidas y sin sentido que le parecían las demandas que solicitaban las personas. Como la última que había recibido.

 

“vengo a demandar a mi vecino, me robó el queso, si hubiera sido el jamón no sería tan malo, podría perdonarlo pero… ¿¡mi queso!?

 

¿Por qué las personas no dejaban de malgastar su dinero haciendo demandas?, deberían guardarlo y comprarse algo bonito… o tal vez comprar más queso…

 

Su hilo de pensamientos se corto al escuchar como tocaban la puerta. ¿Era un nuevo cliente? No tenía ganas de soportar a otro con cabeza deschavetada, pero era su trabajo después de todo.

 

-Adelante- se sorprendió en demasía al descubrir que la persona que había llamado era su pareja. –Hey, que haces aquí deberías estar trabajando no andes de vago y desde cuándo tocas la puerta- pero no obtuvo ninguna respuesta. Eso lo preocupo demasiado –oye- insistió, pero no consiguió nada. Sin pensarlo mucho se puso de pie y caminó al lugar donde se encontraba su esposo. – ¿Fye?- trato una vez más. El rubio no lo había mirado ni una sola vez. –Hey- La morena mano se alzó terminando en la mejilla del ojiazul. –Dime qué pasa- lo único que consiguió fue que estrecharan fuertemente su mano libre.

 

Estaba asustado por la forma en la que actuaba el rubio, pero no paso mucho tiempo para que todo el mutismo que había tenido el más bajo hasta ahora fuera cambiado por un mar de palabras.

 

-Yo… no lo sabía, sé que parece que en verdad sí lo sabía pero no es así, en serio, no mentiría con algo así, no te enojes por favor. Yo simplemente fui y terminaron diciendo te haremos algunos exámenes y al final resulto que…- se soltó del agarre del ojiazul y coloco ambas manos en los hombros de su persona especial para detener toda su palabrería.

-¡Espera!, no estoy entendiendo nada- con esta acción logró que Fye le regresará la mirada por primera vez.

 

Pudo ver Amor y Felicidad como venía percibiendo durante los últimos 9 años (oh sí, estaba muy orgulloso por ello, dejar de ver dolor y soledad en esos bonitos ojos lo hacía muy feliz… pero nadie podría hacerlo decir eso en voz alta jamás… bueno tal vez solo el mismísimo Fye), pero no era solo eso también podía ver miedo.

-Yo… yo…- tartamudeaba Flourite poniéndose pálido al tiempo que más “yo” salían de su boca.

 

Esa mañana al levantarse y despedirse de su pareja con un beso en los labios, Kurogane no imaginaba que terminaría con los zapatos llenos de comida semi-digerida proveniente del estomago de Fye.

 

Cuando el rubio terminó, Kurogane se dio cuenta de que, en algún punto, el había terminado sosteniendo el cuerpo del otro, no porque estuviera inconsciente, simplemente porque había quedado sin fuerzas.

-Lo siento- escucho la voz susurrante y rasposa del otro, hacía años que no lo escuchaba hablar así –Eso fue asqueroso-

 

“Eso debería decirlo yo” simplemente lo pensó, no quiso decirlo en voz alta, podría hacer sentir peor al otro…

 

Haciendo uso de sus dotes cirqueros (surgidos al mismo tiempo que surgió su relación con Fye), cargó al rubio, se quito los zapatos (no quería hacer un camino de vomito), y mágicamente logrando que sus calcetines no se ensuciaran, camino hasta el sillón sentando ahí a su pareja.

 

Regresó sobre sus pasos saliendo de la oficina sin importarle mucho no traer zapatos, estaba en su negocio después de todo y si él quería andar en calcetines, lo haría. Busco el trapeador una cubeta con agua y comenzó a limpiar el desastre.

-Yo lo hago- escucho como decía el rubio.

-Es mejor que te quedes ahí- esto fue acompañado con una mirada de indiferencia cuyo destinatario era el hombre que se encontraba sentado. Pero al ver la reacción que provoco en Fye, (un aura deprimente a su alrededor), decidió aclararlo. –Seguramente aún te sientes débil- al mencionar eso, el ojiazul pareció recuperar su ánimo.

-No, ya estoy bien- dijo con una sonrisa. Pero después de eso ninguno de los dos dejo escapar otra palabra.

 

El pelinegro termino, regresó el trapeador a su lugar, con una buena limpiada antes al pobre, les dio una pasado con un trapo a sus zapatos y regresó con su pareja. La verdad le intrigaba mucho lo que estaba pasando, pero no podría tener una buena charla con un charco de vomito ocupando un espacio en su campo de visión.

 

-Dime qué está pasando para que entrarás así a la oficina si siempre entras como si fuera tu tercera casa (contando el café), no me ves a los ojos, dices cosas que no entiendo y terminas vomitando mis zapatos- Fye rió, una risa forzada y nerviosa. –No hagas eso…- Kurogane supo que el de piel blanca había entendido a que se refería “no te fuerces a reír si no quieres hacerlo”.

 

Hubo un silencio lleno de sentimientos como preocupación y nervios, la respuesta estaba tardando en llegar aunque tratándose de su esposo tampoco era que esperara una rápida.

-Re-recuerdas- comenzó el de menos estatura. –Recuerdas lo que hablamos el otro día- no era una pregunta. –Sobre tener hijos- aclaró.

-Sí, lo recuerdo- contestó un poquillo molesto. ¿Cómo se le ocurría insinuar si quiera que lo hubiera olvidado? –Si hasta esta mañana hablamos de eso, dijiste que irías al…-

-Al hospital para tener todo bien planeado, sí*- rió muy ligera pero realmente –Lo siento, es que, estoy nervioso-

 

“Sí, puedo notarlo”. Pensó el ojirrojo

 

-¿Y?- pronunció instándolo a continuar.

-“Y” ¿qué?- preguntó confundido.

-¿Fuiste al hospital?- preguntó irritado aunque al final de cuentas preocupado.

-Ah, sí, lo hice y…- puso cara de estar reviviendo lo que ocurrió en el hospital.

-¿Qué pasó?- estaba exasperado.

-bueno, el doctor dijo que debía hacerme unas pruebas para comprobar que todo estuviera bien, que no tuviera alguna enfermedad rara que pudiera contagiarle al bebé o… o anemia- por un momento esos ojos azules se conectaron con sus rubíes, pero el mar se alejó al instante.

 

“Encontraron algo”

 

-¿Qué encontraron?-

-Pues…-

-Fye- pronunció tomando una de esas blancas manos con la suya, morena. -¿Qué encontraron?

 

¿Y si era grave?, ¿y si Fye se iba a morir?, bueno, todos morían pero, ¡No! ¿Por eso había vomitado? ¡Ay no!

 

El pelinegro podría jurar que había un pequeño kurogancito corriendo desesperado por todos lados en su cabeza.

 

  Apretó más fuerte la mano de Fye

-Yo… es-estoy… y-yo… estoy embarazado-

 

“¿Eh?” dijo su mente

 

-¿Eh?- dijo él. Por primera vez el rubio regresaba el agarre de su mano.

-Lo-lo siento, yo no sabía, yo… yo sólo… ¿estás molesto?-

 

Esperen, retrocedan, ¿Qué su pareja qué?

 

-Por eso vomitaste- alcanzó a decir.

-Pu-pues es un síntoma, así que sí eso creo- dijo un poco pensativo.

-Ahora que lo pienso últimamente has estado muy cansado también es porque…-

-Pues no lo había pensado pero es probable, sí, debe ser eso- Kurogane parecía algo ido.

-Y… ¿Cuánto… cuánto tienes?-

-¿Eh?... ah, el doctor dijo que 9 semanas-

 

¿¡9!?, ah, dijo semanas… semanas… ¿a cuánto equivale eso en meses?, bueno en un mes hay como 4 semanas entonces 4+4 = 8 + 1 semana…

 

Sus cuentas mentales fueran interrumpidas por la voz insegura del otro.

 

-¿Estás molesto?- su mirada estaba en el piso (según Kurogane el rubio había hecho mucho eso hoy) sintió como lentamente el ojiazul alejaba su mano de la suya, juntando sus blancas manos como dándose valor a él mismo.

 

El hombre Ichihara tomo nuevamente la mano que antes estaba unida con la suya presionando con mucha más fuerza que antes. Flourite alzó la cabeza y esta vez él la desvió sintiendo como se sonrojaba ligeramente.

 

-No lo estoy, estoy fe-feliz- le costó un poco decir lo último, pero era la verdad, sólo que siempre era difícil exponer lo que sentía. Lentamente dirigió nuevamente sus ojos a los del otro y sonrió porque así le nació. –Así que vamos a ser papás- le pareció bastante extraño, referirse a él mismo como papá.

 

Y entonces pasó: una, dos, tres lágrimas y luego vinieron más. Fye lloraba y mucho, no lo veía así desde… desde…**

 

Se acercó a abrazarlo tratando de reconfortarlo.

-Hey, ¿Qué sucede?- preguntó sintiendo el ligero temblor del otro.

-Es que…- escucho su amortiguada voz. –Pensé que estarías enojado- luego de eso a sus oídos llegó un pequeño sollozo.

-Eres un tonto mago callejero- a pesar de lo dicho el tono empleado había sido lleno de ternura y amor. –Como se te ocurre pensar que me enojaría ya habíamos hablado de tener hijos ¿no es así?- sintió como el otro asentía. – ¿Y qué fue lo que dije?-por respuesta simplemente obtuvo otro sollozo. Alzó la cara de Fye con delicadeza manteniendo aún el abrazo, las mejillas blancas estaban mojadas y sonrojadas.

 

Kurogane sonrió y el otro le correspondió. Suavemente unió sus frentes y cerró los ojos percibiendo como el rubio hacia lo mismo.

-Te Amo- sus oídos percibieron su propia voz.

-Yo también Te Amo- eso siempre lo hacía sentir… la verdad nunca podía describir ese sentimiento. Era más que felicidad, más que sentirse completo, más que seguridad, más que calidez…

 

No estaba seguro de quien había comenzado el beso sólo sabía que ahora estaba ahí sintiendo la suavidad de los labios del otro, todo a su alrededor perdía importancia cuando se besaba con Fye, vida, muerte, trabajo, respirar, ver, oír, hambre, sed. No había nada más en su mente que el ojiazul.

 

Con parsimonia separaron sus labios manteniendo sus frentes en la misma posición.

 

No supo de donde nació la necesidad pero la cumplió. Liberó uno de sus brazos y fue a acariciar el vientre de Fye, no había ni un ligero bulto, pero él sabía que estaba ahí, sintió como la cálida piel de la mano del otro hacía contacto con la suya.

 

Volvió a sonreír.

 

-Hay que celebrar-

 

T_T***

 

 

Era ese día en el que ninguno de los dos trabajaba, las maravillas de ser dueños de sus respectivos negocios, podían elegir qué día tener libre para coincidir.

 

Kurogane se encontraba muy concentrado viendo el “Instituto”**** un programa televisivo en el que unas personas comunes y corrientes “cacaraqueaban” según palabras del pelinegro; Fye siempre salía en defensa de esa pobre gente diciendo que ellos hacían su mejor esfuerzo para cantar relativamente bien.

 

-Kuropon, ¿tú quieres tener hijos?- pregunto Fye a su esposo. Desgraciadamente el otro se encontraba dentro del televisor imaginando que golpeaba a uno con una botella como en ese video que Mokona le mostro una vez…***** pero termino pensando que sería de mal gusto. Apenas y percibió la pregunta de Fye recreándola ligeramente en su mente.

 

-¿Qué si quiero tener higos?, ni que fuera higuera…- susurro el ojirrojo distraídamente mientras ponía nuevamente toda su atención en la “caja mágica”

-¡Kuro-sama!- lo llamo con los brazos cruzados con una expresión de molestia.

-¿Qué?- preguntó confundido.

-Te hice una pregunta-

-y la conteste, ¿qué no?-

-Sí, ya no importa- contesto Fye con una sonrisa y se dirigió a la habitación de ambos.

 

Kurogane siguió con lo suyo, pero una idea llego a su cabeza, tímida e insegura, pero aún así haciéndose escuchar.

 

“La única palabra que se me ocurre en este momento que es parecida a Higos es…”

 

-Hijos…- murmuro el pelinegro. –Estúpido- se dijo a sí mismo mientras se levantaba en busca de su esposo; lo encontró viendo por la ventana a los niños del vecindario jugando.

 

Recargo su cabeza en la delgada espalda de su persona importante.

 

-Lo siento, no te estaba poniendo atención cuando me hablaste… pero… tenía que ver con tener hijos, si es así me gustaría que me hicieras la pregunta otra vez- el ojiazul volteo su cuerpo hacía el más alto. Se sonrojo un poco bajando la cabeza suavemente.

-Te pregunte si… tu quieres tener hijos-  Kurogane sonrió y acarició ligeramente una mejilla blanca del otro.

-Sólo si es contigo- el más bajo levanto el rostro riendo casi imperceptiblemente.

-Que frase tan más romántica Kurowanwan- si hubiera sido en otro momento hubiera fingido molestia pero ahora estaba muy a gusto así que prefirió dejar ese comentario de lado.

-Quieres que hagamos una carta a Francia- la risa escandalosa del rubio inundo el silencio que antes era interrumpido tan sólo por cortos susurros.

-¿De dónde sacaste esa frase?- el moreno encogió los hombros cortamente para comenzar a acariciar la nariz del ojiazul con la propia.

-Tal vez la oí en la televisión- el más bajo continuaba riendo, pero esa risa se vio ahogada por los labios de su esposo.

 

Fue un beso que llevaba consigo muchos sentimientos, disculpas, perdones, pasión, deseo, ternura, cariño, amor…

 

-Te Amo-

-y yo a ti-

 

j.j

 

-Kuro-Papi-

-¿Eh?- otra vez esa mocosa

-No te preocupes Kuro-papi, Hana va a luchar siempre porque Hana sabe que es amada, Hana en definitiva va a estar bien-

-¿Hana?

 

0_0

 

Kurogane despertó. Observo su alrededor; estaba en una habitación de hospital, de nuevo.

 

¡Fye!

 

Se levanto con rapidez, como si un bicho le hubiera mordido algo indebido.

-Tranquilícese Ichihara-san- ni siquiera había notado a ese hombre de cabello grisáceo.

-¿Dónde está Fye?- preguntó sin darle muchas vueltas al asunto. El hombre de lentes parecía muy sorprendido pero luego comenzó a reír ligeramente.

-Es increíble, despierta en una camilla en una habitación de hospital y lo primero que pregunta es dónde está su esposo, se nota que lo ama mucho- se sintió algo avergonzado aunque no planeaba exteriorizarlo o dejar que el otro lo notara y más importante ya no planeaba negar que amaba a Fye.

 

Siempre lo supo, que Fye era y es especial para él, pero costaba aceptarlo de buenas a primeras y reconocer sus sentimientos cuando ni siquiera sabía quién era “Kurogane”.

 

Pero ya se había decidido, Sí, lo amaba y tenía que decírselo pero ya.

 

Al ver que Kurogane no decía nada decidió continuar.

 

-No se preocupe Flourite-san está bien, el bebé también- hablo con una sonrisa en todo momento la cual desapareció al recordar que era posible que Kurogane no recordará que iba a ser padre.

-¿Estás seguro, Fye y la bebé están bien?- se sorprendió aún más con la respuesta del otro pero decidió no darle importancia al artículo “la”.

-Sí, Flourite-san y el bebé están fuera de peligro, eso sí, Flourite-san va a tener que estar en reposo absoluto por un tiempo y dependiendo de cómo evolucione el embarazo dejará o no el reposo- el pelinegro parecía algo molesto pero también nervioso.

-y… entonces él… estuvo a punto de a… abo…- parecía que le estaba costando decir esa frase.

-¿Abortar?- un asentimiento del otro le aclaró que eso era lo que quería preguntar. –Sí- contestó un poco acongojado. Pudo ver como el ojirrojo golpeaba su muslo con su brazo bueno. Parecía que eso lo ayudaba con la tensión. –Ichihara-san…-

-Quiero verlo-dijo con determinación.

-Lo siento pero no puedo permitirle eso, usted tampoco está muy bien, tenemos que hacerle algunas pruebas, ya sabe revisar el golpe en su cabeza, la fractura de su brazo…-

-Al diablo con mi cabeza y la fractura, ¡quiero verlo!-

-Ichihara-san de todas formas Flourite-san esta inconsciente…-

-Quiero estar ahí cuando despierte- el doctor estaba realmente impactado –Quiero estar ahí para él… para ellos… ya hice todo mal, pero esto quiero hacerlo bien- como negarse a esa mirada decidida que a pesar de que él dijera que no en definitiva el dueño de esos ojos se encargaría de llegar hasta las que parecían ser sus 2 personas más importantes, bueno el “parecían” sobraba.

-De acuerdo- se dirigió a una silla que había en la habitación y tomo las prendas que ahí descansaban. –Cámbiese, luego lo llevaré con Flourite-san- concluyó para salir del lugar y darle un poco de privacidad al Ichihara. No tuvo que esperar mucho para que el pelinegro saliera. -Sígame- dijo con una sonrisa amable. El otro obedeció.

-Y a todo esto…- la voz de Kurogane acompaño el sonido que hacían sus pies contra el piso.

-¿Sí?-

-¿Quién eres tú?- esa pregunta lo descoloco un poco, pero a fin de cuentas rió.

-Soy Yukito Tsukishiro- eso a Kurogane lo dejaba igual, lo supo al ver la cara de “y eso a mí qué”. –bueno yo soy doctor… su doctor de ahora en adelante si usted quiere y pues lo conozco a usted porque mi esposo es Touya-

-¿Quién es Touya?- la verdad era algo de esperar esa respuesta.

-¿Recuerda a Sakura-chan?-

-Sí- Ahora que lo pensaba esa niña lo había golpeado.

 

“Pero ya verá cuando la vea”. Kurorgullo explayándose. “La verdad lo merecía”. Soltó un suspiró y se concentro en la persona que estaba tratando de explicarle quién rayos era.

 

-Touya es el hermano mayor de Sakura-chan, los conocí a usted y a Flourite-san en una cena en casa de Sakura-chan y Shaoran-kun, también nos vemos seguido en el café y usted es sensei de Aoi-chan- su cerebro no le mostro nada durante la explicación pero al llegar al punto de “Aoi-chan” un niño de cabello negro de unos 5 años sin los dientes de enfrente y mirada decidida fue lo que vio. –Aoi… es hijo de ustedes… ¿no?- pregunto algo confundido, cuestionándose el cómo ese recuerdo llego a él.

 

Por toda respuesta el otro sonrió.

-Me alegra que recuerdes a Aoi-chan-

-Va al dojo ¿no?-

-Sí- acompañó su respuesta con su amable sonrisa.

 

“Muy bien mente, estas progresando”

 

 -Ahora que lo pienso, no lo vi en el dojo las veces que fui- comentó sin pensarlo mucho.

-ah, bueno, es que dice que no sabría como actuar si no lo recuerdas- sintió una pequeña espina de enojo.

-Dile a ese mocoso que si no lo veo la próxima vez que yo vaya al dojo entonces tendrá una razón para no saber como actuar- al terminar de decir eso, una curiosa y suave voz proveniente de su cabeza le cuestiono el que tan bueno era hablar así de un niño en frente del progenitor del mismo.

 

Vio la seriedad en Yukito, le preocupo un poco, pudo relajarse al ver regresar la sonrisa en el otro.

-Los recuerdos no hacen a la persona-

-¿Qué?-

-Usted es el mismo de siempre- no supo que decir, él decía eso porque no lo conocía, pero Fye no diría algo como eso. –llegamos-

 

Una puerta blanca les hacía frente. Tsukishiro la abrió y Kurogane al fin logro ver el interior, toda la atención que pudo haber puesto en observar la habitación se vio atrapada por el cuerpo del rubio reposando en esa camilla de hospital. El suero en su brazo, eso en la nariz para ayudar al rubio a respirar.

 

No tenía el valor para entrar. Sentía que no tenía derecho a estar ahí.

 

Todo era su culpa. Que Fye estuviera ahí, que la vida de la bebé estuviera en peligro. No podía ser tan cínico y simplemente pedir perdón, pues no lo merecía.

 

-Vamos, vamos entra- él hundiéndose en su depresión y el de lentes empujándolo. No estuvo muy seguro de cómo pero termino sentado en una silla colocada estratégicamente cerca de la camilla. –No debe faltar mucho para que Flourite-san despierte- un extraño pitidito se escucho. El peligris saco un curioso aparatejo. –Tengo que irme- camino a la salida. –Una enfermera vendrá al rato- sonrió y dejo el lugar.

 

Kurogane observó de nuevo a la persona que amaba. Su respiración un poco pesada, su piel un poco más pálida de lo común. La sabana cubría su cuerpo.

 

Se puso de pie. No podía estar ahí.

 

“Pero tengo que estarlo”

 

“No es como si Fye quiera que esté aquí, mínimo debe odiarme. No puedo estar aquí”

 

“Tal vez sea todo lo contrario”

 

No me dejes solo.

 

El moreno volvió a sentarse y tomo una de las manos de Fye entre las suyas. Aun si Fye comenzaba a odiarlo y no lo quería cerca, él se quedaría ahí. Porque no dejaría a Fye solo nunca más.

 

 

=(

 

 

Watanuki no sabía que hacer realmente, Sakura no dejaba de llorar.

 

Cuando golpeo a Kurogane realmente ninguno esperaba que se desmayara. De eso ya hacía una hora.

-Sakura-chan tranquilízate- trato nuevamente.

-¡Mate a Kurogane-san y después mataré a Fye-san del susto y su bebé…!- sí, esa era la respuesta de siempre, y la acompañaba con sollozos y moqueo más ruidosos. A pesar de que ya les habían dicho que Kurogane estaba bien, que Fye se recuperaría y que habían podido evitar el aborto espontáneo… Comenzaba a cansarse… corrección ya se había cansado.

-Sakura-chan ya fue suficiente- dijo con un tono severo. La chica lo observo. –No mataste a nadie, Kurogane-san va a estar bien, Fye-san va a estar bien y el bebé también- la chica pareció calmarse un poco, pero al escuchar la voz de Shaoran llamándola el llanto regreso aún más fuerte.

 

Sakura había corrido a abrazarse al castaño el cual la recibió sin dudarlo y comenzó a acariciarle el cabello mientras le daba palabras para calmarla.

 

Doumeki también había llegado, Su Shizuka estaba ahí.

-¿Qué fue lo que paso?- le preguntó la seria voz de su pareja al acercársele. Watanuki recordó en ese momento el gemido de dolor que soltó Flourite de un momento a otro mientras cocinaba, recordaba como se había doblado sobre sí mismo presionando fuertemente su vientre y retrocediendo lentamente hasta topar con la pared.

 

El de lentes había intentado ayudarlo, pero no sabía qué hacer a parte de preguntar estúpidamente que le pasaba, como si Fye pudiera contestarlo.

 

La verdad no quería admitirlo pero le había afectado ver al rubio así, no sólo sintió que perdería a alguien importante nuevamente… recordó la primera vez que perdió a ese alguien importante, o más bien a “esos alguienes”… sus padres.

 

Un ligero temblor lo recorrió, logrando controlarlo inmediatamente. Sin embrago su perturbación no pasó desapercibida para el otro.

 

Para los ojos de Shizuka, Su Kimihiro era un libro abierto.

 

Watanuki se sintió aprisionado en los brazos del otro. Fue besado delicadamente agradeciendo que, algunas veces, Doumeki supiera qué tipo de demostraciones de amor darle.

 

Al terminar el beso no se separo de los brazos de su esposo y no lo haría, no por lo pronto.

 

Pudo ver detrás de Shizuka ese pequeño niño de ojos azules y cabello rubio tan parecido a Fye que venía viendo desde hace un tiempo.

 

Y aunque estaba seguro de que era imposible que fuera el bebé de Fye y Kurogane, rogó porque no lo fuera, porque si fuera todo lo contrario, eso quería decir que el bebé nunca tuvo esperanzas de nacer.

 

Bien sabía que ese niño ya no era de este mundo, ya nunca podría estar vivo, y el bebé de sus vecinos y amigos tenía que hacerlo… debía hacerlo.

 

Creía fielmente (o al menos quería creer) que esto tendría un final feliz.

 

Rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

 

 

Una llanta colgaba de la fuerte rama de un árbol ayudada por una soga amarilla, funcionando así como un columpio improvisado. El rubio se mecía sin exceso de fuerza mirando el cielo, de un momento a otro vio como la soga soltaba la rama cayendo tanto la llanta como él. Todo eso fue visto por un atento moreno. Al ver caer a su compañero parlanchín corrió sin pensarlo, para asegurarse de que no se hubiera dañado… el… árbol. El ojiazul seguía acostado cuando el llego.

-¿estas… bien?- le preguntó ofreciendo su mano para levantarlo. Fye sonrió. Aceptando la ayuda.

-deberías reírte Kurote-

-No seas idiota como me voy a reír, esa no fue una caída divertida- contesto el ojirrojo molesto. El rubio quedo bastante sorprendido, luego se rió por lo recién escuchado.

-Eres muy extraño Kuro-sama-

-¿yo?... tú eres el que usa apodos raros y se cae de una llanta- Flourite continuo sonriendo.

-Sí y me dolió mucho- dijo sobando el lado de su cuerpo con el que había caído.

-¿Seguro que estas bien?-

-hace un momento estabas molesto conmigo y ahora estas preocupado… -

-¡YO NO ESTOY PREOCUPADO!- hablo el Kurorgullo. (Kurogane y orgullo… es tonto lo sé… pero no pude evitarlo).

-waa~~ Kuroryon esta sonrojado-

-¡NO ES VERDAD!-

-Kurowanwan es tan tímido, es una de las cosas que me gustan de ti-

-¿¡¡QUE!!?- eso había sido impactante.

-mmm… mejor vamos con los otros, después de todo este es un día de campo para convivir con todos nuestros compañeros de escuela-

-Espera, ¿qué quisiste decir con gus-gus-gus…?-no volvió a Salir palabra de su boca al ver una pequeña sonrisa real de parte de Fye.

 

XD

 

La imagen de Fye en la camilla estaba en su campo de visión nuevamente. Le gustaba recordar cosas, pero posterior a ello, siempre se sentía perdido.

 

Fye comenzó a removerse entre las sabanas blancas. Comenzaba a despertar.

 

Kurogane entro en pánico, luego se dio cuenta de que él no podía entrar en pánico; se armo de valor y prácticamente se clavo a la silla esperando a que su esposo despertara, tenían que hablar.

 

Los ojos azules se abrieron, los parpados bajaron unas cuantas veces, la mirada perdida viajo por toda la habitación hasta topar con los ojos rojos que tanto amaba que lo vieran.

 

El moreno fue capaz de percibir como su pareja parecía recordar que había pasado, se sobresalto al ver como este se sentaba de golpe.

-¡¡¡Kurogane el be…!!!-

-Tranquilízate- le dijo colocando su mano en el hombro del otro tratando que se acostará de nuevo, consiguiéndolo al seguir hablando. –Me dijeron que tú y la bebé están bien- el rubio lo miró sorprendido unos instantes, sus facciones se llenaron de seriedad y aparto la vista del otro.

 

Ichihara se sintió nervioso.

 

-Ya lo sabes- lo afirmó por lo que el más alto no tuvo necesidad de contestar nada. Un silencio incomodo los rodeo. Había tantas cosas que Kurogane quería decir, pero ahora no sabía como comenzar o si debía intentarlo si quiera. –Lo siento- sí, tenía que empezar con algo como eso.

 

Todos los pensamientos del ojirrojo se detuvieron, realmente alguien había dicho “lo siento”, no sólo habían sido sus pensamientos; el problema es que esa voz no había sido suya. Observo a Fye sorprendido.

-¿Qué?- logró decir al fin.

-No solo no te dijo lo del bebé, si no que soy tan… yo casi… yo casi lo pierd…-

-¡Ya basta!- hablo levantando ligeramente la voz. Ahora Flourite lo miraba nuevamente. –Pero qué demonios estás diciendo- se encontraba bastante alterado.

-Kurog…-

-Cállate, déjame terminar- en verdad estaba cabreado - ¿¡Por qué mierda te estás disculpando!?- pero no con Fye. –¡¡¡El único que tiene que disculparse aquí soy yo!!!- Semi-gritó. El ojiazul estaba completamente desconcertado. –Todo esto es mi culpa, que siempre estemos peleando, que estés aquí…- hizo una pausa, le costaba mucho decir lo siguiente, aún en sus pensamientos. – Casi los pierdo- susurro.

 

Y entonces Kurogane lo entendió por completo, lo indispensable que era Fye para él. Todavía podía sentir el dolor mezclado con el miedo y la angustia, pues por un momento, al ver a su esposo en el suelo, pensó que este había muerto. El sentimiento empeoró cuando Sakura lo hizo recordar a la bebé.

 

Hana

 

Las sensaciones que sintió la última semana cobraron sentido, miedo culpa, celos, preocupación, más celos…

 

Sólo podía haber un nombre para lo que sentía.

 

-Te amo-

 

“Al fin eres capaz de decirlo animal” eso era una voz en su cabeza.

 

El de piel blanca lo miro sorprendido, pero luego su mirada ya no transmitió nada, no había emoción alguna. Eso lo confundió un poco.

 

“¿Y si él ya no me ama?”

 

Flourite se sentó suavemente sin apartar la vista. Y finalmente pudo percibir algo en los ojos del otro, en toda la cara en realidad, enojo.

 

Cualquier reacción que hubiera esperado, en definitiva no era esa.

 

Fye le dio un puñetazo en la mejilla izquierda.

-¡Eres un tonto!- parecía que estaba a punto de llorar, pero al parecer no planeaba hacerlo. En cambio comenzó a golpearlo repetidas veces en el pecho. Vaya que sus golpes dolían.

-¡Oye!- dijo mientras usaba su mano sana para tratar de evitar que los puños le dieran directamente. –Estúpido, Idiota, Ku… Kuro-imbécil-

-¿¡Ah!?- comenzaba a irritarse.

 

“No, te lo mereces… Recuerda todas las cosas crueles que dijiste”

 

Su sensación irritante desapareció, se levantó de la silla y lo abrazó, rápidamente sintió como era correspondido.

 

-Te amo- dijo nuevamente. Al estar tan junto al cuerpo del otro, fue capaz de sentir no sólo los latidos acelerados de su corazón. Sin deshacer el abrazo, se movió para poder ver la cara del otro. Cuando se encontró con esos cielos fue incapaz de impedirle a su boca dejarlo salir. –Te amo- y es que parecía que Fye necesitaba escucharlo mucho. Y finalmente pudo oírlo.

-Te amo- Dicho con la voz de Fye era tan… si esto seguía le daría un infarto, era antinatural que su corazón fuera tan rápido –Te amo, te amo- no se dio cuenta hasta ese momento, que el también lo necesitaba.

 

Sin pensar nada más se fue acercando lentamente a los labios del otro. Había ansiado poder besarlo durante mucho tiempo, al fin podría hacerlo, estaban a punto de unir sus labios cuando…

 

-¡Ya llegamos!- exclamó una chica de cabello largo y blanco con unos hipnotizantes ojos azules. Detrás de ella venían un Touya observando unos papeles en su mano, un Watanuki exasperado, un Shaoran preocupado, una Sakura avergonzada, un Doumeki Doumikezco y una Yuuko con sonrisa pícara en el rostro.

 

Todos, exceptuando a Yuuko y Mokona, pusieron una cara de incredulidad total al verlos así de acaramelados.

 

Kurogane exploto.

 

-¡Largo!, ¡¡¡LARGO!!!- gritó alejándose del abrazo que había mantenido con Fye. Acababan de interrumpir su beso, habían matado el momento, alguien iba a ser atacado por la silla que el moreno lanzaría.

 

Pero no pudo hacer nada pues de pronto sintió como lo jalaban de la camisa, concluyendo con él sentado en la camilla.

 

Fye se le acercó con rapidez y lo beso, sintiendo los labios del otro, introduciendo su lengua en la cavidad contraria, sin importar quien lo viera.

 

Las manos del rubio se unieron en su espalda al rodearlo en un curioso abrazo, la mano de Kurogane viajo al vientre del otro, notándolo ligeramente abultado.

 

Sonrió separándose sólo un poco

 

-Te amo-

 

 

Y ya no había dudas.

Notas finales:

* esto se refiere, según tengo entendido lo correcto sería ir al médico y decir "mi quiere tener hijo" y ya te darían vitaminas y así desde unos meses antes para evitar malformaciones. Como casi siempre en las historias la noticia de un hijo cae de golpe pues me pareció lindo que estos 2 si lo planearan, pero al final no les funciono como esperavan jajaja.

** si no pongo desde cuando es porque Kurogane no tiene aún ese recuerdo jeje.

*** este recuerrdo esta uvicado en el tiempo antes que el anterior como podrán darse cuenta, y es que los recuerdos de Kurogane-sama  le llegan desordenadamente =)

**** es una parodia de la academia sin plan de ofender a nadie, la verdad nunca la he visto muy vien pero esa última k salio, me dejo un trauma y con una esperanza más grande de que yo tamvién puedo ser cantante.

***** sin ofender a fans de Justin ¿han visto ese video donde lo golpean con una votella?... ¿la versión de werevertumorro?... si ya lo vieron, ustedes muy vien, si no, se las recomiendo http://www.youtube.com/watch?v=6eHTOhP5ekc

 

xq no actualice antes... esk no tenía inspiración... fue dificil... siempre lo es... pero definitivamente terminaré esto... lo haré!!!


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