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Sin Recordarlo Te Amo por Eza-chan

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Notas del capitulo:

cómo la pagina me odia x ser vasura humana tengo k decirte k posivlemente no salgan las rayitas de separación, si no pues... donde hay más espacio de lo normal ahí va una separación n_n

Estaba de malas. ¿Por qué?...

Bueno, todo se resumía a 4 pequeños detallitos… Primero, al despertar no se había encontrado con el rubio, lo cual aparte de hacerlo sentirse como vacío lo hizo molestarse. Segundo, al levantarse sintió que la cabeza se le iba, dolor, su molestia creció. Tercero, al salir por la puerta su brazo izquierdo choco con el marco, soltó un gemido de dolor. Maldito marco y maldito brazo roto. Y cuarto pero no menos importante, al caminar por el pasillo que lo conduciría a la cocina, este estaba mojado y por poco cae, si no es porque tiene buenos reflejos… eso lo hizo sentir furioso.

Pero al llegar al comedor y ver un rico almuerzo y una taza de café humeante olvido todo y comenzó a comer. Busco con la mirada al ojiazul y lo encontró caminando por el pasillo, por el que casi fue asesinado.

-¡buenos días!- dijo sonriente.

-buenos días… ¿Dónde…? –

-baño-

-oh- Después de unos segundos de silencio decidió preguntar. -¿no vas a almorzar?-

-ya almorcé Kuropyon-

-¿por qué me pones apodos tan raros?- el otro sonrió.

-porque te gusta-

-No es cierto…- estaba a punto de comenzar a discutir, hasta que se vio interrumpido.

-eh… quiero que hablemos, no es muy importante, pero igual- hizo un corto silencio como si se estuviera poniendo de acuerdo en cómo explicar lo siguiente -soy dueño de mi propio negocio, bueno junto con Watanuki-kun y Sakura-chan-

-¿Sakura?... ¿la novia de Shaoran?-

-Sí, aunque ahora están casados-

-Casados- dijo con sorpresa, el otro asintió.

-ahm… el caso es que debería ir a trabajar-

No supo por qué pero ese comentario lo hizo sentir frustrado, irritado, molesto, enojado, todo al mismo tiempo.

-pe-pero si tu quieres puedo quedarme… contigo- hablo el ojiazul extrañamente temeroso. El pelinegro observo el plato donde antes estaba su almuerzo.

-vete- contesto fríamente sin mirarlo

Después de unos segundos escucho los pasos de Fye alejarse, la puerta abrirse y luego cerrarse.

No recordaba casi nada de su última década de vida y lo único que esperaba era que la persona que decía ser su "esposo" y la que supuestamente lo amaba y él amaba estuviera con él, pero no, el señorito se largaba a trabajar. Llámenlo egoísta. Sí, lo era y qué. Pensaba que tal vez pasarían el día juntos hablando de cosas que habían pasado y posiblemente él recordaría más, pero el idiota se largaba.

Que se fuera, para lo que le importaba. Ni siquiera estaba seguro de si lo amaba, no sabía ni si alguna vez lo amo; por alguna extraña razón se sintió extraño ante esos pensamientos. La verdad era que… con recuerdos o no, sabía que ese rubio era importante… pero no. Ahora, justo ahora estaba enojado con él.

El sonido del timbre lo hizo salir de sus pensamientos. No sabía cuánto tiempo había estado ahí sentado en el comedor frustrándose con la nada. Se puso de pie y fue a abrir la puerta. Se sorprendió al ver al vecino de en frente.

-¿Doumeki?... ¿Qué haces aquí?-

-¿le gustaría visitar su trabajo?- fue la simple respuesta-pregunta del otro.

En estos momentos, Kurogane se encontraba en una espaciosa sala de espera, la cual, tenía 2 oficinas.

-exactamente, ¿qué hago?-

-eres abogado-

-¿en serio?-

-Sí-

-¿una de estas oficinas es mía?- preguntó con seriedad, escondiendo su curiosidad.

-derecha- Kurogane camino, observo su nombre en esa placa negra colgada en la puerta y luego giro la perilla.

Era una habitación ni muy grande ni muy pequeña. Pegado a una pared había un sillón guinda, pegado a la otra había un escritorio con 1 silla en 2 de sus lados, había una pequeña ventana que le daba iluminación. Vio reconocimientos y el documento que lo certificaba como abogado, colgados. Sobre el escritorio, muchos papeles algo desordenados y un marco negro.

No pudo evitar mirar la foto que contenía aquel marco, eran él y el rubio, estaban en un ¿restaurante?, no le tomo mucha importancia, aún seguía enojado con ese… ese… dejo el marco en su lugar y se decidió a inspeccionar los 2 cajones que tenía aquel escritorio, abrió uno y sólo encontró hojas y más hojas que no le llamaron la atención, hasta que se topo con…

-¿otra foto?- preguntó en voz alta a la nada. En esta se encontraba él muy cerca de Fye, una de sus manos estaba en la cabeza rubia, parecía que con eso quería estar más cerca del otro. Se vio a sí mismo con los ojos cerrados, su boca parecía estar escondida detrás de la cabeza del ojiazul. Su esposo estaba sonrojado, con una cara de completa sorpresa y además su vista no estaba directamente al lente de la cámara.

¿¡Cómo era posible que él estuviera en esa posición, en una fotografía, con ese tipo tan raro! , fue lo último que pensó antes de que un recuerdo asaltara su cansada mente.


Kurogane estaba en el enorme patio de la casa de la bruja que insistía en que la llamará madre, se dirigía a su lugar favorito en toda esa casona para practicar kendo; pero el ver al rubio, que ya bien conocía, dormido recargando su espalda en un árbol cambiaron sus planes. Se acerco a él con calma, lo observo por varios segundos y se decidió a mover ligeramente el hombro del otro para así despertarlo.

-Hey- Fye abrió sus ojos con pereza.

-Kuro-sama- dijo con voz adormilada mientras comenzaba a estirarse. El moreno sabía que esa posición para dormir no le haría nada bien a la espalda del ojiazul.

-¿Qué haces durmiendo aquí?- Flourite sólo rió ligeramente. Estaba casi seguro de que no le contestaría. –Si vas a dormir ve a tu habitación-

-Aquí es más cómodo- el ojirrojo lo miro con seriedad.

-¿Sigues teniendo pesadillas?- preguntó, mas el otro no contesto. –Bien- dio media vuelta y continuo con su camino.

-¿A Dónde vas?- preguntó el rubio poniéndose de pie.

-A practicar- contesto sin detenerse

-¿puedo ver?- Kurogane detuvo su andar.

-pero no molestes- Fye sonrió y siguió al otro.

El pelinegro comenzó a practicar aparentando que luchaba con alguien, podía sentir la mirada atenta del rubio, aunque eso no lo ponía nervioso. Después de un rato de estar así sintió un flash.

-¿Qué demonios fue eso?- hablo molesto. El ojiazul tenía la mirada más inocente que pudo encontrar.

-¿Qué fue qué?, yo no vi nada- el más alto lo miro asesinamente pero continuo practicando. Un segundo flash fue lo siguiente. Volteo a ver al de piel blanca rápidamente y lo encontró con una cámara en la mano.

-¿Qué estas…? , Dame eso- se abalanzo contra el rubio, comenzaron una extraña lucha en el suelo, dando vueltas por todo el lugar. Kurogane trataba de quitarle la cámara pero Fye lograba alejarla, el rubio reía, el moreno se irritaba. Al final el dichoso aparato salió volando y los jóvenes terminaron con la respiración agitada en una posición bastante comprometedora ya que Kurogane estaba encima del más delgado pero sin lastimarlo y le sostenía las manos por encima de la cabeza; cualquiera que los viera pensaría que se iban a besar.

El pelinegro se dio cuenta de lo comprometedora de la situación, soltó inmediatamente al ojiazul y se puso de pie. Fye simplemente se sentó en el mismo lugar.

-Kurorete-

-¿Qué?-

-¿podríamos tomarnos una foto juntos?-

-No- contesto al instante.

-Por favor-

-No-

-Vamos, tomémonos una foto-

-No-

-Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor…-

¡NO!- Grito al fin haciendo que el rubio guardara silencio, sintió un flash nuevamente. -¿Cuándo rayos fuiste por la cámara?- sonrió con el aparato en mano. El joven Ichihara suspiro cansinamente. –Para qué mierda quieres una foto de nosotros- el ojiazul cambio la sonrisa verdadera que había mostrado hasta ahora por una falsa.

-No puedo depender de Kurowanwan por siempre, tampoco puedo vivir en la casa de Yuuko-san eternamente… así que, al menos en una fotografía, podré… podremos…- Fye no termino la frase.

"¿estar juntos?" pregunto Kurogane en su mente.

Con la misma cara de seriedad de todo el tiempo, el moreno se acerco al más bajito.

-bien, toma la maldita foto y terminemos con esto- colocaron la cámara en una pequeña mesita que se encontraba cerca.

-¡10 segundos!- grito el rubio emocionado mientras corría hacía donde el otro estaba sentado.

Esos segundos fueron suficientes para que Kurogane atrajera con su mano la rubia cabeza del Flourite, cerró los ojos y le susurro al oído esas palabras que pensó nunca olvidaría.

-Yo jamás te voy a dejar solo-


-Kurogane-san, ¿está bien?- pregunto Doumeki al encontrarlo sentado en la silla de su escritorio con su mano sana presionándose la cabeza.

-Sí, estoy bien- dijo dejando su cabeza en paz. Le tomo un poco de tiempo darse cuenta de que la fotografía que antes estaba en su mano ahora se encontraba en el suelo algo arrugada, la recogió, la aliso con sumo cuidado y la regreso a donde la había encontrado.

¿Qué demonios?, Él dijo algo tan comprometedor en ese recuerdo… ¿Qué hacía Fye en la casa de la bruja?, ¿En qué momento de su vida se encontraba ese recuerdo?... de nuevo le hacía tantas preguntas a su mente pero esta no respondía.

Shizuka guardaba silencio mientras veía las acciones del mayor. Después de cortar sus preguntas mentales Kurogane lo volteo a ver pensativo y comenzó a hablar.

-Tú y yo somos… ¿amigos?- preguntó algo crédulo.

-supongo- contesto su interlocutor.

-y… tú también eres…-

-abogado- respondió a la pregunta sin terminar del mayor.

Al ojirrojo se le dificultaba hacer un tema de conversación con esa persona tan seria, serio él, serio Doumeki, no sabía bien qué hacer o decir.

-¿y… este lugar es de…?-

-ambos-

-¿Por qué trabajamos juntos?- el otro pareció pensarlo un momento.

-bueno… usted trabajaba para una empresa del gobierno, pero según tengo entendido era muy poco el tiempo libre que tenía e igualmente poco lo que le pagaban. El lugar en el que yo trabajaba quebró, estaba pasando por un mal momento económico, el trabajo de Kimihiro nos daba de comer pero no podía dejar que él se hiciera cargo de todo, yo no lograba conseguir trabajo. El día en que Fye-san y usted nos invitaron a cenar a su casa entre plática y plática nos dimos cuenta de que ambos somos abogados y entonces Fye-san dijo algo como porque no hacer un negocio juntos, no tenía nada que perder y mucho por ganar… además Kimihiro, Sakura y Fye-san terminaron haciendo un café… - y él que pensaba que Doumeki hablaba poco.

-oh… ahm… no recuerdo nada de cómo ser abogado y…-

-No se preocupe yo me haré cargo de todo- A eso le siguió un largo silencio incomodo.

-y tú… ¿amas a Watanuki?- ¿Qué clase de pregunta era esa?... vaya que ese golpe en la cabeza le había afectado.

-Sí-

-Puedo preguntar… ¿Cómo… lo conociste?- Doumeki lo miro raro.

-¿Para qué quiere saber?-

-No lo sé, no sé ni de qué rayos estoy hablando, sólo quiero hacer un maldito tema de conversación- el otro sonrió de lado.

-Lo conocí cuando estaba por terminar la primaria-


Watanuki y Doumeki estaban en diferentes grupos, además de eso eran completamente opuestos, uno era un torbellino y el otro era agua quieta, uno odiaba el sarcasmo y el otro era un experto, uno era enérgico el otro era pura tranquilidad, Shizuka era popular, Kimihiro uno más entre las masas.

-Ne, ne Watanuki, tengo un recado para ti- dijo aquel chico mientras rodeaba con un brazo amistosamente los hombros del pelinegro.

-¿Para mí?- preguntó inocentemente.

-Sí, esa chica linda del 6-A…-

-¿Himawari-chan?-

-Sí ella, me pidió que te dijera que se reunieran a la hora de la salida en el cuarto donde guardan todo lo de las clases de educación física, ya sabes ese que esta atrás de las canchas -

-¿En serio?- preguntó Kimihiro emocionado. El otro asintió con una sonrisa.

-imagina lo que esa chica querrá decirte… o hacer… bueno yo ya cumplí, nos vemos- concluyo alejándose mientras reía con otros 3 chicos.

-¡Himawari-chan!- exclamo alegre el pelinegro.

Justo como se lo dijeron, al momento de terminar las clases el ojiazul se dirigió a aquel pequeño almacén, inmediatamente entro con cuidado.

-¿Hola?- preguntó un poco temeroso. De un momento a otro sintió como lo empujaban dentro, cayó estrepitosamente apenas alcanzando a poner las manos para no golpearse la cara, escucho como cerraban la puerta detrás de él haciéndose la luz menos densa. Watanuki se puso de pie rápidamente y corrió a intentar abrir la puerta pero era tarde, la habían cerrado por fuera. Escucho risas y pasos alejarse. No pudo más, se dejo caer de rodillas. ¿Cuántas veces le habían hecho algo parecido ya?... Estaba asustado y a punto de ponerse a llorar. No es como que hubiera muchas personas que supieran que estaba ahí, No es como que hubiera "alguien" que supiera que estaba ahí. ¿Quién lo sacaría? Nadie…

-oye, ¿estás ahí?- se escucho la voz un tanto gruesa de un chico.

-Ayúdame por favor- rogo.

-Espera, abriré- después de unos minutos eternos al final la puerto se abrió dejando ver a aquel chico del que todas las de secundaria hablaban.

-¿Do-Doumeki?- preguntó confundido.

-¿estás bien?- hablo ayudando al más bajo a ponerse de pie.

-Sí- el de piel más oscura tomo las cosas olvidadas en el suelo del otro encontrándose con un bento1. Cuando Kimihiro volteo a verlo Shizuka ya estaba comiendo un onigiri2.

-¿Qué haces?- hablo el más pequeño algo escandalizado.

-prefiero cuando están rellenos de umeboshi3-

-¿Qué?-

-Mañana quiero omelet dulce- concluyo saliendo de aquel pequeño cuarto.

-¿¡Qué!- exclamo escandalizado –No soy tu cocinero… ¡OYE!-


En un momento de silencio Kurogane no pudo evitar reír ante tan extraño relato.


Luego de que a partir de ese momento se hicieran "amigos" pasaron ciertas cosas, como el hecho de que Doumeki se diera cuenta de que no sentía sólo cariño de amigo por Watanuki y de que este último… bueno en realidad el de lentes nunca se puso a reflexionar sobre sus sentimientos.

-Watanuki-

-¿Sí?- el ojiazul lo observo por unos segundos esperando que continuará. – ¡No me hables si no vas a decirme nada!, ¡Idiota!- hablo molesto.

-Me gustas- directo, sin rodeos ni palabras innecesarias.

-¿Q…?-

-Me gustas- repitió. El de piel blanca tenía cara de no creer ni una palabra.

-¿Te estás burlando de mí?- continuó molesto.

-¿Eh?-

-porque te advierto que no es gracioso Doumeki-

-No me estoy burlando, me gust…-

-No… lo digas- Kimihiro lo miro fugazmente, aunque eso no evito que Shizuka se diera cuenta de esa mirada dolida. El más alto abrazo al otro fuertemente.

-¿Qué haces?, ¡Suéltame idiota!-

-Me gustas, te quiero- Watanuki lo alejo de él.

-No te confundas tú a mí no…- Doumeki invadió su espacio personal y lentamente, deteniendo toda queja del ojiazul, lo beso con dulzura.

Le costó bastante pero al final Watanuki acepto que también lo quería, después de un tiempo llegó el Te Amo de parte de ambos y al final terminaron casándose, pero esa era otra historia.


-Así que… así sucedieron las cosas…- hablo pensativo Kuro.

-Sí- hizo una pequeña pausa. –supongo que usted no recuerda como conoció a Fye-san-

-en realidad si lo recuerdo-

-Pero…- el ojirrojo no contesto. –Bueno, supongo que está bien, después de todo usted no me recuerda- concluyo caminando a la salida –Vamos-

-¿A dónde?-

-A comer… tengo hambre-

Ahora se encontraban en un restaurante familiar, a Kurogane eso le parecía bastante extraño, estar comiendo junto a ese tipo.

-Buenas tardes- escucho una voz joven.

-¿Shaoran?- pregunto sorprendido.

-Hola Kurogane-san, me alegra que ya allá salido del hospital- dijo para luego sentarse con ellos y llamar a una mesera para pedir algo de comer también. El mayor volteo a ver al que hasta hace unos minutos era su único acompañante y no parecía para nada molesto o incomodo con Shaoran.

-Nos seguimos… frecuentando luego de graduarnos- se aventuro a preguntar.

-¿Qué?... ah, Sí… es verdad, lo siento debe sentirse perdido, mmm… bueno me case con Sakura, soy ingeniero civil y le ayudo a dar clases de kendo en el dojo, ah y siempre nos reunimos a comer aquí-

-¿Clases de Kendo?, ¿dojo?, ¿De qué hablas?- el castaño volteo a ver a Shizuka confundido.

-No le hable de eso- contesto a la muda pregunta.

-los 3 somos dueños de un dojo en el que usted y yo damos clases de kendo4 y Doumeki-san da clases de Kyudo5-

-¿Ah?... ¿kendo y Kyudo en el mismo lugar?- el de ojos chocolate rió un poco.

-bueno… No, ellos practican en un lugar especial, en algo así como… el patio del dojo-

-Ah-

-No se preocupe, ya lo verá-

No supo el por qué, pero estando así con esos 2 sintió que en verdad eran personas que le agradaban, dejo de sentirse incomodo y fuera de lugar, escucho atento lo que ellos decían y observo como le ponían la misma atención al hablar él.

-pensé que hoy estaría con Fye-san- Dijo el menor de los 3. Kurogane bufó molesto.

-¿Pelearon?-

-No sólo prefirió irse a trabajar- los otros 2 compartieron miradas incrédulas.

-Imposible- dijeron al unisonó.

-Exactamente qué paso- preguntó Shaoran. Ichihara estaba dudoso en hablar pero continúo.

-Pues él dijo que tenía que ir a trabajar y después dijo pero si quieres me quedo aquí contigo, ¿Qué clase de pregunta es esa?, le dije que se fuera-

-eso no estuvo bien- comento Shaoran.

-¿Qué?

-"La persona que amo no me recuerda- comenzó Shizuka –no debe sentirse cómodo con mi presencia, a pesar de que quiero estar con él todo el día, tal vez debería preguntarle si quiere que este con él"… me parece que esos son los pensamientos de Fye-san-

-eso es...- "tonto" iba a decir el pelinegro mayor, pero fue interrumpido.

-Estoy de acuerdo con lo que dice Doumeki-san… usted es muy importante para Fye-san, seguramente no debe saber como actuar-

-¿Él no sabe como actuar?... yo soy el que no sabe como actuar, perdí 10 años de mi vida, no sé quiénes son mis amigos, no sé quién es la persona que amo, Dios, ¡no sé ni quién soy yo!- se hizo un silencio incomodo que el castaño corto.

-confié en nosotros Kurogane-san… somos sus amigos y más que nada confié en Fye-san porque no hay nadie que se preocupe más por usted que él… es la persona que lo ama después de todo-

Ante eso Kurogane no supo que contestar.

Después de esa comida regreso con Doumeki al negocio de ambos, ahí estuvieron por bastante tiempo, luego fueron al mentado dojo, en el cual, fue recibido por varios niños que lloriqueaban y decían cosas como "qué bueno que el sensei esté bien" y bla bla bla.

Observo detenidamente la clase de kendo de Shaoran y la de Kyudo de Doumeki, los 2 eran muy buenos.

-Nos vemos mañana- fue la despedida del castaño.

Cuando estaba ya afuera de su casa un leve asentimiento de cabeza fue la despedida de Doumeki.

Estaba muy ansioso por hablar con el rubio, no sabía como comenzar pero quería estar bien con él, sí, era cierto se sentía algo extraño en presencia del otro, aunque no era incomodidad o algo parecido, sólo sentía la necesidad de saber tantas cosas de la enigmática persona Fye D. Flourite y su relación con él.

Quería entender lo que el Kurogane de esos 10 años sentía por aquel ojiazul, pero no podía recordarlo, eso lo frustraba mucho.

Al momento de entrar a su casa, su mirada se centro en ese delgado cuerpo que descansaba en el sillón más grande de la sala. Al parecer Fye estaba tan cansado que sólo alcanzo a llegar al lugar en el que ahora dormía. El pelinegro sonrió imperceptiblemente y se acercó lentamente a su pareja. Observo ese rostro delicado y relajado, no supo el por qué, pero su corazón comenzó a latir rápidamente en ese momento, sentía como si su estomago estuviera en una montaña rusa… eran sensaciones tan curiosas y aún así placenteras.

No lo entendía muy bien, pero unas inmensas ganas de besar esos finos labios se apoderaron de él. Se dejo llevar acercando su rostro al del otro, sentía la cálida y suave respiración del rubio, sus labios estaban a punto de tocarse y entonces Fye abrió los ojos. Kurogane se quedo en esa misma posición, sin moverse o parpadear, inesperadamente el más delgado lo empujo, se fue corriendo y se encerró en el baño por lo que el pelinegro pudo apreciar. Luego de unos minutos, más que preocupado hay que agregar, decidió ir a tocar la puerta del baño.

-¿estás bien?- el rubio abrió la puerta con unas sonrisa forzada y una mano presionado su estomago.

-Sí, estoy bien- Kurogane lo miro esperando que continuará. Fye se dio cuenta. –Lo que pasa es que Sakura-chan quiso hacer un pastel, pero no es muy buena y para no herir sus sentimientos Watanuki-kun y yo tuvimos que comerlo… creo que no me hizo bien- el moreno no lo entendió pero algo le dijo que el ojiazul estaba mintiendo.

-Mientes- hablo completamente seguro dejando a Fye sorprendido.

-No miento-

Kurogane exploto, al diablo con la amabilidad y todas las cosas que le quería decir al rubio. No entendía nada pero que Fye le dijera "no miento" lo hizo sentir muy, muy enojado.

-¡Mientes!- Grito, estaba harto. –Tú… ¿Qué crees que soy?, ¿un estorbo?... No te conozco y no te esfuerzas en hacer que lo haga, no sé quién eres y no puedo confiar en alguien como tú… no me agradabas en la escuela y ahora sé porque, lo remarco, Yo… No Te Amo, no podría tener ningún sentimiento por ti- después de decir aquellas palabras, silencioso y con calma se dirigió a su habitación. Sin esperar la reacción del rubio.

Aunque no podía dormir, esta vez no fue a donde el ojiazul dormía, después de decir todo aquello… tenía un orgullo que mantener.

¿Qué si se arrepentía de lo que había dicho?... No, es decir, no podía... pero no se sentía feliz eso era seguro.

Paso la semana sin que se dirigieran palabra alguna, cuando el moreno despertaba había un almuerzo hecho pero ningún rubio, cerca. Él se iba todo el día con Doumeki y Shaoran, cuando regresaba por la tarde Fye ya estaba encerrado en su habitación.

Tal vez no había sido bueno decirle todo aquello al rubio. Tal vez comenzaba a arrepentirse… un poquito.

Ese día al llegar a casa se encontró con un sonriente Fye.

"sonrisa falsa". Pensó el pelinegro.

-Kuro-san… a Watanuki-kun se le ocurrió que sería divertido ir mañana al mar-

-¿al mar?- el otro asintió enérgico. – ¿irían Watanuki, Doumeki…?-

-Shaoran-kun, Sakura-chan y nosotros 2- Kurogane lo observo en silencio. Nunca lo supo pero eso hizo que el ojiazul se pusiera realmente nervioso, aunque no lo demostrara.

-De acuerdo- dijo solamente para luego ir a encerrarse.


-Sakura-chan que lindo traje de baño- dijo Watanuki sonriente.

-Sí, es muy bonito… igual que la dueña- corroboro Fye.

-Gracias- contesto la chica sonriente, luego se dio cuenta de que le acaban de decir bonita

-Ahora entiendo porque Shaoran-kun está loco por ti-

-¡Fye-san!- hablo la única mujer completamente sonrojada. –pero si usted también, es un hombre muy guapo, igual Watanuki-kun-

La conversación siguió entre halagos y sonrojos, hacía ya una hora que habían llegado, se encontraban en esas sillas de playa que más que sentados parecían estar acostados, además había una gran sombrilla azul dándoles sombra.

-Fye-san porque no se quita la playera-

-Sakura-chan no, tú tienes a Shaoran-kun y yo a Kuropyon.

-¡Fye-san!- se escucharon risas de los 3.

Doumeki, Kurogane y Shaoran se encontraban en el agua jugando, aunque este último no podía dejar de pensar en lo que vio.


-me preguntó si podre meterme al agua con el yeso- hablo Kurogane para él mismo en voz baja.

-Kurorete- escucho la, para él, molesta vocecita de su "esposo".

-Qué- contesto cortante.

-traje algo para ti- cuando se dio cuenta ya tenía una bolsa de hule rodeando su yeso.

-¿Qué rayos…?-

-Es para que el yeso no se moje- el ojirrojo se dio por enterado en ese momento que Fye tenía su brazo rodeándolo con los propios. Se alejo bruscamente ya sonrojado, cosa que el ojiazul no noto, mientras seguía sonriendo sin sentimientos de felicidad.


En definitiva Shaoran estaba decidido a hablar con el que alguna vez fue se senpai.

-Rayos olvide mi bloqueador-

-Yo te doy del mío-

-Gracias Fye-san-

-No agradezcas que vamos hacer luego con un Watanuki-kun rojo porque se quemo-

-No diga eso…- se escucho la risita de Sakura.

-Te imagine… que gracioso-

-oigan no se rían de mí- después de unos momentos de disimuladas risillas.

-bueno, iré a comprar un helado- Aviso el rubio para dirigirse a un pequeño puesto.

Aunque nunca lo admitiría el pelinegro vigilaba a la persona que había dicho No Amaba.

-de qué compro- fue la pregunta de nivel complicado que Fye hizo al viento.

-Hola hermosa señorita- hablo un hombre pelirrojo de aproximadamente la misma edad del rubio.

-¿Yo?- se apunto a él mismo confundido.

-Por supuesto-

-Soy hombre- el tipo se descoloco un poco, pero se recupero rápidamente.

-No importa soy bi… pero en verdad pensé que eras una mujer tienes una extraña esencia que… bueno da igual- se acerco en extremo al rostro de Flourite.

-Qué te parece si dejamos este ambiente familiar y nos vamos a un lugar más privado…- el de piel blanca lo miro en silencio.

-No- dijo con una sonrisa. –Señor quiero un helado de vainilla y chocolate, por favor-

-Oye- dijo aquel hombre molesto por la forma en que lo ignoraron, tomo la mano del ojiazul y la presiono ligeramente. –No me ignores estoy hablando contigo-

-Pero yo no, suéltame-

-No-

-¡Ah!, ¡un pervertido!- Grito Fye de repente.

-¿De qué estás hablando?- y comenzó el forcejeo.

-¿Qué demonios estás haciendo?- escucho el pelirrojo una voz a sus espaldas.

-¡Cállate no moles…! tes - no supo por qué, pero se sintió pequeño al lado de ese pelinegro de ojos rojos.

-Estas molestando a mi esposo- el pelirrojo soltó inmediatamente la mano del rubio. Después se alejo con su orgullo herido. – ¿Todo bien?- preguntó a quien en teoría era su pareja, el cual asintió suavemente.

Kurogane se acercó al lugar donde se pedían los helados.

-Viejo, el helado que pidió, ¿dónde está?- en definitiva él daba miedo, el pobre hombre tembló ligeramente.

-Sí, aquí esta- se lo dio al moreno, quien inmediatamente se lo entrego a Fye.

-¿Cuánto es?- hablo el dueño del helado.

-Así está bien- dijo el señor tembloroso.

-¿Seguro?-

-Sí, sí-

-Gracias- concluyo el más bajo.

Caminaron en silencio hasta el lugar donde se encontraban Kimihiro y la castaña, luego Kurogane se fue a Dios sabía dónde.

"Él… siempre ha sido así, supongo que, con sentimientos o no, él siempre tendrá un complejo de héroe" pensó Fye mientras comía su helado.

-Kurogane-san… no se arreglaron las cosas con Fye-san, ¿cierto?-Semi afirmo Shaoran. El pelinegro observo al castaño en forma de regaño, aunque no dijo nada.-quiero hablarle de algo- hizo una pequeña pausa -cuando conocí a Fye-san él siempre sonreía, a mi me parecía una persona muy alegre pero usted dijo algo como "ese idiota, su sonrisa es tan falsa, es como si yo dijera que Yuuko no es una bruja". En ese momento no estaba de acuerdo, pero pensé que usted lo decía por algo… cuando usted y Fye-san comenzaron a salir, me di cuenta de que era verdad- el moreno se sentía perdido, Shaoran se dio cuenta y sonrió prosiguiendo con su explicación. –la eterna sonrisa de Fye-san desapareció y en cambio, apareció una discreta sonrisa, hermosa y radiante, una sonrisa real… pero, ahora Fye-san regreso a las falsas sonrisas… tiene que arreglar las cosas, ¡su matrimonio está en peligro!- dijo dramáticamente.

-no deberías preocuparte de tu propio matrimonio mocoso-

-siento si soy un metiche Kurogane-san, pero no puedo quedarme callado- el "regañado" rasco su cabeza, signo de frustración.

-¿y qué se supone que haga?, ni lo recuerdo, esto me frustra-

-pero aún así Fye-san es importante para usted- aclaro Shaoran. –Vamos vaya y dígale algo amable-

Kurogane completamente como niño regañado por su mamá fue hasta donde se encontraba el rubio.

"Esto es estúpido" pensó.

En cuanto sus miradas se cruzaron su mente quedo en blanco, alcanzo a ver una pelota, lo único que sus pobres neuronas lograron procesar fue:

-Juguemos voleibol-

-¿Con su brazo roto, Kurogane-san?- pregunto la mujer.

-eso no es un impedimento-

Ahora los 6 se encontraban golpeando la pelota. Shaoran, Doumeki y Fye eran un equipo contra Kurogane, Watanuki y Sakura. Contra todo pronóstico señoras y señores Kurogane-sama jugaba al voleibol con una sola mano.

-Vamos Watanuki-kun dale a la pelota- dijo el rubio emocionado lanzando la pelota en dirección al chico.

-Pero no soy muy bueno… Ah- Nadie supo como rayos fue que golpeo la pelota pero lo que sí es que esta termino en la cara de Sakura ya que esta se perdió pensando en lo lindo que era su esposo.

– ¡WA!, ¡Lo siento Sakura-chan!- todos corrieron a ayudar a la pobre chica.

-Estoy bien-dijo la pobre mujer. Fye sonrió.

-Por qué no mejor… hacemos un castillo de arena-

-Yo me apunto- hablo Kimihiro de inmediato.

-creo que yo también- agrego la castaña.

Esto hizo que el grupo de 6 se separara en 2, de nuevo. Nadie quería decirlo en voz alta pero lo cierto era que se percibía cierta tensión en el aire. Los culpables… Fye y Kurogane.

-Kurogane-san por qué dijo algo tan… es decir por qué no le dijo a Fye-san algo más…-

-Cállate, no molestes mocoso-

-Ya soy mayor de edad no soy un mocoso-

-Los hijos para los padres siempre serán niños… tú para mí siempre serás un mocoso-

-Qué tonto- dijo Doumeki con su característica voz penetrante.

-Tú también cállate-

-oigan que les parece un juego, ustedes 3 contra nosotros 3- el moreno volteo a ver a quien le hablaba encontrándose con el mismo pelirrojo de antes y otros 2 tipos.

-De acuerdo- esto sí que lo iba a disfrutar.

Mientras hacían el castillo, Fye voltea de vez en cuando a ver esa competencia improvisada de voleibol, en la cual el equipo del pelirrojo, aparte de ir perdiendo, era golpeado por la pelota y supuestamente no era intencional.

-¡Ya estuvo bueno!- dijo uno de los amigos del pelirrojo. –Ya me canse de este estúpido comportamiento de ustedes-

-Nosotros no estamos haciendo nada-

Ambos equipos se acercaron, parecía que una pelea estaba a punto de comenzar. El rubio se puso de pie rápidamente, temeroso de que Kurogane se metiera en una pelea, lamentablemente ese movimiento tan brusco su cuerpo lo resintió, se sintió débil y comenzó a caer de rodillas en la arena. En ese momento Watanuki levanto la cabeza para ver asustado al ojiazul, lo que ocasiono que sus cabezas chocaran. Los 2 tocaron sus frentes, intentando mitigar el dolor. Fye reía ligeramente.

-Watanuki-kun, ¿estás bien?- pregunto Flourite.

-De qué habla Fye-san, nosotros deberíamos preguntar eso-

-Pero qué di…- no pudo continuar, se sintió mareado, a pesar de que estaba hincado creyó que terminaría acostado por completo en la arena, apenas alcanzó a detenerse con las manos.

-Fye-san, ¿está bien?- fue el pequeño gritito que Kurogane escucho de la voz de Sakura. Al instante se olvido de la pelea de la que iba a ser partícipe yendo directamente con el rubio.

-¡Oye!, ¿A dónde vas?, ¿Qué eres?, ¿un cobarde?- pero ni todos sus gritos y quejas fueron suficientes para que el moreno volviera.

-¿Qué sucede?, ¿estás bien?- dijo hincándose junto al ojiazul, el cual volteo a verlo, dibujo una pequeña sonrisa en su rostro y negó con la cabeza lentamente. El pelinegro se preocupo de inmediato. Ayudo al rubio a ponerse de pie y se lo llevo a las sillas de playa. Lo hizo sentarse sin decirle ni una palabra.

-ahm… por-por qué no vamos a nadar Shizuka- el otro asintió mientras soltaba un sonido de "mh".

-V-vamos a comprar un helado Shaoran-

-Sí- las 2 parejas se fueron dándoles su espacio para hablar.

-¿ya te sientes mejor?- pregunto a Fye.

-Sí, gracias- Kurogane sonrió de lado.

-Parece que Watanuki tiene la cabeza dura-

-¿Qué?- el ojirrojo acarició la frente del rubio justo donde la piel comenzaba a ponerse roja.

-Tal vez te salga un chichón- el ojiazul suspiro.

-Eso no es bueno- un silencio incomodo se hizo presente.

-eh… por qué no te metiste al agua-

-Soy alérgico al agua de mar- el moreno estaba sorprendido. -No es cierto- continuo, sonriendo. De nuevo ese incomodo silencio.

-Yo…- dijeron al mismo tiempo.

-Tú primero- dijo el más alto.

-No, tú-

-bueno, yo quería decirte que…- sin querer darse cuenta realmente, sus rostros comenzaron a acercarse el uno al otro. –Yo… quería…-Fye realmente pensó que el pelinegro lo besaría.

-¿Fye?- pero desgraciadamente una vocecilla los molesto. Flourite volteo a ver a quien lo llamaba.

-¿Chii?-

-Fye, hace mucho que no te veía, ¡mírate!, estas radiante y veo que sigues con Kurogane- esto último lo susurro.

El moreno se sentía frustrado, ¿Quién rayos era esa tipa?, no tenía derecho de hablar tan animosamente con su… es decir con el rubio.

-Chii- dijo la castaña saliendo de quién sabe dónde.

-Sakura-

-wa Chii, no te veía desde la graduación… no fuiste a mi boda-

-Lo siento, estuve en el extranjero, estoy aquí de vacaciones, no esperaba encontrarme con Fye-

-oh, es cierto ustedes fueron pareja…- Kurogane se puso realmente serio, se levanto de aquella silla de playa, tomo de una muñeca al ojiazul llevándoselo de allí. Ya en el estacionamiento el más bajo decidió hablar.

-Kuropon, me estas lastimando, suéltame- pero parecía no escucharlo. -¡Qué me sueltes!- exigió, usando toda la fuerza que tenía para deshacer el agarre del Ichihara.

-Primero ese imbécil pelirrojo y ahora esa tipa… tú estás casado conmigo… -tomo el rostro de Fye sin exceso de fuerza -¿Qué tienes que atrae a la gente?, ¿le coqueteas a todo el mundo?, Eres un fácil- lo siguiente que supo es que lo habían golpeado con el puño en una mejilla.

-¡CALLATE, TÚ FUISTE EL QUE DIJO QUE NO ME AMABA, NO TIENES DERECHO A RECLAMAR NADA!-Gritó, arrepintiéndose segundos después, puso una cara de no creer ni lo que el mismo había hecho y dicho, el ojirrojo se alejo sin decir más.

-Fye-san- Sakura lo había presenciado casi todo, puso una mirada de cachorrito enfermo.

-Sa…- la chica se acerco rápidamente, en sus ojos se podían ver las lagrimas contenidas que amenazaban con salir.

-Lo siento Fye-san esto es mi culpa porque yo mencione que usted y Chii fueron pareja y…-

-No- la corto –eso no es… Kurorin… sólo está siendo él… hace 10 años eso habría sido normal…-su mirada se concentro en el suelo. –Creo que me acostumbre a que fuera amable conmigo- terminó con una sonrisa.

-Fye-san… no puedo dejar esto así, iré a hablar con él- antes de que pudiera decirle cualquier cosa, la castaña se alejo.

-¡No, Sakura-chan!, es-pe…ra- en ese momento fue como si todo su cuerpo se desconectará, todo se volvió negro, no lo sintió pero Doumeki llego en ese momento salvándolo a penas de darse un buen golpe contra el piso.


-¡Kurogane-san, Kurogane-san!- lo llamaba la castaña mientras él trataba de ignorarla. –Kurogane-san- lo alcanzó al fin, se aferro al brazo sano del moreno con sus 2 manos y comenzó a jalarlo hacía donde estaba el rubio.

-¿Qué haces?- hablo enojado.

-Tiene que volver y arreglar las cosas con Fye-san- el pelinegro se detuvo poniendo todo su empeño en no moverse. La chica llego a su límite. – ¡Tiene que ir!... usted y Fye-san… usted y Fye-san… están casados y se aman… yo lo sé porque siempre se ven felices, los he visto besarse y abrazarse y se apoyan y-y… No puedo imaginar lo que siente al no recordarlo, pienso que debe ser horrible, pero piense también en como se siente Fye-san porque la persona que ama ni siquiera lo recuerda. Además Fye-san esta…- negó con la cabeza -vamos- jalo al pelinegro del brazo nuevamente. –Vayamos con él- al final, ya sin fuerzas ni interés para seguir discutiendo se dejo guiar por la mujer. No sabía que le diría al rubio, no se sentía capaz ni de verlo a la cara en esos momentos, pero no podía evitar el dejarse llevar por la ira, era tan idiota. ¿Qué iba a hacer ahora?, ¿Cómo arreglar las cosas con el ojiazul?, él y su bocota.

Cuando llegaron al lugar donde minutos antes había discutido con su esposo, se encontraron con Watanuki y Shaoran, tenían una cara bastante seria; justo detrás de ellos se encontraba Doumeki con Flourite en brazos. Kurogane abrió mucho los ojos, sintió un escalofrió recorrer su cuerpo, ¿eso era miedo?

-¿Qué… fue lo que…?-alcanzó a susurrar.

-Él está bien… esta inconsciente, pero se va a poner bien- dijo Kimihiro.

-Escuche- hablo el que cargaba al hombre inconsciente. –puede mentirle a Fye-san, puede mentirnos a nosotros y quizá mentirse hasta a usted mismo, pero todos sabemos lo que siente por Fye-san, lo ama, no tiene recuerdos, lo sabemos, sabemos que no lo conoce… pero no por eso puede andar por ahí diciéndole a "su" esposo cosas tan a la ligera que sabe que no son verdad, deje a un lado su orgullo y acepte lo que su corazón siente, acepte que necesita de Fye-san tanto como él a usted, sino nos lo llevaremos con nosotros- Watanuki se acerco con lentitud posicionándose al lado de su pareja.

-Lo dices como si él fuera un niño- logro decir el Ichihara. Nadie agrego algo más.

Ahora Kurogane estaba en su habitación, sentado en una silla al lado de la cama observando ese blanco rostro aún inconsciente. Acaricio el cabello rubio, luego bajo rozando una pálida y cálida mejilla.

Se sentía muy inquieto y preocupado, pero le dijeron que Fye estaría bien; confiaba en esas personas, aunque pensara que eran unos entrometidos sin remedio.

Sin embargo, a pesar de que sabía que lo que Shaoran, Sakura y Doumeki le habían dicho era cierto, había una voz que insistía en decirle que no aceptará al rubio, que no aceptara esa derrota… quien sabe, tal vez era su orgullo agonizante el que hablaba.

De repente el ojiazul comenzó a reaccionar, abrió su par de cielos y lo miro con cansancio.


-¡Oye!, ¡Deja de jugar y sal ya!... Maldita sea, ¿Dónde está ese intento de mago? (Nota: sí, puse mago, no me volví loca… ya lo estoy jajá… no, luego se les explicara por qué mago ) ¡Fy…!- estaba a punto de gritarle por su nombre, /su último recurso/, cuando pudo verlo recargado en una de las paredes de la casa. –Idiota- se acercó a él a paso rápido. – ¿Por qué no…?- estaba por reclamar pero no termino, la sorpresa de que ese delgado cuerpo se aferrara a él no lo dejo pensar otra cosa más que llevarlo a descansar. Entro a la habitación más cercana con el ojiazul en brazos, la suya. Lo acostó y lo arropo. –Imbécil- toco la frente del rubio. –Tienes fiebre, si te sentías mal debiste haberlo dicho- el otro rió sin fuerzas con la respiración agitada. El moreno apartaba su mano cuando esta fue detenida por una blanca que la volvía a acercar.

-esta fría, se siente bien- dijo sin más.

Después de unos minutos de silencio, creyó que Fye se había quedado dormido, alejo su mano con cuidado para poder irse, pero de nuevo esas manos tibias lo detuvieron soltándolo inmediatamente, arrepintiéndose.

-Voy por medicina y agua para ti- el ojiazul observo un punto fijo en la pared sin decir nada. El pelinegro acerco su rostro al del otro olvidando el espacio personal. –Ya te lo dije, no voy a dejarte solo- le dio un muy corto beso en los labios y salió de la habitación.

Así su recuerdo termino.


-Kuro-sama- reacciono viendo la asustada mirada de Fye. Lo miro a los ojos, haciendo que Flourite se relajara al ver que el otro había regresado de su letargo. El moreno dejo su cabeza descansar sobre el pecho del ojiazul; no supo ni de donde había salido tal acción, pero su esposo no lo rechazo, simplemente comenzó a acariciar sus oscuros cabellos.

Hasta ahora no había hecho más que meter la pata y aún así el otro lo trataba amablemente. Se había decidido.

Aún no sabía quién era exactamente Fye o quién era el Kurogane de esos 10 años, pero a quién le importaba, a él ya no.

 

Notas finales:

mmm... se feliz corazón  =D

Glosario:

Bento: las cajas esas donde se pone la comida.

Onigiri: yo las conozco como bolas de arroz.

Umeboshi: lo que comúnmente contienen los onigiri… leí que se parece al tamarindo o… no me acuerdo ¬¬

Kendo: el arte marcial que se hace con una vara de bambú.

Kyudo: lo que practica Doumeki en el anime… con arco y flecha.


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