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A través de los Ojos de mi Hermano. por Kiki__Nice

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Notas del fanfic:

DISCLAIMER: Este fanfic NO es mío, mi único crédito pertinente es la traducción. Asimismo, las personas mencionadas aquí tampoco me pertenecen.

Notas del capitulo:

Aquí esta el fic, perdonen la tardanza. Un día se convirtió en semanas, la escuela ultimamente esta dificil, ya vienen los examenes y ya saben...

Espero que les guste, de todo corazon ;n;

 

 

A través de los Ojos de mi Hermano.

 

Color. El color no existía en el mundo de Jonghyun. No que recordase que significaba el color,  o lo que fuese. Los tonos que vigorizaban su vida no eran más que  solo variantes de un tono oscuro. Al menos, eso era lo que habían le habían dicho. Aunque no podía recordar lo que la luz o el tono fueran.

Luz? Se imagina el espectáculo que debía ser. Sería, en un cruel sentido sin duda,  irónico describirla como cegante. Aunque no tenía ningún conocimiento de lo que significaba la luz brillante y lo que significaba la luz tenue, bien sabía que no fue la luz quien lo hizo como es.

Belleza—quería saber que representaba la belleza física. Que hacía a una persona hermosa para otra? Sabía que significaba la belleza para él. Sabía que su madre era hermosa, el perfume de su suave, dulce crema facial de frutas que se aplicaba por la mañana. Su padrastro era hermoso también, aunque en un sentido de la belleza más audaz—sus mejillas ligeramente espinosas con el toque característico del  afeitado matinal aún permaneciente en su piel.

La gente le decía que el pasto era verde, el cielo azul. Le decían que su cabello era largo, su cuerpo un poco corto, su rostro encantador. Le decían como se veía el mundo y Jonghyun lo aceptaba, aceptaba el color de tostadas quemadas y que tan vasto y grande era el mar y que tan brillante eran las deslumbrantes páginas de los libros.

Pero Jonghyun tenía una condición, una que cambio toda su vida y afectó como era su mundo. Jonghyun tenía una condición, una que lo dejó ciego—físicamente, no metafóricamente. Era bastante fácil de manejar cuándo había estado solo, nadie más que su madre para dictar el transcurso de su día. Pero después contrajo una segunda condición, su hermanastro quién también lo dejó ciego—metafóricamente, no físicamente. Fue bastante fácil de manejar cuándo odiaba a su hermanastro. Pero después se enamoraron.

Uno del otro.

 

---

 

A los cuatro años Jonghyun no sabía que era el odio, y aunque lo supiera, seguramente no esperaría que alguien como su padre escondiera tal disgusto  hacia su propio hijo. Tal vez eso era lo que todas las miradas extrañas y descuidados pinchazos y golpes y malas palabras significaban. Tal vez era odio lo que su padre sentía cuándo regañaba a Jonghyun por ensuciar la casa con lodo después de jugar, seguido de una fuerte bofetada a su cara. Tal vez era odio lo que su padre sentía cuándo se negó a alimentar a Jonghyun porque rompió un plato mientras lo sacaba de la lava vajillas. Tal vez era odio lo que su padre sentía cuándo su madre encontró su cuello entre su antebrazo y codo, por pedir que dejara a su hijo en paz. Tal vez el padre de Jonghyun realmente lo odiaba.

Años después Jonghyun cargaría con ese recuerdo, el distante, borroso recuerda de unas pocas hormigas arrastrándose por la acera de conglomerado, sus pequeños autos  dispersándose del pavimento y hacia el patio. Aunque fue estúpido, se olvidó de poner sus cosas en su cuarto después de jugar afuera. Fue estúpido, cuantas veces le había recordado su padre hacerlo?

Pero esta vez era la última. El padre de Jonghyun no podía ver bien con el efecto de los tragos de más en su sistema. Se tropezó  con los juguetes de Jonghyun en la sala en su trayecto hacía el sofá y maldijó ‘Este niño idiota que deja su mierda en todas partes!’ Esta vez sería la última, se aseguraría de ello.

La madre de Jonghyun guardaba la botella en la tablilla más alta de la lavandería porque no había manera de arriesgarse y dejar que Jonghyun la tuviera. Ella raramente la usaba porque era muy fuerte en la ropa y no tenía muchas prendas en las que pudiera usar de todas formas. Estaba allí porque simplemente lo estaba. Ella sabía que la tenía si la necesidad de usarla se presentaba.

Su padre sabía que estaba allí también. La tomó antes de salir a castigar a su inepto hijo, la botella pesada y el plástico frío contra la palma de su mano. En menos de una hora la botella estaría casi vacía y el plástico tibio. En menos de una hora, Jonghyun obtendría su último vistazo al sol, la acera, el puntiagudo pasto y sus autos de carrera en miniatura. En menos de una hora, Jonghyun sabría exactamente cuanto su padre lo odiaba y en menos de una hora, Jonghyun quedaría ciego. Quien sabría que  el cloro y la piel no mezclaban bien.

Jonghyun no.

 

---

 

Fueron seis años después que la madre de Jonghyun se volvió a casar. Jonghyun fue considerado afortunado. Su padre fue encarcelado sin posibilidad de libertad con cargos de  extremo peligro infantil y el matrimonio de sus padres fue anulado antes de que el caso incluso llegase al juicio. Jonghyun fue considerado afortunado de que saliera del incidente relativamente indemne. Lo único que obtuvo de el fue un brillante palo de metal, un par de gafas de sol de Spiderman.

Pero su madre no podía mantenerlo en su cuenta—y esa no había sido la única razón por la que se había vuelto a casar, insistía ella. Genuinamente amaba a su nuevo padrastro. Jonghyun era afortunado de que se casara con alguien tan responsable y cariñoso como ella.

De aquel acuerdo Jonghyun también obtuvo un nuevo hermanastro. Lee Jinki tenia once cuándo Jonghyun tenia diez pero incluso su padre bromeaba en que nadie nunca se daría cuenta, con la forma en que Jinki era tan tímido y torpe. La primera vez que se conocieron se tropezó con el bastón de Jonghyun mientras se presentaba en la sala de Jonghyun. Cuándo preparaban la cena esa noche, había derribado las gafas de Jonghyun mientras tratan de tomar un plato de la alacena.

Jonghyun recordaba aquella escena vívidamente—las palabras que intercambiaron, no las imágenes.

“Tus ojos son—“Jonghyun escuchó el shock en la voz de Jinki pero antes de terminar su oración, Jonghyun lo interrumpió.

“Algo con ellos?” Sabía que estaba siendo duro con el, pero después de su desastrosa excusa de presentación que habían tenido, Jonghyun no estaba tan inclinado a ser cordial con el otro chico.

“Nada…no hay nada de malo con ellos,” Jinki tartamudeó. Jonghyun dio el tema por cerrado, agachándose mientras tanteaba el piso levemente, buscando sus gafas caídas. Las sintió siendo cuidadosamente colocadas en sus manos, gruño en agradecimiento mientras los ajustaba en su rostro nuevamente.

Jonghyun tuvo la suerte de que nada más había salido mal aquella noche, excepto el anuncio que hizo su madre, se casaría con el padre de Jinki y Jinki estaba pronto a ser su hermanastro, y no era eso ‘absolutamente maravilloso?’Jonghyun tuvo la suerte de haber tenido el auto control para mantener su boca cerrada y no exaltársele a su madre que no, no eso no era maravilloso porque no necesitaba un padrastro y absolutamente no necesitaba a Jinki como hermanastro.

Jonghyun era considerado afortunado—por todos menos él mismo.

 

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La diversión comenzó después de que el padre de Jinki y la madre de Jonghyun se casaron. Jinki se mudo a la habitación de Jonghyun temporalmente mientras se limpiaba el cuarto de huéspedes para el—que contenía viejas chucherías que Jonghyun y su madre nunca se habían molestado en organizar.

La primera noche no había ido tan mal. Jinki durmió en un futón al lado de la cama de Jonghyun. Roncaba como un pequeño oso a su lado, y si Jonghyun dejó caer su almohada sobre la cabeza de Jinki fue solo porque se estaba moviendo mucho en la cama, y la funda se había caído por la esquina. Nada más.

Jinki estaba constantemente tratando de hacerse amigo de Jonghyun. Casi siempre. Ninguno de los dos había tenido hermanos antes y aunque no estaban emparentados por sangre, la idea de tener un hermano pequeño que lo admirara y le llamara hyung era emocionante para Jinki.

“Si crees que voy a hacerte mi modelo a seguir o lo que sea, mejor olvídalo.” Jinki se ruborizó intensamente y movió su pie incómodamente al darse cuenta que tal vez no se expreso de la mejor manera posible.

“Erm, perdón, eso no era lo que quería decir. Me salió mal—“

“Jinki estamos sentados en la sala porque querías ver la televisión. Y justo ahora me has dicho que te mire como un modelo a seguir. De verdad quieres que te pegue con mi bastón, no?”

Los niños de 10 años no son tan sarcásticos, pensó Jinki. “Así que uhm,” buscaba algo que decir, “quieres mostrarme el vecindario?”

Jonghyun tenía justificación para el golpe que aterrizó en la rodilla de Jinki.

 

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En su onceavo cumpleaños, se la pasó con la cabeza metida en el retrete, vomitando lo que parecía ser todo lo que había comido en su vida. Su madre y su padastro estaban frenéticos, preguntándose en que si debían llamar al doctor familiar o llevarlo a la sala de emergencias o dejarlo solo y esperar a que su estomago mejorara. Tomaron viajes de vuelta e ida desde el cuarto de lino y el baño, llevando paños fríos para limpiar su cara, frotando su espalda, susurrando palabras tranquilizadoras en su oído.

En su mente Jonghyun estaba planeando formas en las cuales asesinar a su hermano, porque en serio, era toda su culpa. Jinki siempre estuvo parado en la esquina del baño, viéndose tan culpable que estaba al borde las lágrimas. Ayudaba como podía, la mayoría del tiempo  rociando el cuarto con desinfectante y fragancia fresca.

“Jinki, esto no es tu culpa,” su padre trataba de decirle al entrar en el baño tapándose la nariz. Detrás de ellos Jonghyun lanzó un profundo quejido seguido de varias secas arcadas.

“Si…lo…es,” Jonghyun gruño a duras penas. Su madre pasaba su suave mano sobre su espalda, tirando una mirada comprensiva a su hijastro. Esa mirada afirmaba la culpabilidad de Jinki –que si, pues si había sido su culpa. Aunque realmente, no había caído en cuenta de que su pastel de cumpleaños sorpresa no sería el mejor camino a seguir para celebrar el cumpleaños de Jonghyun, teniendo en cuenta la intolerancia a la lactosa de Jonghyun que no conocía. Fue una de esas cosas que Jinki deseaba que su hermano le hubiese dicho.

Pero, sinceramente, Jinki y Jonghyun realmente no se hablaban mucho.

 


---

 

A los trece Jinki se encontró con la dura realidad de que al mundo no le gustaban las personas diferentes de la norma social. Y para su infortunio, Jonghyun no era parte de la norma social.

Se preguntó, por muchos años, por cuanto tiempo había estado pasando—y por cuanto tiempo habría seguido si Jinki no se hubiera encontrado con Jonghyun y ellos detrás del parque después de la escuela una tarde.

Eran dos, claramente menores que Jinki.  Nunca sabría sus nombres, por supuesto, pero igualmente nunca había olvidaría sus caras, riendo mientras uno golpeaba el rostro de Jonghyun y tomaba sus anteojos, dejando al descubierto sus ojos opacos, el otro agarrando su bastón y lo sosteniéndolo sobre su cabeza.

Era la primera vez en mucho tiempo en que Jinki veía los ojos de Jonghyun. Vidriosos, las irises y pupilas casi difuminadas en la blancura de su esclerótica del cloro toxico que había absorbido el color de sus ojos justo como absorbía el color de su mundo. Su pecho dolía pero no pensó en nada, pero si se enfoco en los niños. Preparándose a darles lo que se merecían por siquiera atreverse a herir a su hermano. Jonghyun y el no eran cercanos—lejos de ser tan cercanos como el quisiera—pero eso no importaba.

Fue la primera vez en que Jinki había estado involucrado en una pelea y mucho después, mientras el doctor sanaba su mano sangrante y nariz ensangrentada y hombro dislocado y que un policía tomara su declaración, poseía poca culpa o arrepentimiento por lo sucedido. Iba a proteger a Jonghyun sin importar a las condiciones que llegara la tarea, sin importar cuantas narices rotas o moretones o dedos rotos significara.

Jonghyun era su hermano, después de todo.

 

---

 

  “No se que piensas que haces, pero esto tiene que parar,” Gruño Jinki, sus manos apretadas en un par de fuertes puños a sus costados. Jonghyun no podía ver su rígida postura, el enojo en su rostro. Pero podía oírla en la voz de Jinki, podía escuchar la angustia y el shock y la conmoción y la creciente ira que pintaban sus palabras.

“Si? Y que vas a hacer Jinki? Decirle a mamá?” Jonghyun andaba su reproductor—necesitaba los botones táctiles para navegar su música—e ignoro al chico mayor. Jinki lo observó en silencio por largos momentos, observó como las gafas de sol de Jonghyun—las viejas gafas de Spiderman intercambiadas por unas nuevas, más simples—se deslizaron por su nariz y observó como Jonghyun distraídamente las ponia en su lugar de nuevo.

“Tal vez lo haga,” dijo finalmente Jinki.

Jonghyun bufó encima de su cama, finalmente dejando el reproductor de lado y posando su cabeza en la almohada. Jinki había estado en su cuarto por casi media hora, tratando de entender exactamente lo que su idiota de hermano menor estaba pensando—si es que estaba pensando.

“Porque, Jjong? Porque lo estas haciendo?” Su voz se quebró al final y si Jonghyun lo escuchó—y ambos sabían que lo había hecho—no le prestó atención.

Jinki no podía ver los ojos de Jonghyun pero imaginaba que estaban cerrados. Aunque bien sabia que no cambiaría nada, Jinki tuvo el repentino impulso de arrebatarle las gafas y forzarlo a mirarle. Realmente quieres tener esos ojos que no ven en ti? una pequeña voz susurró en un mente—la ignoró.

“Porqué se siente bien.”

“Tienes catorce años por el amor de Dios! De donde los sacas?”

“Jinki, se que tu mundo esta limitado a tus libros, pero para el resto de nosotros, los cigarrillos no son difíciles de tener.” La indiferencia con la que Jonghyun hablaba alteraba su corazón. Quería golpearle, meterle, aunque fuera a patadas, algo de razón en su engañada mente.

“Sé que eres miserable ahora, que con mamá haciéndote que estudies en casa solamente, pero fumar no es la respuesta. Vas a tener que—“

“Que coño sabes tu de la miseria Jinki?” Jonghyun interrumpió y esto callo a Jinki al instante, sintiendo como su cara quemaba, como si lo hubiesen abofeteado. “Vives en un mundo perfecto; todo es tan claro para ti, tan blanco y negro. Pues fíjate, no es así para mi. No hay blanco o negro, no hay nada. Nada. Mírate en ese espejo y después me hablas de la miseria.”

Jinki no recuerda cuanto tiempo se quedo allí de pie, mirando a Jonghyun con angustia y dolor en su corazón. No importaba cuanto Jonghyun lo rechazara, cuanta distancia insistiera en mantener entre ellos. No importaba que en los años que se habían conocido no se habían hecho ni un poco cercanos, de verdad que no. No importaba que Jonghyun odiara a Jinki—y Jinki lo sabia, podía verlo por la tensión que aparecía siempre que estaban solos.

Nada de eso importaba porque Jonghyun seguía siendo el hermano de Jinki, incluso si Jonghyun no quería serlo. Los hermanos se preocupaban uno por el otro, y eso Jinki lo tenía claro. Y eso es lo que se dijo para consolarse esa misma noche, mientras les contaba el secreto de Jonghyun a sus padres, escuchando a los lastimeros sollozos de su hermano en la privacidad de su cuarto en la oscuridad de la noche.

Los hermanos se preocupaban el uno por el otro, y Jinki sería un buen hermano, aunque eso significara que Jonghyun lo odiase más que nunca.

 

---

 

Jinki tuvo su primera novia a los 16, y a nadie le sorprendió cuando se supo que solo había salido con el para que la ayudara con la escuela y hacer sus deberes. Igual. Aunque toda gente sospechara—Jinki incluido—todavía ardía como una quemadura a sus entrañas cuando la encontró engañándolo, besándose con alguien más.

En su casa.

En su sillón.

Con su hermano.

No culpaba a Jonghyun—aunque Dios sabe que debió hacerlo. Pero no iba a dejar que una niña interfiriera entre ellos y además, había una posibilidad—ninguna, de verdad—de que Jonghyun no sabía que la chica cuya boca estaba embistiendo con su lengua era–habia sido—la novia de Jinki.

Se alejó de la sala poco a poco, dando vuelta a la esquina y apoyando su espalda contra la pared por un momento antes de deslizarse hasta el suelo de madera frío,  llevándose las rodillas al pecho. Se torturó esa tarde, escuchando los jadeos  de placer de ella y  los profundos y satisfechos gemidos de el. Jinki se torturó toda esa  tarde, escuchándolos besarse en su sofá, su corazón confundido mientras  decidía que le dolía más—que su novia lo engañara, que fuera con su hermanastro, o que Jonghyun estuviera sentado en el sofá besándose con alguien.

Jinki no se consideraba masoquista pero se quedo allí por una hora, escuchándolos hasta que finalmente se separaron y Jonghyun susurró Jinki estará de vuelta pronto— (aparentemente si sabia quien era) —y ella susurro No me importa y Jonghyun dijo No quiero que se entere sobre nosotros y ella dijo Esta bien, gruñendo mientras recogía sus cosas y caminaba al pasillo.

Se congeló cuando encontró a Jinki sentado en el suelo.

“Jinki—“

“Vete. Ahora,” dijo, voz calmada y tan dispareja a como realmente se sentía. No dijo nada más mientras se apresuraba al portón y Jinki finalmente se puso de pie, caminando a la sala. Jonghyun tenía sus gafas puestas, luciendo casi endiablado con los agudos lentes. Estaba frente a la pared, sin ver nada y sin moverse.

“Desde cuando supiste que estaba allí?” Jinki finalmente pregunto, sus dedos flexionándose as sus costados.

Jonghyun solto una risa, su voz vacía cuando respondió, “Siempre se que estas ahí, Jinki.” Jinki deseó que las palabras estuviesen dichas en un contexto diferente y en su mente añadió para mí…siempre allí para mí.

Porque eso trataba.

 

---

 

Nada mejoró en dos años, para nada. Jonghyun despreciaba a Jinki, odiaba todo de el desde su estúpida, irritante risa—una risa de viejo, como la llamaba—hasta la ridicula torpeza de Jinki—aún se las arreglaba para golpearse con Jonghyun al menos una vez a la semana.

La vida era tan fácil para Jinki. Era el mejor en su escuela, segundo lugar en académicos. Sus padres estaban tan orgullosos de el por todas las becas que había recibido ese año, su ultimo año de secundaria antes de la universidad. Todos estaban orgullosos de Jinki porque Jinki era perfecto. Jinki era perfecto.

Jonghyun resopló con incredulidad en su mente mientras yacía en el sofá, con un brazo colgando descuidadamente sobre el borde y dedos rozando delicadamente la alfombra suave en el piso. Jinki no era perfecto. Era irritante como el infierno, era inteligente, tenía menos coordinación que un bate roto. Trataba demasiado, caía demasiado, sentía demasiado. Jinki no era perfecto.

Jinki había salido con sus amigos a celebrar su aceptación en la Universidad Nacional de Seúl. Jonghyun había firmemente rechazado la oferta de Jinki de unírseles, sólo porque él no podía tolerar las miradas de ‘compasión’ que le daban. Que no viera no significaba que no sabía que estaban allí. Tener 17 no significa que las personas te tengan menos lastima, al parecer.

Y eso era otra cosa. Jinki, incluso después de todos estos años, todavía estaba tratando de llenar ese vacío, enorme y siempre creciente abismo entre ellos. "Somos hermanos", decía siempre.


Hermano? Jonghyun no necesitaba a un hermano. Él no necesita a nadie siempre detrás de él y mirando sobre su hombro. Él no necesitaba a alguien tratando de cuidar de él y desde luego, no era necesario tener al estúpido, irritante de Jinki para que lo hiciera.

Jinki no era perfecto, a pesar de lo que toda gente dijera de él.

Tienes tanta suerte de contar con él como tu hermano, decían. Jinki debe cuidar tan bien de ti, decían. Debe ser maravilloso tener a alguien como Jinki de hermano, decían.

Pero, maldita sea, Jinki no era perfecto, no importa lo mucho que trató de estar allí para Jonghyun, lo mucho que trato de mantenerlo a salvo y protegerlo con su vida y defenderlo contra sus padres cuando Jonghyun había hecho algo estúpido como fumar. No, Jinki no era perfecto.


Y Jonghyun le odiaba por ello.

 

---

 

"Porque puta madre no? A ver porque!?” Jonghyun golpeó su puño fuertemente contra el mostrador de la cocina, derribando el jarrón de flores en el centro.

"Ese vocabulario, Jonghyun", fue la respuesta de su padrastro. Jonghyun se quedó frente la pared, sus ojos sin pestañear, aunque nadie pudo verlo, las gafas de sol que cubriendo su rostro. Agarró su bastón tan fuerte, sus nudillos casi tan blancos como la plata del bastón.

"Por qué no puedo ir?", Preguntó una vez más, su voz mezclada con un agudo disgusto.

"Porque es peligroso! No has pasado  suficiente tiempo solo--"

"-Es culpa tuya, no mía-!"

"-Y no es seguro! Podrías perderte tan fácilmente o hacerte daño. No estamos tomando ese riesgo contigo!"

El resplandeciente palo que se cernía sobre el piso, un segundo después Jonghyun lo trajo  fuertemente contra el suelo, el sonido del golpe sorprendiendo a todos los presentes. "Tengo dieciocho, maldita sea, y estoy tan cansado de que me tratan como un bebe! Me gané ese lugar en su departamento de música después de horas de trabajo y composición, y  me estás diciendo que no puedo ir? Y todo porque tienen miedo de que algo malo va a pasar conmigo?

"Puedo caminar hacia la calle en este momento y ser atropellado por un camión. Se supone que voy a dejar que eso me impida vivir? Porque si ustedes me van a quitar esta oportunidad, podrías también pasarme mi bastón por la cabeza saben-"

"Jjong!" Y ahí estaba, la voz que había permanecido en silencio hasta entonces. Jinki se había suavizado un poco en el pasado año, ya que tuvo que ir a la universidad. Estaba de vuelta de su primer año, pero escuchar a sus padres y su hermano discutir en la cocina sobre la escogencia de la universidad de Jonghyun no era lo que esperaba para su llegada la primera noche.

"No hay necesidad de preocuparse por esto."

"Jinki, cierra la pu-"

"-Simplemente me transferiré a la universidad de Jonghyun".

El silencio reinó con su declaración, un pesado silencio que se llenó con la tensión necesaria para rasguear una guitarra. Jonghyun no sabía lo que estaba viendo, — sabía que no era Jinki—pero volvió la cabeza en dirección a su voz. "No lo harían,” dijo incrédulo. "No voy a dejar que lo transfieran."

"Es una solución simple", dijo Jinki, sin hacer caso a su hermano que estaba claramente dirigido a sus padres. "Vamos a conseguir un departamento cerca del campus, ya que estamos en circunstancias especiales. Jjong puede hacer su carrera de música y a mi no me costaría hacer mi investigación en los laboratorios de ciencia allí. Puesto que vamos a vivir juntos, puedo asegurar que no haga nada estúpido. Es una buena situación para todos.”

Jonghyun abrió la boca para gritar, coño no, NO, no viviré con mi hermano de mierda en mi primer año de universidad, pero antes de que pudiera, su padrastro intervino: "Está bien. Jonghyun, si realmente vas en serio con esto, vamos a permitir que  vayas. Pero sólo si estás de acuerdo con la propuesta de Jinki ".

El que cayo de sus labios le quemó la boca.

 

 

---


La vida no era fácil para ellos y probablemente nunca llegaría a serlo. Vivir con Jinki en su casa había sido lo suficientemente duro, y habían estado en una casa grande. Vivir en un apartamento del tamaño de una caja de zapatos era casi imposible.

Jinki, siempre tan fastidioso en su necesidad de organizarse. A Jonghyun no le importaba de que forman se lavaban los trastes o como se doblase la ropa—No es como si pudiese verlo, insistía.


Su segundo año juntos fue mejor que el primero, por supuesto, pero eso fue todo porque Jonghyun, a los diecinueve años, estaba mejorando en el control de su temperamento. Y Jinki, a los veinte, fue mejorando en la aceptación de la ligera bipolaridad de Jonghyun  en cuanto su estado de ánimo.

Sin embargo, lo que sucedía en ese momento, fue diferente a todo lo que había tenido que lidiar con el momento.

"Por favor, acaba de comer."

"¿Qué parte de" no tengo hambre "eres demasiado estúpido para comprender?"

"Dilo de nuevo, y te voy a meter la cabeza debajo del grifo y lavar la boca con jabón". Jinki casi nunca le hablaba insolente a su hermano, siempre iba por el camino de la compasión y la comprensión en lugar de sucumbir a la irritación-, pero Jonghyun se había negado a comer durante casi dos días y nada de lo que había dicho o hecho podría convencer al niño más joven de comer.

"Sí, apuesto a que te encantaría."

"Perdona?" Jinki miró con incredulidad a Jonghyun, sentado en una silla en su estrecho comedor. Su cabeza estaba inclinada hacia atrás, gafas colgando peligrosamente de un lado de su cara mientras respiraba con dificultad por la nariz. "De qué estás hablando?"

"Oh, por favor, estoy seguro de que has fantaseado con hacerme algo como eso durante años. Eres demasiado gallina para hacer cualquier cosa

"Sé lo mucho que me odias Jinki. Que tratas de encubrirlo con un sentido de obligación, de protección, pero no me lo puedes negar: Han habido muchas veces en las que has pensado en sólo darme una buena lección de una vez por todas".

La respiración de Jinki apenas cambió, sus dedos apenas se flexionaron, su rostro apenas cambió su expresión impasible cuando tomó tres casuales pasos hacia Jonghyun y tiró de sus gafas. Los ciegos, ojos que no ven, sus ojos claros apenas le hicieron vacilar esta vez cuando movió  su puño hacia atrás y se lo clavó en el pómulo izquierdo a Jonghyun.

Un sonido casi parecido a un gemido apenas salió de la boca de Jonghyun mientras Jinki silenciosamente susurró: "Si hay alguien que ha odiado al otro entre nosotros dos has sido solo tú".

 

 

---

 

 

Todo cambió en el último año de Jonghyun. Lo que había entre ellos murió y fue reconstruido. O tal vez no había nada allí para empezar, y es por eso que la diferencia era tan evidente en su relación.

Jinki aún vivía con Jonghyun—no ya por la insistencia de sus padres y sino la suya misma. Se mudaron a un apartamento más grande, pagando el alquiler con el pobre pero honrado trabajo de Jinki, y los pocos ingresos de Jonghyun  ganados con sus actuaciones de canto. A veces Jinki iba a verlo cantar en el bar local por diversión. Pero sólo cuando esta seguro de que  Jonghyun no  sabe nada acerca de sus visitas.

Fue un miércoles cuando todo cambió. Jinki regresó tarde de su trabajo en la oficina, un poco antes de la medianoche. Se sorprendió cuando abrió la puerta de su apartamento, encendió la luz del pasillo y se encontró con Jonghyun sentado en la oscuridad de la sala de estar.

"Jjong", lo llamó, voz suave en caso de que el chico estuviera durmiendo. Tenía el hábito peculiar de dormir sentado, a veces incluso con los ojos abiertos, aunque Jinki no podía decir si este era el caso ya que Jonghyun tenía sus lentes puestos.

Vio cómo Jonghyun se estremeció, buscando la dirección general en donde se encontraba Jinki de pie, antes de hablarle. "Llegas tarde".

"Sí, lo siento, mi turno se alargó. Estás bien? ", Le preguntó, preocupado. "Te ves…raro."

"Jinki--" hubo una leve dificultad en la respiración de Jonghyun como él se acercó, deteniéndose unos metros de distancia, la cabeza vuelta hacia la derecha y bastón suelta a su lado.

"Jonghyun-ah, ¿qué pasa?"

"Recuerdas…el año pasado, cuando trajiste a casa a esa chica después del  trabajo y tuviste sexo con ella en tu habitación, pensando que yo estaba fuera?"

Jinki tragó grueso, cara roja al recordar con vergüenza ese incidente, había salido desnudo a la cocina por un vaso de agua y se encontró, para su humillación, que su hermano había estado en casa todo el tiempo.

Asintió con la cabeza, pero dio un pequeño gruñido también.

"Te acuerdas de cómo te dije que no era gran cosa? Que realmente no me importaba que escuché todo eso? "

"Uh, Jjong, ¿qué tiene esto qu-"

"Y  recuerdas cómo te traté después de ese incidente? Cómo te mandaba al carajo cada dos horas y te gritaba toda la semana? "Jinki tenía los ojos cerrado mientras recordaba amargamente lo frío Jonghyun fue con él durante casi un mes después del incidente. Sabía que su hermano estaba enojado, aunque no estaba seguro exactamente del por qué, ya que era más embarazoso para él, pero honestamente nunca había Jinki visto a su hermano tan enojado o rencoroso hacia él.

"Bueno, cuando dije que no importaba-mentí. Jinki, que soy un mentiroso. Un estúpido, ciego, completamente ciego, y más eso mentiroso."Su voz se quebró al final, y Jinki cerró la distancia entre ellos, tirando a Jonghyun en un fuerte abrazo mientras le acariciaba la espalda confortablemente.

"Oye, oye, cálmate. No sé lo que te pasa, pero no es necesario preocuparse por cosas como esta. Esta en el pasado, de acuerdo?" Dijo con voz suave, soplando aire caliente contra de la oreja de Jonghyun.

Jonghyun se estremeció en sus brazos, el borde de sus gafas de sol clavándose en su cuello--no es que a Jinki que le importara. El chico menor se alejó, cabeza inclinada hacia atrás, aunque Jinki no podía estar seguro de que si estaba mirando al techo o tratando de mirarlo a el.

"Jinki, lo siento mucho-" Vociferó, dejando caer de sus labios el nombre de Jinki justo antes de empujarse contra él, tomando entre sus puños los largos mechones de su cabello antes de estrellar sus labios.

Y fue así como todo cambió.

 

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Jonghyun se graduó y cumplió los 22 sin mucho rodeo. Jinki y él seguían viviendo juntos. Nada había cambiado en ese sentido.

Pero después de que todo cambió esa noche en su sala, nada había sido igual. Nada había sido simple, nada había sido fácil porque, realmente, cómo puede alguien decirle al mundo que se está acostando con su hermano?

"Hermanastro", exclamó Jonghyun en la boca de Jinki mientras el mayor lo empujaba en su cama— aún se conservaban dos camas en caso de que alguien visitara. Jinki acababa de darle otro de sus sermones sobre en como realmente no deberían estar haciendo esto, porque soy tu hermano, y realmente, Jonghyun habría pensado que después de un año de esto, Jinki se acostumbraría.

"Cállate", respiró Jonghyun, justo antes de agarrar la camisa Jinki, tirando de ella para acercarlo a él.

Esto no había cambiado, la forma en que Jinki se arrodillaba sobre la cama y se despojaba de su camisa antes de desabrocharse el pantalón. No importaba que los ojos de Jonghyun parpadearan al techo sin ver, incapaces de ver la lujuria o el deseo desesperado en el rostro de Jinki mientras lo despojaba de su ropa. No importaba, porque lo sentía en cada caricia que le daba Jinki, podría probarlo en su boca mientras respiraban el nombre del otro entre sus labios. No importaba porque él sólo sabía.

El placer no había cambiado, no la forma en que se lo daban y no la forma en que lo recibían, Jonghyun en su espalda y Jinki extendiendo sus fornidos muslos mientras se acomodaba entre sus piernas. El cajón de la mesita de noche donde guardaban el tubo de aceite no había cambiado, y la forma en que Jinki lubricaba su longitud con ella no había cambiado. Los tortuosos labios de Jinki sobre el pezón derecho de Jonghyun no habian cambiado, la forma en que la respiración de Jonghyun se dificultaba y la forma de sus piernas se enganchaban en la espalda de Jinki mientras se posicionaba cuidadosamente no había cambiado—mucho.

El dolor de la primera pulgada tampoco había cambiado, aunque Jonghyun había dominado a la perfección su respiración a través de ella, mordiendo los hombros de Jinki y sus dedos enredados en su pelo, haciendo estas pequeñas cosas como medio para relajarse frente a la invasión de su hermano mayor en él. Jinki todavía le susurraba al oído a Jonghyun, Jonghyun todavía tartamudeaba mientras gritaba con cada golpe de Jinki dentro de él, Jinki todavía encontrando increíblemente erótico la forma en que Jonghyun apretaba dentro de él, Jonghyun todavía odiaba a Jinki por la sonrisa que podía sentir contra su cuello.

Nada de eso había cambiado en el año.

Pero esta noche, mientras celebraban el cumpleaños de Jonghyun una semana más tarde—la cantidad de actividades manteniéndolos fuera por varios días, algo cambió. Algo cambió cuando alejó el rostro de Jinki de él, apretó sus piernas alrededor de su espalda y le hizo dejar de embistir. Algo cambió cuando Jonghyun parpadeó hacia el techo, ojos abiertos y siempre siempre hermosos, no extraños porque eran tan pálidos y penetrantes. Algo había cambiado en la forma en que Jonghyun preguntó en voz baja, sin aliento, "¿Qué ves?"

"Jjong-" Jinki sintió el repentino cambio de su romántica atmosfera por algo diferente, algo tan diferente de cualquier otra cosa que jamás habían experimentado. Jonghyun temblaba bajo él y acarició con la palma de su mano la mejilla de Jonghyun dulcemente, colocando un tierno y significante beso en sus suaves labios.

"Dime", ordenó el muchacho más joven haciendo que Jinki se apartara. "No puedo verte Jinki, así que por favor, dime lo que ves. Qué soy? "

Jinki podía ya sentir las lágrimas punzando sus ojos, pero él las parpadeó, convenciéndose de que era una gota de sudor la que se deslizó por su barbilla y se mezcló con el alborotado pelo de Jonghyun.

"Nada más que tú," le susurró. "No puedo ver nada Jonghyun. Solo a ti." Y siempre había sido así, desde su primera, desastrosa presentación hasta todos los retos que habían superado desde entonces.

Y no había cambiado.

 


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Cuando Jonghyun abrió los ojos, no sabía si era día o noche. No sabía qué día de la semana era, ni qué mes. Casi se rascó la cabeza tratando de recordar el año. Tenía 24, eso si sabía.

Se dio cuenta de que había algo envuelto en sus ojos, alguna clase de tela— demasiado áspera, el material picando sus sienes. Sus brazos se sentía lentos y pesados, casi imposibles de mover, mientras tiraba de la venda  alrededor de sus ojos. A medida que caían, Jonghyun parpadeó hacia el techo, el mundo borroso y tenue y

No.

No.

Sus ojos se abrieron, el corazón acelerado mientras se sentaba. Nada era claro, nada se distinguía. Todo era un torbellino de colores y líneas irregulares en su visión, pero al mismo tiempo estaba todo... su visión.

Un grito salió de su boca, un grito de angustia, porque sabía lo que esto significaba. Sus manos se deslizaron sobre la sábana, hasta que sus manos tocaran al otro lado de la cama, sintiendo a lo largo del colchón hasta que su mano golpeó la mesilla de noche. Bajó las piernas y dejo sus pies caer al linóleo frío, sin siquiera pensar y salió de la cama casi cayendo sobre su rostro en el proceso. Su equilibrio estaba apagado por completo, todo lo que veía inclinado peligrosamente a su derecha. El mundo estaba al revés, al revés, el mundo no estaba bien en la mente de Jonghyun.

Apenas tres pasos vacilantes lo llevaron a una segunda cama, la que había estado a su lado. Su caída torpe en el colchón fue seguida por una sonrisa.

"Por fin despiertas?"

"Jinki--"

"Shh", interrumpió Jinki, sin dejarlo terminar. Las manos de Jinki rozaron su cama de hospital levemente antes de encontrar sus dedos, entrelazándolos con los de su hermano. La mano de Jonghyun temblaba en la suya y se acercó más a él para abrazarlo. "Jjong, todo estará bien."

Jonghyun no pensaba mientras casi se arrastraba a la otra cama, ojos cerrados, tratando de aferrarse a la única visión que había conocido toda su vida. "No, no, no lo estara Jinki. Cómo puede estarlo? Cómo pudimos haber acordado esto? "

"Oye", la voz de Jinki firme mientras su mano apretaba más la de Jonghyun. "Elegí esto recuerdas? Te hice aceptar. Esta fue mi decisión ".

"Por qué? Por qué nos haces esto? "

Jinki exhaló una risa suave mientras ponía a Jonghyun más cerca de él, inclinando la cabeza en su hombro. "Eres mi hermano Jonghyun-ah. No hay nada que no haría por ti. "

"Hermanastro", murmuró Jonghyun, una vieja replicación hecha hábito. Sin embargo, todavía sacaba una buena risotada de Jinki.

Se quedaron en silencio por un momento, sintiendo la cercanía entre ellos. Muchas cosas habían cambiado en veinte años para Jonghyun. Pero aquí con Jinki, el otro chico presionado tan cerca de él, sus ojos ardiendo mientras la luz invadía su sensible visión, sentía como tal vez nada había cambiado entre ellos. Jinki seguiría siendo vergonzosamente torpe al salir del hospital. Jonghyun seguiría siendo sarcástico como siempre. Todavía se tendrían uno al otro, seguiría siendo hermanos-

"Jjong?" Jonghyun fue sacado de sus pensamientos, flexionando sus dedos contra la Jinki. "Sí?"

"Qué ves?" La respiración de Jonghyun se agitó mientras volvia su cabeza hacia el. Él sólo podía divisar la silueta Jinki, fijamente mirando al rostro frente el con una venda blanca envuelta alrededor de sus ojos.

Exhaló lentamente, una pequeña sonrisa bailando en sus labios, aunque dolorosa al responder: "Nada más que tú. Todavía no puedo ver nada, Jinki." y aquí la cabeza de Jinki rodó hacia un lado, encontrándose con la de Jonghyun. "Solo a ti. "

Notas finales:

Reviews, que de eso vivo, shiiiiiii? ;n;

♥ gracias por leer.


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